La brutalidad de las mazmorras de Los Ángeles: ¡Hay que parar esto!

24 de diciembre de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

De un lector:

Hace poco dieciocho agentes y ex agentes del Departamento de Sheriffs del condado de Los Ángeles fueron arrestados y acusados de cargos federales de propinar golpizas brutales a los presos en las cárceles de Los Ángeles y a sus visitantes. El Sherifato de Los Ángeles patrulla una enorme región del condado de Los Ángeles y administra un vasto sistema carcelario; es el cuarto departamento de policías más grande de Estados Unidos, después de los departamentos de policía de la Ciudad de Nueva York, Chicago y la propia ciudad de Los Ángeles.

No se puede minimizar la saña con que golpeaban a los presos. Un sheriff que capacitaba a los agentes reclutas en la cárcel los obligaba a dar palizas a los reos, incluido un preso enfermo mental. A los reos les pegaban, les daban patadas y los rociaban con gas pimienta “como escarmiento” cuando los agentes consideraban que el preso le había “faltado el respeto” a otro carcelero.

Los familiares que visitaban a los presos estaban sujetos a similares palizas. El Los Angeles Times informó: “Los sheriffs llevaron a tres visitantes a la sala de descanso de los sheriffs, la cual no es visible al público, y los golpearon”. Reprendían a los agentes “por no usar la fuerza contra los visitantes”, si estos les faltaban el respeto a los carceleros. A un hombre, Gabriel Carillo, que visitaba a su hermano, los sheriffs le rompieron el brazo mientras ya tenía puestas las esposas. Carillo entabló una demanda, pero la fiscalía desestimó el caso. Al enterarse del arresto de los agentes, Carillo dijo: “Pienso que ahora la gente está empezando a creer que los policías no siempre dicen la verdad. No se debería creerlos simplemente por tener una placa. Hay que mirar los hechos”.

Los sheriffs desaparecieron a un preso tras descubrir que él era un informante para el FBI en contra del Sherifato. En una operación llamada “Caja de Pandora”, los sheriffs trasladaron al informante a otra localidad donde lo identificaron solo como “AB”. Luego cambiaron el registro para mostrar que lo habían puesto en libertad, aunque lo tenían aislado. Rehusaron permitir que ninguna otra agencia del orden público se reuniera con él. El Los Angeles Times informó el 12 de diciembre que el “[jefe del Sherifato] Lee Baca desempeñó un papel significativo en la manera en que su departamento trató” a ese preso.

En otro incidente, una funcionaria del consulado austriaco, que visitaba a un preso de esa nacionalidad, fue arrestada y le pusieron esposas aunque no había cometido ningún delito y a pesar del hecho de que los funcionarios diplomáticos extranjeros supuestamente gozan de inmunidad judicial debido a su estado legal en Estados Unidos.

Otros cargos contra los sheriffs incluyen “conspiración para cometer un delito contra la administración de justicia, hacer declaraciones falsas y cometer violaciones de los derechos civiles”. Tras llevar a cabo las golpizas, los sheriffs consultaban entre sí para hacer que sus versiones concordaran y conspiraban para escribir informes que acusaban falsamente a las víctimas de las golpizas de haber atacado a los sheriffs.

Los sheriffs trataron de intimidar a quienes los investigaban. En un incidente, cuando una agente del FBI que trabajaba en el caso salió de su casa, dos sheriffs se le acercaron y le dijeron falsamente que se estaba preparando una orden judicial para arrestarla. También intimidaban y hostigaban a las personas dentro del Departamento de Sheriffs que denunciaron sus fechorías.

En respuesta a todo eso, el jefe Lee Baca dijo: “El 99 por ciento de nuestros empleados van por el buen camino”. Baca dio en la diana con eso; estos hampones van por el “camino” de hacer lo que hacen todos esos perros: “servir y proteger” al sistema del capitalismo-imperialismo que domina sobre la gente, con toda su brutalidad y asesinatos.

