Decisiones hitos sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo… La lucha tiene que continuar
14 de julio de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us
El 26 de junio, la Suprema Corte falló contra el Acta de Defensa del Matrimonio (DOMA) y confirmó la anulación de la Proposición 8, la que prohibió el matrimonio entre las personas del mismo sexo en California. Ambas decisiones tienen implicaciones de gran alcance para los derechos básicos de las parejas del mismo sexo y ¡por todo el país hubo celebraciones!
De los más de 30 mítines sostenidos en California a los otros 150 actos del "Día de la Decisión" e "Igualdad de Matrimonio" sostenidos por todo el país, las personas de diversos sectores sociales se pusieron en pie colectivamente para celebrar estas decisiones hitos, que representan el reconocimiento legal del amor entre las personas del mismo sexo, tras siglos de tormento, humillación, vergüenza y crueldad contra la gente LGBT. Se evidenció en las radiantes sonrisas y en el espíritu desafiante de miles de parejas que llenaron las calles del país en multitudes triunfantes y alegres, portaban enormes banderas del arco iris, y se vestían de camisetas y cargaban pancartas con el mismo en celebración de la decisión.
Esta decisión en gran parte es producto de las décadas de lucha de la gente LGBT por la igualdad de derechos y en contra de la discriminación generalizada en su contra en la sociedad. A la vez, lo que se ganó en estas decisiones de la Suprema Corte tiene fuertes límites. Reflejan los límites de lo que este sistema opresor puede ofrecer y ofrecerá, en términos de la verdadera liberación de las relaciones sociales y de género. Las decisiones son muy limitadas, arraigadas de manera importante en la lógica de los "derechos de los estados" que nos relega a una situación en que el matrimonio de personas del mismo sexo sigue siendo ilegal en la gran mayoría de los estados.
"Defendiendo el matrimonio"
La DOMA es un proyecto de ley firmado como ley por primera vez por Bill Clinton en 1996. Se trata de una reaccionaria ley que se aprobó en unos tiempos en que se extendía y crecía en toda la sociedad la aceptación de las sexualidades gay, lesbiana, transgénera y otras no tradicionales. La ratificación de este proyecto como ley representó una verdadera reacción contra la creciente aceptación de las personas LGBT y el amplio reconocimiento de la legitimidad del amor y las relaciones entre las personas del mismo sexo. Durante más de una década, esta ley, con el pleno aval del Vaticano y de los legisladores republicanos más conservadores, ha garantizado que las parejas del mismo sexo (incluso en los estados que han despenalizado el matrimonio entre las personas del mismo sexo) se encuentren en muchas situaciones que no pueden contar con el reconocimiento como los padres o madres de sus hijos, recibir la herencia de sus cónyuges fallecidos, solicitar micas para sus cónyuges de otra nacionalidad, tener acceso para visitar a sus parejas en los hospitales en situaciones de urgencia y efectivamente impidió que millones de personas recibieran otros beneficios institucionalizados del matrimonio.
Declarar el DOMA inconstitucional sí representa un gran cambio en las leyes de Estados Unidos. El magistrado Anthony M. Kennedy, quien redactó la opinión mayoritaria en el caso, expuso un principio arrollador: que el DOMA era una afrenta a "la igual dignidad del matrimonio del mismo sexo". Agregó que el DOMA era inconstitucional porque se proponía "menospreciar y lastimar a aquellos a quienes el estado, por sus leyes del matrimonio, buscaba proteger en persona y dignidad".
Kennedy señala algo real e importante cuando se refiere a la igual dignidad y critica las odiosas intenciones y efectos del DOMA. Aunque, por medio de estas decisiones, en efecto la Suprema corte elude la cuestión esencial, porque aparentemente para la Corte, ¡la igual dignidad de la persona es aún un asunto que hay que dejar que decidan los estados! Por eso revocó el DOMA, pero en su decisión sobre la Proposición 8, dejó en las manos de los estados la decisión de si las parejas del mismo sexo pueden recibir los mismos derechos que las parejas heterosexuales. Por eso, en 37 de los 50 estados, el matrimonio entre personas del mismo sexo aún es ilegal. El que las personas del mismo sexo tengan derechos básicos se ha dejado a la misericordia de los procesos políticos en lugares como los estados conservadores de Utah, Texas y Alabama.
La Proposición 8 y "los derechos de los estados"
La Proposición 8 que prohíbe el matrimonio del mismo sexo en California, se aprobó por un voto del 52% en el 2008. En el 2010, una decisión del juez presidente del distrito Vaughn Walker anuló esa ley, en una decisión que se celebró de California a Nueva York.
El 26 de junio la decisión de la Suprema corte defendió la resolución de Walker y permitió el matrimonio legal del mismo sexo en California, junto con todo lo que eso contrae.
