El despido de James Comey: Los peligros, las oportunidades y la necesidad de actuar
17 de mayo de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
El despido del director del FBI, James Comey, por el presidente Trump es un acontecimiento extremadamente siniestro. Es una importante escalada y maniobra estratégica del régimen de Trump y Pence para consolidar e institucionalizar aún más el dominio fascista en Estados Unidos.
A manera de repaso de los acontecimientos sobresalientes de la última semana: la arbitraria destitución de Comey; el chorro de explicaciones cambiantes y contradictorias de los voceros de Trump y de Trump; y la divulgación de que Trump le exigía a Comey una “lealtad” total y completa, la que, por extensión, sería la norma para cualquier futuro director del FBI.
Verdaderamente siniestro
Al despedir a Comey, Trump no simplemente trata de bloquear la investigación sobre una posible interferencia rusa en las elecciones de 2016 a favor de Trump, junto con el posible contubernio de personas cercanas a Trump. Desprecia y destripa las normas establecidas a raíz del escándalo de Watergate de 1972-1973 y la renuncia del entonces presidente Richard Nixon, quien había despedido a un fiscal especial que investigaba la actividad criminal por parte de la campaña electoral de Nixon, y un posterior encubrimiento.
De manera más siniestra, Trump trata de poner un elemento fundamental del aparato represivo del estado, el FBI, bajo el fortísimo control y uso del régimen. Para eliminar la mínima independencia que el FBI quizá tenga y además para poder utilizar al FBI para perseguir, hostigar y reprimir a todos y cada uno de los enemigos que nombre el régimen. Esto es parte del rumbo y el impulso del fascismo. El FBI no es ningún amigo del pueblo; es un enemigo monstruoso del pueblo. Pero la maniobra de Trump representa peligros reales para la gente. (En el recuadro, lea el pasaje de Bob Avakian sobre por qué la imposición de un programa fascista sobre la sociedad requiere ataques contra las normas y las instituciones de la democracia burguesa (y su reemplazo), especialmente aquellas que plantean obstáculos como la prensa, el poder judicial y otros sectores de la clase dominante.)
Mientras tanto, el régimen avanza inexorable para implementar su programa fascista. El procurador general Jeff Sessions ha ordenado que los fiscales federales aplicaran los cargos más severos y “más serios” en casos de drogas, incluida la marihuana. El ICE (la Migra) ha venido acelerando las redadas y las “desapariciones” de inmigrantes (en centros de detención y deportación). Trump ha creado una nueva comisión de “supervisión electoral”, encabezada por su vicepresidente, Mike Pence, y por Kris Kobach, el ex secretario de Estado por Kansas y un tristemente célebre defensor de la supresión del voto y la lucha contra los inmigrantes.
Una oportunidad que hay que aprovechar, un momento de mucho cambio
Los acontecimientos de la última semana han suscitado conmoción e indignación entre amplios sectores de la sociedad. He aquí al ex locutor de la CBS, Dan Rather: “He presenciado semanas de tinieblas mucho mayores, de guerra, y de muerte y desesperación económica... Pero nunca he presenciado una semana en la que un presidente de nuestra nación se haya comportado con tanta indiferencia arrogante por las normas e instituciones de nuestra democracia”. Los comentaristas han hablado de una venidera “crisis constitucional”.
De hecho, hay señales de agudización de las divergencias en la cúpula de la sociedad, las que podrían acelerarse hacia una crisis de este tipo. Los demócratas piden un abogado/fiscal independiente para investigar los lazos de la campaña de Trump con Rusia y el posible contubernio. Unos pocos republicanos han roto filas y han expresado diferencias con Trump sobre el despido. Trump está redoblando sus esfuerzos. Este es un momento plagado de peligros.
Es una situación de muchos cambios... incluido en el pensar de la gente.
Aunque ha habido protestas y manifestaciones en respuesta al despido de Comey, no han estado a la altura de lo que se necesita. Los demócratas intentan encauzar la indignación y la inquietud real hacia la demanda de nombrar a un fiscal especial. Esta demanda no aborda en lo fundamental el problema subyacente del fascismo en marcha. Además, los demócratas presentan su llamamiento a nombrar a un fiscal especial con toda suerte de histeria antirusa, y Putin no es ni más ni menos imperialista que los gobernantes demócratas y republicanos de Estados Unidos.
Aunque estos son en gran parte los términos de la oposición en este momento, existe turbulencia en la cúpula... hay muchos cambios entre los de abajo de la sociedad... y es difícil de predecir lo que potencialmente podría salir de esta situación si la gente hiciera lo que realmente haga falta.
Lo que se necesita: Según el Llamamiento a la Acción de Rechazar el Fascismo: “Debemos ORGANIZARNOS: trabajar con toda nuestra creatividad y determinación hacia el momento en que sea posible movilizar a millones de personas para inundar las calles de las ciudades y los pueblos día tras día y noche tras noche, declarando ilegítimo al régimen entero — Exigiendo, Sin Parar, Hasta que el Régimen de Trump y Pence Sea Expulsado del Poder. Esto, y nada menos, es lo que hace falta”.
Apremia el momento actual para dar un salto hacia este objetivo, para conectarse con la creciente ansiedad y para darle una expresión organizada.
El Consejo Consultivo de Rechazar el Fascismo sacó una declaración en respuesta al despido de Comey, actualizado el 15 de mayo. Dice, en parte: “Lo que importa ahora es lo que hagan las masas de personas: realizar acciones colectivas con determinación y creatividad, expresar indignación y enojo, salir a las calles con el espíritu de ‘ninguna actividad de costumbre’ y exigir que este régimen sea expulsado del poder. Cuando nos encontramos frente a lo extraordinario, debemos librarnos del pensar ordinario. Hay que conseguir que el Llamamiento a la Acción de Rechazar el Fascismo llegue a cientos de miles de personas ahora. El ‘¡NO!’ de Rechazar el Fascismo, ya visto en protestas en todo Estados Unidos, ahora tiene que estar en todas partes, y eso incluye en todas partes en las narices de los fascistas y esos demócratas que se acomodan con ellos.
“Comience con quienes que usted puede reunir, y salgan y crezcan. Hagan una Declaración. Conéctense con organizaciones. No subestime el poder del pueblo cuando luchamos con valentía y convicción”.
Esto puede tomar formas diferentes, impactantes: que las personas salgan a las calles; expresiones de desafío en las artes y performanceros; y otras manifestaciones creativas y desafiantes. Pero todo esto tiene que sonar la alarma y seguir la orientación de unir a las personas para trabajar urgentemente hacia la única misión y objetivo de expulsar a este régimen fascista, y aprovechar cada oportunidad, tal como el momento actual, para hacer avances en esa dirección.
Las personas deben conectarse con Rechazar el Fascismo, seguirle en las redes sociales y en su website, y unírsele y actuar con él en la difusión del “¡NO!”. No se puede perder ni un día para dar grandes saltos hacia lo que hace falta.
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