Este sistema v Trayvon Martin
Un juicio del opresor, un veredicto intolerable
19 de julio de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us
"Zimmerman era un depredador y Trayvon era su presa. Y ahora hay una temporada de caza contra todos nosotros".
— un hombre negro joven en Sanford, Florida, 13 de julio
El sistema dio su veredicto en el caso del Estado de Florida v George Zimmerman. Decenas de miles de personas han expresado su indignación contra ese veredicto en muchas formas, más poderosamente en las grandes manifestaciones que han llenado las calles de ciudades de una costa a la otra.
La batalla política por ganar Justicia para Trayvon está aún muy lejos de su conclusión. Pero ese veredicto les dio una aprobación jurídica oficial a las relaciones sociales viles y asesinas de supremacía blanca y a la brutal opresión de los negros, impuestas por los medios más sanguinarios. El presidente Obama dijo el 14 de julio: "Somos una nación de leyes, y un jurado se ha expresado”.
Hay que rechazar y vencer el veredicto y todo lo que representa. Es cierto que los tribunales y el sistema jurídico del sistema han pronunciado su veredicto y Obama ha llamado por aceptarlo.
Pero el pueblo NO ha aceptado ese veredicto. La gente negra y gente de muchas nacionalidades, de todas partes del país y todas las capas sociales, han alzado la voz de protesta y han expresado su indignación en muchas otras formas, desde tuits hasta declaraciones en los conciertos.
Es necesario que nosotros no nos rajemos. Lo que está en juego es si esa declaración de una temporada de caza contra los jóvenes negros continuará y se extenderá; si algún vigilante que decida que un joven le parece “sospechoso" podrá asesinarlo a balazos impunemente; o si los millones de jóvenes negros de esta sociedad podrán no solo sobrevivir sino florecer y ser apreciados. El verdadero meollo del caso no radicaba en "¿fue o no fue una defensa propia legítima?", pero si se les dará a los justicieros vigilantes racistas como George Zimmerman una luz verde para asesinar a jóvenes como Trayvon Martin.
Un linchamiento de hoy día
Por casi 100 años, el linchamiento de los negros era un acto común en Estados Unidos en aras de mantener un despiadado sistema de dominación por los blancos. No era necesaria ninguna justificación; cualquier pretexto se consideraba legítimo. El linchamiento era un pilar que reforzaba un sistema y una cultura profundamente arraigados en la supremacía blanca abierta y flagrante. Pocas veces se llevaron a la justicia a los responsables de un linchamiento. Casi nunca los condenaron a la prisión.
Ahora un vigilante racista ha asesinado de un balazo a un joven negro y se le pinta al joven como responsable de su propia muerte. El hermano de George Zimmerman apareció en el noticiero nacional CNN y le hizo eco a los argumentos de la defensa en el tribunal, diciendo una y otra vez que "la culpa la tuvo Trayvon", porque no debiera haber estado ahí, no debiera haberse defendido. Dijo que la acción de su hermano fue completamente legítima.
El asesinato de Trayvon Martin por George Zimmerman fue un linchamiento de hoy día. La exoneración de Zimmerman representa una legitimación jurídica de la opresión de los negros y del "derecho" blanco tan despiadados y con el potencial de ser tan genocidas que el Jim Crow en un pasado no muy lejano. Tales son las condiciones establecidas aquí; esta es la encrucijada que la sociedad confronta.
Las leyes de "defienda su posición" promueven el asesinato racista
Evaluemos sobriamente lo que se confirmó en el juzgado de Sanford. En sus declaraciones al comenzar y al finalizar el juicio, los abogados de Zimmerman afirmaron que el "arma letal" de Trayvon, la herramienta siniestra que usó en su presunto ataque contra Zimmerman, ¡fue la acera! Uno de sus abogados sacó un bloque de cemento y lo dejó caer en el piso en frente del jurado. Dijo con sorna: "Este es cemento. Esta es una acera. Y ése (Trayvon) no es un adolescente no armado que solo lleva Skittles [golosinas] mientras camina a casa".
