Revolución #148, 23 de noviembre de 2008
Respuesta a lector:
Lágrimas y orgullo, realidad y cambio REAL
En una discusión reciente sobre las elecciones con estudiantes en la ciudad de Nueva York, Carl Dix dijo: “Miren, entiendo por qué las personas, especialmente las personas negras, se están animando tanto de ver una persona negra elegida a la presidencia. Al pueblo negro siempre se le ha dicho lo que no podía hacer, que no era capaz de hacer eso o aquello. Así que la mayoría de las personas no creyeron que esto sucediera nunca, o al menos no mientras vivieran”.
Carta |
“Tengo suficientes años como para que me hayan echado en las narices la supremacía blanca una y otra vez. De joven en Baltimore, mis padres me llevaban a una tienda de ropa del centro para comprar ropa nueva. Ahí nos dijeron que no nos pusiéramos la ropa a ver si nos quedara porque si la ropa nos entrara en contacto con la piel, ¡pues ninguna persona blanca quisiera comprarla! Cuando nací, el municipio tenía albercas públicas para practicar la natación, pero después de que la Suprema Corte emitió el fallo sobre la abolición de la segregación en 1954, cerraron esas albercas a fin de que los niños blancos no tuvieran que soportar la humillación de tener que nadar en la misma alberca con los niños negros. Cuando conseguí mi primer trabajo de fábrica a comienzos de los años 70, cada vez que entré a la planta, vi dos sanitarios para los hombres y dos para las mujeres, uno al lado del otro. ¡Uno era para los blancos y el otro para los negros! Una demanda ante los tribunales obligó a la gerencia de la fábrica a retirar los letreros, pero ver los sanitarios el uno al lado del otro me hizo recordar ese legado de segregación”.
Pero, dijo: “Tener un presidente negro no va a llevar a cabo los cambios que el mundo desesperadamente demanda. No va a llevar a cabo los cambios que motivaron que tantas personas fueran a las urnas para votar por Obama. El objetivo de estas elecciones es atraer a gran cantidad de personas, que han llegado a estar descontentas con la trayectoria de Estados Unidos bajo el régimen de Bush, a que regresen a los asfixiantes brazos del proceso político”.
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Cualquiera en este planeta con algún conocimiento de la verdadera historia y de la realidad de hoy de Estados Unidos y de cuán profundamente que la supremacía blanca está empotrada en el funcionamiento de este sistema explotador... Cualquiera que sepa del látigo del esclavista... las chusmas de linchamiento... y la realidad de hoy en que cualquier varón negro que salga de su casa se enfrenta a la pena de muerte que le espera a manos de un policía... Cualquiera que tenga algún conocimiento de todo esto entiende y se siente las lágrimas y las celebraciones después de la elección de Barack Obama como presidente de Estados Unidos.
¿Pero qué quiere decir en los hechos —en estos tiempos de crisis económica y de guerras por imperio que van muy mal— que un hombre negro va a ocupar el despacho oval? ¿Y qué es lo que eso no quiere decir?
¿Cómo quedan los intereses del pueblo del mundo ante todo esto — entre ellos los intereses de las personas que están celebrando la victoria de Obama?
¿Y qué puede hacer la gente para luchar por el cambio en pro de sus intereses?
Un presidente negro en un tiempo de crisis
Por 219 años una expresión y un símbolo de la subyugación sistemática del pueblo negro ha sido el hecho de que solamente hombres blancos han ocupado la presidencia de Estados Unidos. En ese cargo, han forjado los cimientos de la supremacía blanca de este país. La elección de Barack Obama se considera un hecho histórico precisamente por lo profundamente empotrada que está la supremacía blanca en la historia y la realidad de hoy de Estados Unidos.
Ahora, en 2008, aquellos que dominan todo esto han metido a un hombre negro en la Casa Blanca. (Sí, fue el sistema el que metió a Barack Obama en la Casa Blanca. Uno no llega a ser presidente de Estados Unidos sin el respaldo, que incluye pero no se limita al apoyo financiero, de importantes sectores de la clase dominante.)
