Reposteado de Rechazar el Fascismo (RefuseFascism.org):
Admitan que han subido las aguas a su alrededor
reimpreso de Medium, de Coco Das
| revcom.us
Las aguas del fascismo han subido en el país donde nací y en el país donde tengo ciudadanía. En ambos países hacen falta protestas de masas no violentas y sostenidas para exigir la destitución de los regímenes fascistas.
Por sombrío que suene, a veces reflexiono sobre adónde me enviarían si me deportaran. Soy un ciudadano estadounidense naturalizado, sin garantía de un hogar permanente ya que el régimen de Trump Pence está ensayando formas de desnaturalizar ciudadanos.
Dejé la India cuando tenía dos años y no he sido ciudadano de ese país desde que tenía dieciséis años. Una vez, una persona con buenas intenciones me dijo que si las cosas se me pusieran feas en Estados Unidos, podría volver a la India y tener un hogar. Hubo un tiempo en que probablemente hubiera aceptado esa idea, pero ahora siento que para las personas que se preocupan profundamente por la humanidad, no hay hogares ni espacios seguros.
En noviembre, volví a la India por primera vez en quince años para asistir a dos bodas. Temía ir a la India, especialmente por la perspectiva de averiguar cuántos familiares se hayan alineado con el primer ministro Narendra Modi y el Partido Bharatiya Janata (BJP), el ala política del movimiento fascista hindú que ha alcanzado los más altos niveles de poder en la India. Después de la reelección de Modi a principios de 2019, el BJP ha acelerado el proceso de consolidación fascista de formas espeluznantes. De la misma manera en que el embate contra los inmigrantes ha sido para el régimen de Trump Pence el eje y ariete de todo un programa fascista de supremacía blanca, misoginia y xenofobia, la guerra de Modi y el BJP contra los musulmanes ha escalado a una limpieza étnica genocida y a la reconfiguración de la India como un “Hindu Rashtra”, un estado teocrático para la protección y el beneficio de los hindúes. Cuando Modi revocó el estatus especial de Cachemira y puso a la región bajo control militar, un querido primo mío se alegró de que Cachemira finalmente “iba a integrarse” en el resto de la India. Una prima con la que anteriormente yo estaba muy cercano ahora está casada con un político del BJP. Estas son conversaciones las que yo no quería tener en persona, especialmente durante una celebración familiar.
Pero esta visita en la India, especialmente en la ciudad relativamente progresista de Calcuta, tal vez sea como pasear por Berlín en 1935. En la superficie, las cosas pueden parecer normales, incluso agradables. La temporada de bodas hindú acababa de comenzar y vi en las calles de Calcuta mucha alegría, diversidad y vitalidad. No obstante, al leer los diarios o meterse en una discusión incluso superficial de política, es posible empezar a entender hasta qué extremos ha caído la India en el fascismo. Algunos responden con una mezcla de temor, desesperanza y dolor por el sueño perdido de una India secular. Algunos piensan que pueden apoyar al BJP por haber limpiado las calles de Benarés (donde vive una parte de mi familia) y rechazan el linchamiento de los musulmanes. En un país de más de mil millones de habitantes, con una historia de protestas y desobediencia civil, cualquier oposición organizada en las calles a la visión fascista hindú del BJP para la India ha palidecido en comparación con lo que se necesita y lo que es posible.
El último terror que el BJP está propagando por toda la India, el Proyecto de Ley para Enmendar la Ciudadanía (ahora denominado el Acta para Enmendar la Ciudadanía [CAB]), en combinación con el Registro Nacional de Ciudadanos (NRC), por fin ha prendido protestas decididas de masas por todo el país, particularmente en los campus universitarios después de que la policía de Delhi tomó por asalto la Universidad Jamia Millia Islamia y brutalizó a los estudiantes. El NRC fue el mecanismo por medio del cual, prácticamente de la noche a la mañana, casi dos millones de personas perdieron la ciudadanía, muchas de ellas refugiados de la guerra de liberación de Bangla Desh de 1971 que huyeron al estado nororiental de Assam. Debido a que algunas de estas personas que quedaron fuera del registro de ciudadanos eran hindúes, se presentó el Proyecto de Ley para Enmendar la Ciudadanía de 2019 para separar a los que solicitaban la ciudadanía o la residencia, de los refugiados no musulmanes y los “infiltrados” musulmanes. El Proyecto de Ley para Enmendar la Ciudadanía acaba de ser aprobado en la Lok Sabha, lo que significa que este terror ahora es la ley, y podría ser el precursor que amenace a los derechos de ciudadanía y residencia de 20 millones de musulmanes indios. Al mismo tiempo, el gobierno, de mal agüero, está construyendo enormes campos de concentración, ensayando y fortificando un aparato de vigilancia y represión más brutal y azuzando a una base fascista hindú rabiosamente violenta. En la última década, el 90% de la violencia religiosa, dirigida de modo abrumador contra los musulmanes, ha ocurrido desde que Modi y el BJP ascendieron al poder en 2014.
