Conjura de los fascistas de Trump y Pence para reducir una indocumentada de 17 años de edad a una incubadora
¡NO! ¡Nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista
Sunsara Taylor
25 de octubre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
Actualización, 25 de octubre, nota de la redacción: Hoy, la inmigrante indocumentada de 17 años, Jane Doe, que está encarcelada en un campo de detención de Texas, finalmente pudo obtener el aborto que estaba buscando, como resultado de un fallo de la corte federal de apelaciones. Ella y sus defensores habían luchado contra los fascistas cristianos en Texas y en otros lugares, en los tribunales, y hasta contra el régimen de Trump y Pence que había intervenido para impedirle hacerse el aborto. Un gran saludo a todos los que exigieron que Jane Doe pudiera ejercer su derecho a terminar su embarazo. Pero también es importante que todos reconozcan plenamente la pesadilla que augura este caso. El régimen de Trump y Pence no se detendrá con este o aquel revés. Están decidido a avanzar a toda máquina para consolidar su control fascista, y como parte clave de eso, imponer a las mujeres y muchachas en todo el mundo lo que intentaron hacerle a Jane Doe — a menos que sean expulsados del poder mediante un auge de lucha sostenido en masa que exija: ¡Esta pesadilla tiene que terminar. El régimen de Trump y Pence tiene que MARCHARSE!
Una menor indocumentada sin acompañante de 17 años, “Jane Doe” (un nombre genérico), fue capturada y encarcelada recientemente en un centro de detención en Estados Unidos. Atrapada en una tierra ajena sumida en una xenofobia en auge, miles de kilómetros lejos de todo lo que ella conoce, obligada a huir por condiciones desesperadas, le ha de haber parecido que no era posible que esa pesadilla se empeorara.
Hasta que descubrió que estaba embarazada.
En un mundo justo, un embarazo podría ser motivo de celebrar o de programar un aborto rutinario perfectamente seguro y sin estigma. El feto no es un bebé, y no hay ninguna razón en absoluto de prevenir que una mujer se haga un aborto, ni de avergonzarla.
Sin embargo, en el Estados Unidos de Trump y Pence, el embarazo de esta joven la sumergió hasta un escalón aún más negro del infierno. Una conjura de lunáticos fascistas cristianos está ejerciendo el pleno poder del gobierno federal para reducir a esta muchachita al estatus de una incubadora, emperrados a obligarla a tener un hijo contra su voluntad — y a establecer un precedente peligroso que pone en peligro el futuro de mujeres y muchachas en todas partes.
Desde el momento en que Jane Doe descubrió su embarazo, ha insistido que quiere provocarse el aborto. En Texas (como en 21 otros estados), las menores necesitan el consentimiento de un padre o un juez para el aborto, lo que es en sí un ultraje. Con la ayuda de unos defensores extraordinariamente dedicados, Jane Doe recibió ese permiso y programó un aborto para el 28 de septiembre.
Pero el régimen de Trump y Pence bloqueó su acceso al aborto.
Scott Lloyd es el fascista cristiano antiaborto fanático que Trump y Pence escogieron para encabezar la Oficina de Reasentamiento de Refugiados y como tal ejerce el poder del estado sobre la vida de los refugiados e inmigrantes detenidos por el gobierno. Lloyd no sólo se opone al aborto sino que se opone también a los anticonceptivos, y en una ocasión visitó a una joven detenida para presionarla a continuar un embarazo no deseado.
En este caso, corrió la voz en el centro de detención de Jane Doe de que no iban a permitir que ella asistiera a su cita del 28 de septiembre. Al contrario, sus captores la obligaron a visitar una falsa “clínica” fundamentalista cristiana antiaborto donde la obligaron a ver un ultrasonido. El centro de detención también llamó a la mamá de Jane Doe en su país de origen y le informé del embarazo, en contra de la petición de Doe porque su mamá la abusaba físicamente.
Ocho estados —Texas, Arkansas, Luisiana, Michigan, Nebraska, Ohio, Oklahoma, y Carolina del Sur— todos también en las garras de teócratas cristianos fascistas, presentaron documentos en la corte en apoyo a los esfuerzos de Lloyd.
Después de otra batalla más en la corte, en la que un juez federal dictó que tienen que permitir que Doe se haga el aborto (programado de nuevo para el 20 de octubre), el régimen de Trump y Pence se lo bloqueó otra vez. No la dejaron salir para su cita y sostuvieron que eso no representa una “carga indebida” a su derecho constitucional al aborto ¡porque Doe todavía tenía la “opción” de ser deportada a su país de origen! Doe es de Centroamérica — y en la mayoría de los países en esa región, la ley prohíbe el aborto, y en tres de esos países, ni siquiera lo permiten cuando peligra la vida de la mujer.
Al acercarse el embarazo de Doe más cada día al límite injusto de las 20 semanas para abortos en Texas, su centro de detención la ha aislado y castigado más. A pesar de los riesgos a su salud emocional y física, no le permiten participar en ninguna actividad física, por ejemplo, la obligaron a sentarse en una banca mientras permitieron a otros niños detenidos jugar en un parque.
El estatus actual del caso es que el régimen insiste que sólo se permitirá que Doe aborte si se le designe un patrocinador ya para el 31 de octubre. Designar un patrocinador para un menor indocumentado sin acompañante es un proceso complicado que por lo general requiere meses de búsqueda y escrutinio. Esto es cruel, innecesario, e indefendible, y no debemos permitir que quede así.
Jane Doe es una muchacha vulnerable de 17 años, presa y con un embarazo no deseado en una tierra hostil. Ella es un pleno ser humano, pero fascistas cristianos en el núcleo cruel del régimen de Trump y Pence usan la plena fuerza del estado más poderoso en la historia del mundo para reducirla al estatus de una incubadora. Esta es una pesadilla que nadie debe tolerar. Debemos alzar la voz y exigir que permitan a esta joven acceder a su aborto.
Al mismo tiempo, millones de personas deben abrirse los ojos ante la pesadilla aún mayor la que este caso augura. Lo que están haciendo a Jane Doe es el futuro para mujeres y muchachas en todas partes si a este régimen fascista de Trump y Pence no se le rompan, y muy pronto, las garras en las que tiene aferrado el estado. La única manera en que eso pueda suceder, y que termine en algo bueno para las mujeres, para los inmigrantes, y para toda la humanidad, es que se lancen a las calles miles de personas, que pronto se hagan millones, en la protesta política masiva, sostenida y no violenta que no se detiene hasta que se cumpla una sola demanda innegociable: Esta pesadilla tiene que terminar: ¡El régimen de Trump y Pence tiene que marcharse! Hay muchas personas que desean que esto ocurra. Hay una organización, un movimiento, Rechazar el Fascismo (RefuseFascismo.org), que trabaja y se conecta con personas de todos los sectores sociales para activar su participación para que esto suceda — súmese a este movimiento hoy. El 4 de noviembre, láncese a las calles. En nombre de la humanidad, tenemos que negarnos a aceptar este Estados Unidos fascista.
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