Algunas reflexiones sobre Pantera Negra: ¿Aire fresco o gas venenoso?
Noche Diaz
18 de abril de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
Black Panther / Pantera negra cuenta la historia de Wakanda, una nación africana ficticia con un recurso natural de fantasía, el vibranium, que le ha permitido desarrollar una tecnología avanzada y permanecer libre de conquista y oculto de ese mundo. El rey de Wakanda asume el cargo del superhéroe la Pantera Negra. Esta película cuenta cómo T’Challa asume el papel de un joven heredero al trono de Wakanda y el título de la Pantera Negra.
La opresión del pueblo negro en Estados Unidos... y qué hacer al respecto
Aunque muchas veces imagina un África muy bello (en mi opinión), explícitamente expresa y trata la opresión de los negros en Estados Unidos, y qué se debe hacer al respecto. Los cineastas establecieron las escenas del prólogo en Oakland, California en parte debido a la película anterior del director Ryan Coogler, Fruitvale Station, que relata la vida y el asesinato de Oscar Grant [en Oakland] por parte de la policía, y toda la atrocidad del terror policial que concentra, y en parte para abordar el legado revolucionario del Partido Pantera Negra (BPP, por sus siglas en inglés) que comenzó en Oakland en 1966. Y la decisión de poner el prólogo en 1992, con vistazos breves de la cobertura mediática de lo que parece ser la rebelión de Los Ángeles [de 1992], se centra en las periódicas erupciones de resistencia contra la opresión de los negros.
Esto se presenta aún más explícitamente en las escenas iniciales en el departamento de N’Jobu, el tío de T’Challa y el padre de Erik Killmonger, un niño que está jugando al baloncesto afuera y que al crecer se convertirá en la némesis de T’Challa. El apartamento está decorado con carteles en las paredes que incluyen [el famoso cartel del] líder del BPP Huey P. Newton en la silla de mimbre, un cartel de Emory Douglas (artista del BPP) de los días revolucionarios, y un cartel del álbum de Public Enemy It Takes a Nation of Millions to Hold Us Back [Se requiere una nación de millones de personas para controlarnos]. Justo al comienzo de la película, en una escena que pone en marcha la trama principal de la película, vemos a N’Jobu enfrentarse a su hermano T’Chaka (el padre de T’Challa y, en este prólogo, todavía el rey de Wakanda y la Pantera Negra). N’Jobu explica por qué ha traicionado a Wakanda y ha vendido parte de sus recursos para financiar sus armas. Explica con sinceridad que ya no podía cumplir con su misión de solamente observar porque ha visto cómo sufren la gente aquí y cuando las masas intentan levantarse, los opresores matan a sus líderes, inundan sus barrios con drogas, envían su policía contra ellos, los encarcelan masivamente... y NO PUEDE SEGUIR SOLAMENTE OBSERVÁNDOLO. Y esto también establece el tema principal de la película: la reforma contra la revolución.
Killmonger, quien llega a ser el antagonista principal de la película, es el hijo de N’Jobu y una mujer afroamericana (que no es un personaje en la película). Después del asesinato de su padre a manos de T’Chaka, Killmonger queda abandonado en Estados Unidos. Siente amargura hacia Wakanda por no hacer nada con respecto a la opresión que él y otras personas como él han enfrentado. Piensa en viajar a Wakanda para robarse su vibranium con el fin de armar y financiar levantamientos de los oprimidos en todo el mundo y de gobernar un imperio patas arriba donde los que fueron oprimidos se conviertan en gobernantes que opriman a todos los demás.
Cómo ver a los Killmongers del mundo
Muchos de los toques artísticos son muy deliberados en su mensaje, hasta la música y cómo se la utiliza. Hay una escena que realmente concentra algo en cuanto a la película. Poco después de que Killmonger gana la batalla ritual con T’Challa y se convierte en el nuevo rey de Wakanda, se lo muestra caminando al trono. Se escuchan fuertes latidos de bajo de música hip-hop mientras se ascienda el malo. De esa manera simboliza, por medio de tanto el personaje de Killmonger como la música que lo acompaña al trono, la furia reprimida de las masas de negros en los barrios pobres de las ciudades que son satanizadas, desechadas y oprimidas, y presenta como algo a que temer el ascenso al poder de esta furia desencadenada.
