Revolución #229, 10 de abril de 2011
Japón: Continúan la crisis nuclear capitalista y el gran peligro
Nota de la redacción: Lo siguiente son las últimas noticias sobre la crisis nuclear en Japón. Las publicamos aquí como complemento del discurso de Raymond Lotta "No podemos solucionar la emergencia ambiental bajo este sistema, pero sí hay manera de hacerlo... y se trata de la revolución comunista". Instamos a las y los lectores a circular este discurso ampliamente entre activistas, sitios web, etc., en Japón.
27 de marzo de 2011. Continúa la crisis nuclear en Japón, con la amenaza de una catástrofe aún mayor en la planta nuclear de Fukushima Daiichi, tras el terremoto y tsunami del 11 de marzo que asoló la costa noreste de Japón. Al cierre de esta edición, la cifra oficial de muertes debido al terremoto y tsunami es ahora más de 10 mil. Más de 17 mil personas siguen desaparecidas y cientos de miles más están sin techo. La radiación proveniente de los reactores dañados ya ha hecho mucho daño. La situación sigue siendo extremadamente peligrosa y claramente no está bajo control, a la vez que la empresa Tokyo Electric Power Copany (TEPCO, dueño y operador de la planta) y el gobierno han estado encubriendo sistemáticamente la verdadera magnitud de los peligros.
Anteriormente esta semana, funcionarios del gobierno japonés afirmaban que había avances en la restauración de la electricidad a la planta. Los problemas ahí empezaron cuando el tsunami noqueó el poder eléctrico, lo que apagó los sistemas de enfriamiento de los reactores. Esto ha hecho que la temperatura del combustible radiactivo de los reactores suba mucho más que en condiciones normales de operación y se emitan enormes cantidades de calor. A su vez, esto ha provocado explosiones e incendios, y dañado las estructura de la planta y causado filtraciones de material radiactivo. Un alto funcionario de la Comisión Reguladora Nuclear estadounidense dijo que la restauración de la electricidad "tal vez fuera la primera señal optimista que tenemos de que quizá se esté revirtiendo la situación". Pero han continuado las ráfagas de humo y vapor radiactivos de varios reactores. Pero han surgido problemas profundos adicionales. El 27 de marzo, TEPCO admitió que el agua radiactiva en los cuatro reactores dañados estaba a 100 mil veces por encima del nivel normal. Se midió la radiación en el aire proveniente del reactor #2 a mil miliSieverts, lo que hizo que las brigadas de trabajadores se retiraran. (Un "miliSievert" es 1/1000 de un Sievert, una unidad para medir la exposición a la radiación).
Ya se ha encontrado extensa contaminación de la lluvia radiactiva en hortalizas, los sistemas de agua potable y la leche en lugares tan lejos como Tokio, a 200 km de Fukushima. La lluvia se compone de material radiactivo regado por el viento, que luego cae en el suelo, sobre todo con la lluvia. El material radiactivo también ha salido hacia el mar en las aguas contaminadas de la planta, que está ubicada en la costa.
Los expertos en temas nucleares han señalado que esta diseminación de la contaminación contradice fuertemente los niveles de emisiones que han reportado el gobierno y TEPCO. Existen peligros de mayores emisiones de radiación de alto nivel en la planta y en los alrededores, así como el crecimiento de la diseminación de niveles menores pero nocivos de radiación de la planta en zonas más amplias en Japón y más allá.
Los efectos nocivos sobre la salud de millones de personas y de los ecosistemas en Japón y posiblemente en una región mucho más extensa no son solo "un problema japonés". Éste es un problema global que las personas de todo el mundo tienen que reconocer y al cual tienen que responder.
Los problemas con los reactores
El 25 de marzo un funcionario del Organismo de Seguridad Nuclear e Industrial de Japón anunció que estaba dañada la vasija del núcleo del reactor #3 en la planta de Fukushima. Esta vasija se compone de acero y contiene las barras de combustible nuclear y este núcleo está rodeado de una vasija de contención de hormigón. El New York Times informó que un "alto ejecutivo en materia nuclear" al tanto de la situación dijo que este reactor tiene una larga grieta vertical que recorre el costado de la vasija y por ella han estado filtrándose fluidos y gases. Esto constituye una noticia muy mala, porque el reactor #3 contiene plutonio, además de uranio, en las barras de combustible. Esta combinación es sumamente peligrosa, porque el plutonio puede causar cáncer aun cuando un ser humano ingiera una pequeñísima cantidad. Ambas sustancias siguen siendo radiactivas durante decenas de millones de años y ahora parece que no se sabe qué cantidad se ha emitido al aire.
