Revolución #207, 18 de julio de 2010
Se necesita: Oposición de masas contra los ataques a los inmigrantes
El 29 de julio es el día en que entra en vigor la controvertida ley anti-inmigrante de Arizona, la SB 1070. Esta ley estipula que es delito estar adrede en Arizona sin pruebas documentales de condición migratoria legal. Cuando la policía detiene a alguien, con la justificación legal que sea, la ley estipula que exija papeles aunque solamente tenga sospechas de que la persona podría ser un inmigrante indocumentado. En efecto, legaliza el etiquetamiento racial, pone en riesgo a cualquiera a los interrogatorios y malos tratos de la policía si "le encaja la descripción", o sea, de que hable con acento, tenga la tez oscura, se vista de cierta forma o se halle en el barrio de "inmigrantes" de la ciudad.
Bajo esta ley empeorará más la existencia ya difícil de los inmigrantes indocumentados. Las personas que ayer podían ser víctima de una posible redada al buscar trabajo, ir de compras, criar hijos o simplemente vivir en los barrios en la mira de las redadas de la Migra, ahora tendrán que vivir como fugitivos fuera de la ley, y que los vecinos, compañeros de trabajo o de clase los vean así y que podrían delatarlos en cualquier momento. Si eso no te hace recordar los primeros años del tratamiento nazi de los judíos, lo debería hacer.
La aprobación de SB 1070 prendió de inmediato indignación y alarma de parte del pueblo en Arizona y el resto del país. Y ha suscitado protestas y desobediencia civil, llamados a boicotear las empresas y equipos de deportes de Arizona e incluso la censura oficial de gobiernos municipales y otros.
Al "asunto de la inmigración" y los conflictos en la clase dominante
Este sistema se apoya en un gran sector de trabajadores inmigrantes altamente explotables y vulnerables, en su mayoría de México, y los ha integrado en su funcionamiento. Constituyen un elemento esencial con el cual el capital estadounidense puede competir con éxito en la economía global. A la vez, el imperialismo estadounidense ha echado profundas raíces en la sociedad mexicana, dominando y deformando la economía al extremo de que millones de persona apenas pueden subsistir y tienen pocas opciones salvo irse al Norte en busca de trabajo y la oportunidad de remitir dinero a sus familias en México. Como resultado, ahora se estima que once millones de inmigrantes indocumentados viven en Estados Unidos, y trabajan principalmente en pésimos trabajos de baja paga, llevan una vida marginada y de muchas formas vivir "fuera de la ley" es la norma de su vida cotidiana.
En la clase dominante el consenso general es que "el sistema migratorio está roto". Si bien acepta que se necesita otro sistema para lidiar con los millones de inmigrantes indocumentados, existen fuertes divergencias sobre qué hacer, lo que refleja las divergencias sobre el grado en que la situación amenaza a la cohesión social del país y si funcionarán las propuestas soluciones o si acabarán causando aún mayores problemas para el sistema.
Un sector derechista duro de la clase dominante ha estado elaborando y alabando la SB 1070, y ésta ha llegado a ser una causa célebre de los republicanos de peso, los activistas del Tea Party y fuerzas como el Ku Klux Klan y los supremacistas blancos. Estas personas consideran que los cambios que ha traído la inmigración está socavando el carácter del país, que se define por la dominación y privilegios de los blancos. La declarada "intención" de la ley es de lograr "el desgaste mediante la aplicación de la ley", una forma de limpieza étnica cuyo propósito es expulsar del estado (y del país) a los inmigrantes indocumentados, mediante la movilización de todo nivel de autoridad policial para que la vida sea tan insoportable y la amenaza de la deportación tan omnipresente que los inmigrantes de plano empaquen sus chivas y huyan. Estas fuerzas fascistas también consideran que Arizona es solamente la primera iniciativa de muchas más para poner el programa en marcha. Se han propuesto proyectos de ley similares en Pensilvania, Michigan, Minnesota, Rhode Island y Carolina del Sur, y muchos más estados podrían emular el ejemplo.