La película intenta evitar culpar a las personas que sienten esa furia. Eso es parte de lo que hace que este tratamiento sea tan sofisticado, y parte de lo que creo que lo hace tan eficaz y tan peligroso. Al principio uno odia a Killmonger porque parece tanto al malo estereotípico de un dibujo animado: trabaja con el tipo blanco malvado (Klaue) que está robando los recursos naturales de Wakanda y matando a personajes importantes, y luego Killmonger mata sin piedad y sin vacilar a su propia enamorada para ganar predominancia. Al principio, la película presenta la idea de la revolución como algo de los malos de los comics, casi como una broma. Se trata este tema de manera que para el fin de la película ya no es una broma: Killmonger ES el enemigo, pero es posible que nosotros lo haya hecho así ignorando los problemas que él plantea, y que tal vez él tenga un poco de razón.
Para repetir, creo que no se oponen a la revolución de manera mezquina ni sin sofisticación, y eso es parte de la razón por la cual es tan mala. Incluso la decisión de presentar al personaje revolucionario como el villano desde el principio puede haber sido una decisión artística más sofisticada que “revolucionario = tipo malo”. Puede que estén tratando de influenciar a un público que, con este tipo de película, puede identificarse más con el villano. En una de las escenas clave hacia cerca del fin, Killmonger ha sufrido un golpe mortal y cuenta que su padre le había descrito lo hermosa que es Wakanda y había prometido llevarlo allí un día, y luego Killmonger dice amargamente acerca de sí mismo “¿Lo crees? Un muchachito en Oakland que cree en cuentos de hadas”. Como una forma de reconocer la sensación de que al crecer en esta situación en la que masas de personas como él están atrapadas, parece imposible de tener esperanzas. Al ver esta película, yo podía sentir que la habían hecho para personas como la persona que yo era una vez —personas que tienen imaginación y están desafectas, y llenas de ira. Pude ver a un pequeño Noche viendo esta película y siendo conmovido.
Al final de la película, Killmonger parece algo redimido. Se reconoce que fue producto de la opresión que se había pasado por alto durante tanto tiempo. La película trata de parecer que no culpa a las personas que odian este sistema, sino que dirige la atención del público a los excesos del sistema y al peligro de hacer caso omiso de esos excesos. La película no pretende culpar a Killmonger o a las personas que se sienten como él, sino que inculcar el mensaje de que lo único que podría resultar de desatar esa furia es convertirte en la cosa contra que luchas, y que el camino hacia la verdadera redención para ese personaje (siendo símbolo de las masas de los más amargamente oprimidos) habría sido (y sigue siendo) el de renunciar a la revolución. Al final, cuando Killmonger se está muriendo, T’Challa le dice: “Quizás todavía podamos salvarte”, esencialmente ofreciéndole la oportunidad de vivir si renunciaría a la revolución. Killmonger rechaza la oferta, viendo solo la posibilidad de prisión o muerte. Invoca a los antepasados que se lanzaron de los barcos negreros al océano porque sabían que era mejor morir que vivir en la esclavitud.
“Pero estas NO son las únicas opciones”
Aquí, la película te dirige dolorosa y literalmente hasta un callejón sin salida. Killmonger realmente capta cómo millones de jóvenes ven su futuro bajo este sistema: la prisión o la muerte. Pero estas NO son las únicas opciones. Y mientras las personas piensen que estas son las únicas opciones, seguirán aceptándolas y atrapadas en rivalidades destructivas con otros en la misma situación. En el Club Revolución, vemos esto todos los días. Pero Bob Avakian, un líder revolucionario de verdad, lo expresa de esta manera:
La gente dice: “O sea, ¿me están diciendo que esos jóvenes que andan por allí vendiendo droga y matándose unos a otros y que están metidos en muchas otras cosas, pueden ser la columna vertebral de este poder estatal revolucionario del futuro?” Sí — pero no lo podrán ser desde donde están ahora, ni tampoco lo podrán ser sin lucha. No siempre vendían droga y se mataban unos a otros y todas esas cosas — y no tienen que estar metidos en todo eso en el futuro. Pregúntese: ¿cómo es que de niños preciosos pasan a ser supuestos “monstruos irredimibles” en unos pocos años? Se debe al sistema y a lo que éste le hace a la gente — y no a una “naturaleza humana que no cambia y no se puede cambiar”.