La decisión deja sin tocar otras leyes estatales que prohíben el matrimonio entre personas del mismo sexo y la corte no dijo si existía un derecho constitucional para tales uniones, lo que justamente se ha llamado "una acción cobarde". Evadir el asunto implica no declarar que las personas LGBT son seres humanos y deja a millones de personas en la mayor parte de Estados Unidos sin esos derechos básicos. Esto equivale a institucionalizar implícitamente el "derecho" de los estados a declarar ilegal el matrimonio entre las personas del mismo sexo.
Nosotros analizamos el significado más amplio de esta clase de resolución en "El matrimonio entre las personas del mismo género: Un derecho básico, una demanda justa" (Revolución #300, 7 de abril de 2013): "Tal fallo lleva el potencial de crear una situación semejante a la de Estados Unidos antes de la guerra de Secesión, cuando existieron los 'estados libres' y los 'estados esclavistas', aunque en la ocasión actual existirían los estados en que las personas del mismo sexo pudieran casarse y los estados en que no. No se reconocerían los derechos de las parejas gay y lesbianas bajo el derecho estatal en los estados que prohibieran el matrimonio entre las personas del mismo sexo. 'Los derechos de los estados' fueron el grito de guerra de los segregacionistas durante el movimiento de los derechos civiles. ¡Cualquiera que se oponga al prejuicio, la discriminación y la aplicación violenta de esas cosas no debería apoyar esa lógica de ninguna manera!"
Jeb Bush, el ex gobernador de Florida, dijo hace poco: "…las familias tradicionales son lo que va a terminar por encabezar nuestra renovación, que los padres y madres o esposos y esposas que aman a sus hijos con todo el corazón y alma van a representar el sendero a la restauración para nuestro país" (entrevista con Christian Broadcast Network, 14 de junio de 2013). De acuerdo a esta cita de Bush, existe algo malo con el amor que expresan las parejas del mismo sexo por sus hijos, y el predominio de esta manera de pensar, en grandes sectores de la población, estatuida en las leyes al nivel estatal, es exactamente lo que consagra la lógica de "los derechos de los estados" de la decisión de la Suprema Corte. ¡Las decisiones sobre los derechos humanos básicos nunca deberán estar en las manos de los estados, sobre todos los estados reaccionarios!
En esta instancia, el hecho de que la Suprema Corte haya reconocido el matrimonio del mismo sexo (incluso de esa forma truncada y limitada) refuerza puntos de vista erróneos de que este sistema se "corrige a sí mismo", que de alguna manera está "acercándose lentamente hacia la igualdad" y que la manera para terminar la desigualdad y la opresión es trabajar por medio de las estructuras políticas, las cortes, los legisladores, las elecciones, etc.
He aquí dos puntos esenciales. Uno, esas cortes, legisladores, funcionarios electos y el proceso general de las elecciones se crearon al comienzo y se han desarrollado durante años como un mecanismo para reforzar las relaciones opresivas básicas del capitalismo. Todo el proceso por el que se aprobó la Proposición 8 en California es un ejemplo concentrado de este punto y se está propagando por todo el país. Esta ha sido una manera de aprobar medidas reaccionarias y fascistas, mientras dicen: "Se trata de la voluntad del pueblo". En realidad, poner estos derechos a votación continúa "un precedente ultrajante: que ahora se puede 'poner a la consideración del electorado' cualquier derecho de cualquier grupo de personas… a la merced de fanáticos religiosos, las personas subyugadas en las fauces de la ignorancia y los manipuladores fascistas" (Revolución #300).
Segundo, es una premisa crucial y básica que cualquier movimiento para cualquier cambio social importante tiene que salirse del marco político de las elecciones y del sistema a fin de hacer cualquier progreso concreto. Ninguno de los cambios que se operan en la sociedad por la realización de la igualdad para las parejas del mismo género jamás se habrían dado sin la enorme lucha de la gente LGBT y otros contra la generalizada diseminación y persecución que enfrente la gente LGBT y por cambiar el ambiente y actitud en general en la sociedad hacia las parejas del mismo género.
"Una masiva alteración del actual orden social"
En su argumento discrepante sobre la decisión de la Suprema Corte de 2003 Lawrence v Texas, que derogó la ley de sodomía de Texas, Scalia se lamentaba: "Qué masiva alteración del actual orden social". En la medida en que eso es cierto hoy, se trata de una cosa buena y ¡lo que es urgentemente necesario es una alteración mayor, más profunda y fuera del sistema!
Bob Avakian, el presidente del Partido Comunista Revolucionario ha dicho, acerca de la lucha por los derechos de las personas del mismo género: "…en su aspecto principal esto tiene que tener y puede tener en una medida aún más grande un efecto muy positivo 'de subvertir el sistema'. Ésta es una contradicción que en la sociedad en general 'ha salido del closet'. Es posible que vuelvan a meterla al closet y a la clandestinidad, no solamente con la afirmación más fuerte del tipo de movimiento fascista que fuerzas poderosas de la clase dominante están apoyando y fomentado en este período, sino con el ascenso concreto de una forma fascista de dictadura burguesa. Pero no será fácil suprimir la lucha contra la opresión de la gente gay" (Lo BAsico 3:25).
