Revolución #218, 28 de noviembre de 2010


Últimas novedades en la campaña para echar por tierra la prohibición en la Prisión Estatal Pelican Bay

Continúa la lucha contra la censura en las prisiones

En febrero de 2010 se recibió la primera palabra oficial de las autoridades de la Prisión Estatal de Máxima Seguridad de Pelican Bay (en California): prohibieron el periódico Revolución. El Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas y Presos (Fondo) envía suscripciones a 45 presos en una de las más infames mazmorras de Estados Unidos. Unos días después, la prisión estatal Chuckawalla Valley (CVSP) envió un aviso semejante.

Se emprendió una larga lucha política y legal para Echar por Tierra la Prohibición en Pelican Bay y Chuckawalla Valley.

 

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A través de los esfuerzos del Fondo y nuestro representante legal, la Fundación de la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos del Sur de California (ACLU), se recabó mucha evidencia de que los funcionarios de Pelican Bay habían establecido una prohibición global por más de cinco meses antes de cualquier aviso. Eso fue una violación flagrante de las propias reglas y reglamentos del sistema de prisiones de California acerca de la prohibición de publicaciones ahí, los que resultaron de un acuerdo arreglado por un tribunal, que el Prison Legal News (Noticias Legales de Prisiones) ganó.

El Fondo lanzó una campaña pública. Muchos abogados, grupos de derechos humanos, activistas de prisiones y anti-censura, académicos y otras voces prominentes firmaron una declaración para echar por tierra la prohibición. El Bay Guardian de San Francisco publicó un artículo importante. En el frente legal, la ACLU tomó medidas para que el sistema penal entregara todos los documentos con relación a la prohibición, presentando fuertes argumentos sobre por qué una prohibición global era inconstitucional y además de que no existía ninguna base para prohibir ni siquiera un solo número de Revolución.

Durante muchos meses los funcionarios de la prisión Pelican Bay se retorcían con toda la publicidad. Plantearon la afirmación ridícula de que en la carta original de febrero que anunció la prohibición, quitaron por error cuatro palabras críticas, lo que convirtió una prohibición global en una prohibición de solo un número del periódico. Luego, bajo creciente presión, el alcaide de Pelican Bay le envió una carta a la ACLU que dijo que "ninguna prohibición del periódico Revolución está en vigor" y que han entregado todos los periódicos a todos los presos suscriptores y que "consideraban el asunto concluido". El alcaide aún no ha admitido abiertamente la prohibición de cinco meses. CVSP se anduvo con evasivas y afirmó que el caso no tenía pertinencia porque ya no quedaba ningún suscriptor en su institución. Por conveniencia, los funcionarios de la prisión Chuckawalla Valley trasladaron al preso que había apelado la prohibición de Revolución allí. El Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California (CDCR) todavía no ha respondido a la demanda de la ACLU para entregar más documentos con relación a esta situación.

Las prisiones se le andan con evasivas a la ACLU

Actualmente, la ACLU sigue tratando de conseguir una respuesta a sus demandas para los documentos que hasta ahora no han llegado. Si se permite que con flagrancia el sistema de prisiones haga caso omiso de la ACLU, sienta un muy mal precedente no sólo para los suscriptores presos de Revolución sino para los derechos constitucionales básicos de los presos. La mayoría de los presos enfrentan estas situaciones sin la ayuda legal de una prestigiosa organización de libertades civiles. No es difícil imaginar lo que pasará con apelaciones de presos individuales si se permiten que los funcionarios de la prisión se salen con la suya en lo básico desconociendo a la ACLU. Por otro lado, si la ACLU logra concluir bien esta situación, eso será muy positivo para el derecho de los presos de tener una vida intelectual, que es otro motivo para proseguir esto y no quedarse corto de la victoria.

Al cierre de esta edición, la mayoría de los presos en Pelican Bay de los cuales tenemos noticias o informan que están recibiendo la mayoría de sus números de Revolución o al menos no han informado sobre problemas que continúan. Sigue siendo muy difícil que el Fondo y la ACLU averigüen que todos los presos están recibiendo todos los números. Las comunicaciones en tiempo real por supuesto son imposibles, y además de eso se complican por el hecho de que los carceleros permiten que los presos tengan solamente un número limitado de timbres postales al mes. Un preso hasta trocó futuros timbres por un solo timbre para escribir al Fondo.

