Revolución #190, 31 de enero de 2010
Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar
El levantamiento del pueblo de Irán alcanza nuevas alturas
Recibimos lo siguiente del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar:
18 de enero de 2010. Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. El 26 de diciembre millones de iraníes de nuevo se tomaron las calles por todo el país para continuar sus luchas contra el régimen islámico tiránico y reaccionario. Desconocieron los consejos de los líderes del “movimiento verde” (la oposición islámica), ciertos intelectuales liberales y los medios de comunicación pro-imperialistas de que se callaran frente a la violencia brutal. Cuando las fuerzas reaccionarias atacaron a los manifestantes, éstos se defendieron e incluso contraatacaron. Por ejemplo, cuando patrullas y camionetas de la policía atropellaron a manifestantes, ese mismo día al menos tres veces la gente quemó los vehículos y atacó las fuerzas represivas.
Esa fecha conmemora el Día de Ashura, un día festivo religioso chiíta con motivo del día cuando, en una pelea con otra facción de creyentes islámicos, murió el tercer imán Hussein, el nieto de Mahoma. Por siglos este día ha sido símbolo de la identidad chiíta y es su día de luto más importante. Después de la revolución iraní, el régimen islámico usó el Día de Ashura cada año para fortalecer la ideología islámica chiíta y afianzar el dominio de las ideas religiosas anticuadas sobre las masas. Ahora los manifestantes han aprovechado los días festivos religiosos y otras ocasiones para tomarse las calles.
Durante la revolución iraní en 1978 también la gente se tomó las calles en el Día de Ashura para protestar contra el régimen del Sha, pero ese día fue presentado como un día de conciliación. El ayatolá Jomeini y otros líderes islámicos pidieran que los manifestantes dieran flores a los soldados del ejército. Estos líderes islámicos pidieron que la gente coreara: “El ejército es nuestro hermano”. Por su parte, los comandantes del ejército ordenaron que los soldados se cruzaran de brazos y no reprimieran las manifestaciones. Eso fue una clara señal de que se estaban llevando a cabo negociaciones tras bambalinas entre los líderes islámicos y las potencias imperialistas. Se puede decir que en 1978 el Día de Ashura fue un punto de viraje en el ascenso gradual del régimen islámico al poder.
Sin embargo, este año el Día de Ashura fue muy diferente. Muchos ya no tenían ganas de protestar pacíficamente frente la violencia del estado. El pueblo y la juventud administraron una poderosa dosis de furia a las fuerzas brutales de represión y también mostraron su nítida frustración con el movimiento verde y sus líderes.
El preludio de lo que pasó el Día de Ashura fue la manifestación del Día Nacional de los Estudiantes el 6 de diciembre. Las manifestaciones radicales de los estudiantes sacudieron el sistema entero.
Los gobernantes y los líderes verdes suponían que el Día de Ashura no se saliera de su control porque era un día festivo islámico, pero todos sus pronósticos y expectativas resultaron equivocados. Las amenazas severas y la brutalidad extrema que el régimen usó para disuadir a los manifestantes resultaron contraproducentes y de todos modos los manifestantes salieron a las calles. La camarilla gobernante podía ver por sí misma la seriedad de la oposición popular y ha decidido reprimir aún más al pueblo, tal vez porque no ve ninguna otra salida de esta situación.
Sin embargo la violencia del pueblo asustó a los líderes verdes y otras fuerzas burguesas. Les entró el pánico y reaccionaron precipitadamente. En su mayoría no llegaron a condenar la violencia del régimen contra el pueblo que, según fuentes del régimen, resultó en al menos ocho muertos y muchos más heridos solamente en Teherán y miles detenidos. Su preocupación principal era que el pueblo estaba contraatacando, dirigiendo su fuego contra símbolos del régimen y coreando consignas contra el sistema. “Abajo Jamenei” llegó a ser una de las consignas principales de los manifestantes.
Pocos días después, varios sectores del movimiento verde que se habían horrorizado y alarmado por la lucha popular hicieron declaraciones que en su mayoría buscaban “una salida de la crisis” que dejara intacto el gobierno islámico. El líder verde Mir-Husein Musavi en su 17ª declaración por primera vez reconoció indirectamente al gobierno de Ahmadinejad. Pocos días después cinco “intelectuales islámicos” conocidos como “reformistas” publicaron una declaración que planteaba de nuevo una manera de solucionar la “crisis”. Pocos días después de eso, el otro candidato presidencial derrotado y uno de los líderes verdes principales, Medí Karoubi repitió la misma cosa. Luego el ex presidente “reformista” Muhammad Jatami reaccionó a las manifestaciones de ese día atacando a aquellos que coreaban consignas contra el sistema.
Estas reacciones a la manifestación popular el Día de Ashura muestran su ansiedad y miedo ante la auténtica lucha popular y su frustración con la gente que no había seguido las reglas de conducta para la oposición que habían tratado de establecer. Acudieron a toda prisa a rescatar el sistema de donde habían provenido y para el que trabajan para proteger.
El Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar es un servicio de Un Mundo Que Ganar (aworldtowin.org), una revista política y teórica inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, el centro embrionario de los partidos y organizaciones marxista-leninista-maoístas del mundo.
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