Revolución #191, 7 de febrero de 2010
Se anuncia...
"De la burka a la tanga: ¡Todo debe, y puede, cambiar!"
Gira nacional de Sunsara Taylor en las universidades
Déle una vuelta al globo terráqueo. En cualquier parte que se mire, se está manteniendo a las mujeres subordinadas y forzosamente en una posición atrasada. En Bangkok, Bangalore y Moldova les arrancan la ropa a las jóvenes y las venden en el comercio transfronterizo de esclavas sexuales. En Indonesia, Afganistán y Arabia Saudita envuelven a las mujeres en la burka, las mantienen como propiedad de los padres y los esposos y hasta las matan si de alguna manera "deshonran" a la familia.
Mientras tanto, en Estados Unidos les dicen a las jóvenes: "Ustedes ya no están oprimidas" y "No hay nada que les detenga". Pero en realidad en este país la sociedad también impondrá a la vida de las jóvenes y las mujeres muchas limitaciones y degradaciones. Muchas aprenderán a cortarse a sí mismas, a matarse de hambre, a odiarse a sí mismas e interiorizar el mensaje de una sociedad empapada de imágenes de ellas como nada más que objetos de saqueo sexual, objetos de escarnio o máquinas para generar bebés. Muchas serán golpeadas, agredidas sexualmente, obligadas o coaccionadas a dar a luz niños que no desean. Y a todas se les enseñarán que a fin de cuentas su valor se reduce a su valor sexual a los ojos de los hombres, pero luego, si de hecho tienen relaciones sexuales, las humillarán y les llamarán "putas". No importan sus sueños, sus metas o sus logros, aún tendrán que mirar por encima del hombro al caminar a la casa por la noche.
El puro hecho es: nacer mujer en cualquier parte de este planeta quiere decir nacer en una vida de peligro, falta de respeto, discriminación y degradación. Entre la burka y la tanga no hay buenas opciones. Ambas son encarnaciones horrendas de la opresión de la mujer. Ambas reducen a las mujeres a objetos de propiedad de los hombres, o a juguetes con los cuales los hombres jueguen y luego desechan. No se debe aceptar ninguna de las dos. Y todo eso debe cambiar.
La mujer no es una reproductora. No es un ser de menos. No es un objeto creado para el gozo sexual del hombre. La mujer es un ser humano capaz de participar plena e igualmente en toda esfera de la actividad humana. Cuando a la mujer se le restringe, eso frena el avance de la humanidad en conjunto. La mujer tiene que conquistar la liberación y solamente se liberará a sí misma por medio de la transformación revolucionaria del mundo y la emancipación de toda la humanidad y al ser una poderosa fuerza motriz en dicha revolución.
A partir de fines de febrero, Sunsara Taylor estará de gira en las universidades con un discurso titulado "De la burka a la tanga: ¡Todo debe, y puede, cambiar!", que sacará a la luz de manera profunda las muchas formas de la opresión que todavía azotan a la mujer, abrirá nuevas conversaciones sobre la opresión y la liberación de la mujer y atraerá a una nueva generación hacia la lucha para liberar a la mujer y emancipar a toda la humanidad.
Se necesitan fondos y voluntarios para hacer de esta gira un éxito. Para participar ya, comuníquese hoy con sunsara_tour@yahoo.com.
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