Señales de censura en vigor

Todavía hay indicaciones de que algunos presos individuales no están recibiendo al menos unos números de Revolución. Al menos un preso escribió que no ha recibido la mayoría de los números. En octubre de 2010, funcionarios de Pelican Bay devolvieron un lote de varios números del periódico (de junio a octubre) dirigidos a diez presos diferentes. Aunque sus mismas reglas lo requieren, una vez más ni la ACLU ni el Fondo recibieron ningún aviso de la Prisión Estatal Pelican Bay de que existía un problema con ningún número para ningún preso. Lo más perturbador es la respuesta a la apelación de un preso suscritor en la cual el alcaide de Pelican Bay dice en julio de 2010: "los números específicos de Revolución prohibidos no serán distribuidos a la población de internos…", en contradicción con su propia declaración de junio de 2010 a la ACLU. Hace poco, las autoridades de Pelican Bay devolvieron un sobre que contenía un número del periódico Revolución. El sobre tenía el sello: "Contenido no aceptable en Prisión Estatal Pelican Bay".

Esfuerzos actuales para eliminar la censura de Revolución en las prisiones de California

El Fondo y la ACLU continúan tratando de conseguir todos los documentos relacionados del Departamento de Correcciones de California y de las prisiones estatales de Pelican Bay y Chuckawalla Valley, así como mantener correspondencia con los presos para monitorear la situación. El Fondo activamente busca remedios a nivel estatal para poner fin a toda censura de Revolución; para impedir que las autoridades instituyan de nuevo la prohibición o realicen una prohibición "oculta" de facto; y para impedir represalias en contra de los presos que han apelado la prohibición.

Están en juego derechos básicos: el Fondo insiste en que casas editoras de noticias, incluido el periódico Revolución, tengan acceso a los lectores en todo lugar y situación, incluidas las instituciones estatales; y que los presos tengan un derecho de explorar una gama de ideas, incluidas ideas revolucionarias, libres de la interferencia y esfuerzos para controlar la mente. Las autoridades de la prisión no pueden prohibir de manera arbitraria Revolución ni ningún otro periódico alternativo con motivo de desacuerdos políticos con su contenido. Los funcionarios de la prisión deben revelar el motivo de la prohibición en primer lugar y entregar todos los documentos pertinentes a la ACLU.

Mientras tanto, las solicitudes para suscripciones en Pelican Bay han crecido frente a la prohibición y las solicitudes para suscripciones han aumentado mucho por todo el sistema de prisiones de California. En Illinois una prohibición global ahora está en vigor y el Fondo ha jurado que llevará la lucha contra la censura al sistema de prisiones de Illinois.

Un foro:
¡ECHAR POR TIERRA LA PROHIBICIÓN
DEL PERIÓDICO REVOLUCIÓN!

Ponga fin a la censura política en las prisiones de todo el país

Oradores:

Clyde Young, periódico Revolución
sobre la prohibición del periódico Revolución en la Prisión Estatal Pelican Bay y otras prisiones en Estados Unidos

Stephen Rohde, presidente, Fundación de la ACLU del Sur de California
sobre "Los presos/as y la Primera Enmienda"

Laura Magnani, directora regional interina, región de las montañas y el Pacífico, Comité de Servicio de los Amigos
sobre "Poner fin a la tortura y el racismo en las prisiones de California"

  • ¿Deberían tener los funcionarios carceleros el derecho de aplicar censura política a periódicos con los cuales no están de acuerdo subjetivamente? Si se puede prohibir la discusión de alternativas reales a la estructura económica y social de la sociedad y noticias que se desvían de los medios establecidos dominantes, ¿qué queda del significado de la libertad de expresión?
  • ¿Tienen las y los presos, como seres humanos, un derecho de desarrollarse como pensadores críticos y explorar soluciones alternativas a la suerte del pueblo y del planeta mismo? ¿Tienen las y los presos el derecho de educarse y transformarse en la prisión?
  • ¿Qué es la realidad en las prisiones de California… en las "Unidades de Seguridad Máxima" y en las "Unidades de Modificación Conductual"… y qué hace falta para poner fin a las represalias políticas, tortura, racismo y crueldad en las prisiones de California?

Domingo 12 de diciembre a las 3 pm
Universidad del Sur de California (USC)
MRF 340 (tercer piso) – Social Work Building
(cerca de la esquina de Jefferson y Hoover, frente al Shrine Auditorium en USC.
Muchos lugares para estacionarse los domingos
213-840-5348

Co-patrocinadores :
Fondo de Literatura Revolucionaria para Presas y Presos
Dramastage-Qumran
Forensic Social Work Caucus, USC
Comunidades Interfé Unidas por Justicia y Paz (ICUJP)
ACLU del Sur de California

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