Acaba de salir un número muy importante de la revista Un Mundo Que Ganar (UMQG), dedicado a la lucha de vida y muerte que está en marcha sobre la dirección de la revolución más avanzada en el mundo de hoy: la Guerra Popular en el Perú. Contiene un análisis profundo y nuevo de esta lucha, y de cómo se está desarrollando la revolución en circunstancias difíciles.
El Partido Comunista del Perú (PCP), un miembro participante del Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI), ha conducido la Guerra Popular casi 16 años. En esos años, los imperialistas se han jactado de que la revolución comunista ha muerto y está enterrada; los llamados líderes de muchas luchas, de Sudáfrica, Centroamérica, Palestina y otras partes, se han entregado firmando acuerdos con los opresores y le han dicho a los oprimidos que eso es lo mejor que pueden esperar. Por otro lado, en estos años, como dice el llamado de marzo de 1995 del Comité del MRI (CoMRI) (y reimpreso en este número de UMQG), el PCP ``ha conducido a las amplias masas a levantarse en armas, desafiar el dominio de las clases reaccionarias peruanas y sus amos imperialistas, y paso a paso conquistar el poder político para el proletariado y el pueblo peruanos como parte de la revolución proletaria mundial'' (p. 11).
Los de arriba nos dicen que su sistema de explotación durará para siempre, pero el PCP ha combatido con perseverancia y tenacidad por un futuro sin esclavitud asalariada, imperialismo o divisiones de clase. Los capitalistas y sus medios de comunicación desdeñan los sueños de las masas de un mundo mejor, diciendo que son falsas ilusiones sin futuro, pero la Guerra Popular ha sido un faro luminoso, despejando esas tinieblas reaccionarias y despertando a millones en Perú: ha sacudido al opresivo sistema peruano hasta sus cimientos y enseñado e inspirado a quienes por todo el mundo anhelan levantar la sociedad y ponerla al derecho.
Hoy, la revolución en Perú vive su momento más crítico. Desde su inicio en 1980, la Guerra Popular ha vivido y combatido los más viles ataques que el gobierno yanqui y sus lacayos que gobiernan el país les hayan podido lanzar: borrando pueblos enteros, masacrando a miles de presos revolucionarios, y llevando a cabo una masiva cacería para capturar al Presidente Gonzalo, jefe del PCP. Pero hoy, el mayor reto que tiene ante sí la Guerra Popular no proviene de los ataques del enemigo, sino de una línea, o estrategia para la revolución, que surgió dentro de las filas del PCP, llamando a negociaciones de paz con el gobierno peruano respaldado por Estados Unidos. Esta línea sostiene que la situación en Perú y en el mundo no es favorable para la revolución y que las dificultades que tiene el PCP no pueden resolverse, principalmente la captura del Presidente Gonzalo en 1992. Según esta posición, la única solución es negociar un acuerdo de paz con el régimen fujimorista que lleve a concluir la Guerra Popular. Esta posición va en contra de la línea b sica del PCP, forjada bajo la dirección del Presidente Gonzalo, que ha guiado el avance de la Guerra Popular. El Comité Central del PCP ha denunciado esa línea y dirigido el avance de la Guerra Popular ante estos obstáculos.
El Comité del MRI y otras fuerzas del MRI han estado estudiando detenidamente estos acontecimientos, y este número de UMQG contiene sus análisis e importantes documentos de la lucha. Estos materiales descuartizan la posición de negociaciones de paz usando la ciencia revolucionaria del marxismo-leninismo-maoísmo (MLM) y retomando la rica experiencia del proletariado y de los oprimidos de todo el mundo. El CoMRI concluye que la estrategia de negociaciones de paz representa una entrega de la revolución, una traición a los intereses de las masas peruanas y un ataque a los principios del MLM, que llevará a la derrota del PCP y a un desastre para el pueblo.
