Trump sigue tratando de robarse las elecciones, en serio

11 de noviembre de 2020 | revcom.us

 

Los grandes medios de comunicación y los dirigentes del Partido Demócrata tratan a la lucha para sacar a Trump-Pence como un trato hecho. Descartan las múltiples demandas judiciales de Trump en los estados de contienda decisiva, muchas de las cuales son engañosas y quizá se desestimen por falta de pruebas, y que no afectarían a suficientes votos como para cambiar el ganador de las elecciones, aunque ganaran. Dicen que cuando Trump declara que (“su”) Corte Suprema resolverá las elecciones, simplemente está fanfarroneando: que no hay forma en que la Corte u otras instituciones podrían desestimar los evidentes resultados de las elecciones.

Esto es “discurso feliz” peligroso.

Primero y ante todo, Trump decía repetidamente antes de las elecciones que la única manera en que él podría perder es si las elecciones estuvieran “amañadas”. Su procurador general Bill Barr ha declarado, sin pruebas, que los votos por correo postal estaban susceptibles al fraude masivo. Todo eso sentaba las bases y el marco para que ¡la base social fascista de Trump viera en la victoria clara de Biden la prueba de que las elecciones estaban “amañadas”!

Y ahora influyentes republi-fascistas lo están rematando cada vez más: Trump insiste en que es el ganador por ley, alega fraude masivo debido a las papeletas por correo postal y dice que “Estas elecciones no han terminado”. Don Jr. tuitea que su padre debería “ir a la guerra total en torno a estas elecciones”. El líder republicano de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy dice que los republicanos “no se echarán para atrás en esta batalla”. Y hasta ahora, ningún líder republicano importante ha llamado a Trump a que ceda (aparte de unas pocas personas como Romney y George W. Bush que para empezar, no eran pro-Trump).

Así que sí, las elecciones fueron un gran revés para los fascistas, pero están esforzándose duro por volver a tomar la ofensiva e incluso quizá logren cambiar a su favor el resultado de las elecciones de ser posible.

Las aseveraciones de “fraude” por parte del Partido Republicano y sus debiluchas demandas judiciales sirven a un propósito político crucial:

La avalancha de acusaciones de fraude cobra credibilidad cuando se conozca ante las cortes. Esto ayuda a crear una confusión generalizada y deslegitima aún más las elecciones a los ojos de los partidarios de Trump, muchos de los cuales estaban desorientados por una derrota que creían que era imposible. Y hay millones de fanáticos que viven en una burbuja de Q-Anon/Facebook/Noticiero Fox, que sólo salen a tomar el aire para hacer retroceder “invasiones antifa” imaginarias, asedian a las legislaturas de los estados para defender su “derecho” a propagar la Covid, o intimidar a los trabajadores electorales.

Los republi-fascistas siguen controlando una buena parte del poder institucional en Estados Unidos, y ahora se proponen reactivar su base de masas para que sirva de tropas de choque y de tapadera política para sus maniobras.

Veamos lo que el director de la campaña de Trump les dijo a sus partidarios: “Que simplemente estén listos en cualquier momento. Quizá nosotros necesitemos su ayuda y apoyo en el terreno, agitando la bandera y gritando el nombre del presidente...” Pregúntense: “Estén listos...” para ¿QUÉ?

Si logran que este “tren Trump” vuelva a ponerse en marcha, hay suficientes lagunas en el sistema electoral de Estados Unidos como para que pasen por ellas un tracto-camión roba-elecciones.

Aquí van algunas vías que los fascistas influyentes están promoviendo:

