He estado leyendo informes sobre la campaña de la gira de Carl Dix, y una de las cosas que me impresionó fueron los comentarios de un par de chavos de base que entraron a la Brigada. En palabras un tanto diferentes pero con el mismo significado, ambos hablaron de la venganza, especialmente de vengarse por lo que hace la policía, porque la policía les ha pegado, porque la policía ha matado a familiares o amigos, porque han visto a la policía desbocarse por su barrio sin ningún respeto por la gente. Y ellos mismos han estado pensando sobre la relación entre ese deseo de venganza y la revolución.
Bueno, primero que todo, es justo odiar al opresor, es absolutamente necesario y sin ese odio es imposible pensar en acabar con la opresión. Además, la forma en que el sistema nos trata y lo que nos hacen sus capataces no es solo algo personal. La forma en que nos trata la policía, el departamento de welfare, los jueces, los administradores de las escuelas. . .etc., etc.,. . .todo eso es producto de cómo funciona el sistema. Es más, esa explotación, opresión y degradación es la esencia de este sistema; así es como opera y como se mantiene en pie.
El odio a como nos tratan puede y debe ser una base, un punto de partida, para avanzar a la revolución a acabar con este sistema. Pero para llegar a esa posición revolucionaria hay que ir más allá del deseo de venganza, más allá de pensar cómo uno puede acabar con su propia opresión; significa dar un salto y desear sacar y arrancar las raíces de la opresión no solo en un lugar, en un país o región, y no solo para un grupo o país, sino en todo el mundo y para toda la humanidad. Esa es la posición del proletariado internacional y su ideología, el marxismo-leninismo-maoísmo.
Leyendo un informe sobre la descripción que dio un chavo que vio a la policía matar a un amigo a sangre fría, se me vinieron a la cabeza muchas imágenes: imágenes de otros asesinatos salvajes de la policía e imágenes de los actos de salvajismo que cometen los secuaces del mismo sistema en muchas partes del mundo. Algo que me vino a la memoria fue el incidente sobre el que escribí al comienzo de Democracia: šEs lo mejor que podemos lograr?:
". . .en Guatemala, numerosos testimonios han documentado en los últimos años una y otra vez que cuando las tropas del gobierno toman un pueblo, ejecutan a todos los que tengan edad de combatir y después se ocupan de asesinar brutalmente a los ancianos, violar y matar a las mujeres y rajarles la cabeza a los niños".
Pensemos en esto: los soldados responsables de este salvajismo no solo son los "primos" de la policía de Estados Unidos. De hecho, tienen los mismos jefes: el gobierno del imperialismo estadounidense, que es responsable de esas atrocidades en Guatemala y de monstruosidades similares por todo el mundo. Por otro lado, las víctimas de esas atrocidades--por todo el mundo--son nuestra gente: sufrimos la misma explotación y opresión y tenemos el mismo destino: alzarnos para acabar con todo esto.
Si la gente de un país pudiera sentarse a platicar con gente de otras partes de ese país--y si pudiera sentarse a platicar con gente de otros países--se daría cuenta de que las masas populares viven en las mismas condiciones en todas partes. Y la verdad es que eso es posible: las fuerzas de vanguardia de la revolución proletaria--en Estados Unidos el PCR,EU--deben ser el medio por el cual los oprimidos pueden "sentarse a platicar". O sea, por medio de su vanguardia (y el periódico y otras publicaciones del partido son indispensables para esto) las masas llegan a conocer la situación de otros como ellos mismos, no solo en su país sino por todo el mundo. Llegan a entender que tienen un problema en común--el sistema imperialista y la explotación y opresión--y una solución común: la revolución proletaria para arrancar de raíz todos esos sistemas y todas esas relaciones por todo el mundo.
Para terminar quiero volver al punto con que empecé: la venganza y su relación con la revolución. Me parece que lo que sigue puede servir como resumen del punto de vista marxista-leninista-maoísta sobre este asunto:
"Lo que necesitamos no es simplemente devolverle golpes al opresor, no únicamente tomar un poco de revancha, sino más que todo eso, levantarnos completamente, perseverar y hacer la revolución".
Balas, p. 22
"Si no tuviéramos el deseo candente de acabar con todo esto y enterrarlo de una vez para siempre, no tendríamos el derecho de llamarnos revolucionarios y nunca seríamos capaces de guiar a nadie a la revolución. Pero con ese espíritu solo, jamás se hará la revolución. Tiene que ser templado con una teoría revolucionaria y un método científico para poder lidiar con las complejidades intrísecas a una revolución y para poder atraer la fuerza que en realidad puede hacer la revolución, los millones de masas populares".
Balas, p. 210
"El único que no necesita justificar, de una forma u otra, la explotación, la opresión de la mujer y de naciones y minorías nacionales, la guerra y enemil monstruosidades más, es el proletariado internacional; solo el proletariado revolucionario consciente de clase sostiene que se pueden eliminar y se eliminarán todas estas cosas de la faz del planeta. Cuando se combina este punto de vista y dirección con la ira y deseo ardiente de las masas oprimidas de ponerle fin a todo esto, se forja una fuerza invencible".
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