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Nota de la redacción: A continuación presentamos un pasaje de la nueva obra de Bob Avakian, El Nuevo Comunismo. Aparte de los pasajes que ya se han posteado en revcom.us, de cuando en cuando publicaremos otros pasajes en revcom.us y en el periódico Revolución. Que estos pasajes sirvan para alentar e inspirar el mayor estudio de la obra en su conjunto, la que está disponible en su totalidad en español aquí, y está a la venta en forma de libro en inglés de Insight Press.

Este pasaje es de la sección titulada “Primera parte. Método y enfoque, el comunismo como una ciencia”.

Un pasaje de la sección:
Las contradicciones y dinámicas básicas del capitalismo

Esto nos lleva al punto básico de por qué la anarquía es la principal forma de movimiento, y la fuerza impulsora, del capitalismo y de su contradicción fundamental. Ahora bien, ¿qué queremos decir con anarquía? Hay muchas maneras en que la anarquía o el anarquismo se expresa — algunas personas se proclaman anarquistas, y hablaremos de ellas. Pero la anarquía, en un sentido básico, significa algo —una cosa o un proceso— que no se regula conscientemente. Tal vez se regule de alguna manera, pero no se regula conscientemente en la sociedad en general. Así que, hablemos de la anarquía y cómo encaja en este sistema capitalista — por qué la anarquía de la producción es la principal fuerza impulsora del capitalismo, y por qué esta fuerza impulsora de la anarquía obliga a los capitalistas a intensificar constantemente la explotación de la gente que trabaja como sus esclavos asalariados —los proletarios, la gente sin medios de producción que tiene que vender su fuerza de trabajo— y por qué los capitalistas van constantemente de una parte del mundo a otra en busca de gente a que pueden explotar aún más despiadadamente. Lo que hay que comprender —y en este momento muy pocas personas lo comprenden— es que no solamente se trata de que sean codiciosos, sino de que hay coacciones que impulsan a los capitalistas mismos y que los obligan a hacer estas cosas constantemente, lo que incluye explotar más intensa y brutalmente a la gente que trabaja bajo sus órdenes.

Ahora, en la polémica de Raymond Lotta en Demarcations #3, “Sobre la ‘fuerza impulsora de la anarquía’ y la dinámica del cambio”, se cita una importante declaración mía, que va al meollo de esto, así que voy a adentrarme un poco en esto y desmenuzarlo un poco. Se inicia así:

La fuerza motriz, lo que impulsa este proceso [de producción capitalista], es de hecho la anarquía de la producción capitalista, aunque la contradicción entre el proletariado y la burguesía forma una parte integral de la contradicción entre la producción socializada y la apropiación capitalista.

Esa es la primera oración de esta declaración, y detengámonos aquí por un instante, porque hay bastante concentrado ahí. ¿Qué quiere decir “la contradicción entre la producción socializada y la apropiación capitalista”? Bueno, hemos hablado de lo que es la producción socializada: mucha gente trabaja en un proceso de producción, y no muchos individuos de los cuales cada quien produce cosas con sus propios medios de producción — su propia pequeña parcela de tierra, sus propias herramientas o lo que sea. Así que, esa es la socialización de la producción. Pero si bien la producción en el capitalismo se lleva a cabo de esta manera socializada, las personas que la controlan y se apropian de sus productos, y le sacan ganancias, son individuos, empresas o agrupaciones de capitalistas. Por lo que miles y en última instancia millones de personas trabajan en este proceso de manera social, pero un pequeño número de personas en diferentes conglomerados, diferentes agrupaciones de empresas y otras formas del capitalismo, toma los productos como su propiedad privada y los vende, acumulando para sí mismos la ganancia resultante. Las personas que hacen el trabajo de manera socializada no reciben el producto en el que trabajan. Éste va para un capitalista (o un grupo de capitalistas) que les paga un salario; y luego, como ya comentamos, tienen que salir a comprar otras cosas, otras mercancías. Así que, al trabajar en una planta automotriz, al fin del día uno no puede decir: “Bien, llevo tres semanas trabajando aquí, creo que he producido el valor de un auto, así que voy a llevármelo a casa”. ¿Cuántos años de prisión le darían por eso? Así que, se trata de la apropiación privada (capitalista) sobre la base de la producción socializada. Esa contradicción fundamental es el meollo del capitalismo. Pero lo que cité hace un momento dice que la anarquía de la producción capitalista es la fuerza impulsora de este proceso. Y luego, la declaración explica: “Si bien la explotación de la fuerza de trabajo es la forma y el método por el cual se crea y se apropia la plusvalía, son las relaciones anárquicas entre los productores capitalistas, y no simplemente la pura existencia de proletarios desposeídos o la contradicción de clases en sí, lo que lleva a estos productores a explotar a la clase obrera a una escala histórica más intensiva y extensiva”. Y continúa: “Esta fuerza motriz de la anarquía es una expresión del hecho de que el modo de producción capitalista representa el desarrollo completo de la producción de mercancías y la ley del valor”.

