Los “hechos alternativos” (o sea MENTIRAS) de Trump acerca de México contra la VERDAD

Estados Unidos ha robado y oprimido salvajemente a México durante casi 200 años y no tiene ningún derecho en absoluto a darle órdenes

1° de febrero de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El viernes 27 de enero, se canceló una reunión programada entre Donald Trump y el presidente de México Enrique Peña Nieto. El mismo día, Trump tuiteó: “México ya se ha aprovechado de Estados Unidos suficiente tiempo. Los masivos déficits comerciales y poca ayuda en la frontera debilísima tienen que cambiar. ¡AHORA!”

Sería difícil hacer que más mentiras quepan en 140 caracteres.

¿¡¿“Frontera debilísima”?!?

En 1846 Estados Unidos invadió a México y robó —sí, robó— el 55 por ciento de su territorio. El Sudoeste de Estados Unidos, de Texas a California y al norte a estados como Nevada y Colorado, una vez era parte de México.

La frontera entre los dos países es una de las zonas más fuertemente militarizadas en el mundo. Aviones no tripulados y aviones de vigilancia acechan en el aire; barcos de patrulla rastrean por las aguas del Pacifico y del golfo de México; decenas de miles de agentes fuertemente armados de toda variedad concebible “del orden público”, y cientos de justicieros-vigilantes hormiguean en el terreno y hay varias bases militares grandes; la propia frontera está hendida de alambre de púa, alambre de cuchillas y sí, muros.

Todo lo anterior está de un solo lado — el estadounidense. Todo se dedica a impedir que entren inmigrantes empobrecidos en busca de trabajo. Los que logran pasar al Norte encuentran un paisaje salpicado de campos de concentración llamados “centros de detención”, donde incluso a los niños los someten a un trato que no es otra cosa que la tortura.

¿¡¿“Masivos déficits comerciales”?!?

Una piedra angular de la riqueza y poderío mundial estadounidense ha sido su explotación despiadada de México. Durante más de un siglo, algunos de los pilares más rentables y poderosos de la economía estadounidense —las grandes regiones agrícolas de California y las ricas minas del Oeste y Sudoeste— se desarrollaron sobre el lomo de los mexicanos y sus descendientes. Desde hace décadas, la cruel explotación de los inmigrantes mexicanos y centroamericanos ha sido un elemento central del desarrollo rentable del imperialismo estadounidense. Los inmigrantes trabajan en industrias esenciales en todos los estados de Estados Unidos — en los trabajos mal pagados de las fábricas y del campo, o de taxistas o barrenderos. Todos viven la generalizada y racista discriminación e insultos en todos los ámbitos de su vida, y aquellos que no tienen documentos viven al día con el temor de que los corran debido a su condición migratoria o que caigan en una redada migratoria.

¿!¿“México ya se ha aprovechado de Estados Unidos”?!?

El capitalismo-imperialismo estadounidense le ha exprimido a México una riqueza casi ilimitada — de su agricultura rica y variada; de su producción petrolera; de las maquiladoras que se extienden a lo largo de la frontera y someten a mujeres jóvenes a una explotación y un abuso extremos e implacables. Más que nada, ha obligado a millones de personas a separarse de sus familias, sus amigos, sus comunidades… y a emprender una travesía desesperada por un terreno difícil, pasando entre soldados, agentes fronterizos y racistas con la esperanza de conseguir un trabajo pésimo en el Norte. El imperialismo de forma literal le chupa el calcio de los huesos a los trabajadores agrícolas: si usted cree que eso exagera — lea algo sobre los campesinos de Guanajuato.

“¿Qué es el capitalismo?”

de Bob Avakian


Un sección en tres partes de REVOLUCIÓN: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es

Ahora Trump toma medidas para aumentar enormemente el número de personas que serán deportadas, calificando de “criminal” a casi cualquier persona arrestada por cualquier “ofensa”. Dice que castigará a los municipios que no cumplan con un mandato federal que los obligaría a preguntar sobre el estado migratorio de las personas y a entregar toda la información que tengan a las autoridades migratorias, para que puedan detener y deportar a las personas. El vocero de Trump dijo: “Vamos a crear más espacio para la detención de inmigrantes ilegales en la frontera sur para que sea más fácil y más barato detenerlos y devolverlos a su país de origen”.

La renegociación de la explotación

En 1994 entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre Estados Unidos, Canadá y México. Esta semana Trump tuiteó: “Yo renegociaré el TLCAN. Si no puedo obtener un gran trato, lo vamos a desechar”. Dice que esa amenaza obligará a “México… a darle un trato justo y respetuoso a Estados Unidos”.

