Hasta hace solo 10 años, los instructores de los marines los hacían trotar coreando: "Uno, dos, tres, cuatro. Cada noche soñamos con la guerra. Cinco, seis, siete, ocho. Violar. Matar. Mutilar".
Esas consignas ya no se usan, oficialmente. Sin embargo, miles de mujeres de las FFAA han sufrido hostigamiento y agresión sexual, y han sido violadas.
Cuando los negros y latinos pobres empiezan a hablar de la policía, tienen mucho que decir: todos conocen a alguien maltratado o asesinado por la policía. Cuando se les pregunta a las mujeres de las FFAA de Estados Unidos, ellas también tienen mucho que contar sobre las penurias e injusticias que tienen que soportar.
Hace unas semanas, más de 20 mujeres dieron a conocer que las violaron en un cuartel de entrenamiento de Maryland. Varios sargentos han sido acusados. Uno de ellos, a quien se le acusa de violar a nueve mujeres, amenazó con matarlas si lo delataban. Después de divulgarse esos incidentes en la prensa, el Ejército recibió 2000 llamadas telefónicas sobre casos de hostigamiento sexual que se remontan a la II Guerra Mundial.
En 1973, las FFAA de Estados Unidos unieron las ramas de hombres y mujeres, y desde ese entonces la cantidad de mujeres que ingresan a las FFAA ha aumentado 400%. Hoy las FFAA tienen 190.000 mujeres, el 13% de un personal de 1,46 millones. Pero cuanto más han ingresado mujeres a las FFAA, tanto más han sufrido maltrato y castigo por no desempeñar su papel tradicional.
Muchos chavos se meten en las FFAA con la esperanza de aprender algún oficio. Los reclutadores les dicen que es una manera de salirse del ghetto y "conocer el mundo". El gancho que usan hoy que ha terminado la guerra fría es que las FFAA son para "liberar" a la gente en lugares donde hay guerras, como Bosnia y Africa central. Hay mujeres que piensan que el ejército es un lugar donde pueden probarse y donde se las respetará como iguales. Pero las FFAA de Estados Unidos no son para eso; son para proteger el imperio estadounidense a nivel mundial.
Hay pruebas de que miles de mujeres de las FFAA han sufrido agresión y violación sexual. En un reciente cuestionario del Pentágono, la mitad de las 47.000 soldadas, marineras y aviadoras que contestaron dijeron que en el último año fueron víctimas de hostigamiento sexual, abuso sexual y violación.
¿Recuerdan el incidente Tailhook de Las Vegas, donde marineros borrachos atacaron a mujeres civiles y de la marina? En un craso despliegue de machismo y libertinaje, los marineros les arrancaron la ropa y se las pasaron levantadas de mano en mano. Eso fue apenas la punta del iceberg.
La mayoría de los miles de casos de hostigamiento y asalto sexual en las FFAA jamás se reportan y, para las mujeres que los reportan, la vida se vuelve muy difícil.
El 60% de las mujeres que le dijeron al Pentágono que han sido víctimas de agresión sexual no entablaron una queja formal, en gran medida debido a que temían represalias. Muchas dijeron que se sentían impotentes porque fueron víctimas de oficiales a quienes deben obedecer y a quienes se tienen que someter las 24 horas del día.
Caso pertinente: Darlene Simmons, quien fue teniente de la marina. Como oficial legal del USS Canopus, entre sus deberes estaba asesorar al mando "sobre todos los asuntos pertinentes a hostigamiento sexual". ¡Pero eso no impidió que a ella la hostigaran! Después de seis meses de acoso sin cesar por un teniente comandante, ella decidió delatarlo. El comandante del buque le dijo que no se lo dijera a nadie. El hostigamiento continuó. El hostigador, que tenía que aprobar todo el trabajo de Simmons, la criticó y escribió informes negativos. Simmons, que no se dio por vencida, decidió pedir ayuda a un senador. Cuando sus superiores se dieron cuenta, la encerraron cuatro días en la unidad psiquiátrica.