¿Qué significa esto? Pues bien, he hablado sobre lo que son las mercancías y cómo, en el capitalismo, en general no se producen las cosas para el uso directo de las personas que las producen, sino para intercambiarlas en la sociedad (y en el mundo) en su conjunto, mediante toda una red de relaciones que se sostienen por medio del dinero (o cosas que actúan como un sustituto del dinero). Esto es lo que significa decir que el modo de producción capitalista representa el desarrollo completo de la producción de mercancías. Ya, hasta ahora tal vez todo bien. Pero ¿y qué de la ley del valor? La ley del valor dice lo siguiente: el valor de cualquier producto —es decir, cualquier mercancía, cualquier cosa que se produce y se intercambia— es equivalente a la cantidad de tiempo de trabajo socialmente necesario para producir esa mercancía en particular. Y la anarquía está al centro de todo esto porque todos estos capitalistas entran en intercambios de mercancías entre sí, además de intercambios de mercancías con los consumidores, y todo eso se articula por medio de esta ley del valor — esta ley es lo que lo regula en última instancia, a la vez que hay un montón de capitalistas que participan en la acumulación privada (capitalista), en competencia entre sí, en el mismo campo de la producción o en distintos campos de la producción, o en el ámbito de las finanzas, y así sucesivamente. Pero, para repetir, lo que subyace a todo esto es este proceso de producción socializada.

Ahora bien, si simplemente hubiera un gran grupo de capitalistas explotando a la gente, y no todo este sistema de mercancías, pues este gran grupo de capitalistas podría regular las cosas e impedir que tuviera lugar toda esta locura de despedir a la gente de sus trabajos, de cerrar las plantas y el traslado de las empresas de una parte a otra del mundo, con todas las consecuencias de eso para la gente. Digo, veamos a Detroit. Yo señalé, en ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS!19, que a raíz de la rebelión de Detroit de 1967 de repente la clase dominante dijo: “Vaya, tenemos un gran problema aquí en Detroit, tenemos a todos estos negros sin trabajo, sufren discriminación, y brutalidad de parte de la policía, más vale que contratemos a muchos de ellos, que les demos un trabajo con un buen salario en las plantas automotrices” — y salieron a contratar a miles de negros justo después de la rebelión. Ahora todos esos trabajos se han ido. Detroit es un caso perdido donde gran parte de la población de la ciudad ni siquiera puede contar con un suministro regular de agua potable. ¿Por qué? Por las dinámicas del capitalismo — el carácter no regulado, el carácter anárquico del capitalismo, donde estos diferentes conglomerados de capitalistas, que se apropian de manera privada para sí mismos la riqueza producida socialmente, en diferentes segmentos, están en competencia no sólo entre sí en un país particular, sino que están en competencia con capitalistas por todo el mundo, y por lo tanto tienen que cambiar constantemente la manera en que producen las cosas, constantemente tienen que cambiar de área, o de la parte del mundo en que operan, a fin de intentar ganarles unos a otros en la competencia, con la amenaza de hundirse si no son más eficientes que los demás. Si no explotan a la gente de manera más eficiente, se hundirán, o saldrán relegados al status de capitalistas de segunda, al borde de hundirse, aunque sean corporaciones que valen miles de millones de dólares.

