Ataque contra instalaciones petroleras sauditas…

Escalada de amenazas de Estados Unidos contra Irán, ¡una vez más!

| revcom.us

 

La semana pasada, Estados Unidos mandó tropas a Arabia Saudita para ayudar a “defenderlo” contra Irán. Esto representa subir otro escalón en la escalera que lleva a la guerra. Así que pongámoslo en claro:

Una guerra en el golfo Pérsico —una guerra con la posible participación de Irán, Arabia Saudita, Israel y/o Estados Unidos— sería un desastre para las masas en esa región y podría provocar un conflicto mayor y aún más catastrófico en el mundo. Este peligro surge del deseo estadounidense de dominar esa región estratégicamente, sobreexplotar a su gente y saquear sus recursos. ¡Esta dominación y saqueo violento es totalmente injusto!

El peligro de una guerra se ha agravado debido a la intensificación de la agresión económica y política por el régimen fascista de Trump y Pence — un régimen cuyo líder ha amenazado abiertamente con usar armas nucleares en conflictos regionales y que ha dicho que “borraría” a Irán de la faz de la Tierra en caso de una guerra. Los que vivimos en Estados Unidos tenemos un deber especial de oponerle resistencia a estas maniobras bélicas y a ganar a las personas a aplaudir la derrota de semejantes maniobras estadounidenses. También hay que conseguir que las masas estadounidenses conozcan y apoyen al Partido Comunista de Irán, (marxista-leninista-maoísta), que ha asumido la nueva síntesis del comunismo desarrollado por Bob Avakian, y que está trabajando para derrocar a sus propios gobernantes.

Algo de contexto

El sábado 14 de septiembre, dos instalaciones petroleras sauditas importantes fueron atacadas y severamente dañadas. Se ha informado que se interrumpió temporalmente la mitad de la masiva producción petrolera saudita. Arabia Saudita y su producción petrolera son un engranaje central en el imperio imperialista estadounidense y el sistema capitalista global en general, y la incapacidad de Estados Unidos de “proteger” a su dictadura títere hace que el imperio estadounidense se vea débil e invita a otros contrincantes a maniobrar en su contra.

Inmediatamente después del ataque, las fuerzas hutíes en Yemen, que cuentan con respaldo iraní, declararon que 10 de sus aviones no tripulados llevaron a cabo el ataque en represalia por la guerra de agresión que Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) han venido librando durante cuatro años y medio contra Yemen. Una guerra que ha dejado a más de 85.000 niños muertos y a 14 millones de yemeníes al borde de la inanición, con el respaldo total de Estados Unidos y las potencias europeas.

El secretario del Estado estadounidense Mike Pompeo le echó la culpa a Irán y calificó al ataque de un “acto de guerra”. Dijo que el ataque sobrepasaba las capacidades hutíes. Unos funcionarios del gobierno estadounidense dicen que el ataque provino del norte —lo que implicaría a Irán— en vez de Yemen en el sur. Arabia Saudita responsabilizó a Irán al exhibir lo que decía que eran componentes de misiles de fabricación iraní usados en el ataque (aunque no dijo de dónde provino el ataque).

Trump dijo que probablemente el culpable era Irán, y que Estados Unidos ya estaba “armado y preparado” para el combate.

Irán negó que haya tenido que ver y advirtió que si Estados Unidos lo atacara, resultaría en una “guerra total”. Aún no se ha presentado ninguna prueba definitiva de quién llevó a cabo el ataque.

El viernes 20 de septiembre, Trump impuso sanciones económicas y financieras adicionales al sistema bancario iraní y ordenó el despliegue de varios cientos de tropas adicionales a la región, incluido a Arabia Saudita. Esto es otra escalada de la guerra económica contra Irán por medio de sanciones draconianas, con el respaldo de amenazas y despliegues militares. (Vea “Estados Unidos, el agresor mentiroso y violador de tratados en el golfo Pérsico”.)

La situación es peligrosa e impredecible, y Trump incrementa la presión y las provocaciones contra Irán, diciendo que Estados Unidos cuenta con fuerzas militares “totalmente renovadas” que incluyen “lo nuevo nuclear”, y advierte, “Lo nuclear está a un nivel en que nunca ha estado”. (Irán no tiene ninguna arma nuclear.)

Estados Unidos es el verdadero agresor

En realidad, Estados Unidos montó el escenario para los conflictos de hoy en el Medio Oriente, sin importar quién resulte que haya atacado a las instalaciones petroleras sauditas, al mismo tiempo que la República Islámica de Irán es un régimen reaccionario1.

Estados Unidos, bajo tanto los demócratas como los republicanos, ha infligido un infierno bíblico tras otro a un país tras otro en el Medio Oriente. El control del Medio Oriente, con sus inmensos recursos de combustibles fósiles, históricamente ha sido el elemento central para la hegemonía estadounidense y su sistema capitalista-imperialista. Para una explicación de por qué semejantes guerras y agresión son una parte integral de la propia naturaleza y funcionamiento del capitalismo-imperialismo y por qué, para acabar con este azote a la humanidad, no es posible reformar este sistema sino que hay que derrocarlo, lean este texto en español o vean este corto en inglés.

En mayo de 2018, el régimen de Trump y Pence se retiró del tratado nuclear negociado por Obama entre Irán, Estados Unidos y otras potencias globales — e impuso de nuevo severas sanciones económicas y financieras. Este sector de la clase dominante estadounidense, junto con sus aliados Israel y Arabia Saudita, creen que el tratado nuclear de Obama “dio un ‘pase libre’” a Irán para que continúe extendiendo su influencia como un jugador regional con ambiciones de proyectar su hegemonía y contender con Estados Unidos en su esfera de influencia. También consideran que el tratado es insuficiente para contener las ambiciones nucleares de Irán a largo plazo.