— Lo BAsico 3:17
Y ESTAMOS construyendo un movimiento para una revolución real que reconoce la importancia de ganarse a las personas para que sean emancipadores de la humanidad. Esto exige la lucha, a veces la lucha feroz, pero sí es posible. Y como parte de esa lucha, una de las cosas por las que luchamos —y luchamos sobre ello con jóvenes como Killmonger— son los seis Puntos de Atención para la Revolución que concentran esta moral revolucionaria.
En cambio, la lógica de la película lleva a la conclusión de que ya que no queremos llegar a ser como nuestro enemigo, todo intento de revolución nos retrasará y, por lo tanto, debe ser suprimido y derrotado. Sí, no se puede ignorar los problemas, así que... comprar algunos edificios, enseñar a los niños una nave espacial y darle a al menos uno de los niños en el patio de recreo algo con que soñar, y mientras tanto desempeñar el papel de una noble Mandela ante la ONU. Es un mensaje de contrarrevolución, a veces explícito.
Una consecuencia no intencionada de esta película podría ser que las personas que sienten esa ira contra este sistema celebren la perspectiva alimentada por la venganza, y que se identifiquen más con el Killmonger, el personaje interpretado por el carismático Michael B. Jordan, que es mucho más impresionante que el sumamente aburrido rey T’Challa, representado por Chadwick Boseman, quien es mucho más aburrido que los otros personajes principales de la película. Y, para repetir, el peligro de la venganza ES un problema real para una revolución real.
Pero Bob Avakian lo ha abordado y explicado en una manera completamente diferente, con ciencia y corazón:
En última instancia, como lo expresó una vez Engels, el proletariado tiene que conquistar su emancipación en el campo de batalla. Pero no solo se trata de ganar en este sentido sino de cómo ganaremos en el sentido global. Una de las maneras significativas aunque quizás sutil y a veces poco notada, en que el enemigo, hasta derrotado, pretende tomar represalias contra la revolución y sembrar las semillas de su futura destrucción, consiste en lo que obligaría a los revolucionarios a convertirse para así derrotarlo. La cosa se desenvolverá así: tendremos que confrontarlo en las trincheras y derrotarlo en medio de una horripilante destrucción; pero en el proceso no debemos borrar la diferencia fundamental entre el enemigo y nosotros. Aquí es ilustrativo el ejemplo de Marx: vez tras vez él luchó enconadamente contra los ideólogos y apologistas de la burguesía pero nunca luchó rebajándose al nivel que ellos lo hacían ni desde su óptica; con Marx, el método es tan estimulante como es de inspiradora la meta. Debemos tener la capacidad de mantener nuestra firmeza de principios pero al mismo tiempo nuestra flexibilidad, nuestro materialismo y nuestra dialéctica, nuestro realismo y nuestro romanticismo, nuestra solemne claridad de metas y nuestro sentido del humor.
— Lo BAsico 5:24
ESTE es el ejemplo y el modelo para las personas que realmente quieren ver el fin de toda opresión. Este es el mensaje que las personas necesitan recibir, sus ánimos e imaginación levantados. Recuerdo cuando leí por primera vez esas palabras de BA y finalmente sentí que no estaba loco por odiar cómo era el mundo, y sentí el reto de ser parte de asumir la responsabilidad de cómo ganamos en el sentido más amplio, y aspirar a algo más elevado que la venganza porque eso nos impediría superar este mundo.
La perspectiva de clase detrás de la película
Pero lo que se expresa en la película es la visión y las aspiraciones características de sectores de la clase media negra y la burguesía negra, junto con su temor a las masas básicas de gente negra, su potencial destructivo, y el trastorno que resultaría de su levantamiento. El temor de que, si esto se desatara, solamente podría terminar en un baño de sangre de venganza, con un nuevo reino despótico sobre el pueblo. Esto es parte del motivo por lo que se montan escenas en Oakland y en 1992. Poner de relieve los “Baltimores y Fergusons” y ese “problema”. Parece decir que se puede entender por qué las personas se sienten así, pero todavía es necesario temer, suprimir y moderar esa ira potencial dando algo a por lo menos algunos de los niños del barrio. Lo mejor que se puede hacer, y lo que tal levantamiento y trastorno pondrían en peligro, es que aquellos con cierta posición distribuyan los recursos, inviertan en la comunidad y traten de enseñarles mejor a los niños. Hay que renunciar a la revolución y aceptar todo el marco de este sistema y solo entonces puedes hacer algo y tener una posición y arreglártelas en este mundo.