Cuando yo era niño, por ejemplo, Sears era un gran almacén. Cuando yo era muy joven, hasta había el catálogo Sears Roebuck: la gente no pedía las cosas con su teléfono inteligente, conseguía un catálogo y pedía las cosas del catálogo por correo postal. Ahora, Sears todavía existe, pero no es grande como Walmart o algo así, porque Walmart llegó, encontró maneras más baratas de hacer las cosas, pagándole a la gente salarios bajos en el Sur, y luego se expandió a muchas partes del mundo, en particular del tercer mundo. Tiene operaciones en lugares como Bangla Desh. En la fábrica que colapsó sobre las mujeres y mató a muchas decenas de ellas, y en las fábricas allá donde los incendios mataron a cientos de personas, se hacían productos para Walmart, y por eso Walmart puede venderlos más baratos que Penney’s o Sears o lo que sea, y por eso Penney’s y Sears están en peligro de hundirse — y olvídense de K-Mart, que va medio cojeando.

O veamos la situación de la gran cadena de supermercados A&P, que ahora escuchamos que se hunde. ¿Y dónde está Radio Shack ahora? O, para remontarnos más atrás, ¿dónde está el automóvil Kaiser? (Existe la entidad de mantenimiento de la salud Kaiser Health Care, pero ¿dónde está el auto que Kaiser solía fabricar)?

Estos son apenas unos pocos ejemplos — podría citar muchos más. Esta es una expresión de la anarquía del capitalismo — no se regula todo desde un centro, se trata de todos estos diferentes capitalistas en una competencia feroz entre sí, y además, en ciertos casos, enormes agrupaciones de capitalistas controlan miles de millones de dólares, pero siempre están bajo la amenaza de hundirse si no pueden hacer las cosas de una manera más rentable que otros que están en el mismo giro, o en algún otro giro, que luego los compran o de plano los sacan del negocio.

Esta es la naturaleza del capitalismo. Las cosas cambian constantemente. Alguna vez hice este comentario: Fíjense que las cosas van funcionando en la economía y luego algún tarado inventa una app, y luego de repente todo cambia. Uno de estos tipos que salen de Stanford, o donde sea, inventa algún nuevo dispositivo, alguna nueva tecnología, que hace posible, y a la vez hace cada vez más necesario, hacer algo mediante el Internet, de manera más productiva y más eficiente; y de ahí se socavan algunas formas previas de hacer las cosas. Piensen en Uber y los taxis. Uber va minando el negocio de los taxis, y había ese gran alboroto en Francia cuando todos los taxistas trataban de quemar Uber, por quitarle el trabajo a todos los taxistas. Pues bien, ese es solo un ejemplo, otra vez, de la anarquía del capitalismo. Alguien desarrolla una nueva innovación para organizar la producción o la distribución de las cosas con mayor eficiencia, y mayores ganancias, con menos costos de producción — y ¡ZAS!, quizá se hunda la gente que tenía su dinero invertido en la forma más tradicional de hacer las cosas, aun cuando lleve bastante tiempo prosperando.