Aquí no se trata simplemente de un ridículo ardid de abogados. Piense en las implicaciones de esa afirmación casi dementemente malévola. ¡Según ese criterio un vigilante racista como George Zimmerman podría aducir que cualquier joven negro que camina en la acera se encuentra "armado y peligroso", y por lo tanto sujeto a una “temporada permanente de caza”!
El proceso que llevó al asesinato de Trayvon representaba el funcionamiento del sistema tal como debería funcionar: de manera que un joven negro en una sudadera con capucha, que llevaba golosinas y un té helado, fuera la víctima de la perfilación racial, el acecho y las balas de un vigilante racista que lo llamó un "maldito maleante". De manera que no formularan cargos contra el asesino de Trayvon hasta que un estallido de protestas por todo el país demandaba Justicia para Trayvon. Y ahora, funcionó cuando el tribunal del condado de Seminole, Florida, declaró que George Zimmerman "no es culpable" del asesinato de Trayvon Martin.
Se han aprobado leyes supuestamente de "defensa propia" en Florida y en otros lugares que, en esencia, alientan a los racistas blancos a disparar contra los negros con cualquier pretexto y afirmar que se trataba de una defensa propia.
Por supuesto, el lenguaje de esas leyes no dice abiertamente que tienen el propósito específico de darles a los racistas una licencia para matar a los negros. Pero en una sociedad tan profundamente caracterizada por la supremacía blanca, esa es la esencia. Un ejemplo: En Jacksonville, Florida, en 2010, Marissa Alexander, una mujer negra de 32 años de edad, disparó tiros de advertencia que no le pegaron a nadie en un intento de ahuyentar a un atacador contra el que tenía una orden de restricción. A diferencia de Zimmerman, ella fue arrestada bajo cargos de tentativa de asesinato. En su defensa, Marissa Alexander trató de valerse de las leyes de Florida de “defienda su posición” y de defensa propia, pues disparó para protegerse a sí misma y a sus hijos, pero el jurado la halló culpable de tentativa de asesinato después de deliberar por 15 minutos y ahora ella purga una condena de 20 años en la prisión.
Cuando George Zimmerman vio a Trayvon Martin, actuó de acuerdo a la manera en que el sistema les ha programado a él y a otros como él: vio a un "sospechoso", a un “maldito maleante”, a un "maldito güevón" que "siempre se sale con la suya". George Zimmerman pensaba que tenía una licencia para matar a Trayvon Martin, y eso fue precisamente lo que hizo.
Trayvon Martin, agonizando, fue tratado como un "sospechoso" y menos que un ser humano. La policía le hizo una prueba de drogas al cuerpo sin vida de Trayvon, mientras que en esencia le felicitó al asesino. Los agentes que dieron testimonio en el tribunal avalaron las mentiras de Zimmerman, así como le habían ayudado a inventarlas durante el interrogatorio.
Y, así como en los viejos tiempos de los linchamientos, cuando los negros buscaban en los lechos de los ríos y en otros lugares donde a menudo se encontraban los cadáveres de las víctimas de un linchamiento, el padre de Trayvon Martin, cuya casa fue el destino de Trayvon esa noche, tuvo que presentar un informe de una persona desaparecida para saber que su hijo estaba muerto. La policía y las autoridades tenían tan poca consideración por la horrible pérdida de una vida que no intentaron localizar al padre de Trayvon, con el que Trayvon se hospedaba, para informarle de la muerte hasta que se presentó el informe de una persona desaparecida.
Legitimar el linchamiento
¿Podemos permitir que continúen esas abominaciones? ¿Qué revela todo eso sobre una sociedad que engendra racistas llenos de odio tales como George Zimmerman? ¿Qué revela sobre un sistema jurídico que avala el asesinato de un adolescente de 17 años de edad que simplemente estaba caminando a casa? ¿Qué revela sobre los líderes políticos y sobre el sistema que representan, cuando dicen que hay que "aceptar" eso?