Esto alimenta la idea de que había un pasado romántico que recordar (una utopía de reyes africanos benevolentes que gobiernan a sus sujetos que son guerreros, eruditos, o trabajadores satisfechos), y tal vez alguna grandeza por esperar en el futuro, pero nada que podría surgir de la horrible experiencia del pueblo negro en Estados Unidos. La película no ignora lo feo, pero no ve nada bueno que pueda salir de él. Lo que me vino a la mente fue el agudo contraste con la afirmación de Bob Avakian:
Existe el potencial de que algo de una hermosura inaudita surja de una incalificable fealdad: de que el pueblo negro juegue un papel crucial para, por fin, deshacerse de este sistema que no sólo lo ha explotado sino que por tanto tiempo y de tantas formas lo ha deshumanizado, aterrorizado y atormentado —deshacerse de todo este sistema de la única manera posible— luchando por emancipar a la humanidad, para poner fin a la larga noche en que la humanidad ha estado dividida en amos y esclavos y en que las masas de la humanidad han sido azotadas, golpeadas, violadas, masacradas, encadenadas y amortajadas en ignorancia y miseria.
Acostándose con los VERDADEROS monstruos y asesinos... la CIA
Y encima, el mensaje de esta película incluye la noción de que Estados Unidos es una fuerza para el bien, representado por este agente de la CIA, el único personaje blanco bueno y redimible en la película. Esta es una imagen de la CIA totalmente patas arriba, aseverando que existe para detener a los malos del mundo, inclusive el muy malo Klaue que ve a Wakanda como una tierra de salvajes y un lugar cuyo único punto bueno es que se puede robarle sus recursos naturales.
T’Challa forja un vínculo personal y relación estratégica con este agente de la CIA, y con esto la película oculta descaradamente la naturaleza de este agente, presentándolo como un tipo ingenuo que intenta hacer lo correcto. Aunque sea un poco arrogante, es un amigo y, por cierto, un veterano piloto de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, y se puede usar esa Fuerza Aérea yanqui y su habilidad de lanzar bombas por el bien, como un aliado de los buenos en la Guerra Civil de Wakanda. (Porque Estados Unidos siempre interviene al lado de los buenos, o al menos con buenas intenciones. Este es la GFT, la Gran Falsedad Tautológica de la que habla BA).
Se supone que debemos pasar por alto todos los crímenes cometidos por la CIA en todo el mundo, inclusive en África, respaldando e instalando regímenes brutales y sangrientos golpes de estado para mantener el imperio estadounidense. Basta con considerar el asesinato orquestado por la CIA del líder revolucionario Patrice Lumumba en el Congo y la instalación de Mobutu, un vil acto que puso en marcha consecuencias que han causado décadas de miseria para el pueblo congolés y han costado directamente más de seis millones de vidas africanas. Puede ver la serie Crimen Yanqui en revcom.us para captar la escala y la profundidad del asesinato en masa y brutalidad que Estados Unidos —y su CIA— han desatado.
Digo “pasar por alto” porque, incluso para aquellos que quieren reconocer esta fea historia, ¡la película tiene una supuesta respuesta! Parece que el único personaje que sabe de los crímenes masivos de la CIA es el propio agente de la CIA quien señala que Killmonger es “uno de nosotros” (había participado en operaciones encubiertas, fue un “Navy SEAL”, parte de las fuerzas especiales de la marina) y lo habían entrenado para asesinatos en masa, y los había hecho. Que lo que Killmonger está haciendo en Wakanda es exactamente lo que lo habían entrenado para hacer: sabotear y derrocar gobiernos soberanos y destruir sus mecanismos de gobierno político, ya sea saboteando sus elecciones o destruyendo sus líneas de sucesión. El propio Killmonger menciona brevemente el asesinato en masa que cometió al servicio de Estados Unidos para llegar a donde está. Hablando de esto, fíjese bien: Esta película nos dice que no se le puede salvar a un personaje como Killmonger, pero la CIA que da las órdenes puede ser un aliado... ¡POR FAVOR!
