Lecciones de las luchas del pueblo:
El FBI y los federales: No son amigos pero sí son viles enemigos
7 de diciembre de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us
4 de noviembre de 2013. En estos tiempos intensos cuando el pueblo empieza a ponerse de pie y se niega a aceptar el gratuito asesinato policial de jóvenes negros y latinos, la tortura de miles de personas en las cárceles las que almacenan a millones y los ataques a los derechos fundamentales de las mujeres para tener control sobre sus propios cuerpos y para decidir si quieren tener niños y cuándo, la gente mira a su alrededor para ver quiénes son sus aliados y con quiénes puede contar para ayudar a sus luchas. En una época cuando muchos ataques reaccionarios contra la gente provienen de la imposición de "los derechos de los estados" y de la policía y las cortes locales, algunas personas miran en el gobierno federal y sus varias dependencias tal como el Departamento de Justicia e incluso el FBI, el recurso de última instancia para obtener reparación contra las leyes fascistas más flagrantes y otros ataques contra la gente.
Pero todo eso constituye una ilusión peligrosa y existen lecciones amargas de la historia de la lucha de la gente, desde el movimiento de derechos civiles hasta los justos movimientos y levantamientos de los años 1960 y la historia reciente, que ponen de manifiesto la realidad en contraste con las afirmaciones de que la FBI está protegiendo los derechos del pueblo que ya están garantizados por la Constitución de Estados Unidos.
Durante el movimiento de derechos civiles en muchos casos, las personas que estuvieron luchando por los derechos básicos para el pueblo negro a estudiar en las universidades con puros estudiantes blancos, a sentarse al lado de los blancos en los autobuses y a votar y a eliminar la segregación en otros edificios públicos confiaban en que el gobierno federal y el FBI hicieran cumplir las leyes federales que supuestamente garantizaban esos derechos. ¿Pero cuál era la esencia y la verdadera naturaleza del papel del FBI en todo eso? Se trata de una lección de la historia escrita en sangre y una que no podemos darnos el lujo de ignorar. Los historiadores han documentado bien la persecución de Martin Luther King por parte del FBI. Él fue objeto de espionaje de las formas más íntimas y personales. A pesar de que él era un defensor importante de la no violencia en el movimiento de derechos civiles y de mantener la lucha bien dentro de los cauces del sistema y una de las mejores esperanzas de los gobernantes de Estados Unidos para impedir que se desbordara la lucha, no obstante el FBI lo trataba como una amenaza potencial.
Eso en sí debe considerarse una lección de lo que es la verdadera naturaleza del FBI.
Pero veamos también el caso de una mujer blanca individual, una de las muchas que se fueron al Sur para ayudar a conseguir los derechos de votar: Viola Liuzzo. Ésta vivía en Michigan, pero se inspiró para ir a Selma, Alabama, en respuesta a los llamamientos emitidos por los líderes de derechos civiles después de que la policía atacó brutalmente a una marcha de derechos civiles. Ahí, la mató el Ku Klux Klan (KKK), que le pegó un tiro en la cabeza mientras que ésta transportaba valientemente a otros activistas a ubicaciones más seguras.
A lo largo del Sur, el pueblo negro sufría bajo la brutal segregación del Jim Crow, impuesta por la policía y el KKK. En Selma, solamente 150 personas negras estaban empadronados para votar, de una población negra de 30.000. El documental Home of the Brave [Tierra de los valientes](2004) demuestra que el FBI, el organismo federal que supuestamente protege a los que tratan de hacer cumplir las leyes federales contra la discriminación, tenía mil páginas en sus expedientes sobre la víctima Viola Liuzzo, es decir, un expediente tres veces más grande que el tamaño de sus expedientes sobre el KKK en el apogeo del movimiento de derechos civiles.
Había un informante de la FBI en el auto que transportaba a los asesinos de Viola, un tal Gary Thomas Rowe. Sin embargo, a pesar de eso, los otros tres responsables por el asesinato fueron juzgados y absueltos en las cortes del estado y recibieron sentencias cortas en el nuevo juicio federal. Pero fue hasta los años 1970 cuando se revelara que en los hechos el informante del FBI había jugado un papel más grande en el KKK en general, y además en el asesinato de Liuzzo. Resulta que Gary Rowe "había estado presente en prácticamente todos los acontecimientos violentos cometidos por el KKK", según la hija de Viola. El FBI le dijo a él que cometiera actos violentos. Y se reveló que Rowe era la persona más probable que efectivamente tiró el gatillo del arma que mató a Viola. Para colmo, los documentos del FBI obtenidos por la familia también revelan que el director de la FBI, J. Edgar Hoover, había maquinado personalmente y a propósito una vil campaña de calumnias contra Viola después de su asesinato.
