La Historia del Oriente Medio 101:
Trump condena Irán y Rusia por estar asociados con el asesinato en masa y respaldar a tiranos brutales… Sí, pero ¿quién es el Número Uno?
24 de abril de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
La noche del viernes 13 de abril, al justificar el ataque ilegítimo de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia a Siria, Trump advirtió a los aliados de Siria:
A Irán y a Rusia les pregunto: ¿Qué tipo de nación quiere relacionarse con el asesinato en masa de hombres, mujeres y niños inocentes? A las naciones del mundo se les puede juzgar según los amigos que tienen. Ninguna nación puede tener éxito en el largo plazo al apoyar a estados canallas, tiranos brutales y dictadores asesinos.
¡¿Asesinar a hombres, mujeres y niños inocentes?! ¡¿Apoyar a tiranos brutales y dictadores asesinos?! Si usted llegó tarde sin saber quién lo dijo, ¡podría haber pensado que el orador se refería a la historia de las acciones de Estados Unidos en el Medio Oriente en los últimos 70 años!
Rusia e Irán son, sin duda, opresores reaccionarios y sangrientos que nadie debería apoyar. Pero cuando se trata del asesinato en masa y el respaldo de tiranos despiadados, ¡Estados Unidos es El Número Uno!
70 años de asesinato en masa y apoyo a tiranos brutales
Trump habló como si Estados Unidos nunca pensaría en cometer ninguno de los crímenes horrendos que acusó a Siria de llevar a cabo e Irán y Rusia de apoyar.
Sin embargo, durante los últimos 70 años, por todo el Gran Medio Oriente, eso es precisamente lo que Estados Unidos ha hecho. Tan solo en las últimas dos décadas, ha llevado a cabo o respaldado masacres de hombres, mujeres y niños inocentes en Irak, Afganistán, Pakistán, Yemen y Libia.
Estados Unidos ha financiado, armado y respaldado Israel en su continua limpieza étnica genocida del pueblo palestino y sus guerras de agresión, desde su fundación en 1948 hasta hoy. Estados Unidos ayudó a alimentar la matanza reaccionaria de siete años en Siria y ha suministrado las bombas para la actual guerra genocida que Arabia Saudita libra en Yemen. Estados Unidos ha instalado “dictadores asesinos” y lacayos de la CIA en Irán, Egipto y Jordania, y los ha respaldado en Arabia Saudita, los estados del Golfo y más allá. Ha amenazado, intervenido, bloqueado y bombardeado un país tras otro.
Los gobernantes de Estados Unidos afirman que cometieron todas estas atrocidades por el “bien mayor” de proteger o liberar a las personas que sufren. Pura mentira. Cometieron estos despiadados crímenes para imponer y defender la dominación estadounidense del Medio Oriente, un eslabón clave en un implacable imperio global basado en explotar y oprimir a literalmente cientos de millones de personas por todo el mundo.
La carnicería yanqui: Cuatro millones de muertos y
siguen sumándose, ¡en Iraq por sí solo!
Se requeriría muchos tomos para enumerar cada crimen y atrocidad que Estados Unidos y sus aliados han llevado a cabo en Medio Oriente desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Pero las matanzas de Assad palidecen en comparación con lo que Estados Unidos ha hecho solo en Irak.
Entre 3.000 y 5.000 miembros y simpatizantes del Partido Comunista Iraquí asesinados en el golpe de estados del Partido Baath respaldado por la CIA en 1963. 105.000 iraquíes muertos en la guerra Irán-Irak alimentada por Estados Unidos en 1980-1988. Al menos 100.000 iraquíes muertos durante o inmediatamente después de la invasión yanqui “Desert Storm” [Tormenta en el desierto] en 1991. Se calcula que 1,2 millones de iraquíes, incluidos 500,000 niños, murieron de inanición o enfermedad durante la década de 1990 debido a las sanciones de Estados Unidos y la destrucción de los sistemas eléctricos y de agua de Iraq. Entonces sume el número astronómico de iraquíes muertos como resultado de la invasión, ocupación y bombardeo yanquis de 2003: ¡2.4 millones! según los estudios más precisos disponibles. Eso llega a la conclusión de que las manos de Estados Unidos están manchadas de la sangre de un total conservador de cuatro millones de iraquíes — y de millones de otras vidas destrozadas de innumerables maneras.
¿Cuándo se informan de estas cifras en la prensa estadounidense? Muy, muy raramente, porque podrían poner en duda el mito implacablemente promovido de que Estados Unidos es una fuerza por el bien en el mundo; que quizás cometa “errores”, pero no comete crímenes y atrocidades deliberadamente a escala masiva.
