Revolución #201, 16 de mayo de 2010
¿Cómo lidiará una sociedad socialista revolucionaria con la crisis ambiental?
A continuación unos pasajes de dos artículos del número especial de Revolución sobre el medio ambiente (#199, 18 de abril de 2010; vea el anuncio en la p. 15) acerca de la manera concreta en que una sociedad socialista revolucionaria cuidaría la naturaleza, y no la saquearía. Otros artículos del mismo número examinan las dimensiones de la crisis y cómo la fuente del problema es el sistema capitalista. Los artículos y el número completo están en línea en revcom.us.
Como punto de orientación, ante todo la sociedad socialista tiene que partir de los intereses largoplacistas de la humanidad y del planeta. Para conservar y proteger los ecosistemas, es necesario “asumir la perspectiva de largo plazo”: de tener la mira puesta en el futuro de muchas décadas y generaciones. Eso es algo que no puede hacer la sociedad capitalista, con su modo de operación de “enriquecerse rápidamente” y la necesidad impuesta por la competencia de expandirse o morir, y es algo que ha conducido a la situación en que hoy nos encontramos.
De: “Algunos principios claves del desarrollo socialista sustentable”:
C. Transformar la estructura de la producción industrial, la agricultura y el transporte
La nueva sociedad socialista emprenderá la transformación de la estructura y el funcionamiento de la economía imperialista actual que tanto destruye el medio ambiente.
Tendrá que alejarse decisiva e inmediatamente de su dependencia de combustibles fósiles no renovables y contaminantes (petróleo, carbón y gas natural) — y adoptar y desarrollar tecnologías ecológicamente sanas, como energía solar, eólica y geotérmica. Para encaminarse hacia ese rumbo, la economía socialista debe combinar la producción diversificada a gran escala con la producción diversificada a pequeña escala y desarrollar una mezcla racional de tecnologías avanzadas e intermedias.
Hay que hacer grandes esfuerzos para reorientar el transporte fuera de la propiedad privada del automóvil y de los sistemas de transporte basados en carreteras y combustibles fósiles. Se priorizará el transporte público seguro y eficiente en todo desarrollo, reestructuración e investigación nueva.
Será preciso desarrollar sistemas agrícolas basados en los principios de planificación del uso de tierras a largo plazo, la conservación global del suelo y el agua, y biodiversidad agrícola. Dichos sistemas agrícolas —a escala grande, mediana y pequeña— deben dar cabida a tecnologías y prácticas que pueden adaptarse a condiciones locales o particulares y que responden al cambio climático y ajustes de demanda. Al reorientar la agricultura, el objetivo debe ser lograr una producción agrícola alta y sustentable y productos alimenticios sanos que minimicen tanto el gasto de recursos como el daño a la naturaleza y a las personas.
La sociedad socialista debe hacer que la conservación de recursos sea una norma en todo aspecto de la vida económica y social: en el desarrollo tecnológico, en la producción, en los artículos de consumo que se producen y la manera de usarlos. Debe fomentar el reciclaje y el uso múltiple de materiales y productos en lugar de la actualización irracional de productos (“nuevos modelos del año”) y el malgasto de materiales de la sociedad capitalista.
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