Evaluemos sobriamente lo que se confirmó en el juzgado de Sanford. En sus declaraciones al comenzar y al finalizar el juicio, los abogados de Zimmerman afirmaron que el "arma letal" de Trayvon, la herramienta siniestra que usó en su presunto ataque contra Zimmerman, ¡fue la acera! Uno de sus abogados sacó un bloque de cemento y lo dejó caer en el piso en frente del jurado. Dijo con sorna: "Este es cemento. Esta es una acera. Y ése (Trayvon) no es un adolescente no armado que solo lleva Skittles [golosinas] mientras camina a casa".
Aquí no se trata simplemente de un ridículo ardid de abogados. Piense en las implicaciones de esa afirmación casi dementemente malévola. ¡Según ese criterio un vigilante racista como George Zimmerman podría aducir que cualquier joven negro que camina en la acera se encuentra "armado y peligroso", y por lo tanto sujeto a una “temporada permanente de caza”!
El plan básico de la defensa de Zimmerman fue juzgarle a un joven negro por su propio asesinato. Mark O'Mara, el principal abogado de Zimmerman, volvió la realidad patas arriba cuando presentó el argumento ultrajante y embustero de que si alguien mostraba animosidad u odio la noche del 26 de febrero de 2012, esa persona era Trayvon Martin. Dijo: la "persona responsable (por el incidente en Sanford esa noche) no se dirigió a casa cuando tuvo la oportunidad de hacerlo".
No es simplemente que O'Mara les rendía pleitesía y ayudaba a desatar a los sectores racistas más virulentos de la sociedad estadounidense, aunque sí hacía eso, y el impacto en los medios sociales y en otros lugares fue inmediato e indudablemente tendrá mayores repercusiones y llegará a mayores extremos.
Pero más que eso, se trata del argumento de un abogado bien conectado, en el caso legal de mayor prominencia desde hace años, de que la "temporada de caza" contra los jóvenes negros debería confirmarse jurídicamente. Es un argumento a favor de legitimar el linchamiento de hoy día.
El sistema funciona… así como siempre funciona
Una joven mujer negra fuera del tribunal de Sanford expresó los sentimientos que tenía al escuchar el veredicto: "Indignación. Tristeza. Asombro. Incredulidad. Algo que no sentí fue sorpresa. Así nos han tratado por mucho tiempo. Píenselo. ¿Cuántas veces nos han pasado cosas similares a los negros?"
Otra mujer añadió: "Eso va a causar más divisiones de las que ya existen. El país está dividido, y este juicio va a dividirlo aún más. ¿Cómo es posible que una persona no capte qué tan indignados estamos? Eso podría haberle pasado a cualquiera, podría haber sido un hermano nuestro, cualquier persona".
Hace casi año y medio, acusaron a Zimmerman de asesinato en segundo grado. Comenzaron los llamados a "dejar que el sistema funcione" y a poner fin a las protestas poco después de formularle cargos a Zimmerman y esos llamados se intensificaron mientras se acercaba el final del juicio.
Lo que todo el mundo presenció fue precisamente la manera en que funciona el sistema. Se trata de un sistema social que explota y oprime a miles de millones de personas en todo el mundo, y que ha tenido siempre una profunda opresión brutal del pueblo negro empotrada en cada rincón de su estructura. El sistema jurídico de Estados Unidos, el que sus defensores llaman "el mejor del mundo", surge de ese sistema de opresión y lo refuerza.
Se dice de costumbre que "la justicia es ciega" para defender el sistema jurídico estadounidense. Pero muchas personas creen que las mismas leyes se aplican de forma muy distinta a ciertas personas y a ciertos sectores de la sociedad, y esas personas tienen la razón. Las leyes como la de "defensa propia" y la de "defienda su posición" de Florida, usadas por Zimmerman, sirven para invitar a los demás Zimmerman del mundo a atacar a los negros. Y se aplican de manera muy distinta a los negros.
Hay muchos jueces y abogados racistas y llenos de odio en Estados Unidos. Pero el problema es mucho más profundo que eso. Y no es simplemente que la ley se aplica de forma desigual. Se está aplicando la ley tal como se esperaba aplicarla, y en la única manera que es posible aplicarla.