Héctor Villagra, director ejecutivo de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) del Sur de California dijo que las acusaciones federales contra los agentes y ex agentes “sugieren la posibilidad de que el árbol entero esté podrido”. Un editorial del Los Angeles Times dijo: “Se debería rechazar cualquier deseo de descartar más de dos años de informes noticiosos e investigaciones oficiales que detallan las palizas a los reos, como simplemente el resultado de unos cuantos agentes descontrolados”.

Estas acusaciones más recientes llegan poco después de otras dos investigaciones importantes al Sherifato del condado de Los Ángeles.

En la región de Lancaster-Palmdale, a unos 113 kilómetros al norte de la ciudad de Los Ángeles, los sheriffs del condado de Los Ángeles han singularizado a los negros que viven en unidades de vivienda pública, pues los detienen, decomisan su propiedad y les aplican la fuerza. Dos tercios de los residentes de Palmdale son negros y latinos. Los sheriffs les han aplicado un perfil racial, y los han detenido para luego hacer lo que se está llamando “una detención sin justificación en el asiento de atrás”: los meten en el asiento trasero del patrullero por infracciones menores, lo que es una violación de la Cuarta Enmienda de la constitución estadounidense. De acuerdo a un artículo publicado en huffingtonpost.com: “En un incidente, metieron a la víctima de violencia doméstica en el patrullero, lo que inquietó al sospechoso y llevó a una confrontación física entre ese hombre y los agentes, y a rociar a la víctima con gas pimienta porque ella también se alteraba”.

La otra investigación es de una camarilla dentro del Departamento de Sheriff que se llama los “Jump Out Boys” (Muchachos que saltan del patrullero). Se trata de una pandilla de sheriffs que integra la unidad elite antipandillas; se invita al agente a unirse a la camarilla porque el agente gana “más respeto después de involucrarse en un tiroteo”. El columnista del Los Angeles Times Steve López informó que, según un ex sheriff, ese “símbolo de honor” lo ganaron “agentes que les rompían huesos adrede para conseguir un tatuaje que les diera membresía en una subcultura de guardias hampones...”

Los Jump Out Boys son solamente una de varias camarillas racistas dentro del Sherifato de Los Ángeles. Otras pandillas de sheriffs han ostentado nombres como Los Muchachos 3000, Los Muchachos 2000, la Parca, los Diablitos, los Reguladores y los Vikingos, y han actuado para crear un ambiente de asesinatos, golpizas, falsificación de informes y perjurio en aras de encubrir su conducta ilegítima. Una pandilla de sheriffs, los Vikingos de Lynwood, “es conocida por ser una ‘pandilla neo-nazi de supremacía blanca’”, de acuerdo al Los Angeles Times.

El semanario LA Weekly informó que ¡los Muchachos 3000 recibieron el encargo de llevar a cabo una investigación “interna” de la pandilla de sheriffs los Vikingos de Lynwood! Eso es como encargarle al zorro de la custodia del gallinero.

Nosotros que andamos construyendo el movimiento para la revolución en las calles de Los Ángeles, en las comunidades negras y latinas, estamos conscientes de la represión que se está apretando en esas comunidades, y lo que hacen los sheriffs del condado de Los Ángeles es parte de eso, cuando asesinan, golpean, arrestan y encarcelan a todo un sector de la población. Las prisiones y las cárceles de Estados Unidos están colmadas de negros y latinos, tanto hombres como mujeres, y particularmente jóvenes. La huelga de hambre de los presos de California durante el verano de 2013 sacó a la luz la tortura que es el aislamiento solitario en las prisiones, y esa tortura y esa brutalidad existen en las cárceles municipales y del condado también. Hay que declararse en contra de esta encarcelación en masa, en contra de la brutalidad y la tortura. ¡De las cárceles de Los Ángeles a las prisiones de Nueva York y por todo Estados Unidos, hay que parar esta mierda!

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