Eso también debe considerarse una lección de lo que es la verdadera naturaleza del FBI.
De ahí, a medida que la lucha de liberación negra emergiera en el escenario político a mediados de los años 1960, especialmente con el ascenso del Partido Pantera Negra, el FBI lanzó su Programa de Contra-Inteligencia (COINTELPRO) y se puso a destruir a ese movimiento. El FBI empleó toda suerte de tácticas brutales y engañosas en lo que ha constituido una historia bien documentada y sórdida: asesinó a los líderes del pueblo, como Fred Hampton y Mark Clark del Partido Pantera Negra de Chicago, tendió trampas para que las personas se fueran a dar a la prisión por largos tiempos, calumnió a los líderes y los movimientos, procuró escindir y oponer unas personas contra otras sobre diferencias políticas. Lanzaron las mismas operaciones de contra-inteligencia contra los movimientos de estudiantes radicales y antibélicos en los años 1960; los revolucionarios que surgieron en los años 1960 provenientes de todas las nacionalidades; las luchas de los amerindios como Wounded Knee; y más tarde contra aquellos que se oponían a los dictadores apoyados por Estados Unidos en El Salvador y Nicaragua. El trabajo de muchos investigadores, autores y periodistas ha documentado todo eso, para denunciar la pura verdad del papel que ha jugado el FBI.
Por lo que se refiere a aquellos que prefieren dejarse embaucar de que todo eso era cosa del FBI de Hoover y que la cosa es distinta hoy, que consideren uno de muchísimos casos, como el de Scott Crow, un autodenominado anarquista que estuvo detenido una docena de veces en protestas contra las corporaciones, por los derechos de los animales y otras acciones pero que nunca había sido juzgado de nada más serio que entrada ilegal en propiedad ajena. Al solicitar su expediente bajo el Acta de Libertad de Información, pudo obtener 440 cuartillas de su expediente del FBI. A pesar de que estaban tachadas grandes secciones, los documentos revelan que le habían aplicado el perfil de "terrorista interno" y que el FBI había estado llevando a cabo una vigilancia intensa en su contra desde 2001. Los agentes fisgaron en sus llamadas telefónicas y en sus mensajes de e-mail; se infiltraron en los grupos en que él participaba; revisaban su basura; pedían que Hacienda monitoreara sus declaraciones de impuestos; montaron una cámara de vigilancia en frente de su casa; y así sucesivamente. No se trata de un caso aislado. El New York Times escribió que Crow "se encuentra entre las docenas de activistas políticos en todo el país que se sabe que han caído bajo de escrutinio de las crecientes operaciones de contraterrorismo desde los ataques del 11 de septiembre de 2001. Otros objetivos de vigilancia del FBI… han incluido a unos activistas antibélicos en Pittsburgh, unos defensores de derechos de los animales en Virginia y unos católicos romanos liberales en Nebraska". Dado que esas operaciones se llevan a cabo en secreto, no existe manera para que el público sepa cuántas acciones escandalosas que el FBI efectivamente haya llevado a cabo.
Eso también debe considerarse una lección de lo que es la verdadera naturaleza del FBI.
También hay lecciones amargas, provenientes de la lucha para defender el derecho al aborto, sobre el papel efectivo del FBI. En 1998, un asesino antiaborto asesinó al Dr. Barnett Slepian, un médico dedicado a proveer abortos como parte de ofrecer un programa integral de cuidados de salud reproductiva para las mujeres, en su casa en Amherst, Nueva York. Al otro día, acudieron 250 personas a una vigilia de noche pro derecho a decidir por el Dr. Slepian, fuera de su clínica en Amherst.
Dos activistas conocidos y respetados de la región de Cleveland quienes habían participado en la lucha de derechos reproductivos durante años se unieron a la vigilia con una bella pancarta que decía: "No vamos a retroceder, defienda el derecho al aborto". Estos dos hombres ni se imaginaron en ese momento que, casi un mes más tarde, el FBI los pusieran en la mira y bajo persecución, como víctimas de una cacería y campaña de desprestigio instigada por el FBI en todo Estados Unidos, la que los tachaba como allegados potenciales en el asesinato del Dr. Slepian. Mientras que el FBI se ocupaba de aterrorizar a los activistas pro derecho a decidir, el asesino efectivo logró huir de Estados Unidos y le dieron una defensa de "duda razonable" en vista de que el FBI perseguía a los activistas pro derecho a decidir. (Posteriormente extraditaron a James Kopp y éste se declaró culpable.)