El 24 de marzo, dos trabajadores que se esforzaban para conectar la electricidad a una bomba en un edificio al costado del reactor #3 pisaron agua radiactiva que les entró en las botas. El agua era diez mil veces más radiactiva que los niveles normales en torno al reactor, con tanta contaminación que, según informes, causó de inmediato quemaduras de radiación sobre los pies y tobillos de los trabajadores. La mayoría de las noticias mediáticas dicen que los dos trabajadores sufrieron una exposición de 170 miliSieverts de radiación. Pero según el Instituto Nacional de Ciencia Radiológica de Japón, es probable que los trabajadores sufrieran una exposición de 2 a 6 Sievert. Se sabe que se puede esperar que una sola dosis de 5 Sievert (o cinco mil miliSieverts) mate a la mitad de las personas expuestas dentro de un mes. En el desastre de Chernóbil de 1986 en la antigua Unión Soviética, el más mortífero accidente nuclear en el mundo hasta ahora, los trabajadores de limpieza que murieron dentro de un mes fueron expuestos a una dosis de radiación promedio de 6 Sievert.
Los funcionarios de TEPCO también dicen que encontraron aguas con niveles igualmente altos de radiación en el edificio del reactor #1 y otras aguas que probablemente sean radiactivas en los edificios de los reactores #2 y #4. Eso implica que existen extensos niveles potenciales letales de contaminación radiactiva en todos estos edificios y posiblemente en los alrededores, lo que hace que sea muy difícil y peligroso que los equipos trabajen ahí y restauren el control del sistema de enfriamiento fallido.
Varios expertos señalan que para restaurar el sistema de enfriamiento de los reactores, se necesita hacer mucho más que simplemente volver a conectarles la electricidad y encender las bombas de agua. El mecanismo de enfriamiento para la clase de reactores parecida a aquellos en Fukushima (llamados reactores que hacen hervir el agua, diseñados por General Electric) es un complejo sistema de bombas, tuberías, palancas y válvulas al fondo del reactor que hacen circular el agua por el núcleo. En condiciones normales, el sistema de enfriamiento utiliza agua dulce. Pero desde el corte de la electricidad y la crisis, han vertido y bombeado grandes cantidades de agua del mar sobre los reactores a fin de enfriar las barras de combustible. El calor de las barras ha hecho hervir y evaporar el agua del mar, lo que ha dejado atrás decenas de miles de kilos de sal en los reactores, según algunas estimaciones. Según los expertos, si se acumulara la sal alrededor de las barras de combustible nuclear, eso podría servir de aislante para las barras e impedir que el agua las enfríe. Por tanto, se calentarían más las barras, lo que podría provocar una fusión del núcleo del reactor, con mucho mayores emisiones de radiación. La sal también puede hacer que se traben las válvulas críticas para la circulación del agua de enfriamiento.
Además, los técnicos tienen que dejar salir manualmente el aire en la telaraña de tuberías y bombas para impedir que se abran boquetes en las tuberías cuando se enciendan las bombas. Es necesario hacer esto en algunas áreas que ahora están cubiertas, al menos en parte, por aguas altamente radiactivas. También se han encontrado cobalto y molibdeno radiactivos en las aguas en los reactores y un experto en materia nuclear dice que esto podría tener que ver con la corrosión que se ha acumulado durante años en las tuberías de los reactores.
Lluvia de radiación
Al surgir estos nuevos peligros en la planta, se ha encontrado la contaminación de la lluvia radiactiva en la prefectura (estado) de Fukushima y en las prefecturas vecinas y cuando menos en lugares tan distantes como Tokio, a 200 k al sur. El viento ha estado soplando principalmente del este hacia el mar, por lo que es probable que la mayor parte de la radiación de la planta se haya esparcido sobre el mar. Este fenómeno en sí es motivo de gran preocupación, a pesar de las constantes negativas desde muchos círculos de que no habrá problemas resultantes, porque supuestamente se diluiría la radiación a niveles inofensivos en las vastas extensiones del mar. Los ecosistemas marítimos en todo el planeta están bajo extremas presiones y en muchas formas están sufriendo degradaciones y las descargas radiactivas de Fukushima están agravando esta situación.
