Revolución en línea, 2 de diciembre de 2008
Palabras de una trabajadora de hospital acerca del número especial del periódico sobre la opresión del pueblo negro
Recibimos lo siguiente de una lectora:
Trabajo en un hospital junto con toda clase de personas que van de arriba a abajo en la escala social, son una mezcla de razas y nacionalidades y como se puede esperar tienen diferentes puntos de vista, van desde cristianos fundamentalistas hasta revolucionarios de los sesenta. Ya hace algún tiempo que distribuyo el periódico por aquí pero después de leer el artículo sobre la opresión de la gente negra supe que tenía que ponerlo en las manos de gente que seguramente apreciaría lo que se estaba diciendo.
Hasta ahora he distribuido una docena de ejemplares a trabajadores negros, blancos, gente de la India y de Etiopia, algunos profesionales, pero la mayoría están en niveles bajos en la escala jerárquica. Esto incluye a algunas mujeres jóvenes – negras, blancas y puertorriqueñas. La mujer puertorriqueña estuvo en Irak y al volver a casa su unidad fue enviada al sur para lidiar con la destrucción ocasionada por Katrina. El día que yo le di el periódico pasó cada minuto libre sentada en medio de todo leyéndolo de principio a fin.
Algunos comentarios reflejan la tensión que generan las elecciones y situaciones negativas que mucha gente, incluyendo aquellos que no se interesan en la política, cree posibles. Estos escenarios ven a Obama caer en diferentes formas, desde la manipulación de las urnas electorales hasta convertirse en otro Kennedy. La gente cree que hay muchos otros que simplemente no tolerarían a un negro como líder de esta nación y con la mala situación económica y la acompañante inestabilidad, se teme que se pueda llegar a los extremos.
Un empleado negro que por todos los ángulos es un hombre común; buen trabajador, con casa propia, religioso, muy educado y que le cae bien a aquellos empleados blancos que no se sienten cómodos hablando con cierta gente negra con actitud desafiante, hizo un comentario después de leer el artículo. No había visto el periódico desde hace tiempo y dijo que notó el cambio de nombre. [Nota de la redacción: Del Obrero Revolucionario a Revolución.]: “Yo creo que el partido está diciéndoles a todos que la hora está cerca”, dijo.
No todos a los que les doy el periódico lo leen, algunos que tal vez se vean envueltos en conversaciones políticas en estos tiempos cargados, no leen para educarse. Pero incluso aquellos que abandonaron el periódico por ahí tienen mucho que decir en conversaciones las que el mismo periódico contribuye a influenciar por medio de los que sí lo leyeron.
Mi impresión es que la gente no cree tanto que Obama termine con el racismo como cree que el ser elegido sería un golpe duro para los racistas. Entre más bajo el puesto en el hospital menos las ilusiones, entre más alto es más la esperanza puesta en Obama. Excepto por un trabajador negro cuarentón muy interesado en la política y muy radical, la mayoría siente que Obama por lo menos enfurecerá a los blancos racistas y eso es suficiente.
El trabajador negro radical siente que no solo Obama es un callejón sin salida sino que la crisis económica que él lucharía por resolver fue ocasionada intencionalmente por el capitalismo estadounidense (por razones que no recuerdo, algo acerca de competencia monetaria).
La joven puertorriqueña está muy de acuerdo con las ideas del periódico. Pero después de una discusión que incluyó a muchos otros acerca de las elecciones y la alternativa planteada por el partido, continuó pensando que votar por Obama es lo mejor que puede hacer por ahora ya que sería un punto en contra de los racistas blancos, no porque creyera que Obama va a lograr un cambio real. Le gusta el periódico (ha leído otros números y el libro de Avakian acerca de religión) pero no entra tanto en la política comunista porque la enoja tanto contra el sistema y como no ve una manera de realmente lograr un cambio revolucionario, se queda descontenta y vacía.
Unas pocas personas que leyeron el periódico expresaron interés en reunirse y discutirlo. Esto incluye a quienes no son tan radicales como un profesional de Etiopia que siempre me insta a juntar personas para conversar porque tiene necesidad de tener conversaciones serias con gente inteligente acerca de los acontecimientos mundiales.
Existe una creciente sensación de conexión entre aquellos que reconocen el nivel de racismo establecido en este sistema. Las elecciones han sacado a flote racismo en muchas formas, la sutil: “Me asusta la esposa de Obama” o la muy obvia: “Si Obama gana me voy del país”. Y estos comentarios vienen de supuestos decentes y amigables trabajadores blancos.
Se ha generado una polarización de NOSOTROS versus ELLOS en que las actitudes acerca del color de la piel son tema central. Aquellos que tienen más fe en que funcione el sistema están entusiasmados con tener a Obama como posible presidente pero también asustados con la posibilidad de situaciones extremas. Por el otro lado aquellos con menos ilusiones se encuentran tensos por las elecciones pero al negarse a ir con Obama (o lo hacen sin entusiasmo) se sienten perdidos.
Un profesional de la India que leyó el periódico me confió que pasa el tiempo viendo las noticias en Fox y gritándole a la televisión a causa de todo lo asqueroso y lo demente que se dice. Se frustra cuando sus amigos apoyan a Obama porque entiende la profundidad de los problemas del sistema y se desanima ante tantas ilusiones de la gente.
La situación se están polarizando y la gente está debatiendo. Yo he alentado a las personas a que vayan a Libros Revolución y asistan a los eventos que allí se organizan. Tengo la idea de que las cosas pueden empezar a desenmarañarse y desarrollarse muy rápidamente.
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