Una manera en que hoy contrasta con los días de la discriminación y represión abiertas, institucionalizadas y legalizadas de la época del Jim Crow es que ahora se tiene la apariencia de igualdad ante la ley. Se han quitado muchas barreras legales que antes reforzaban la supremacía blanca, incluso en el Sur del país. (Y claro está, Sanford, Florida, es parte del Sur profundo.)
Pero siguen existiendo las mismas relaciones básicas de opresión, y de muchas maneras las desigualdades reales y concretas impuestas sobre las masas negras se han profundizado en los años después de terminar el Jim Crow abierto y viene perfilándose el Nuevo Jim Crow de la criminalización y encarcelación en masa.
Un desempleo extensísimo ronda en los barrios pobres de las ciudades. Las fábricas y negocios no se fueron por lo de la juventud y sus pantalones huangos. Se fueron porque hubo mayores oportunidades de inversión y ganancias basadas en la profunda explotación en otras partes. Dejaron pudrir a las ciudades; cierran la vivienda pública y las casas en ruinas; cierran las escuelas y las nuevas que se abran no tienen fondos y están sobresaturadas; los policías están al acecho y considera a todo joven negro o latino como un “sospechoso”.
Así son las realidades básicas en la vida de millones de jóvenes en esta sociedad. Ahora, para colmo, una corte del estado de Florida, de acuerdo a unas leyes parecidas a las leyes de defensa legítima en los demás estados, ha resuelto que por ley, los asesinos racistas podrán matar a balazos a estos jóvenes.
Estados Unidos promueve su democracia y su sistema judicial como modelos para el mundo entero. Pero a la vez, mantiene a millones de personas en las prisiones, tortura a decenas de miles de prisioneros en el aislamiento todos los días, ha criminalizado a generaciones de jóvenes, somete a cientos de miles de jóvenes al año a la humillación del parar y registrar solamente en Nueva York. La mayoría de las personas en la mira de todo eso son los jóvenes negros y latinos. Hacen todo eso según la ley y reglas y según la Constitución de Estados Unidos.
Para muchas personas en Estados Unidos y en todo el mundo, la evolución del caso del Estado de Florida v George Zimmerman ha suscitado algunas importantes cuestiones sobre la legitimidad del sistema judicial entero.
Veamos las cosas en perspectiva: la manera que llegó a ocurrir este asesinato, la manera tan “fácil” y “natural” en que Zimmerman pudiera perfilar a Trayvon; la manera en que las relaciones sociales y la cultura imperante engendra esta clase de actitudes racistas y justicieras que se usan para “justificar” las actuaciones como la de Zimmerman y la manera en que el sistema judicial puede justificarlas.
Estados Unidos está lleno de jóvenes como Trayvon. Además, hay muchas personas como Zimmerman, que reciben condicionamiento y entrenamiento de este sistema para odiar y temer a los Trayvon del mundo.
Tal como Revolución escribió anteriormente, cuando George Zimmerman acechaba y cazaba a Trayvon Martin y lo mató con una bala en el corazón, Zimmerman “se ha portado como si lo apoyara todo un sistema”.
Trayvon era parte de una “generación de sospechosos”, y así lo trató Zimmerman y precisamente por eso éste creía que al matarlo, pudiera salirse con la suya, incluso algunas personas lo alabaron por haber matado a un joven negro, a un “sospechoso”, a un “güevón de mierda”. Pero ¡Trayvon y otros jóvenes parecidos tienen todo el derecho de vivir, de caminar en las calles sin temor y de florecer!
Carl Dix ha comentado la posibilidad de que el “genocidio lento” de los negros que se convierta en un “genocidio rápido” bajo este sistema y en particular en las garras de la plaga actual de criminalización y encarcelación en masa de los jóvenes negros y latinos. En efecto, el veredicto de no culpable para George Zimmerman podría acelerar dicha transformación en un genocidio rápido, y la oposición y resistencia popular al veredicto podría y debería constituir un componente importante de hacerlo retroceder.