Estas son las dinámicas básicas del capitalismo. Por las razones que he comentado, la competencia continúa, donde los “tiburones” más eficientes devoran hasta a los peces grandes. Al mismo tiempo, la ley del valor vincula y en última instancia regula a todos esos capitalistas — todos están ligados a la realidad que se expresa en la ley del valor, de que el valor de las cosas que se producen es equivalente a la cantidad de trabajo socialmente necesario que se dedica a su producción. Y esta contradicción —los capitalistas, o grupos de capitalistas, que existen y operan como unidades de capital separadas, a la vez que están vinculados por la ley del valor y en últimas están obligados a operar sobre la base de la ley del valor— es lo que lleva a la anarquía del capitalismo, lo que lleva a que la anarquía sea la fuerza impulsora del capitalismo y la expresión clave de la contradicción fundamental del capitalismo, entre la producción socializada y la apropiación privada. Esa anarquía es lo que impulsa a los capitalistas a explotar y oprimir a la gente de todas las formas con las que ya estamos muy familiarizados, lo que incluye que no les importa un bledo si uno ha trabajado para ellos por 30 años y sus hijos dependen por completo del salario o sueldo que gana — si es más rentable dejarlo en la calle e ir a otra parte, pues así son las reglas del juego, chicos, lástima para ustedes, pues para los capitalistas es hacer eso o morir porque están en competencia con muchos otros capitalistas.

Como una aguda ilustración de eso, salió un artículo20 muy bueno en la página web revcom.us sobre un capitalista que tenía inversiones en Bangla Desh pero quería ser un capitalista socialmente responsable. El artículo examina todas las maneras en que intentó hacer las cosas de manera diferente, de una manera en que no explotara tan brutalmente a las mujeres que trabajaban en las plantas que poseía —sin tenerlas en condiciones tan horribles, dándoles más prestaciones— y que se vio obligado a abandonar eso debido a la propia fuerza impulsora de la anarquía, a la competencia de parte de otros capitalistas que hacían las cosas de maneras más eficientes, más despiadadas. Por lo tanto, aunque fue un capitalista de buen corazón —y quizá eso suene a un oxímoron (dos palabras de significado opuesto en una sola expresión), pero de hecho era un capitalista de buen corazón— no obstante, no pudo seguir con su “capitalismo amable” debido a las dinámicas básicas de lo que impulsa al capitalismo.

Es muy importante entender esto, porque muestra por qué no es posible reformar este sistema. Por ejemplo, no es posible hacer que los capitalistas actúen de manera más responsable con respecto al medio ambiente. Veamos a Obama. Es el “presidente verde”. Pero ha otorgado permiso para excavar en busca de petróleo en todas estas zonas nuevas, lo cual agravará el desastre ambiental que ya está en marcha, porque Estados Unidos —es decir, la clase dominante, los capitalistas imperialistas que Obama representa— están en competencia con otros capitalistas en todo el mundo por las fuentes de petróleo y por obtener la capacidad de producir petróleo de una forma más barata. Y el petróleo es un recurso estratégico que guarda una muy estrecha relación con el poderío militar. Los ejércitos funcionan con petróleo, y las fuerzas armadas de Estados Unidos son uno de los mayores consumidores de petróleo del mundo, si no el más grande. Por lo que, aunque Obama quisiera ser un “presidente ambiental”, en un sentido real las dinámicas de este sistema capitalista no le permitirían hacerlo. Esto es lo que tantas personas no entienden. Constantemente son víctimas del engaño ajeno y del engaño propio, porque no comprenden las dinámicas fundamentales y las “reglas” del sistema en el que viven y la manera en que eso establece el marco para lo que es, y lo que no es, posible en términos de cambiar las cosas. Aunque algo parezca tener mucho sentido y ser racional desde el punto de vista de las necesidades e intereses de la humanidad en su conjunto, si no encaja en esas dinámicas del capitalismo, si no es posible hacerlo funcionar por medio de las relaciones y las dinámicas del capitalismo, no sucederá bajo este sistema. Por eso la situación con el medio ambiente empeora cada vez más. Pero tenemos a una persona como Jared Diamond, quien escribió un libro muy bueno en general, Armas, gérmenes y acero21, acerca de por qué el mundo es como es, y por qué es que en algunas partes del mundo la gente tiene mucha más tecnología y poder, mientras que en otras partes del mundo las personas tienen mucho menos y sufren opresión a manos de la gente que tiene más, y así sucesivamente. Él tiene una cierta cantidad de materialismo, incluido algo de dialéctica allí, pero cuando mira el medio ambiente22, ve la situación grave del medio ambiente, los tremendos estragos que se le causan al medio ambiente, y el hecho de que viene aproximándose a un punto de inflexión o de no retorno donde no será posible deshacer dichos estragos, y ¿con qué sale? La idea de que tenemos que convencer a los representantes de estas corporaciones de que beneficiará a sus intereses, de que corresponderá a sus ganancias, actuar de manera más racional con respecto al medio ambiente — ¡con eso sale! Simplemente tira por la borda la comprensión básica que puede verse en Armas, gérmenes y acero, no obstante ciertas limitaciones de ese libro. Simplemente se engaña a sí mismo porque, aunque tenía cierta comprensión a cierto nivel, no captó a fondo las dinámicas básicas de cómo funciona este sistema y que no es posible transformarlo en otra cosa nada más hablando con las personas acerca de lo que sería mejor para el planeta y para la gente en la tierra, en abstracto. Esto, una vez más, lleva a la cuestión fundamental de por qué no es posible reformar este sistema y por qué es necesario tener un sistema completamente diferente para poder resolver estos problemas sociales de una magnitud tan grande, como el medio ambiente, la opresión de las mujeres o la opresión de diferentes naciones y pueblos.