• Nombrar electores pro-Trump en los estados que votaron por Biden:
• El locutor radiofónico derechista Mark Levin tuiteó, y lo retuiteó Don Jr.: “Un recordatorio a las legislaturas estatales republicanas: ustedes tienen la última palabra sobre escoger a los electores, y no ningún consejo electoral, secretario de estado, gobernador o incluso tribunal”. El aliado de Trump, Steve Bannon, puso el mismo argumento.
• La mayoría de los estados del campo de contienda decisiva que Trump perdió tienen legislaturas republi-fascistas. ¿Crees que ellas no vayan a hacer algo tan descaradamente antidemocrático? ¿Dónde has estado los últimos 20 años?
• Es posible hacer el argumento en cualquier sentido respecto a si hacer esto sería constitucional, pero la “respuesta final” saldría de la Corte Suprema de Estados Unidos con su mayoría cristiano-fascista de 6 a 3.
• Recuentos del voto: En Georgia, Nevada y Wisconsin, se están solicitando recuentos de votos. Típicamente los recuentos quizá resulten en cambios de unos pocos cientos de votos, pero sin suficientes para afectar esta carrera electoral. Pero Estados Unidos en 2020 no es “típico”. Los trabajadores electorales en Las Vegas y Phoenix ya necesitan agentes de seguridad armados debido a las furibundas multitudes trumpistas. Imagine si miles de fascistas estuvieran sitiando los centros de votación, muchos de ellos armados, y los trabajadores electorales confiaban en los policías que “aman a Trump” para su propia protección. ¿Qué clase de “recuento” podría producir eso?
• Actualmente, Biden tiene 279 votos en el Colegio Electoral. Si perdiera los 10 votos de Wisconsin, eso podría conducir a un empate. En tal caso el ganador sería seleccionado por la Cámara de Representantes de Estados Unidos, mediante una votación por delegación: los 27 representantes de Nueva York, y los cuatro representantes de Utah, tendrían tan solo voto por igual. Más delegaciones estatales están controladas por los republicanos, de modo que en esta situación Trump probablemente podría ganar.
• “Investigaciones” de fraude: El New York Times informa que legisladores republicanos de peso en Wisconsin y Pensilvania están llamando a realizar “revisiones” y “auditorías”, en busca de evidencia de “fraude”. Además, la organización pro-Trump “True the Vote” [Haga que la votación sea acertada] ha iniciado “un ‘Fondo de Defensa de Denunciantes’ de un millón de dólares para ‘incentivar’ a los testigos para que salgan al frente con cargos de malversación”. Repitamos, ¡un millón de dólares para “incentivar a los testigos”!
• Estas “investigaciones” tienen como objetivo crear apoyo público para las intervenciones de las instituciones controladas por los fascistas —las legislaturas estatales, el Senado, los tribunales, etc.— y proporcionar un aval jurídico para anular las elecciones.
• Intervención del procurador general Barr y el Departamento de Justicia (DOJ): Según Barton Gellman, experto en el poder ejecutivo, Barr podría utilizar alegaciones de fraude para “redactar un documento jurídico que ordene que el gobierno federal trate a Trump como presidente electo”. Gellman añade que Trump podría hacer lo mismo con una orden ejecutiva. “Queda por verse si los organismos gubernamentales estarían de acuerdo con órdenes como esa, que normalmente son vinculantes pero que ahora serían transparentemente ilegales”.
• Barr está bajo intensas presiones de aliados de Trump para que acuda a su rescate. Eric Trump tuiteó: “De veras espero que el @FBI/@DOJ se comprometan de inmediato”. El New York Times informa: “Newt Gingrich, le hizo eco al hijo del presidente en el Noticiero Fox, al llamar a meter a la cárcel a los trabajadores electorales y a una mayor participación del procurador general William P. Barr”. Giuliani le dijo a María Bartiromo del Noticiero Fox que había 450.000 votos fraudulentos en Filadelfia; ella respondió: “¿Qué posición tiene Bill Barr al respecto?”. El congresista fascista de Texas, Louie Gohmert, se les sumó: “¿¿¿Dónde está el Depto. de Justicia???”

Tómeselo en serio y tome acciones para impedírselo

No hay certeza de que los fascistas vayan a intentar realizar ninguna de estas maniobras, y no hay certeza de que vayan a lograrlo si lo hacen. Pero de lo que sí hay certeza es que tienen mucho poder, y están decididos a aferrarse a él y consumar su visión de pesadilla de Estados Unidos y el mundo.

Por lo tanto, también hay certeza de que la “coalición de los decentes” no puede abandonar el campo de la batalla política —de las protestas no violentas de masas, de las plazas públicas y discursos públicos— hasta que los fascistas sean sacados del poder.