Estas sanciones equivalen a una declaración de guerra económica, con el objeto de estrangular, hambrear y castigar colectivamente a un país entero de más de 80 millones de habitantes. El objetivo: debilitar o desestabilizar al régimen iraní, y/u obligarlo a doblegarse. Es esta campaña de “máxima presión” la que ha obligado al régimen iraní, en busca de sus propios intereses, a tomar acciones de respuesta (haya sido o no involucrado en los recientes ataques a Arabia Saudita), acciones las que Estados Unidos después califica de “agresión no provocada”.

Y ahora Trump ha desplegado más tropas en la región, que incluye a Arabia Saudita; si les pasara algo malo, eso podría convertirse en una “cuerda de trampa” que desate la guerra.

Aunque los medios de comunicación entrenan a las personas a considerar todo en el marco de “nuestros” intereses —lo que en REALIDAD son los intereses de Estados Unidos como una potencia opresora global— los intereses de la gente residen con la humanidad y con la gente del Medio Oriente, ¡y no con estos gobernantes imperialistas estadounidenses ni con el régimen iraní reaccionario! (Vea “Los gángsteres debaten cuáles crímenes mejor sirven a sus ‘intereses nacionales’ — ¿Qué se revela y qué falta en la ‘Historia secreta del impulso para atacar a Irán’ del New York Times?”)

Los demócratas no tienen ninguna respuesta, y no ofrecen ninguna alternativa. De hecho, algunos de ellos proponen que Trump deba responder de forma militar al ataque contra las instalaciones sauditas — de lo contrario, Estados Unidos lucirá “débil” y sus aliados dejarán de considerarlo un “socio confiable”. De hecho, como escribimos anteriormente, cuando se amarró el tratado nuclear en 2015, el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, se le opuso y votó en contra. Dijo que el tratado no era suficientemente severo, intrusivo y punitivo contra Irán sobre los aspectos nucleares —y, sobre el aspecto no nuclear de extender su influencia en la región, Irán “redoblaría sus esfuerzos por crear aún más problemas en el Medio Oriente, y quizás, más allá”— lo que es el lenguaje imperialista de doble sentido para aludir a contender con los intereses estadounidenses. ¡Esto no es distinto para nada al régimen de Trump y Pence!

Otros demócratas claman por que sea el Congreso el que decida sobre atacar a Irán. Una pregunta: ¿Qué le da al Congreso estadounidense el derecho de decidir si la gente vive o muere al otro lado del mundo?

Esta situación pone un reto urgente a aquellos que reconozcan las amenazas bélicas estadounidenses por los crímenes monstruosos que son: a salir a todas partes en la sociedad — a las protestas sobre el clima, a las universidades, a las comunidades, a las plazas públicas, a los eventos BEB, y más. Tenemos que trazar una línea clara de demarcación difundiendo las consignas abajo — y luchar por que las personas se pongan del lado correcto y actúen conforme a los intereses de la humanidad.

 

La vida de los estadounidenses no es más importante que la de la gente de otros países.

— Bob Avakian, Lo BAsico 5:7

¡NO a una guerra estadounidense contra Irán!


1. La República Islámica de Irán, un país predominantemente chiíta de 80 millones de habitantes, es una gran potencia regional en el Medio Oriente. Sus gobernantes son brutales opresores por derecho propio y en general están ávidos de facilitar el saqueo imperialista de los recursos y la gente de Irán siempre que reciban su tajada. Pero a menudo se oponen a los intereses estadounidenses e israelíes en la región, directamente o mediante fuerzas en otros países con las que están alineados. E Irán representa un polo de oposición que fortalece a otras fuerzas regionales que Estados Unidos e Israel quieren subordinar. [volver]

 


Mapa del Medio Oriente y los alrededores

La forma en que, en Estados Unidos, entrenan a la gente para que piense que únicamente importa la vida de los estadounidenses

En Estados Unidos, piense en la manera en que los medios de comunicación tratan eso y entrenan a la gente para que piense que únicamente importa la vida de los estadounidenses. Si el índice de desempleo sube o baja unos décimos de un por ciento en Estados Unidos, es una gran noticia y una gran preocupación. Pero cuando Estados Unidos —debido a su posición como el principal banquero y depredador financiero del mundo— es capaz de bloquear en gran parte que Irán venda su petróleo, su sustento vital, hace que se dispare el desempleo al 25 por ciento, hace que suba los precios por las nubes, roba a los jóvenes su futuro y priva a los iraníes de los medicamentos que necesitan— pues, tratan eso como acciones legítimas, y se oye un silencio ensordecedor del gobierno y los medios informativos sobre este ultraje contra los iraníes comunes.

Ahora, tras el reciente ataque a Arabia Saudita, ¿dónde van las cabezas parlantes mediáticos con sus micrófonos? — ¡a las gasolineras para que puedan hablar de la posibilidad de un aumento de precios para el consumidor estadounidense! ¡No les importa que estén empobreciendo a los más de 80 millones de iraníes en medio de una amenaza constante de la guerra!

Mientras tanto, Trump ha indicado que su “línea roja” que llevaría a un ataque contra Irán es lo que perjudique a los estadounidenses. Cabe repetir, ¿y qué de los niños, abuelos, madres, padres, estudiantes y jóvenes iraníes —así como muchas otras personas por todo el Medio Oriente— cuya vida está en la mira potencial? Una y otra vez se ha mostrado que los iraníes no cuentan para nada en los cálculos de estos imperialistas.


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