Ahora bien, no se trata de que las contradicciones del sistema económico —la contradicción fundamental del capitalismo, entre la producción socializada y la apropiación privada, y en eso la fuerza impulsora de la anarquía— no se trata de que esto sea la única parte importante de la realidad, la única contradicción significativa en esta sociedad o en el mundo en su conjunto. Existen otras contradicciones muy importantes que tienen cierta vida y ciertas dinámicas propias. Por ejemplo, la opresión de la mujer: como he señalado, surgió mucho antes que el capitalismo. Y también surgió antes la opresión de un grupo de gente por otros, en muchas formas diferentes. Pero en la actualidad, con el sistema capitalista, con sus tentáculos que se extienden y amarran al mundo entero en sus dinámicas generales, todas estas diferentes contradicciones se desarrollan en el marco fundamental del sistema capitalista. Por lo que, si bien es necesario tratar estas diferentes contradicciones sociales en sí, y tienen sus propias dinámicas —pues no se puede decir, “Si queremos terminar con la opresión de la mujer, nada más tenemos que cambiar el sistema económico”, pues es necesario hacer mucho más que eso—, no obstante, con respecto a cosas tales como la opresión de la mujer y además, al tratar esta cuestión en sí, a fin de cuentas el carácter del sistema económico determinará lo que es posible hacer, ya que en lo fundamental el funcionamiento del sistema económico establece el marco básico, y los límites básicos, de lo que puede ocurrir. Así que, aun cuando un problema no haya surgido con el modo de producción capitalista, ahora se da en un mundo donde las dinámicas de este sistema económico establecen en lo fundamental y en última instancia el escenario y los términos en los cuales actuamos.

Para resumir este punto crucial, podríamos expresarlo así: en última instancia, el modo de producción sienta las bases y pone los límites para el cambio, en cuanto a la manera de tratar cualquier problema social, como la opresión de las mujeres, la opresión del pueblo negro o de los latinos, la contradicción entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, la situación con el medio ambiente o la situación de los inmigrantes, etc. Aunque todas esas cosas tienen una realidad y dinámicas propias, y no se pueden reducir al sistema económico, todas ocurren en el marco y en medio de las dinámicas fundamentales de ese sistema económico; y ese sistema económico, ese modo de producción sienta las bases y establece los límites fundamentales del cambio con respecto a todas esas cuestiones sociales. Por lo que, para deshacerse de todas estas diferentes formas de opresión, es necesario tratarlas en sí, pero también es necesario hacer cambios fundamentales al sistema económico para crear la posibilidad de poder llevar a cabo esos cambios en términos fundamentales. En otras palabras: Es necesario tener un sistema económico que no impida hacer esos cambios y que, por el contrario, no sólo permita sino que siente una base favorable para hacer esos cambios.