Se han visto estos casos ante la Suprema Corte en una situación en la que ha habido actitudes rápidamente cambiantes en esta sociedad hacia la gente LGBT, entrando en confrontación con leyes reaccionarias que descarnadamente reprimen a la gente LGBT. La sexualidad gay y lesbiana es un fenómeno social amplio que afecta la sociedad y se expresa en toda esfera, de las fuerzas armadas a los negocios, el gobierno y la vida social y cultural. Existen conflictos en la clase dominante sobre la manera de responder a esta situación.
Los Scalia del mundo, entre ellos la mayoría del Partido Republicano y las fuerzas religiosas como a los mormones y la iglesia católica, insisten en la ejecución estatal de los valores tradicionales, que incluyen en gran medida la negación del matrimonio del mismo sexo, lo que es tan crucial para conservar su sistema en tiempos de gran agitación.
Otros elementos de la clase dominante, incluyendo la posición en este caso del magistrado Kennedy y la mayoría de la Suprema Corte, ven una necesidad de acomodarse con este aspecto de diversidad y expresión para que la sociedad pueda funcionar. También reconocen la necesidad de que Estados Unidos proyecte una imagen "ilustrada" sobre esta cuestión en el mundo y de que Estados Unidos en cierto modo "vienen desde atrás" en términos de esta cuestión y que muchos otros países ya permiten el matrimonio del mismo sexo.
Al mismo tiempo, se trata de una contradicción muy riesgosa y potencialmente explosiva para el sistema, exactamente porque va en contra del patriarcado y "los valores familiares tradicionales". Aunque existan fuerzas en la clase dominante quienes ven la necesidad de reconocer las relaciones LGBT en la sociedad, procuran normalizarlas dentro del marco del patriarcado, el patriotismo y las relaciones en general de desigualdad y opresión en esta sociedad.
Las decisiones de la Suprema Corte, si bien terminan la legislación opresiva en el DOMA, en esencia dejan intacto el sistema opresivo prevaleciente de relaciones de género el que incluye una cultura donde en toda la sociedad las personas que no se ajustan a los rígidos roles de género no se consideran ni se tratan como plenos seres humanos; una cultura opresiva, odiosa y deshumanizante de intimidación, acoso, alienación y violencia sigue poniendo en la mira a aquellos que no encajan bien en las definiciones rígidas presentadas por la "tradición" arcaica.
Un agudo ejemplo de esto es la Ciudad de Nueva York, que se informa tiene la más alta población gay en Estados Unidos (cerca de 300.000 personas). Mire a Mark Carson, de 32 años de edad, quien en mayo de 2013 fue asesinado a sangre fría en Greenwich Village por un hombre que lo siguió por la calle, insultándolo con comentarios anti-gays y gritándole, "¿Quieres morir esta noche?" antes de matarlo a balazos en la calle. ¡Mire los otros cinco crímenes de odio anti-gay cometidos a los DOCE DÍAS del asesinato de Carson, solo en la Ciudad de Nueva York! Mire a los VEINTIÚN crímenes de odio anti-gay que se han cometido en la Ciudad de Nueva York hasta ahora en 2013.
Estamos en un momento cuando los ultrajes de este sistema están ante nosotros en toda su crudeza y agudeza. Los pueblos en la mira de los aviones no tripulados, la lista de individuos para matar de Estados Unidos preparada en secreto, la encarcelación en masa y la tortura del aislamiento prolongado; la masiva vigilancia del gobierno. La lista de ultrajes continúa. Incluso una discusión seria y concreta de que existe un problema con este sistema casi la prohíben por completo los guardianes de los medios informativos del sistema. Pero bulle debajo de la superficie una profunda furia y descontento, aflorando ahora aquí, ahora allá.
Esta es la situación en la que la Suprema corte ha pronunciado sus resoluciones de defender el matrimonio entre las personas del mismo género, a fin de apuntalar la legitimidad de un sistema que está en problemas y el que ha tratado a la gente LGBT de una manera cruel y vil por siglos, y el que ahora está ofreciendo el matrimonio entre las personas del mismo género solamente de una manera limitada. Lo que demuestran en realidad las decisiones de la Suprema Corte, la verdadera historia de la gente LGBT en esta sociedad y en lo más fundamental la verdadera naturaleza de este sistema es que nos hace falta una revolución y un sistema socialista radicalmente nuevo y diferente como para de una transición a un mundo comunista. Contamos con la oportunidad de ser parte de una revolución para deshacernos de TODA opresión e injusticia. ¿Quién quisiera contentarse con menos?
Celebración de la igualdad de matrimonio en el centro de orlando, Florida, 27 de junio de 2013.
Foto: AP
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