La criminalización de la juventud negra
Zimmerman contó varias veces su versión de matar a Trayvon, y en cada ocasión, la cambió. Pero algo no cambió: el comienzo, siempre con referencias a los “allanamientos de morada” y robos en propiedad ajena que supuestamente se daban en este vecindario. Sus abogados dieron un paso más allá e identificaron a los sospechosos en estos presuntos delitos como jóvenes negros. Mostraron una foto del arresto de uno de los jóvenes detenidos por robo en ese vecindario.
Su propósito general era presentar y propagar una imagen de unas personas en su mayoría blancas de la clase media en su coto cerrado sitiado por manadas de delincuentes negros. Ni la policía ni ninguno de los testigos de Zimmerman consideraba que tuviera algo de malo las repetidas descripciones de Trayvon como un “sospechoso”, aunque esto no hizo nada malo.
Estos robos, según Zimmerman, y en los argumentos ante el jurado compuesto de individuos parecidos a Zimmerman, constituía la justificación para el malicioso y odioso lenguaje que utilizaba para describir a un joven negro que nunca había conocido antes. Su descripción paranoica de una pacífica comunidad “bajo ataque” de parte de los jóvenes hombres negros se convirtió en su justificación para acechar y balear a Trayvon.
La jueza prohibió que se utilizara la frase “perfilación racial” durante el proceso. Su pronunciamiento protegió a Zimmerman y sus abogados y destripó la forma que se pudiera haber procesado a Zimmerman por el crimen de matar a Trayvon. Pero permitió que los abogados de Zimmerman describieran repetidamente como negros a los sospechosos en los casos de robo. La premisa tácita era que Zimmerman creía que todos estos “malditos maleantes” “se parecían iguales” y todos llegaban para amenazar la propiedad ajena y la vida del tranquilo desarrollo residencial donde vivía.
Las pruebas de la fiscalía demostraron la furia y odio que habían estado supurando en Zimmerman, y la manera en que llegaron a centrarse en un individuo completamente desconocido, un joven negro vestido de una sudadera con capucha, la noche del 26 de febrero de 2012. Para Zimmerman, Trayvon era un “sospechoso”, alguien que no pertenecía ahí, uno de “ellos”.
Los fundamentos de la defensa de Zimmerman se basaban descaradamente en la supremacía y privilegio de los blancos. Todos los elementos de la forma en que el caso se desenvolvió mediante el sistema judicial se granjearon para reforzar la supremacía blanca y para asegurar que se encargara del caso y se viera el caso según los términos que beneficiaran a Zimmerman. Los policías que analizaron el cadáver de Trayvon en busca de drogas y no a Zimmerman. La ley de la “defensa propia legítima” que permitía que la policía pusiera en libertad a Zimmerman cinco horas después de haber asesinado a un joven negro.
Por lo que se refiere s los fiscales, llevaron el proceso precisamente de la manera en que saben, dentro de los confines de un sistema judicial que siempre ha consagrado y protegido el privilegio de los blancos y en las últimas décadas ha legitimado la criminalización de generaciones de jóvenes negros.
La fiscalía nunca cuestionó este marco básico, y para colmo lo defendió. Partió de las mismas premisas básicas que los abogados de Zimmerman.
Por ejemplo, los fiscales hablaron muy efusivos sobre lo “honorable” que es ser un capitán de la vigilancia del vecindario, lo “positivo” que es el que Zimmerman quisiera ser policía. Con aún mayor flagrancia, aceptaron y trataron de pedir disculpas por no presentar a una Rachel Jeantel tan pulida y de buenos modales como los testigos blancos clasemedieros.
En efecto, Rachel Jeantel dio el testimonio más importante y creíble del juicio. Ella hablaba por teléfono con Trayvon antes de que Zimmerman empezara a acecharlo, y en los primeros momentos del encuentro. Conversaba con Trayvon que de repente se cortó la conexión después de oír a Trayvon decirle a alguien: “¡Quítese de mí, quítese de mí!” Su testimonio sobre la llamada telefónica (cuando estaba conversando, lo que decía Trayvon y lo que él describía que le pasaba) es el que más nítidamente se cuadra con la evidencia física.