Otros sectores de la clase dominante, como las fuerzas agrupadas en torno al gobierno de Obama y los demócratas en general, pero además algunas figuras de peso del Partido Republicano, consideran que cosas como la SB 1070 son un curso de acción arriesgado y peligroso. Dicen que no es posible procurar deportar a todos los once millones de inmigrantes indocumentados en el país y que eso provocaría caos en la economía de todo el país y la sociedad en general. Se inquietan de que el carácter abiertamente reaccionario de las medidas como la SB 1070 puedan provocar trastornos y resistencia de los inmigrantes en la mira así como aquellos en la sociedad que tomen partido con ellos, lo que tendría el potencial de provocar un choque con las fuerzas reaccionarias que promueven este programa. Además, consideran como un peligroso precedente el que Arizona haya dado pasos para desarrollar sus propias leyes migratorias, un precedente que podría interferir con los intereses nacionales más amplios de los imperialistas en su conjunto; en particular por lo que se refiere a México. Mantener el nivel de estabilidad en México tiene consecuencias estratégicas para el imperio estadounidense; y ya están afectando el tejido social general de México y agravando la ya creciente inestabilidad los ataques contra los inmigrantes en Estados Unidos, la interrupción del flujo de remesas y la forzada migración transfronteriza de regreso a México.
El discurso de Obama sobre la inmigración
La mayor tensión en torno a la ley de Arizona, basada en estas contradicciones complejas, hizo que el presidente Obama diera un importante discurso el 1º de julio que explica por qué el programa de su gobierno para una reforma migratoria global debería prevalecer, y no lo que pasa en Arizona. Cinco días después, el Departamento de Justicia entabló una demanda en una corte federal de Phoenix para bloquear la aplicación de la ley de Arizona.
Pero aunque se oponía a la SB 1070, Obama concilió y se acomodó con las reaccionarias fuerzas que la promueven. No denunció este programa reaccionario y no pidió que el pueblo se tomara las calles en oposición. Al contrario, se cuidó de decir que reconocía "la frustración" de los partidarios de la SB 1070, que su programa era "comprensible pero no realista". Eso fue una manifestación del hecho de que los demócratas no pueden llamar y no llamarán al pueblo a tomarse las calles en contra de tales medidas fascistas, en gran parte porque temen la clase de conmoción social que podría surgir y al contrario obran para mantener al pueblo desmovilizado y paralizado políticamente.
Más militarización de la frontera
La militarización de la frontera es una manera importante en que regulan la mano de obra de los inmigrantes e imponen la superexplotación, y Obama dejó en claro que su gobierno acepta la necesidad de aumentar esta militarización. Como resultado de las medidas que ya ha aplicado, "hoy hay más botas militares en el terreno en la frontera del Sudoeste que en ningún otro momento de nuestra historia".
Lo que esto ha hecho es que el número de mexicanos asesinados o lesionados por la Migra estadounidense ha subido de cinco en 2008 a doce en 2009 y 17 hasta ahora en 2010. En un lapso de dos semanas de junio, mataron con una pistola de descarga eléctrica a un inmigrante en un retén al sur de San Diego y el agente de la Patrulla Fronteriza que mató a balazos a un joven de 15 años le disparó desde el lado estadounidense de la frontera hacia Juárez, México. Para colmo, apostar más soldados en la frontera con México, en tiempos en que crece la inestabilidad y crisis del lado mexicano, aumenta la probabilidad de una situación en que esos soldados reciban órdenes de cruzar la frontera hacia México.
A la vez, una gran cantidad de personas en México y en los países más al sur siguen teniendo pocas opciones salvo intentar emprender la peligrosa travesía hacia "El Norte". Pero el "efecto embudo" de la construcción del muro fronterizo y la aplicación del orden público en la zona fronteriza obligan a una cantidad sin precedente de personas a arriesgar la detención así como la muerte al cruzar el traicionero y mortífero desierto de Arizona y Sonora. Se estima que en los últimos seis meses de 2009, encontraron los restos de 85 personas, asolados por el calor y los animales. No se puede calcular cuántas más personas han perecido.
Embate general contra los inmigrantes
Obama dijo que queda "más trabajo por hacer" porque la frontera "simplemente es tan larga como para solucionar el problema solamente con cercas y patrullas fronterizas". Desde que ganó las elecciones, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) no ha dejado sus redadas en fábricas y barrios, y ha empezado lo que algunos patrones llaman "redadas silenciosas". Mediante auditorias de los archivos sobre los empleados, obligan a los patrones a despedir en masa a los trabajadores sin autorización de trabajar, con el fin de crear un ambiente en que ya no es viable contratar a un trabajador indocumentado. El ICE ha logrado afectar a muchas más compañías que el gobierno de Bush pudo con las redadas en los centros de trabajo. En los últimos años, ha crecido dramáticamente la red de centros de detención, muchos de ellos en manos de particulares, que retienen a los inmigrantes a la espera de un dictamen sobre si deportarlos o no. Ha salido a la luz que en los últimos siete años, más de cien inmigrantes han muerto en dichos centros.