¿Por qué ahora? Al cierre de 2008, este sistema se enfrenta a crisis profundas que amenazan con agravarse de modo que podrían manifestarse de muchas maneras:
Un importante problema es que sus guerras por imperio en el Medio Oriente están yendo muy mal, de hecho un importante tema de la campaña de Obama fue exigir que se enviaran más tropas a Afganistán a la vez que decía que llevaría a cabo de manera “responsable”, “cuidadoso” y “por etapas” el proceso de cambiar la disposición de las tropas estadounidenses hacia Afganistán mientras que dejara “una fuerza residual” en Irak.
La otra es que se enfrentan a un derrumbe económico con implicaciones funestas para el pueblo en el futuro. Hace poco, el gobernador neoyorquino David Patterson anunció planes para fuertes recortes de gastos gubernamentales de asistencia médica, como el recorte de casi $2 mil millones para los asilos de ancianos y proveedores de asistencia médica doméstica. Pidió recortes de educación que un superintendente de distrito escolar describió como “devastadores para los distritos que ya pasan apuros”. El mismo Patterson dijo: “Habrá protestas y por el carácter drástico de los recortes, aquellos que protesten tendrán argumentos muy válidos, para los cuales no tengo respuesta salvo ‘¿qué proponen?’”
Debajo de todo esto continúa la opresión del pueblo negro, y la ira que produce, una ira que sigue siendo una fuente potencial de levantamiento poderoso y un desafío al orden actual.
Ante todo esto, imagínate que estés en la posición de aquellos que mandan: ven tormentas en el horizonte y están conscientes en cierto grado de la ira e indignación latentes del pueblo negro en particular. Desde esa perspectiva, se puede empezar a entender por qué dieron lo que para ellos es el gran paso estratégico de acudir ahora a un hombre negro para representar los intereses de este sistema.
Obama no está hablando de cambios positivos reales o sustanciales de las condiciones del pueblo negro. El “primer presidente negro” no es una concesión a las luchas ni a las potenciales luchas contra la opresión del pueblo negro. Estudia las propuestas y los discursos de Obama. Escucha el tema del discurso de victoria de Obama, que pide “un nuevo espíritu de sacrificio”. Obama es un vehículo para unificar a Estados Unidos, incluidos aquellos a que les han negado sistemáticamente el “sueño americano”, a que se identifiquen con el sistema a la vez que obliga a la población a sacrificarse.
Eso no favorece los intereses del pueblo, como el pueblo negro y las otras personas que recibieron la victoria de Obama con lágrimas y celebración.
Más vale para culparle... y atacar al pueblo negro
Al hablar de la victoria de Obama, William Bennett, de conocida infamia por su declaración que si de verdad quieres eliminar el crimen podrías abortar a todos los bebés negros, y por decir que era “moralmente aceptable” decapitar a los vendedores de drogas, lanzó lo que en esencia era una amenaza: “Bueno, como ex secretario de Educación, les diré una de las cosas que esto significa: ya dejen de aceptar excusas de aquellos que dicen: ‘La situación está tan arreglada en nuestra contra, pues no puedo hacer nada, hay tantas cosas básicas que no podemos en su contra’”.
William Bennett es un vil racista que ha estado predicando por décadas el mensaje de que la situación del pueblo negro es su propia culpa. Esto no tiene nada de nuevo en boca de él y es el mismo rollo que los gobernantes han propagado desde que les llamaron “perezosos” a los esclavos que crearon sus riquezas.
Pero en vista de todo eso, ¿qué significa que Barack Obama diga lo siguiente en su discurso de aceptación?: “Si alguien está presente que aún duda que Estados Unidos sea un lugar en que todas las cosas son posibles; quien aún se pregunta si en nuestros tiempos aún está vivo el sueño de nuestros fundadores; quien aún cuestiona el poder de nuestra democracia, esta noche da la respuesta”.
¿“Todas las cosas son posibles”?
¿Qué significa eso en una sociedad en que obligan a los negros a aceptar los peores trabajos y que estos tienen una tasa de desempleo del doble de aquel de los blancos?
