Obrero Revolucionario #1231, 7 de marzo, 2004, posted at rwor.org
Trae a la mente los días de la historia de Estados Unidos en que miles de trabajadoras inmigrantes se salieron de las fábricas y sacudieron todo el mundo con su resolución.
El 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, es una fiesta de los oprimidos del mundo. Es una fiesta que nació de la lucha de la mujer. En particular, la lucha de las costureras inmigrantes del Lower East Side de Nueva York inspiró la demanda de un día especial para celebrar la lucha de la mujer. Desde el comienzo, el Día Internacional de la Mujer ha estado vinculado a la revolución comunista.
A finales del siglo XIX, miles de mujeres trabajaban en el distrito de la costura de Nueva York. La mayoría eran inmigrantes de Rusia, Italia y Polonia. Trabajaban hasta 15 horas al día y les pagaban por pieza. Tenían que pagar sus propias agujas, hilo, electricidad e incluso las cajas ordinarias que les servían de sillas. Las multaban por llegar tarde, por ropa mal cosida, por demorarse en el baño. Los niños también trabajaban largas horas, agachados en las esquinas de los talleres, cortando los cabos de hilo de las prendas terminadas. Una costurera recordó: "Nos poníamos ropa barata, vivíamos en apartamentos baratos, comíamos comida barata. No había nada que nos alentara. Todos los días eran igual de miserables".
En 1908 las costureras de varias fábricas comenzaron a realizar paros y huelgas. A veces una compañía acababa una huelga cumpliendo algunas demandas de los hombres, pero en el contrato ponían una cláusula que decía: "Ninguna parte de este acuerdo se refiere o se aplica a las mujeres". A pesar de los muchos arrestos y grandes multas, a pesar de las golpizas que les daban la policía y los matones a sueldo de la compañía, las costureras, muchas de ellas adolescentes, continuaron los paros. Su lucha inspiró a muchas mujeres de las clases media y alta, que salieron a apoyar sus huelgas y acabaron arrestadas también. Cuando los periódicos informaron sobre esos inusuales arrestos, el público empezó a enterarse de las brutales condiciones de trabajo y de los miserables sueldos de esclavas que recibían las costureras.
Después de meses de acciones en varios talleres, las costureras querían acelerar la lucha con una huelga general de toda la industria. A pesar de la oposición de los líderes de su sindicato, el 22 de noviembre de 1909 comenzó el "Levantamiento de las veinte mil" costureras.
Una costurera de la Cía. Triangle Shirtwaist describió la escena: "Miles de miles de costureras salieron de las fábricas, todas hacia la plaza Union. Era noviembre, el comienzo del invierno, y no teníamos sobretodos, pero un espíritu común nos hacía seguir marchando y marchando hasta llegar a una sala donde pudimos calentarnos y salir del viento y del frío por lo menos por el momento. Todavía puedo ver la multitud de jóvenes, casi todas mujeres, marchando sin preocuparse por lo que podía pasar. Creo que un espíritu conquistador las animaba. No sabían qué les esperaba, no pensaban en el hambre, el frío, la soledad ni lo que les podía pasar. Ese día simplemente no les importaba; era SU día".
La lucha duró meses y prendió huelgas en otras partes. Al final la huelga ganó apenas algunas reformas de las condiciones de trabajo, pero el "levantamiento" logró importantes cambios. Cambió la idea de lo que podían hacer las inmigrantes pobres, y llenó de orgullo y fuerza a las costureras del Lower East Side y a muchas mujeres, inmigrantes y oprimidos en general.
En 1910, una conferencia internacional de socialistas y comunistas declaró que el 8 de marzo, el aniversario de esas manifestaciones, sería el Día Internacional de la Mujer. Entre los que votaron por establecer esa tradición se encontraba V.I. Lenin, el gran dirigente del partido bolchevique y de la Revolución Rusa. Desde entonces el Día Internacional de la Mujer lo celebran por todo el mundo trabajadores conscientes de clase y los que luchan por la liberación de la mujer y para acabar con este sistema de explotación y opresión.