Otra de las grandes mentiras de Trump es que el TLCAN ha victimado a Estados Unidos y enriquecido a México. Pero en esta situación, ¿quién es el que jode y quién es el jodido? Como escribió Laura Carlsen del Centro de Política Internacional: “El TLCAN dejó una estela de destrucción por todo México”. Los salarios han desplomado; los precios y el desempleo han subido. He aquí un ejemplo: más de dos millones de campesinos mexicanos y sus familias han tenido que abandonar sus tierras porque la masiva importación de cereales altamente subsidiados de Estados Unidos ha socavado su capacidad de ganarse el sustento.

       

El capital estadounidense ha inundado a México, aprovechando la “mano de obra barata” (o sea, la gente brutalmente explotada) para reducir sus costos generales de producción y a la vez distorsionar el desarrollo de la economía general de México. El TLCAN ha abierto a México al saqueo imperialista aún más absoluto y devastador. Ha contribuido al empobrecimiento de millones de mexicanos y al enriquecimiento del imperialismo estadounidense.

Pero eso no basta para un sector fascista de la clase dominante estadounidense que se ha unido en torno a Trump, que se ha puesto a imponer una explotación aún más implacable de los inmigrantes en Estados Unidos y una dominación aún más desenfrenada de México. Trump se propone someter por completo a México. A verlo: ¿Qué maldito derecho tiene Trump o Estados Unidos de imponer su voluntad sobre la gente del mundo y luego insistir: “Más vale que nos traten bien”? ¡Estados Unidos no tiene ningún derecho de hacerlo!

Trump exige renegociar el TLCAN para que le beneficie aún más a Estados Unidos y le exprima aún más al pueblo de México. Esta amenaza empeorará muchísimo las condiciones del pueblo mexicano: más desempleo, más niños en la pobreza, nuevas alturas de caos en una sociedad que ya se agoniza por las matanzas y violencia de los cárteles del narco.

No existe ningún problema con la inmigración; existe un problema con el capitalismo

Bob Avakian escribe:

Los Estados Unidos de América tal como está constituido en la actualidad, o sus fronteras actuales, no tienen nada de sagrado para nosotros. Todo lo contrario.

— Lo BAsico 3:20

La frontera entre Estados Unidos y México fue forjada por medio de conquistas sanguinarios, y desde ese entonces ha servido para dominar y explotar.

En el salón de espejos que es Trumplandia, México amedrenta a un Estados Unidos sumiso, y la frontera es un colador que deja entrar a los criminales que provocan caos en Estados Unidos. En el mundo real, la frontera es una zona de guerra hiper militarizada que pulveriza la vida de un sinfín de personas que buscan una oportunidad de trabajar. Durante todo un siglo, la dominación imperialista estadounidense ha desangrado a México y sus recursos, y millones de mexicanos sufren — viven al borde de la hambruna en una tierra rica en potencial agrícola; peleando por unos pesos en un país que manda una buena parte de su riqueza al Norte.

En Estados Unidos, el gobierno está fortaleciendo a la migra (ICE: Immigration and Customs Enforcement) en preparación para redadas aún más generalizadas. Obligan a la gente a vivir a las sombras, ante el constante temor de que su hijo, padre o ser querido desaparezca de la noche a la mañana. El programa federal que atrajo a decenas de miles de jóvenes a entregar sus datos a las autoridades federales, con la promesa de evitar la deportación, ha resultado en una lista que pueden entregar a la migra para llevar a cabo redadas en cualquier momento. Si eso suena a algo que ocurrió en la Alemania nazi, pues así es. Además, si estos fascistas tienen éxito, pues eso es lo que están desarrollando la capacidad de hacer.

Lo que Trump se propone desatar contra los inmigrantes mexicanos y centroamericanos, y contra el país de México, no es “una oscilación del péndulo hacia la derecha”, sino una escalada completamente ilegítima y fascista de la represión.

Que no se permita que eso ocurra. Hay que oponerle una firme resistencia y derrotarlo como parte de hacerle frente a todo el programa fascista de Trump y Pence.

Pero más allá de eso, tenemos que repetir la pregunta que Bob Avakian ha hecho repetidamente: ¿por qué tenemos fronteras en sí, y las divisiones entre las personas que estas fronteras imponen y concentran? ¿Por qué no podemos ir más allá de eso hacia una comunidad de seres humanos en libre asociación en todas partes de este planeta? Sí lo podemos hacer —haciendo una REVOLUCIÓN— y una parte importante de esa revolución será la de forjar conexiones entre las masas populares en México y su lucha contra la dominación imperialista así como contra sus “propios” explotadores y opresores, y las masas populares en Estados Unidos, en una lucha por acabar con el presente sistema imperialista, de una vez para siempre.

 

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