¿Qué quiere decir eso en una sociedad en que estudio tras estudio demuestra que es más probable que los patrones contraten a un blanco con antecedentes penales que a un negro sin ellos?
¿Qué quiere decir eso en una sociedad en que el pueblo negro vive el grado más alto de segregación en la vivienda del mundo y que hoy es el sector social que más padece la crisis de las hipotecas subprime?
¿Qué quiere decir eso en una sociedad en que la tasa de mortalidad infantil de los negros es semejante a la del país del tercer mundo de Malasia y que en general los afroamericanos se contagian a una tasa del VIH semejante o mayor a aquellas del África subsahariana?
¿Qué quiere decir eso en una sociedad en que las escuelas están más segregadas ahora que en los años 60?
¿Y qué quiere decir eso en una sociedad en que hay 900.000 presos negros? [cifras de “La opresión del pueblo negro, los crímenes de este sistema y la revolución que necesitamos”, en revcom.us]
Quiere decir que estas tonterías de “sentirse bien” y “sí se puede” son mentiras crueles. Hacen que los negros acepten y se culpen de toda una historia y especialmente la realidad de hoy de la opresión sistémica. Y estas tonterías de que “todo lo es posible”, en boca de nadie menos que un presidente negro electo, permiten que este sistema tenga su supremacía blanca y que a la vez la población se siente bien acerca de una sociedad supuestamente “post-racial”.
Una lección de la historia que hace pensar
William Bennett y aquellos de su calaña son descarados racistas y su rollo de “que dejen de poner pretextos” concuerda con el mismo “espíritu” que sus palabras sobre eliminar el crimen abortando bebés negros.
Pero en ese contexto en particular, todas estas tonterías de que la elección de Barack Obama demuestra que supuestamente todo lo es posible hoy, en boca de Obama y de personas como Bill Cosby, son una mentira muy peligrosa y dañina la que de hecho alimenta a la agenda de fuerzas poderosas de la sociedad estadounidense que cuentan con un poderoso apoyo en los niveles más altos del poder.
En esta conexión, cabe entender y aprender de un paralelo histórico, para que no se repita. Cuando los nazis detuvieron y luego exterminaron a millones de judíos en Alemania, algunas fuerzas de la comunidad judía, basadas en los sectores más privilegiados, colaboraron con los nazis. Estas fuerzas, el “Judenrat”, aceptaron y propagaron las mentiras nazis de que las condiciones desesperadas de los ghettos alemanes (donde encerraron a los judíos) fueron culpa de judíos irresponsables. Procuraron (o esperaron) proteger sus propias posiciones alistándose en la persecución de las masas judías y apoyándola.
Esto no significa que hoy todas las fuerzas burguesas negras (los capitalistas negros) que estén promoviendo el mensaje de Cosby de hecho están pidiendo más represión, terror policial y meter al bote a aún más masas negras. Pero estas fuerzas están embarcadas en una trayectoria peligrosa. Y hay que denunciar “la lógica de la lógica” de esta trayectoria y a dónde va. Las personas que se han dejado llevar por la lógica del opresor, de culparles a las víctimas de este sistema, tienen que abrirse los ojos, ver a dónde se lleva todo esto y dejar de promover este veneno.
La verdadera esperanza
El reciente número especial de Revolución contiene una declaración del Partido Comunista Revolucionario: “La opresión del pueblo negro, los crímenes de este sistema y la revolución que necesitamos”, que concluye: “Estados Unidos nació sobre los cimientos del robo genocida de las tierras de los amerindios y la esclavitud de los africanos. Desde entonces, la opresión del pueblo negro ha sido un elemento fundamental para el funcionamiento de este sistema, y ha cambiado al mismo tiempo que cambia el sistema, pero siempre ha estado profundamente entrelazada en el propio tejido de la sociedad. La supremacía blanca y el capitalismo han llegado a estar tan profundamente entrelazados, que cuando millones de personas se hayan levantado una y otra vez a luchar contra la opresión de los afroamericanos, el sistema termina reorganizándose y reforzándose, aunque modifique las formas de esa opresión. Hoy, vivimos una situación extrema y nefasta; y cualquier solución que deje al capitalismo intacto no es una solución en absoluto y al contrario es un dañino callejón sin salida? (aún se vende este número impreso en Libros Revolución o se consigue en línea en revcom.us).