 

19. Habla BA: ¡REVOLUCIÓN, Y NADA MENOS! Bob Avakian en vivo. Una película de un discurso dado en 2012 en inglés. Para conseguir más información y para pedir el juego de dvds, visite revcom.us. [regresa]

20. “Todos hablan de la desigualdad — Hablemos del sistema que la causa. Una lección desde Bangla Desh”, Revolución #326, 6 de enero de 2014, que se puede descargar en revcom.us. [regresa]

21. Jared Diamond, Armas, gérmenes y acero: Breve historia de la humanidad en los últimos trece mil años (Debate, 2006). [regresa]

22. Jared Diamond, Colapso: Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen (Debolsillo, 2015). [regresa]

Índice

Introducción y orientación

Víctimas necias del engaño ajeno y propio

Primera parte. Método y enfoque, el comunismo como una ciencia

El materialismo versus el idealismo
Materialismo dialéctico
Con cuál modo de producción
Las contradicciones y dinámicas básicas del capitalismo
La nueva síntesis del comunismo
La base para una revolución
La epistemología y la moral, la verdad objetiva y necedades relativistas
El yo y un enfoque “consumista” de las ideas
¿De qué se tratará tu vida? — Elevar la vista de la gente

Segunda parte. El socialismo y el avance al comunismo:
Un mundo radicalmente diferente que podría haber, un camino hacia la verdadera emancipación

Las “4 Todas”
Más allá del estrecho horizonte del derecho burgués
El socialismo como un sistema económico y un sistema político — y una transición al comunismo
El internacionalismo
Abundancia, revolución y el avance al comunismo — Un análisis materialista dialéctico
La importancia del “concepto del paracaídas” — En este mero momento, y aún más a raíz de una revolución real
La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte
   Núcleo sólido con mucha elasticidad basada en el núcleo sólido
Emancipadores de la humanidad

Tercera parte. El enfoque estratégico de una revolución real

Un solo enfoque estratégico general
Acelerar mientras se aguarda
Fuerzas para la revolución
La separación entre el movimiento comunista y el movimiento laboral, fuerzas impulsoras para una revolución
Liberación nacional y revolución proletaria
La importancia estratégica de la lucha por la emancipación de las mujeres
El Frente Unido bajo la Dirección del Proletariado
La juventud, los estudiantes y la intelectualidad
La lucha contra los modos de pensar pequeño burgueses, al mantener la orientación estratégica correcta
Los "dos máximos"
Los "5 Altos"
Las dos piedras angulares
De nuevo “Sobre la posibilidad de la revolución”
El internacionalismo — El derrotismo revolucionario
El internacionalismo y una dimensión internacional
El internacionalismo — Forjar otro camino
La popularización de la estrategia
Orientación fundamental

Cuarta parte. La dirección que necesitamos

El papel decisivo de la dirección
Un núcleo dirigente de intelectuales — y las contradicciones que esto supone
Una "pirámide" de otro tipo
La Revolución Cultural al interior del PCR
Es necesario que los comunistas sean comunistas
Una relación fundamentalmente antagónica — y las implicaciones cruciales de eso
El fortalecimiento del Partido — de manera cualitativa así como cuantitativa
Formas de organización revolucionaria, y el "Ohio"
Estadistas, y comandantes estratégicos
Métodos de dirección, la ciencia y el "arte" de dirigir
Trabajar desde "Sobre la posibilidad" hacia atrás —
   Otra aplicación del "núcleo sólido con mucha elasticidad basada en el núcleo sólido"