Revolución #180, 15 de octubre de 2009
Con motivo del 150 aniversario del asalto anti-esclavitud contra Harper’s Ferry, Virginia
El heroico legado de John Brown
El 16 de octubre se conmemora el 150 aniversario del atrevido y heroico asalto de John Brown contra el arsenal estadounidense de Harper’s Ferry, Virginia. Brown estuvo al mando de un grupo de 21 hombres. Se propusieron tomar las armas y distribuirlas entre los esclavos y luego ir al monte para librar una guerra de guerrillas contra la esclavitud en el sur de Estados Unidos. El grupo de John Brown logró apoderarse rápidamente del arsenal pero no pudo romper el cerco. No obstante, defendieron el arsenal por más de dos días contra 800 milicianos, y solamente perdieron la batalla con su derrota y captura por un destacamento de marines estadounidenses.
Este asalto no salió de la nada. En el momento del asalto, la efervescencia de la sociedad estadounidense sobre la esclavitud ya llevaba mucho tiempo en marcha. Los capitalistas, basados en el norte del país, cada día más entraban en conflicto con los esclavistas del sur en torno a diversos asuntos de economía y política y la clase esclavista sentía que su sistema estaba bajo ataque. Periódicamente estallaron crisis políticas fuertes, seguidas de momentos de acomodación, y luego más crisis. Se daban rebeliones de los esclavos y el escape generalizado y sistemático de los esclavos mediante el “ferrocarril subterráneo” además de una severa represión contra los esclavos y los abolicionistas (aquellos que defendía la abolición de la esclavitud). Varias personas, como Frederick Douglass, un famoso esclavo que escapó, llevaba a cabo una amplia agitación contra la esclavitud. En 1859, la situación cobraba una intensidad extrema pero aún no había ninguna figura política de peso de ningún partido político establecido, ni siquiera Abraham Lincoln, que pedía la abolición de la esclavitud en el sur. En esta situación, Brown puso en marcha su plan.
John Brown odiaba implacablemente la esclavitud, pero también se inspiraba por una firme creencia en la humanidad y en la igualdad absoluta de las masas negras esclavizadas y en su capacidad de liberarse, una vez que vieran una oportunidad y una manera de hacerlo. Con estas creencias y un inmarcesible deseo de acabar con la esclavitud cuanto antes, John Brown se encontraba muy adelantado a la gran mayoría de los abolicionistas de esos tiempos. Por muchos años, Brown combatió la esclavitud pero no obstante las leyes se volvieron aún más restrictivas y las condiciones de las esclavos aún peores. Llegó a creer, correctamente tal como resultara, que solamente era posible destruir la esclavitud mediante la lucha armada.
Al comienzo en el norte y en el sur del país fue condenado el asalto de John Brown, y rápidamente Brown fue juzgado y condenado a muerte. Pero Brown aprovechó el juicio para propagar sus ideas contra la esclavitud de una manera convincente y eso, además de su valor, dejó una profunda huella. En el momento de su ejecución, ni siquiera siete semanas después del asalto, la situación había empezado a cambiar. En el norte, el movimiento abolicionista anteriormente vacilante y en su mayor parte conciliatorio, además de las amplias masas de blancos que por una u otra razón se oponían a la esclavitud, por fin empezaron a unirse. Esto ocurrió en especial después de que Henry David Thoreau, un importante poeta e intelectual de esos tiempos, se atrevió a meterse en medio de la histeria contra John Brown y declarar que el asalto de Brown había representado un golpe a favor de la justicia.
En el sur, los esclavistas cogieron una fiebre de linchamientos y matanzas. Pero a pesar de la severa represión, las rebeliones de los esclavos se extendieron por el sur, en particular en los meses después de que el gobierno ejecutó a Brown y sus camaradas. En una rebelión en Texas en julio de 1860, se alegaba que los esclavos prendieron varios incendios en pueblos de Texas; diez blancos y al menos 65 negros murieron en la rebelión y después, cuando los tejanos blancos se desbocaron torturando y linchando a fin de “extraer confesiones”. Muchos esclavos detenidos se negaron a confesar o implicar a otros, y dieron la vida sin decir nada a pesar de horribles torturas.
Dieciocho meses después del asalto de Brown, sonaron los primeros disparos de la guerra de Secesión. Cuando los soldados de la Unión salieron a combatir, cantaban que “el cuerpo de John Brown yace en polvo dentro del sepulcro, pero su alma marcha al combate con nosotros”. Pero incluso con la guerra de Secesión en marcha, los capitalistas del norte, representados por Lincoln, ¡todavía se negaron a liberar a los esclavos! Lincoln no firmó la Proclamación de la Emancipación sino hasta 1863, la cual por fin, después de 250 años de horrores, liberó a los esclavos. Unos meses después, Lincoln, de nuevo bajo presiones “desde abajo” y obligado por la necesidad de confrontar de manera más decisiva y atacar al sur, permitió que los negros se unieran al Ejército de la Unión. Una enorme cantidad de ex esclavos además de aquellos que habían obtenido su libertad antes de la guerra se alistaron y tuvieron un importante papel en la derrota de la clase esclavista.
Cualquiera que genuinamente se oponga a la injusticia debe conmemorar la vida de John Brown y su ejemplo de valor.
[Vea más sobre la importancia de la esclavitud en la formación de los Estados Unidos y la gran lucha para abolirla además de la centenaria batalla contra la opresión del pueblo negro en “La opresión del pueblo negro, los crímenes de este sistema y la revolución que necesitamos”, Revolución #144, 8 de octubre de 2008, en línea en revcom.us. tenemos planes de sacar un amplio ensayo histórico sobre John Brown en las semanas que vienen.]
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