Aunque Obama no la mencionó en el discurso, una parte del plan migratorio que apoya, tal como lo describe el senador demócrata Chuck Schumer y el senador republicano Lindsey Graham en una columna de opinión de marzo, incluye la implementación de un sistema de tarjetas de identificación nacional de alta tecnología a prueba de falsificaciones que tendría un identificador biológico, como huellas dactilares o la digitalización de la retina. Se requeriría que toda persona que esté en Estados Unidos que quiere trabajar, inmigrante y ciudadano por igual, tenga dicha tarjeta.
Obama habló sobre "la necesidad de darles a las granjas una forma legal de contratar a los trabajadores de los que dependen, y un camino para que esos trabajadores obtengan un status legal". De lo que él está hablando se conoce como un programa de "trabajadores huéspedes" diseñado para admitir a trabajadores poco calificados. Tal sistema de "migración circular" ya existe en pequeña escala pero se pide una expansión generalizada. El sistema habilita a los empleadores a importar trabajadores legales eventuales por hasta seis meses, y luego enviarlos de vuelta a casa cuando ya no los necesiten o quieran. Se requiere que los trabajadores que entran por medio del programa de "trabajadores huéspedes" entreguen sus documentos de inmigración a sus empleadores lo que en esencia los convierte en mano de obra esclava. Este sistema crea una clase marginada de trabajadores que pueden ser fácilmente deportados si son despedidos; a menudo no les pagan sus salarios; y son forzados a vivir en condiciones terribles.
"Fuera de las sombras…"
Por fin, Obama habló de la necesidad de "demandar que acepten su responsabilidad las personas que viven aquí ilegalmente. Se requiere que acepten que violaron la ley, y que se inscriban, paguen impuestos, paguen una multa y aprendan inglés. Deben saldar sus cuentas con la ley antes de que puedan solicitar y ganar la ciudadanía". Este es el plan de los demócratas para resolver el problema de millones de los de abajo que "viven en las sombras", por un lado, y por otro, tratar de evitar un mayor trastorno en la economía. Nadie sabe cuántos de aquellos que admiten que violaron la ley terminarían prisioneros o deportados en vez de integrados en esta sociedad con una forma de status legal. En particular, si el uso de "documentos fraudulentos" para obtener empleo es motivo de rechazar una solicitud para entrar a este programa, se estima que se podría excluir cerca del 75% de los trabajadores indocumentados
De fondo, la repugnante premisa es que los inmigrantes indocumentados son criminales que deben admitir su culpabilidad, aceptar el castigo e irse al final de la fila. Eso invierte completamente lo correcto y lo erróneo; les culpan de las consecuencias de la dominación y saqueo económico y político de sus países por el capital financiero estadounidense, forzándolos a venir a este país a un alto riesgo y sacrificio para ser superexplotados en las maquiladoras con bajos salarios y condiciones de trabajo peligrosas y cazados como criminales.
En esencia, el objetivo del programa de Obama, al igual que el de la SB 1070, es encontrar una forma diferente para regular a los inmigrantes, restringiendo aún más el cruce de la frontera; impedir que los que no tienen papeles puedan trabajar; desarrollar un programa de trabajadores huéspedes para reducir la necesidad de los indocumentados; y encontrar la forma más efectiva para sacarlos "de las sombras" y ponerlos "al alcance" del sistema y su autoridad. En su conjunto, la versión "consensuada" de Obama de una reforma migratoria no ofrece nada salvo mayor represión, desesperanza y criminalización para los millones de inmigrantes sin documentos y sus familias.
Se necesita una oposición de masas a la SB 1070
La audiencia pública sobre la demanda federal va a tomar lugar el 22 de julio y el resultado a corto plazo estar por verse. Pase lo que pase, sin un desafío mayor contra el ambiente tóxico anti-inmigrante que se está generando, las fuerzas reaccionarias envalentonadas por esta ofensiva contra los inmigrantes no van a retroceder. Van a encontrar otras formas de responder. Y Joe Arpaio, el alguacil reaccionario del condado de Maricopa que ha anunciado que va a lanzar redadas en los barrios inmigrantes empezando el 30 de julio, no se dejará disuadir, pase lo que pase con la demanda.
Necesitamos urgentemente una oposición amplia y visible a las propuestas sobre la inmigración de todos los sectores de la clase dominante. Hoy, se están trazando las líneas de batalla en Arizona. Cualquiera que tenga una furia justa ante el ambiente anti-inmigrante tiene que denunciar la SB 1070 y luchar con muchos otros para que hagan lo mismo. Venga a Arizona el 29 de julio. Sé parte de la lucha.
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