Revolución #218, 28 de noviembre de 2010


California: Estudiantes se enfrentan a los ataques sobre la educación

¡BASTA YA!

El miércoles 17 de noviembre estudiantes y trabajadores de la Universidad de California (UC) llegaron de todo el estado de California a una reunión de la Junta de Regentes (Consejo Rector) de la Universidad de California en San Francisco para protestar contra los ataques brutales sobre la educación pública en California. Fueron recibidos con gases lacrimógenos y, escandalosamente, un policía sacó su arma para amenazar a los manifestantes. Al día siguiente, los regentes de la Universidad votaron a favor de aumentar la matrícula estudiantil en un 8%, el cuarto aumento en tres años de la matrícula para estudiantes en el sistema de la Universidad de California. El año pasado, la matrícula aumentó en un 32%. Para colmo, los regentes también recortaron el presupuesto de la Universidad.

El hecho de que un policía desenfunde su arma de fuego contra los manifestantes fue noticia nacional. Recuentos en la Prensa Asociada, reproducidos en los periódicos de todo el país, simplemente repitieron las declaraciones de la policía del plantel acerca de que el policía “había sacado su arma para protegerse a sí mismo. Él estaba muy preocupado por su seguridad”. Muchos testigos oculares desmintieron eso. El periódico estudiantil oficial de la UC-Berkeley, el Daily Californian, publicó un artículo con la versión de una manifestante: “El policía golpeó a un estudiante con su macana con tal fuerza que se le rebotó de la mano. Frente a la multitud, el oficial se apanicó, sacó su revólver y apuntó a los estudiantes, de acuerdo a lo dicho por Lara-Briseño”.

De todos modos, el uso de gas pimienta, la detención de 13 manifestantes, uno por un delito grave, y las amenazas a los estudiantes con un arma de fuego no se deben en ningún sentido fundamental a que un policía, que había estado golpeando a los estudiantes con su macana, se sentía amenazado.

La violencia policial fue una escalada totalmente injusta de los continuos intentos de intimidar brutalmente, detener y aterrorizar a los estudiantes y su lucha decidida por defender el derecho a la educación. En los últimos días, estos ataques han ido desde detener a cinco estudiantes de la UC-Irvine por escribir mensajes de protesta con tiza, hasta apostar policías de la Universidad de California y del sherifato del condado afuera de las reuniones de protesta estudiantiles y en los pasillos de los edificios de aulas en el plantel. Un joven activista fue detenido y hostigado por la policía en el plantel de la UC de Berkeley por pegar legalmente volantes con una imagen del policía con el arma desenfundada en la mano y un titular que decía: “Paga el aumento del matrícula o te pego un tiro”. Después, observó mientras los policías despegaban todos sus volantes. “Eso es intimidación y hostigamiento”, dijo. “Están tratando de silenciarnos. Ayer ese policía con el arma me dio mucho miedo. Me recordó lo que ocurrió en Oakland con Oscar Grant”.

Una ola de ataques sobre la educación

Una estudiante de la UC-Berkeley que fue rociado con gas pimienta y golpeada con una macana por la policía le dio voz a la motivación de muchos de los que estaban ahí cuando le dijo a Revolución: “La educación es un derecho. Es un principio básico de una sociedad sana. Está privatizando la universidad. Estamos perdiendo algo muy preciado en este momento. Es importante que las personas tengan la capacidad de conocer el mundo en el que viven, de entender las diferencias a su alrededor para que no sean conducidas por el camino incorrecto o resulten con prejuicios”.

Pero esa no es la lógica del sistema capitalista, en que la educación no es ningún derecho.

La matrícula ha estado subiendo desde hace años en las escuelas de la Universidad de California, pero desde que empezó la crisis financiera en el 2008 los estudiantes han sido sometidos a una incesante serie de alzas de las matriculas, recortes del personal, los recursos y servicios, en las clases de los departamentos progresistas de Humanidades/Artes Liberales han sido los primeros en sufrir las consecuencias. El sistema de la Universidad de California ha sido durante mucho tiempo considerada la “joya de la corona” de la educación pública en los Estados Unidos, una institución abierta a cualquier persona que cumpla con los requisitos académicos. Ahora, están reestructurando radicalmente la calidad y accesibilidad de la educación. La inscripción de estudiantes negros y latinos está disminuyendo en muchos planteles de la UC y alumnos de todos los orígenes están “pagando más por menos”, agobiados por el endeudamiento masivo cuando salgan a un mundo de desempleo. Además, están en marcha dramáticos recortes similares del presupuesto para la educación superior pública en todo el país, desde Luisiana hasta Nueva Jersey.