En una conferencia de prensa celebrada fuera de las oficinas del FBI en Cleveland, un activista que había estado en la mira planteó unas preguntas para el FBI: "¿Por qué ustedes seleccionaron a dos activistas que apoyan al derecho al aborto de las mujeres? ¿Por qué fingen que no lo sabían? ¿No buscaban en los expedientes que mantienen sobre nosotros (y probablemente sobre los demás presentes hoy)? ¿Por qué solamente salieron a la superficie nuestros nombres de en medio de los cientos de entrevistas? Y si de hecho ustedes están tratando de encontrar a los atacantes a los médicos de abortos, ¿por qué no han resuelto NI UN SOLO caso en los cinco años de estos ataques que han resultado en cuatro doctores lesionados y en el asesinato del Dr. Slepian?"
Veamos la situación en perspectiva para observar lo que ha sucedido durante todos los años que este asalto sobre el aborto ha estado en marcha. Si bien la ley federal dice que el aborto es legal, no sólo ha sido objeto de estigma en la esfera de la opinión pública, pero unos doctores han sido víctimas del asesinato y las clínicas y las pacientes han sido objetivo de implacables ataques. Desde los gobernantes de mayor rango del país y desde las legislaturas de los estados, los fanáticos antiaborto en la calle han recibido incentivos y la bienvenida y han continuado cobrando fuerza, lo que incluye sus espasmos de violencia contra las clínicas y los proveedores, mientras el propio derecho al aborto está en un estado total de emergencia. Los asesinos de doctores y los atacantes de clínicas huyen de Estados Unidos o se esconden en las montañas durante meses o más tiempo… las redes de aquellos quienes les dan apoyo y protegen siguen sin tocar.
Este caso y esta historia demuestran una vez más que la participación de los organismos del gobierno como el FBI no puede traer nada bueno para solucionar los problemas del pueblo.
Pregúntese a sí mismo: ¿es el propósito del FBI/Departamento de Justicia el de proteger los derechos de la gente? Y ¿qué de la práctica efectiva del FBI en relación a las luchas de la gente?
La realidad es que el sistema que existe en Estados Unidos es una dictadura de la burguesía, o sea, de la clase de explotadores y opresores quienes tienen control sobre la economía y el estado (las fuerzas armadas, la policía, las cortes y las leyes) y quienes que se sientan encima de un imperio mundial en su conjunto. Cuando estos gobernantes capitalistas sienten que su sistema y sus intereses están bajo una seria amenaza, el estado usa la violencia extrema y franca contra la oposición política, tal como en los años 1960 cuando los soldados abrieron fuego contra la gente negra que se sublevaba en los comunidades pobres de las ciudades así como contra los manifestantes antibélicos en las universidades, y el FBI y la policía asesinaban a los panteras negras, entre otras acciones. Es un hecho muy grueso y serio que en la última década, si bien no ha habido muchos repuntes de lucha importante que hayan sacudido a la sociedad, los gobernantes han estado pisoteando abiertamente y reinterpretando lo que supuestamente son los derechos constitucionales básicos, tales como la prohibición contra "registros sin motivo", a fin de fortificar su maquinaria represiva.
Confiar en el FBI para proteger los derechos de la gente es análogo a pedir que la Mafia ofrezca protección después de que haya creado una situación en primer lugar donde ha desatado ola tras ola de violencia para intimidar y aterrorizar a los que ejercen sus derechos básicos… confiar en los agentes de la represión es una ilusión peligrosa y mortífera…por ello es muy posible que eso perjudique a las mismas personas quienes supuestamente contaban con protección y que al contrario se conviertan en víctimas involuntarias o inconformes. Además, aunque el efecto no sea inmediato… el FBI puede utilizar y probablemente utilice todo lo que aprende en consecuencia contra todos aquellos quienes están resistiendo y luchando al lado de la gente.
Pero también hay otras lecciones que aprender de la historia. Por ejemplo, cuando las oficinas del Partido Pantera Negra estaban bajo ataque por parte de las fuerzas locales de la policía, el partido convocó a la gente a defenderlas, y acudieron personas de la comunidad y las universidades para defenderlas con sus cuerpos. Día tras día las personas físicamente rodearon las oficinas para protegerlas contra el ataque mortífero. Hoy, a medida que las personas se unan en defensa de las víctimas del asesinato policial, se opongan al brutal reino de terror del parar y registrar o se defiendan contra los implacables ataques al derecho al aborto de la mujer, nos urge un movimiento con ese calibre de determinación y espíritu, así como un claro análisis de quiénes son los amigos y quiénes son los enemigos de las luchas de la gente.
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