Por eso, uno de los defensores de Zimmerman la asediaba implacablemente, y en los medios sociales ella fue objeto de viles y odiosos ataques. No obstante, Rachel Jeantel rindió el testimonio más completo, el que demostró que Trayvon simplemente trataba de ir a casa cuando un Zimmerman armado lo agredió.
Una realidad global de la vida para los negros ha quedado más al desnudo para muchas personas en la sociedad en general. El asesinato de Trayvon Martin se ha convertido en un linchamiento ratificado por el estado, debidamente procesado y aprobado en un tribunal de leyes.
El caso tocó una profunda fibra sensible en muchísimas personas porque concentra la experiencia (la centenaria experiencia) del pueblo negro en esta sociedad. El asesinato de Trayvon y la absolución del asesino surgen de un conjunto de relaciones sociales que a la vez lo refuerzan forjado sobre la brutal opresión del pueblo negro. Una virulenta actitud de privilegio y “derechos” de los blancos azuza la opresión del pueblo negro. Las formas de esta opresión y de esta actitud han variado con el paso de los años pero desde hace mucho han representado una parte de lo que aglutina la sociedad estadounidense y su cultura imperante. Se trata de una actitud erigida sobre suposiciones e intereses arraigados en una gran injusticia.
Nos encontramos en un momento de la historia en el que los blancos tienen que ponerse en pie y rechazar tal mentalidad, con ahínco y resolución, y es un fenómeno muy positivo el que muchos blancos y muchas personas de diversas nacionalidades se sumaron a las protestas por todo el país contra el escandaloso veredicto.
El veredicto de la sociedad
El jurado, tal como dijo Obama, se ha expresado. Pero todavía no se ha rendido el veredicto final en la sociedad. Las cosas que muchas personas en Estados Unidos consideraban que se habían “resuelto” y que la sociedad “había dejado atrás” han salido a la luz en un momento cargado de emoción y tumulto a todo nuestro alrededor. Esta sociedad no es la que muchas personas habían pensado que era, ni hubieran querido pensar que es.
Muchísimas personas han despertado a sacudidas entrando en acción y han tropezado de cara a la asquerosa naturaleza de esta sociedad, de este sistema. Con el paso de los años han cambiado algunas cosas en las formas de la opresión en este sistema. Pero algo que no ha cambiado es que existe el sistema del capitalismo-imperialismo sobre el lomo del sufrimiento de millones de personas y esa brutal cotidiana y constante opresión del pueblo negro es una parte integral del funcionamiento de dicho sistema.
En los momentos como el presente, es posible dar y es necesario dar grandes avances en la construcción de una fuerza y movimiento del calibre que podría confrontar en serio y además ir a la raíz del problema. Ir a la raíz del problema implica una Revolución — y Nada Menos.
El Partido Comunista Revolucionario tiene una estrategia para la revolución en Estados Unidos, lo que contribuye a la revolución en todo el mundo y la acelera. Como dice el PCR en “Sobre la estrategia para la revolución”:
Luchar contra el poder, y transformar el pueblo, para la revolución es una parte clave de nuestro enfoque estratégico, que proporciona una forma para que el partido pueda unirse con la gente y proporcione el liderazgo para que la gente se cambie a sí misma a medida que participa en la lucha para cambiar el mundo... para levantar la cabeza y ampliar su visión, a reconocer qué clase de mundo es posible, cuáles son sus verdaderos intereses y quiénes son sus verdaderos amigos y sus verdaderos enemigos, a medida que se levanta en contra de este sistema... para asumir un punto de vista revolucionario y los valores y la moral revolucionarios mientras se unen con otros para resistir a los crímenes de este sistema y construir y acumular la base para la lucha revolucionaria final y sin cuartel para deshacerse de este sistema y hacer nacer una forma completamente nueva de organizar la sociedad, una forma totalmente nueva de ser... para ser los emancipadores de la humanidad.
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