La revolución en Perú es parte de la revolución proletaria mundial y su desarrollo ejerce una gran influencia en el movimiento revolucionario mundial. El CoMRI ha llamado a los pueblos del mundo a defender la posición del Comité Central del PCP sobre la continuación de la Guerra Popular, y al MRI y a los pueblos del mundo a elevar su apoyo. Un artículo de un participante en el MRI dice: ``El CoMRI y nuestro Movimiento tienen la responsabilidad de brindar toda ayuda política e ideológica del movimiento comunista internacional (MCI) al PCP y a la Guerra Popular'' (p. 28).
Este número de UMQG da un gran paso en esa dirección. Es una poderosa arma nueva en la lucha de los revolucionarios de Perú y del mundo para derrotar la línea de negociaciones de paz y hacer avanzar la Guerra Popular a nuevas alturas. Y los principios en cuestión no sólo tienen importancia para Perúþson deslindes que afectan al movimiento revolucionario mundial y a todos los que est n luchando contra la opresión y la dominación imperialista.
Para los oprimidos del mundo, la Guerra Popular ha comprobado la verdad de los principios revolucionarios que desarrolló el gran líder del proletariado Mao Tsetung; por ejemplo, que la conquista del Poder por medio de la guerra revolucionaria de las masas es el primer paso importante y esencial para revolucionar la sociedad. Eso quiere decir que los imperialistas y sus títeres jamás dejarán el Poder pacíficamente ni dejarán de oprimir al pueblo. Para romper las cadenas asfixiantes y asesinas de la opresión y pobreza, las masas deben alzarse en armas y derrotarlos en el campo de batalla.
Para hacer eso es necesario construir un partido de vanguardia que defienda los intereses revolucionarios de las masas con la guía del MLM y una estrategia correcta. En un país como Perú, quiere decir iniciar una guerra popular contra los terratenientes, reaccionarios y el régimen respaldado por Estados Unidos: una guerra popular prolongada con profundas raíces en las masas del campo. La revolución comienza con fuerzas pequeñas pero cobra fuerza por medio de una guerra prolongada, construyendo un ejército popular y un nuevo Poder para las masas en pleno combate.
La posición de negociaciones de paz sostiene que ya no se puede desarrollar esta estrategia maoísta en Perú y que hoy el régimen fujimorista cuenta con demasiada fuerza militar; que los nuevos líderes no son capaces de seguir dirigiendo el camino trazado por el PCP; que el sistema imperialista mundial est entrando a una etapa de recuperación y que las perspectivas revolucionarias se est n desvaneciendo (y que incluso en países como Perú, las economías dominadas por el imperialismo y azotadas por crisis se est n ``viabilizando''); que las masas peruanas están cansadas de la guerra y quieren la paz; y que la única opción que les queda es negociar la conclusión de la Guerra Popular, entregando las bases de apoyo revolucionarias y disolviendo el ejército popular a cambio de amnistía y reconocimiento legal.
Los análisis que contiene la revista descuartizan esos argumentos, en particular su estrategia de guerra revolucionaria. Como se sabe, la guerra revolucionaria jamás es un proceso que se desarrolla en línea recta hacia la victoria. Los ataques del enemigo son brutales y pueden provocar fuertes daños, y por eso las vueltas y revueltas, reveses parciales y derrotas temporales son inevitables. A veces se presentan retos importantes a la capacidad de la revolución de hacer avances. Este fenómeno se dio en Perú tras la detención del Presidente Gonzalo en 1992, momento en que surgió la línea de negociaciones de paz.
