Revolución #194, 7 de marzo de 2010
Carta de un preso sobre el Día Internacional de la Mujer:
Sobre la religión, el ateísmo y la subyugación de la mujer
Carta de un lector preso:
Aunque no podré demostrar de manera física mi solidaridad inmarcesible con las manifestaciones del Día Internacional de la Mujer de 2010, me alegra tener esta oportunidad de hacerlo en palabras. Creo firmemente que la fuerza y poder del internacionalismo proletario se realza cuando reconocemos que para nuestra emancipación colectiva, la mujer es tan capaz, merecedora y esencial como cualquier hombre.
Durante los últimos meses, he llegado a valorar las implicaciones más amplias del ateísmo en cuanto a la cuestión de la mujer y su liberación colectiva. Hace poco en un proyecto en que trabajo escribí que “el ateísmo es el feminismo más esteroides”. Y definitivamente creo eso a varios niveles.
En primer lugar, la religión ha desempeñado el papel más importante —en segundo lugar solamente con relación al factor de clase— en la opresión de la mujer. Históricamente, en la relegación de la mujer a los papeles subordinados en todas las sociedades, la religión ha sido la justificación más constante. Lo más vil de todo esto es que la mayoría de las jóvenes crecen con sentimientos interiorizados de incompetencia, de ser “la perdición” de “la humanidad”, de ser menos que el género opuesto, etc. Como cuando crecía con la creencia de que yo era de algún modo inferior a los blancos debido a “la maldición” que Noé les echó a los descendientes de Cam (Canaán, su hijo) (Génesis 9:24-27). Yo personalmente nunca había experimentado la vida de una mujer, pero sí entiendo cómo se siente haber creído que el mismo Dios, El Mismo, había ordenado que mi raza soportara la humillación y la deshumanización de la esclavitud. Tal sentimiento hace sentir como si el universo entero hubiera conspirado contra su propia existencia. En ese sentido, pues, se puede decir que nací mujer como resultado de la experiencia de llevar la mayor parte de la vida como una persona negra bajo una concepción del mundo dominada por el cristianismo.
Ahora me suena gracioso cuando oigo a las personas moderadas de todas las fes que afirman que su religión es la religión de la igualdad, la hermandad y el amor. Tales momentos me hacen pensar: “Debe ser que usted no ha leído 1 Timoteo 2:11-14”, en que se lee:
La mujer debe aprender con serenidad, con toda sumisión. No permito que la mujer enseñe al hombre y ejerza autoridad sobre él; debe mantenerse ecuánime. Porque primero fue formado Adán, y Eva después. Además, no fue Adán el engañado, sino la mujer; y ella, una vez engañada, incurrió en pecado. (Nueva Versión Internacional de la Bíblia [NVI])
Cuando oigo a un musulmán que dice la misma cosa —que su religión es la religión de la igualdad, la hermandad y el amor—, eso me hace pensar: “Seguro que usted ignora lo que dice Sura 4:19”, en que se lee:
Si vuestras mujeres cometen la acción infame [adulterio], llamad a cuatro testigos [confiables]. Si sus testimonios concurren contra ellas, encerradlas en casa hasta que la muerte las lleve o hasta que Alá les procure algún medio de salvación. (El Corán)
Lo de arriba es solamente una pequeña parte de los “decretos sagrados” que han oprimido, subyugado y satanizado a la mujer durante milenios con la idea de que hay algo esencialmente mal en su existencia; pero me alegra informarles a mis hermanas que ya no tienen que interiorizar semejantes ideas de odio propio.
Creo que el ateísmo es la vacuna más potente contra todas las falacias basadas en “decretos divinos”. El materialismo científico que es inherente a la concepción del mundo ateísta, permite que la mujer como el hombre por igual reconozcan la validez y las implicaciones del libro de Ardea Skybreak, La ciencia de la evolución y el mito del creacionismo, por ejemplo— que de este modo no sólo refuta los mitos de la creación del cristianismo, del judaísmo, del islam y de las demás supersticiones sino también desenmascara la justificación para la idea de que la mujer tiene que desempeñar para siempre los papeles subordinados en la sociedad. En ese libro, Skybreak incluye una cita del físico Steven Weinberg que debería tener resonancia en todos nosotros, especialmente las mujeres; dice: “Uno de los logros más importantes de la ciencia ha sido, como mínimo, hacer posible que las personas inteligentes no sean religiosas, si bien no hacer que sea imposible que las personas inteligentes lleguen a ser religiosas. No debemos cejar en este logro”.
En un contexto más amplio, mencioné que “el ateísmo es el feminismo más esteroides”. Lo que quiero decir es que una vez impelidos a quitar a Dios y la Religión de nuestros discursos sociales sobre la mujer, estaremos en una posición por primera vez en la historia humana de definir nuestras relaciones de género y sexuales sobre una base centrada concretamente en la humanidad. En última instancia, eso obliga a los hombres a reconocer sus prejuicios y reacciones condicionadas reexaminando nuestra relación con las mujeres en la vida cotidiana así como en el contexto de la revolución proletaria. Si cada comunista es un microcosmo del mundo que queremos crear, pues es imprescindible que empecemos por resolver internamente estas nociones sexistas con el fin de erradicarlas externamente de la manera más eficaz. Marx dijo una vez que “el derecho no puede ser nunca superior a la estructura económica ni al desarrollo cultural de la sociedad por ella condicionado” (Crítica del programa de Gotha, de Marx). Si eso es cierto y si somos los representantes de la sociedad mucho más superior del socialismo-comunismo, pues sin duda que debemos tener un derecho más alto y más rico que el chovinismo masculino que hoy impera en la sociedad burgués. Y claro que creo de manera terminante que lo es.
En solidaridad
Sé que RCP Publications ha publicado el libro El falso comunismo ha muerto… ¡Viva el auténtico comunismo!, de Bob Avakian. Quisiera que me mandaran un ejemplar de ese libro si fuera posible. Mis camaradas y yo estamos al tanto de este libro y definitivamente quisiéramos conseguir un ejemplar. En todo caso, gracias.
Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas y Presos El Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas y Presos es un fondo de literatura educativa que llena pedidos de literatura revolucionaria de presas/os en Estados Unidos. La mayoría de los pedidos que recibe el Fondo de los y las que se encuentran entre rejas son para suscripciones gratuitas en español e inglés al periódico semanal Revolución* y para libros revolucionarios y de otra índole, entre ellos los que anuncia el periódico. Al proporcionar esta literatura, el Fondo les proporciona a las y los presos una oportunidad educativa para bregar con los acontecimientos mundiales e importantes temas políticos, culturales y filosóficos desde una perspectiva revolucionaria singular y para entrar en discusiones sobre la moral, la religión, la ciencia y el arte. Todas las semanas las y los presos pueden entrarle al debate efervescente y las noticias urgentes sobre las luchas políticas y sociales que se desenvuelven, pensar y desmenuzar críticamente el estado actual de la sociedad y buscar una alternativa. El Fondo es un proyecto del International Humanities Center, una organización benéfica sin fines de lucro exenta de los impuestos federales según la Sección 501(c)(3) del Internal Revenue Code (IHCenter.org). Para contribuir al Fondo, haga su cheque pagadero a nombre de: IHCenter/PRLF y envíelo por correo postal a: International Humanities Center o Prisoners Revolutionary Literature Fund Puede ponerse en contacto con el Fondo |
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