La película expresa todo esto abiertamente, pero de una manera que lo hace fácil pasarlo por alto, y todos los personajes de la película hacen caso omiso de las implicaciones y, por extensión, el público puede hacer lo mismo. Pero pienso que la razón por la cual está en la película es para que el público, aunque reconozca que Estados Unidos no es una fuerza para el bien en el mundo, puede tener un amigo que trata de hacer el bien dentro de la CIA.
Y, después de todo, la supuesta solución a todo esto es que Wakanda puede ser un modelo de una nación que es una fuerza para el bien en el mundo, y que esto es lo que puede sacar lo mejor a Estados Unidos. Esto se capta en la escena de la película cuando interrogan a Klaue, y el agente de la CIA se pavonea como si estuviera a cargo de todo estableciendo los términos, y mientras tanto los personajes principales hablan wakandano entre sí y se ríen de él porque saben que ellos son más poderosos que él y son quienes realmente establecen los términos. Entonces, aunque uno piense que Estados Unidos no es bueno ahora, y no examina más profundamente el sistema, si tuviéramos un país capitalista negro, podríamos establecer los términos y Estados Unidos puede actuar mejor.
Vistazos de posibilidades... y decepción dolorosa
Hay más que decir sobre tanto la película como el enorme fenómeno social en torno a la misma, y sobre el pensamiento y la intención de las personas que la hicieron, así como sobre por qué fue tan bien recibida como una bocanada de aire fresco por un enorme número de de gente (especialmente gente negra).
Es obvio que refleja algo acerca de Estados Unidos el que el mero hecho de que se ha producido una película como esta con un gran presupuesto se considerara un triunfo colectivo. Y hay otras decisiones artísticas en la película que abordan contradicciones reales frente a los artistas negros en el mundo del arte, como ser permitido reflejar todo el espectro humano en el elenco de personajes negros (por ejemplo, Shuri, la hermana pequeña de T’Challa es un nerd y experta tecnológica, rompiendo los arquetipos estrechos para el personaje negro).
También importa cómo la película presenta a las mujeres: totalmente capaces de luchar por la nación, no solo apoyando a sus maridos o a los hombres en general. Esto se concentra en la escena cerca del final de la película en la que Okoye, la mujer que es el general militar más alto de Wakanda, se confronta con su amante, W’Kabi, un hombre, y está dispuesta a matarlo por su país y por lo que ella cree que es lo justo, y él no puede hacer lo mismo (él le pregunta, “¿Me matarías, mi amor?”, y cuando ella lo deja claro que sí, él desmonta de su poderoso rinoceronte y se agacha en señal de sumisión). Las mujeres en la película son guerreras, espías, expertas en tecnología, y Shuri no tiene ningún interés romántico. No recuerdo a ninguna de las mujeres de Wakanda que fuera débil o un símbolo u objeto sexual. No recuerdo ni siquiera una sola escena en la que la cámara se enfoque en parte del cuerpo de una mujer para excitar a los hombres en el público.
Una de las cosas realmente hirientes de esta película es que la primera película del director Ryan Coogler, Fruitvale Station, fuera realmente una de las mejores películas de los últimos 25 años, en la que se destacaron la brutal injusticia de este sistema y la humanidad de las personas generalmente demonizadas y asesinadas dos veces (asesinadas por la policía y luego vilipendiadas). Cualesquiera que fueran sus intenciones con Pantera negra, Coogler (en el mejor de los casos) hizo una chapuza.
En otras palabras, puedo ver por qué las masas populares recibieron la película con tanta anticipación y emoción. Hay razones artísticas concretas, junto con lo extraordinario de una película de superhéroes casi totalmente negros. Todo eso sirve para subrayar el peligro y el daño del tema contrarrevolucionario de esta película.
Todo el mundo está “esperando exhalar” e inhalar un soplo de aire fresco... y por fin parece que haya llegado el aire fresco, sino que contiene gas venenoso.
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