Para resolver estas dificultades, los maoístas no se entregan y capitulan. Un principio militar maoísta clave es el de prolongar la guerra popular, o alargarla. Como analizan con profundidad otros artículos de la revista, por medio de la guerra popular prolongada el pueblo puede sortear los altibajos de la guerra y acumular fuerzas. La línea de negociaciones de paz dice lo contrario: que se debe negociar la conclusión de la guerra o que es posible pararla y volver a iniciarla a voluntad. Eso no quiere decir que los maoístas jamás hagan concesiones ni negocien con el enemigo. Pero las concesiones o negociaciones deben darse como parte de la tarea de conquistar el Poder por medio de la guerra revolucionaria, no para concluir la revolución. Las negociaciones deben proteger los intereses fundamentales del pueblo, en especial el núcleo esencial del poder popular y las fuerzas armadas revolucionarias. La captura del Presidente Gonzalo y la pérdida de otros líderes representa un golpe muy grave. Pero, de fondo, la fuerza colectiva del partido revolucionario y de las masas es más importante que el papel de un individuo, punto que analiza de forma implacable ``¡Se justifica la rebelión!'', un artículo muy importante del Comité de Dirección de la Unión de Comunistas de Irán (Sarbedarán) [UCI(S)], un miembro participante del MRI. Por ejemplo, los camaradas iraníes demuestran a partir de su propia experiencia y la de los revolucionarios proletarios de Turquía, India y Perú, cómo se puede preparar a nuevos líderes, aplicando la ideología internacionalista revolucionaria del MLM.
Al contrario de lo que dice el análisis de la línea de negociaciones de paz, el mundo no est entrando a una época de paz y prosperidad. Los acuerdos de paz que los imperialistas han impuesto a los pueblos de Palestina, Azania o Centroamérica legitiman su dominación, no la autodeterminación. La recuperación económica que se haya dado en el mundo es parcial y selectiva, y el desarrollo imperialista jam s puede generar nada salvo más miseria y cadenas al pueblo. El CoMRI sintetiza: ``A pesar de las características contradictorias, la situación mundial actual es favorable para iniciar, desarrollar y avanzar la lucha armada revolucionaria por el Poder'' (p. 15).
Los artículos de la revista prueban que las perspectivas para la revolución en Perú son muy favorables. El imperialismo y sus lacayos peruanos no han atenuado la agobiante pobreza de las masas. En los hechos, la violación de Perú por el imperialismo es más aguda que nunca. Por más que se haya esforzado, el régimen fujimorista respaldado por Estados Unidos no ha logrado aplastar la revolución. Los artículos señalan que para los reaccionarios es sumamente difícil desarraigar 16 años de una guerra popular maoísta. Existe un pueblo alzado con una dirección para tomar su destino en manos propias; tiene fusiles, una sensación de verdadero poder y una nueva vida; y el PCP ha armado a muchos campesinos con una ideología y un programa que pueden empuñar para cambiar el mundo en aras de sus intereses.
Las masas aún anhelan su liberación; su fuerza fundamental estriba en la continuación de la guerra en aras de sus intereses revolucionarios. Ante grandes retos, el partido revolucionario debe mantener la bandera roja flameante y negarse a dejar la lucha sin haber derrotado completamente al imperialismo y a sus lacayos peruanos. Con la negociación de una rendición, el pueblo peruano vivir un infierno en la tierra.
¿Cómo debemos entender el estallido de una lucha de esta importancia en la revolución más avanzada del mundo? El editorial resume el método maoísta: ``Los revolucionarios no temen ni lamentan el inevitable estallido de lucha con las fuerzas enemigas, ideológica o políticamente, o en otras esferas'' (p. 9). Eso contrasta marcadamente con la idea de que el estallido de una lucha aguda es una sorpresa, señal de debilidad, causa de desesperación o algo que se debe evitar a toda costa.
La discusión, el debate y la lucha sobre cómo hacer avances hacia la victoria son elementos integrales de cualquier organización auténticamente revolucionaria. No puede ser de otra forma, pues el mundo es complejo y cambia constantemente. Y como las revoluciones proletarias buscan transformar radicalmente la sociedad, por necesidad topan con muchos retos y obstáculos difíciles.