Dicen que se tendrá que aceptar todo esto porque el gobierno del estado de California tiene un déficit presupuestario de 25 mil millones de dólares. Además de recortes de la educación pública, el déficit presupuestario ha provocado una amplia gama de ataques fuertes, desde el despido temporal de 200 mil trabajadores en noviembre hasta los recortes de los pagos de Medicaid que ponen en peligro los servicios médicos más esenciales para los pobres.

La actual crisis económica se ha agudizado e intensificado lo que ha existido desde hace más de cien años: por todo el mundo, el capitalismo-imperialismo está pulverizando vidas y forzando a la gente a situaciones aún más vulnerables. En los países imperialistas en Europa y en Estados Unidos, este fenómeno se ha manifestado en enormes recortes y/o la “privatización” de servicios sociales esenciales, la educación y el sector público en general.

Pero durante el último año, los estudiantes del sistema de universidades públicas de California se han negado a aceptar que así tienen que ser las cosas. Han sostenido grandes protestas y ocupaciones de edificios. Las protestas contra los ataques a la educación se han compenetrado con otro activismo estudiantil importante en California. A comienzos de 2010, cientos de estudiantes de la Universidad de California-San Diego participaron en protestas contra incidentes racistas en el plantel. Se llevó a cabo una huelga de hambre durante los exámenes finales del año pasado en la Universidad de California-Berkeley contra los recortes presupuestarios y la SB1070, la fascista ley de Arizona contra los inmigrantes. A cada paso los estudiantes se han encontrado frente a la represión y brutalidad de la policía.

Cuando un policía desenfundó su revólver para amenazar a los manifestantes estudiantiles durante una reciente reunión del consejo rector de la Universidad de California, en esencia se desempeñaba como agente armado de un sistema capitalista que no puede tolerar y no tolerará ningún desafío a los grandes cambios que se están imponiendo sobre la educación.

Los activistas estudiantiles en Berkeley han respondido con mayor resistencia al aumento de las cuotas y la brutalidad e intimidación policial durante la reunión del consejo rector. Al cierre de esta edición, los estudiantes de la Universidad de California-Berkeley sostuvieron “una marcha que serpenteó” por el plantel, adornando a su paso el suelo y los edificios con mensaje con tiza contra la brutalidad policial y los recortes presupuestarios. Su volante se leía: “¿Aumento de la matrícula de 822 dólares? ¿Salarios más grandes para los directivos? ¿Agentes del Departamento de la Policía de la Universidad de California que apuntan sus armas a los estudiantes y luego arrancan los volantes con fotos del incidente? ¡BASTA YA!”

“Y a pesar de las buenas intenciones que tienen muchos maestros, el sistema educativo es un insulto crudo para muchos jóvenes y un mecanismo de disciplina y adoctrinamiento en general. Si bien existe cierto estímulo, en particular en algunas escuelas ‘elitistas’, para que los estudiantes piensen de formas ‘no conformistas’ —siempre y cuando en última instancia eso siga beneficiando las necesidades e intereses fundamentales del sistema—, en general, en lugar de darles una capacidad real para que aprendan acerca del mundo y busquen la verdad donde quiera que ésta lleve, con un espíritu de pensamiento crítico y curiosidad científica, se moldea y se distorsiona la educación de modo que sirva a los mandamientos del capital, justifique y perpetúe las relaciones de opresión en la sociedad y en el mundo en conjunto, y refuerce la posición dominante de los ya poderosos. Y a pesar de los impulsos y esfuerzos creativos de muchas personas, también se corrompe y se moldea la cultura dominante para reducir y no elevar las aspiraciones de la gente, ensalce y promueva los modos de pensar y de actuar que mantienen este sistema en pie y hacen que la gente crea que no es posible tener nada mejor”.

—De: “La revolución que necesitamos… La dirección que tenemos”, Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos

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