Revolución #170, 19 de julio de 2009
Correspondencia de lectores
Manifestantes en Los Ángeles y San Diego apoyan la rebelión popular en Irán
A: Revolución
De: Un lector
Hemos asistido a las manifestaciones en torno a Irán en el Edificio Federal de Los Ángeles las noches y los fines de semanas. Por las noches asistían hasta 700 personas y los fines de semana hasta 2000. Hemos repartido el número 168 del periódico, el Manifiesto (El comunismo: El comienzo de una nueva etapa — Un manifiesto del PCR, Estados Unidos) y la declaración del PCI (MLM), “¿Quieren pelea? Peleemos”. Nuestra mesa de literatura incluía varias obras de Bob Avakian — Forjar otro camino, ¡FUERA CON TODOS LOS DIOSES! Desencadenando la mente y cambiando radicalmente el mundo y El comunismo y la democracia jeffersoniana— además de la Constitución del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos.
Nos percatamos de un cambio en el ánimo de los manifestantes durante la semana. Al principio, había diferentes tendencias políticas participando en las protestas, incluso partidarios del Sha. Había pleitos entre los manifestantes y hasta unas peleas en la calle. Al principio la mayoría de las pancartas decían: “¿Qué pasó con mi voto?” El fin de semana pasada, empezó a cambiar la dinámica de las protestas. La gente pedía unidad y apoyo para los que estaban en las calles de Irán. Ya había mucho menos gente con pancartas de “¿Que pasó con mi voto?”, aunque mucha gente todavía se vestía de verde. El mayor cambio de ambiente es que ahora hay muchas pancartas que exigen un fin a la teocracia. Una pancarta llevaba imágenes de todos los candidatos teócratas a la presidencia con una X sobre la cara.
En una manifestación de la mañana del fin de semana, casi no había banderas de Irán pero en la de la tarde había unas 50 banderas de Irán. Le preguntamos a la gente acerca del significado de las banderas y nos contó que “no apoyamos ni al Sha ni a la monarquía de ningún tipo — esta bandera representa 2.500 años de historia. No admitimos que los mullahs la hayan cambiado”. Unos jóvenes llevaban camisas con la inscripción EDRI, Ejército Democrático Revolucionario de Irán. Uno llevaba la bandera. Dijo que no apoyan al Sha pero quieren la democracia, tumbar al gobierno y acabar con el dominio de los mullahs. Unos pocos decían que necesitamos una revolución pero había mucha lucha sobre el cómo hacerlo.
Todavía había unos partidarios del Sha en la protesta de la noche y la mayoría de ellos eran de edad. Decían que los comunistas eran los responsables de que los mullahs lograran subir al poder.
En San Diego, hubo una protesta importante de unas 500 personas frente al Edificio Federal. La mayoría eran inmigrantes jóvenes. Un sector importante de los manifestantes se oponía tanto al gobierno islámico actual de Irán como a la intervención de Estados Unidos. Algunos saben del papel de Estados Unidos en derrocar a Mossadeq en 1953 y en instaurar al Sha en el poder. Muchos hablaron también del papel de Musavi como primer ministro cuando fueron asesinados miles de revolucionarios.
Las pancartas en San Diego decían: “Mi voto no valió” y mucha gente llevaba el color verde puesto. Algunos llevaban la bandera de la República Islámica de Irán y coreaban “Alabado sea Alá” en una esquina. En la otra esquina un grupo les contestaba coreando en persa y en inglés “Muerte a la República Islámica de Irán”. Algunos llevaban la vieja bandera de Irán pero no apoyaban al Sha. Era una situación de contienda.
Conversamos con mucha gente en Los Ángeles y San Diego. Lo que sigue es un resumen de lo que nos contaron:
- Una mujer de unos 40 años que tiene ocho años viviendo en este país dijo que era marxista-leninista en Irán y había participado en el movimiento a favor de los derechos de la mujer. Se alegró al saber que hay comunistas en Estados Unidos. Compró el Manifiesto y el periódico Revolución. Estaba muy interesada en los eventos del Día Internacional de la Mujer y había estado buscando algo así aquí.
- Había dos hombres negros veintiañeros con el hijo de uno de ellos. Habían visto las protestas por televisión. Decidieron vestirse de verde para apoyar a la gente de Irán que protestaba. Uno dijo que la elección de Bush fue arreglada y nadie protestó y deberían de haberlo hecho. Ahora que los iraníes están protestando, él quería que ellos sepan que hay gente aquí que los apoya. Compró un periódico.
- Otra mujer de origen asirio (una nacionalidad minoritaria en Irán) compró un periódico y habló de participar en asuntos de la mujer. Compró el periódico porque se interesó en el artículo acerca del Dr. Tiller. Se sorprendió al saber que existen comunistas en los Estados Unidos y quería saber más.
- Otra mujer cuarentona estaba llorando. Se disculpó por llorar pero dijo que había estado encarcelada y torturada en Irán y lloraba por los estudiantes que ahora protestan en las calles porque sabe por lo que pasan y dijo que admiraba los sacrificios que la gente hace en Irán y quería apoyarla. Quiere mantenerse en contacto.
- Un hombre de unos 30 o 40 años habló bastante de sus experiencias en Irán y pensaba en volver ahora. Dijo: “Este es un período histórico y la gente necesita participar”. Hablamos con él acerca de Forjar otro camino y fue una discusión controvertida para él porque no entendía cómo era posible que apoyar a los Estados Unidos o apoyar a fundamentalismo islámico los fortalece a los dos.
- Una mujer nos contó que tres miembros de su familia fueron ahorcados en la cárcel por la República Islámica de Irán en los años 80.
- Un hombre dijo: “Prefiero el comunismo a esto, pero fracasó porque trataron de ir muy lejos y muy rápido en China”. Hablamos con él acerca del tema y compró el Manifiesto.
- Un kurdo, a quien conocimos cuando organizábamos el Día Internacional de la Mujer en la universidad, salió con nosotros a repartir volantes en persa a algunos kurdos con que se topó. La República Islámica de Irán baleó a su padre quien era un líder político en el movimiento kurdo. Entonces tenía once años. No quiere la intervención de Estados Unidos y se opone fuertemente a la República Islámica de Irán. Tiene ideas contradictorias, pues tiende a ver las cosas desde un punto de vista nacionalista pero desde que nos conoció, empezó a hablar de las formas en que se puede cambiar el mundo para el bien de toda la humanidad. Compró el Manifiesto y quedó en discutirlo con nosotros.
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