La guerra química masiva, al estilo yanqui
Trump justificó de modo santurrón el ataque a Siria en nombre de la prohibición mundial del uso de armas químicas porque, declaró, son “excepcionalmente peligrosas, no solo porque infligen el sufrimiento espantoso, sino porque incluso pequeñas cantidades pueden desatar una devastación generalizada”.
Las armas químicas son un horror espantoso, pero aunque sea verdad que si Assad ha llevado a cabo todos los ataques químicos de los que es acusado, sus crímenes seguirán siendo una sombra de los horrores químicos que Estados Unidos facilitaron, suministraron y dirigieron durante la guerra entre Irán e Iraq.
Durante esa guerra, los imperialistas vampíricos que gobernaban Estados Unidos querían asegurarse de que Irak no perdiera. Así que Estados Unidos y sus aliados europeos le proporcionaron a Sadam Husein los ingredientes de las armas químicas y biológicas. Un informe detalla 70 consignaciones de agentes biológicos de Estados Unidos enviadas a Irak, incluidos el ántrax, el botulismo y el bacilo de E. coli. Estados Unidos le envió a Irak los productos químicos necesarios para el gas nervioso. Estos comerciantes de la muerte también suministraron herramientas, equipos, helicópteros y proyectiles para fabricarlo y lanzarlo. Los agentes de la Agencia de Inteligencia de Defensa estadounidense (DIA, por las siglas en inglés) secretamente le proporcionaron a Irak información detallada para guiar y “calibrar” sus ataques de gas mostaza en contra de las tropas terrestres iraníes. El número de víctimas de muerte y lesiones agonizantes: entre 50.000 y 100.000, incluidos muchos civiles, según la estimación iraní.
Después de la guerra, Sadam utilizo esas mismas armas químicas con un efecto horrendo contra los kurdos de Irak, masacrando a hasta 60.000 personas, incluido unos 5.000 muertos en un ataque con gas en Halabja, según un académico iraquí. Un agente de la DIA le dijo al New York Times que el Pentágono “no estaba tan horrorizado por el uso de gas en Irak. Era simplemente otra forma de matar gente, ya sea con una bala o con difosgeno, no había ninguna diferencia”.
Para repetir, la muerte y sufrimiento que Estados Unidos ha infligido en Iraq no es más que un ejemplo de lo que ha causado, y sigue causando, en todo el Medio Oriente y más allá.
E incluye el continuo uso de armas químicas y antipersonas prohibidas o mortales. Estados Unidos lanzó proyectiles de uranio empobrecido en la Guerra del Golfo Pérsico de 1991, que enfermó a miles de iraquíes por años después de esa guerra. En 2004, durante su asedio a Faluya bajo el mando del general “Mad Dog” [Perro Rabioso] Mattis (ahora el secretario de Defensa de Trump), Estados Unidos hizo llover bombas de racimo, que explotaron en cientos de pequeñas bombas antipersonas que los niños incautos siguen recogiendo, y lanzó el fósforo blanco, una bomba incendiaria química que puede derretirle la piel y quemarle hasta el hueso a las personas. Y hoy, Estados Unidos y Gran Bretaña suministran bombas de racimo a Arabia Saudita, las que asesinan y mutilan a “hombres, mujeres y niños inocentes” en Yemen.
Trump y Pence — amenazando el asesinato en masa a escala global
Por más bárbaro y horrendo que haya sido el daño yanqui en el Medio Oriente, el régimen de Trump y Pence está preparado para llevar sus crímenes a nuevas alturas, a un nivel que podría poner en peligro a millones de personas en la región, y posiblemente conducir a un enfrentamiento global catastrófico, hasta nuclear.
Trump ya ha elogiado y respaldado sin sentido crítico a los tiranos asesinos como Rodrigo Duterte en Las Filipinas y Recep Tayyip Erdoğan en Turquía. Trump aclama y arma a los verdugos decapitadores medievales que gobiernan Arabia Saudita. Ha eliminado las restricciones a las campañas de bombardeo de Estados Unidos en Irak, Siria y Afganistán, y las bajas civiles se han disparado por las nubes. Vilipendió a musulmanes y refugiados, atacando y amenazando a cientos de millones de personas en todo el mundo. Y ahora él y su gabinete de guerra tienen Irán y Corea del Norte en sus miras.
Capten el sentido de esta historia. Reconozcan este peligro potencialmente existencial que representa el régimen de Trump y Pence. ¡Rompen con la noción de que Estados Unidos es una fuerza por el bien en el mundo, y comiencen a oponer resistencia a sus crímenes!
¡Dejen de pensar como estadounidenses, empiecen a pensar en la humanidad!
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