También, en ciertos momentos, estos debates inevitablemente pasan a ser algo más: una ``lucha entre dos líneas''; por ejemplo, cuando dos posiciones en aguda oposición surgen en el movimiento revolucionario y cada una propone una línea muy diferente o un camino muy diferente para la revolución. En esas luchas entre dos líneas, una línea representa el camino proletario hacia la abolición de la explotación y las clases; la otra representa el camino burgués hacia atr s, hacia la preservación del viejo orden opresivo. La lucha entre dos líneas estalla porque la sociedad está dividida en clases y las clases tienen diferentes intereses y diferentes concepciones del mundo. Como señalaron los revolucionarios maoístas de China: ``La lucha de clases en la sociedad inevitablemente se refleja dentro del Partido'' (p. 7). Estas grandes batallas abarcan dos cosas: peligros, porque el que gane o no la línea correcta es crucial, pues una línea incorrecta puede desviar la revolución y llevarla a la derrota; y oportunidades, porque al igual que los músculos que se fortalecen mediante la forma de lucha llamada ejercicio, la ciencia del MLM y los programas revolucionarios se fortalecen mediante la lucha entre dos líneas. Estudiar a fondo y derrotar las líneas e ideas incorrectas fortalece mucho la línea correcta y abre paso a más avances. Como dice la UCI(S): ``Por medio de este proceso, pueden ocurrir muchas más transformaciones en el carácter revolucionario del partido y su capacidad para dirigir la revolución; toda la estructura y las bases del partido experimentan grandes cambios revolucionarios en su ideología, su comprensión política y su capacidad para hacer la revolución'' (p. 85).
El MRI ha convocado a la campaña internacional ``¡Agrupémonos todos en la defensa de nuestra bandera roja que ondea en el Perú!''. Todos los simpatizantes de la revolución peruana, todos los partidarios del movimiento revolucionario mundial, y todos los que quieren acelerar la revolución y romper las asfixiantes cadenas de la opresión en todo el planeta, deben asumir este llamado con ahínco y de todo corazón.
Este número de UMQG es una poderosa herramienta de apoyo a la línea revolucionaria en Perú. Estudiarlo y circularlo es una forma importante de asumir el llamado del MRI. Además del artículo ``¡Se justifica la rebelión!'' de la UCI(S), la revista contiene muchos documentos importantes más, en especial dos declaraciones del Comité Central del PCP que repudian la línea de negociaciones de paz.
Siguiendo la tradición de nuestro movimiento maoísta, la revista publica los documentos de la línea de negociaciones de paz para que el lector pueda comparar estas hierbas venenosas con la línea de continuar la Guerra Popular y evaluar por su cuenta las dos posiciones. Y hay más, como dice UMQG: ``Este número reúne importantes documentos de esta lucha con el fin de transformar esta batalla en una gran escuela de la revolución y brindar el mayor apoyo posible al PCP y a la Guerra Popular que sigue dirigiendoþ'' (p. 1). Para los revolucionarios del mundo, esta lucha entre dos líneas en Perú concentra deslindes importantes, por ejemplo, cómo analizar la situación mundial, cu l es la estrategia militar correcta para los países oprimidos, y cómo formar y preservar la jefatura y organización revolucionarias. Desenmascarar y derrotar la línea de negociaciones de paz, y a la vez comprender con mayor profundidad la línea maoísta revolucionaria, es la esencia de convertir esta lucha en ``una gran escuela de la revolución'', y eso fortalecerá enormemente al movimiento revolucionario mundial.
Asumir esta gran lucha entre dos líneas es lo más
importante para elevar el apoyo a la línea correcta en Perú e intensificar nuestro apoyo
a la revolución peruana, lo que puede tener un importante impacto en la Guerra Popular.
Como dice UMQG: ``Nunca antes se ha sentido en Perú con tanta fuerza el apoyo
internacional como ocurre hoy, y nunca antes ha sido tan necesario'' (p. 34).