Con cada día que pase, el régimen de Modi está cometiendo crímenes mayores contra la humanidad y urge sacarlo del poder mediante protestas no violentas de masas. Las protestas estudiantiles contra el CAB se han propagado, y algunos dirigentes de los partidos de oposición han llamado a la gente a las calles, pero eso no será suficiente para impedir que los fascistas hindúes consoliden su visión de la India mientras Modi y el BJP sigan en el poder. Todos estos gobiernos fascistas, los Trump y los Modi, tienen que marcharse ya, y únicamente millones de personas en las calles pueden crear el tipo de crisis política para expulsarlos.
Fue surrealista experimentar, desde dos ángulos diferentes, el desplome en el fascismo en el país donde vivo y en el país donde nací. En Estados Unidos, la supremacía blanca del régimen de Trump constantemente me tiene con los nervios de punta, mientras que en la India, mi familia de hindúes de la casta alta, aunque Modi no les guste, no está en la mira y puede fingir que nada de esto está ocurriendo. Por otro lado, están los seres queridos que se han metido en la marea fascista hindú, alineándose con unos monstruos en una marcha hacia el genocidio.
En el avión de regreso a casa, por casualidad me topé con una lista de canciones de Bob Dylan. En el ambiente actual, la letra de “The Times They Are A-Changin’” me sonaba amargamente irónica.
Acérquense y júntense, gente,
dondequiera que estén,
y admitan que las aguas han subido a su alrededor.
Y acepten que muy pronto
se empaparán hasta los huesos.
Si les vale ahorrar el tiempo,
Pues mejor comiencen a nadar o se hundirán pesados como una piedra,
porque los tiempos están cambiando.
Las crecientes aguas de la justicia y la revolución de las que escribió Dylan han retrocedido y han cedido ante las crecientes aguas del fascismo. Hoy, es la gente del lado de la humanidad la que tiene que empezar a nadar, y es la humanidad misma la que se hundirá pesada como una piedra si no despertamos a los millones de personas que pueden ser la única fuerza para detener esta catástrofe global. El fascismo les es seductor a algunos, amenazador a otros. No se le entiende con suficiente profundidad, o no se le odia con suficiente pasión, o no se le resiste con suficiente determinación.
La gente de la India, y del mundo, merecen algo mejor: una vida sin opresión y sin la tentación de oprimir. Desde aquí, seguiré pateando la represa hasta que la gente inunde las calles en una resistencia no violenta para hacer que retroceda la marea fascista, y las aguas que pueden llevarse el fascismo del mundo podrán volver a correr y subir. Debemos hacer esto, porque en la lucha contra el fascismo, podría hacerse muy tarde en un momento en que el destino de la humanidad y del planeta pende de un hilo. Los tiempos han cambiado, pero el futuro está por escribirse.
Rechazar el Fascismo es un movimiento de personas con diversas perspectivas, unidas en nuestro reconocimiento de que el Régimen de Trump y Pence representa un peligro catastrófico para la humanidad y el planeta y que es nuestra responsabilidad sacarlos del poder por medio de protestas no violentas que crezcan a diario hasta que se cumpla nuestra demanda. Esto quiere decir trabajar y organizarnos con toda nuestra creatividad y determinación para movilizar a miles y, con el tiempo, a millones de personas en las calles de las ciudades y los pueblos, para exigir:
¡Esta pesadilla tiene que terminar: El régimen de Trump y Pence tiene que marcharse!
Rechazar el Fascismo (RefuseFascism.org) acoge a los individuos y las organizaciones con diversos puntos de vista que rechacen aceptar a un Estados Unidos fascista, se sumen a nosotros y/o sean socios con nosotros en esta gran causa.
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