La cantidad de radiación hallada en Japón (y se han detectado rastros de radiactividad a lugares tan distantes como Islandia) indica que es muy probable que Fukushima esté emitiendo más radiación de lo que admiten. Las autoridades no están monitoreando para nada ni de manera adecuada las emisiones de radiactividad de Fukushima o, si no, las están encubriendo deliberadamente. Un "alto ejecutivo occidental en materia nuclear" citado en el número del 24 de marzo del New York Times dijo: "Los niveles de contaminación están mucho mayores de lo que se esperaría ver en lo que es del conocimiento público", en vista de que el viento ha soplado principalmente hacia el mar.
Según informes poco divulgados en los medios, provenientes de investigadores meteorológicos austriacos, en los primeros tres a cuatro días de la crisis, el yodo radiactivo emitido de la planta de Fukushima Daiichi representa el 20% de la cantidad emitida durante los diez días del desastre de Chernóbil. Durante este mismo plazo, las emisiones de cesio radiactivo del desastre de Fukushima representan el 50% de lo que emitió Chernóbil. O sea, un hallazgo sorprendente, puesto que estas cifras toman en cuenta solamente los primeros días del actual desastre, el cual está lejos de terminarse.
También están saliendo a la luz hechos alarmantes acerca de la contaminación del suelo. Funcionarios del Ministerio de Ciencia e Innovación de Japón encontraron que el yodo-131 radiactivo en el suelo a 40 km de la planta está 400 veces por encima del nivel normal. Los niveles de cesio-137, que permanece radiactivo más tiempo que el yodo, están a 47 veces por encima de la norma. Según la revista Science, los niveles de cesio-137 que hallaron, al menos en este lugar, están más altos que los más altos niveles hallados en algunas aldeas cerca de Chernóbil. Éstos son hechos extremadamente perturbadores, pero en lugar de poner sobre aviso a la población, el Ministerio de Ciencia e Innovación de Japón dice que "no ve ningún problema en estos momentos" y que "no tenía ninguna norma ambiental para las sustancias radiactivas en el suelo".
Hasta ahora, solamente han evacuado a las personas en un radio de 19 km alrededor del complejo de Fukushima. Ahora, trascurridas dos semanas de la crisis con niveles importantes de contaminación mucho más allá, el gobierno simplemente ha "alentado" a irse a las personas dentro de un radio de 30 km de la planta.
El 23 de marzo se detectó yodo-131 radiactivo en el sistema de agua potable de Tokio, que es el doble del nivel máximo que se estima como seguro para infantes bajo las normas vigentes. Lanzaron advertencias de que los infantes no deberían tomar el agua de la llave. El yodo-131 es muy peligroso para los recién nacidos, niños y mujeres encintas con sus fetos. El yodo radiactivo en el torrente sanguíneo se concentra en la tiroides, donde puede causar la mutación de células. Si bien el yodo-131 se desintegra (o sea, que pierde su radiactividad) con relativamente rapidez, genera mayores índices de cáncer de la tiroides en las personas expuestas. Según los investigadores, en ciertas partes de Bielorrusia se puede esperar que resulten con cáncer el 36.4% de los niños menores de cuatro años de edad en el momento del desastre nuclear de Chernóbil.
También detectaron la contaminación del sistema de agua potable en otras tres prefecturas y las personas cayeron sobre los supermercados para comprar agua embotellada. El gobierno japonés rápidamente le restó importancia a la revelación acerca de la contaminación del agua potable. El secretario del Gabinete Yukio Edano dijo que Japón tiene normas muy estrictas y "aunque las personas tomen esa agua unas cuantas veces, no habría efectos nocivos a largo plazo". Pero incluso se han demostrado que las pequeñas dosis secundarias de yodo-131 aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de la tiroides más tarde en la vida para las personas expuestas de niño. Mientras Edano le restaba importancia al peligro, los militares estadounidenses trasladaban un importante portaaviones nuclear, que estaba ubicado cerca de la costa japonesa, a una mayor distancia de Fukushima de lo que está Tokio, debido a sus temores por la contaminación.