Entender todo esto no es “desalentador” sino liberador. Si se entiende que la opresión del pueblo negro es una parte integral de la propia naturaleza de este sistema, pues se puede entender que la solución a esta situación se halla en una revolución que arranque de raíz toda opresión y explotación.
El número especial de Revolución, “La opresión del pueblo negro, los crímenes de este sistema y la revolución que necesitamos”, da una idea muy concreta de lo que podría hacer un poder estatal revolucionario. Por ejemplo, en las comunidades que el capitalismo ha abandonado y dejado en el olvido: “El nuevo poder estatal dedicará recursos a arreglar estos barrios y ghettos, pero no lo haría mediante favores desde arriba ni prebendas políticas. En este proceso, las propias masas dispondrían tanto de los recursos como del poder de debatir, discutir y contribuir a decidir el tipo de vivienda y otras instalaciones que se necesitaran y que se tuviera que construir. Los proletarios trabajarían juntos con los arquitectos, constructores y gente con otros oficios al mismo tiempo que individuos de entre las masas aprenderían esos oficios. Los jóvenes no solo tendrían empleo sino que tendrían valiosos empleos que importarían en la comunidad y en la sociedad en general, y se aprendería de la ingeniosidad, la audacia y las dotes de liderazgo que ahora son suprimidos o canalizados a actividades destructivas como la ‘vida de la calle’, y se les desarrollaría más. Todo esto se realizaría en una alianza y con la participación de gente de otros sectores sociales que también anhele hacer algo que importa y compartir sus conocimientos y destrezas, en un proceso en el cual todos aprenderían al mismo tiempo que discutirían de modo solidario entre sí”.
La declaración delinea y describe varias iniciativas adicionales en muchas esferas de la sociedad, las que emprendería el nuevo poder revolucionario, el que tomaría medidas firmes para arrancar de raíz la supremacía blanca y otras cicatrices del sistema capitalista y combatiría las divisiones entre diferentes personas de una manera concreta y duradera.
La revolución puede cambiarlo todo. Pero eso no quiere decir esperar con los brazos cruzados a que llegue el momento cuando sea posible hacer una revolución, ¡ni mucho menos alistarse en apoyo a Obama para apuntalar y darle una nueva legitimidad a este sistema! Hoy, ahora mismo, lo que hace falta es un movimiento revolucionario y hay mucho trabajo que hacer para construirlo. Tal movimiento revolucionario puede ser una fuente de auténtica esperanza y puede desencadenarla, como un importante componente de eliminar por fin y en los hechos la pesadilla de 400 años de los afroamericanos en Estados Unidos.
¿Tiene que “tomar responsabilidad” el pueblo negro? ¿Responsabilidad para qué? RESPONSABILIDAD PARA LA REVOLUCIÓN — ¡CLARO QUE SÍ! TODOS NOSOTROS TENEMOS QUE TOMAR RESPONSABILIDAD PARA HACER LA REVOLUCIÓN — PARA EMANCIPAR A LA HUMANIDAD DE TODO ESTE SISTEMA DE OPRESIÓN. Bob Avakian |
A aquellos que dicen que tenemos que “darle un chance a Obama”, he aquí la pregunta: ¿un chance para hacer qué? Obama no tiene ningún problema con este sistema que causa tanta miseria y opresión, muerte y destrucción, para tantas personas a través del mundo — anhela tomar su lugar como jefe de este sistema. El problema que él tiene es que este sistema está en una crisis seria y se enfrenta a toda clase de gruesos retos. Para aquellos que en serio quieren un fin a la opresión, la injusticia y la guerra injusta, el problema que tenemos nosotros es este sistema. Nuestro reto es hacer la revolución para deshacernos de este sistema y emancipar a toda la humanidad de sus horrores. Bob Avakian |
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