Revolución #235, 12 de junio de 2011


Alto a la ocupación
No más asesinatos a manos de la policía
No más represión y criminalización de la juventud

Recibimos lo siguiente el 31 de mayo:

El 18 de mayo, Fletcher “Antoine” Jackson y su amigo John Sloan, dos negros jóvenes, fueron asesinados fríamente por la policía en la calle Curran del distrito Fruitvale de Oakland. Un día después de la aprobación de la más reciente prohibición anti pandillas, estos hombres fueron perseguidos y matados como si fueran animales. Los policías dispararon a través de las cercas y dentro de las casas donde dormían niños. John fue baleado en la cabeza en el jardín del frente de una casa. Antoine también quedó baleado, pero la policía rehusó actuar cuando una persona le pidió “detener la hemorragia”. Al contrario, la policía les ordenó a los testigos: “regresen a sus casas y apaguen las luces”, mientras que ellos mismos celebraron con palmaditas y se felicitaron por el tiroteo, como si se tratara de una gran fiesta. Antoine murió más tarde.

La noche siguiente, docenas de patrulleros cerraron el acceso a la calle Cuthbert de Fruitvale y no permitieron que los vecinos ni entraran ni salieran. Nadie podía ir a ver cómo estaban sus seres queridos y sus hijos. Había francotiradores, policías fuertemente armados en camuflaje, un equipo SWAT (antimotín) de 35 hombres, agentes de la DEA (antinarcóticos), vehículos tipo militar y helicópteros policiales merodeando la calle y el cielo. ¿Con qué razón? Era para allanar un departamento —UNO SOLO— donde supuestamente encontraron dos armas de fuego y un cuchillo.

La policía dice que el objetivo de todo esto es “sacar las armas de las calles”. No, pues; es introducir más armas a las calles: ¡las suyas! Esta es una ocupación tipo militar, que recuerda lo que hace Estados Unidos en Irak y Afganistán y muchos otros países. Y aquí mismo, dentro de Estados Unidos, eso ocurre particularmente en los barrios negros y latinos. Así que en realidad, ¿quién es el “terrorista número uno”? ¡Pues, los Estados Unidos de América!

Lo que pasa en Oakland es parte de una epidemia nacional de brutalidad y de asesinatos a manos de la policía. Hace un año en Detroit, la policía asesinó a una niña de 7 años de edad, Aiyana Stanley-Jones, al allanar el departamento equivocado. Hasta la fecha no han castigado ni reprendido a ningún policía ni a ningún funcionario por este asesinato. Ahora el 1º de junio, Johannes Mehserle, el policía de metro BART que asesinó a Oscar Grant, irá ante un juez, quien probablemente le permitirá que salga en libertad tras cumplir siete meses de prisión.

Es como dice Bob Avakian, el presidente de Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos:

“El papel de la policía no es de servir y proteger a la gente, es para servir y proteger el sistema que gobierna sobre la gente. De reforzar las relaciones de explotación y opresión, las condiciones de pobreza, miseria y degradación que el sistema ha impuesto sobre la gente y está determinado a mantenerla allí. La ley y el orden que representa la policía con toda su brutalidad y asesinato es la ley y el orden que refuerza toda esta opresión y locura” (Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian, RCP Publications).

¡Alto a la ocupación, todo el maldito sistema es culpable!

¡Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución!

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