Han hallado índices de radiación que superan las normas de seguridad en doce clases diferentes de hortalizas en la prefectura de Fukushima. La radiación también ha contaminado la leche en dos prefecturas. Varios países han prohibido la importación de fruta, hortalizas y leche de cuatro prefecturas japonesas, incluida Fukushima. En los últimos días, la radiación en el agua potable de Tokio ha caído por debajo del máximo nivel permitido para niños (a la vez que sigue por encima de ese nivel en algunas partes de la prefectura de Ibaraki, al sur de Fukushima). Pero los cambios de la dirección del viento y las condiciones lluviosas podrían hacer que vuelvan a subir los niveles de contaminación del agua.
Grupos como Médicos para la Responsabilidad Social (PSR), la Unión de Científicos Interesados y el Centro Ciudadano de Información Nuclear en Japón están trabajando para poner sobre aviso a la gente acerca de los verdaderos peligros. Una declaración del PSR "manifestó alarma acerca del nivel de desinformación que ronda en los reportes de la prensa sobre el grado al cual se puede considerar ‘segura’ la exposición a la radiación. Según la Academia Nacional de Ciencias (de Estados Unidos), no existe ninguna dosis de radiación que no perjudica. Las décadas de investigaciones demuestran claramente que cualquier dosis de radiación aumenta el riesgo de que se desarrolle el cáncer en el individuo". Un representante del PSR señaló que comer alimentos contaminados con materiales radiactivos es especialmente peligroso: "Si un individuo ingiere o inhala una partícula radiactiva, ésta sigue irradiando el cuerpo mientras que permanezca radiactiva y esté en el cuerpo". Muchos informes sobre la crisis dicen que la exposición a menos de 100 miliSieverts no representa el riesgo de desarrollar cáncer. Pero según el PSR, lo que demuestran las investigaciones es que la exposición a solamente 10 miliSieverts aún genera una posibilidad de uno en mil de contraer el cáncer. Eso quiere decir que si un millón de personas están expuestas a 10 miliSieverts, se esperaría que esa dosis generara cáncer en mil de ellas.
Mantener el "orden" capitalista
Siempre que salga a la luz una nueva revelación sobre la detección de la radiación en la comida, agua y suelo, los medios de comunicación establecidos citan a algún funcionario gubernamental, vocero de una corporación o experto a favor de la energía nuclear que dice que no hay tanta amenaza de peligro y probablemente tendrá poco o ningún efecto sobre la salud de la población. En lugar de ofrecerles un análisis científico y acertado de la situación y movilizar a las masas populares para lidiar con los peligros, no les dicen la verdad y las relegan a esperar pasivamente para "ayuda". No están monitoreando sistemáticamente la radiación, o no están diciendo la verdad sobre la situación.
En lo fundamental, esto no se trata de la incompetencia del gobierno o la falta de honradez de las corporaciones. Como señala Raymond Lotta: "El principal interés del estado imperialista japonés es mantener el orden y salvaguardar sus intereses estratégicos. El principal interés de las empresas de energía es proteger sus inversiones.
"Esa es la razón por la que se ha mantenido desinformado al pueblo japonés. Por eso no se ha permitido que se movilice de la manera que se requiere…. Y en un mundo dividido entre estado-naciones imperialistas contendientes, no puede existir la clase de movilización global de la gente y de recursos que exige la enormidad de esta grave crisis" ("No podemos solucionar la emergencia ambiental bajo este sistema, pero sí hay manera de hacerlo... y se trata de la revolución comunista", una trascripción revisada de un discurso que pronunció Lotta en el reciente Left Forum en la Ciudad de Nueva York. Este discurso analiza que el sistema capitalista imperialista causa la crisis nuclear en Japón y la emergencia ambiental global y que una revolución comunista para establecer un poder estatal radicalmente nuevo y diferente abre el camino hacia el único método viable para lidiar de manera integral con esa emergencia).
Después de que sus reactores nucleares ya han causado tanto sufrimiento humano y daño ambiental, con el potencial de aún mayor devastación, los gobernantes capitalistas imperialistas japoneses han declarado su intención de continuar y acelerar el desarrollo de la energía nuclear. Estados Unidos, Francia y otros imperialistas han expresado intenciones similares. ¡Todo esto es intolerable y escandaloso! Por todo el mundo el pueblo tiene que luchar por demandas de que el sistema lidie con los efectos de este desastre, a la vez que analicemos sus causas concretas y breguemos con la verdadera solución a la apremiante emergencia ambiental que viven la humanidad y el planeta.
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