A los militares que violan los pueden sentenciar a cadena perpetua. Pero la mayoría jamás son castigados. De hecho, muchas de las mujeres que han sido violadas-a veces salvajemente y en pandilla por horas-dicen que reportar el incidente a un tribunal militar les causa más humillación porque los jueces se portan como "compinches" de los violadores. Con frecuencia, a los violadores les dan un jalón de orejas y a las mujeres las castigan.
La Dra. Kathie Larsen es una psicóloga que trabaja con veteranas violadas. Le han dicho que dar a conocer su situación es una decisión difícil porque acaba su carrera en las FFAA, no se hace nada contra los hombres y les echan a ellas la culpa. De los 100 casos que ha visto la Dra. Larsen, en solo dos ocasiones castigaron a los agresores.
Los soldados estadounidenses son famosos en todo el mundo por violar a las civiles donde estén, como por ejemplo, Okinawa. Veamos el caso de Kim Town, donde están 21.000 marines: en septiembre de 1995, tres marines secuestraron y violaron a una niña de 12 años. Cuatro meses antes, un marine mató a martillazos a una joven de 24 años. En 1993, un soldado violó a una mujer y después se le escapó a la policía militar. En 1985, una señora de 40 años fue secuestrada y violada por dos soldados. En 1975, a dos adolescentes que estaban en la playa las apedreó un soldado; cuando perdieron el conocimiento, las violó. Un año antes, una joven de 17 años de edad fue violada en pandilla por soldados. Durante la guerra de Vietnam, los soldados que estaban en Okinawa descansando mataron a 17 mujeres.
La agresión sexual es la reafirmación del machismo. Es muy común en todas las sociedades burguesas y en las FFAA se remacha porque es parte de la mentalidad saqueadora de todo ejército imperialista.
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Bob Avakian, Presidente del PCR, señaló: "En un sentido fundamental, un ejército es una concentración de la sociedad por la cual está luchando-de las relaciones sociales y políticas, los valores, etc., que predominan y la caracterizan".
¿Qué tiene que ver eso con las FFAA de Estados Unidos?
Las FFAA de Estados Unidos protegen al imperialismo estadounidense. Combaten para que un puñado siga explotando a las masas populares. Combaten para someter a las naciones y nacionalidades oprimidas, y para perpetuar la opresión de la mujer. Perpetúan las desigualdades y todas las instituciones e ideas necesarias para defender el sistema imperante.
El imperialismo estadounidense invade y domina países por todo el mundo para explotar al pueblo. Necesita un ejército poderoso para imponer su opresión y librar guerras para proteger sus intereses. Las metas reaccionarias de sus FFAA definen su naturaleza, su estrategia de combate, su organización y las relaciones entre soldados. Es un ejército con una jerarquía dictatorial, en que los oficiales superiores gozan de autoridad absoluta, y que humilla, intimida y mantiene en la ignorancia a los soldados rasos sobre los propósitos de sus guerras.
Es un sistema que puede poner a Colin Powell a la cabeza de sus FFAA y al mismo tiempo mandar a sus policías a maltratar y asesinar a negros por ser negros. Es un sistema que puede nombrar secretaria de Estado a una mujer, Madeline Albright, al mismo tiempo que agrede y viola mujeres.
Pero un ejército revolucionario, que tiene como fin acabar la explotación y opresión del sistema capitalista/imperialista, no toleraría semejante maltrato de las mujeres de sus filas. Una de sus principales fuentes de fuerza sería desencadenar la furia de las mujeres como una fuerza poderosa para la revolución: como líderes militares y combatientes. A las mujeres nunca se les trataría como propiedad de los hombres, o como botín de guerra. Además, se lucharía enérgicamente contra toda manifestación de la opresión de la mujer en el ejército. Se castigaría con sumo rigor la agresión sexual de mujeres de las masas o de ese ejército. A los perpetradores, de todo nivel, se les daría un castigo ejemplar; la violación o una agresión sexual similar se castigaría con la pena máxima.
Las recientes noticias de agresión sexual en las FFAA de Estados Unidos deben acabar con la idea de que en las FFAA hay "oportunidad para todos". Deben mostrarnos la naturaleza del imperialismo estadounidense y sus FFAA. También deben ayudarnos a soñar con un nuevo ejército-cuando llegue la hora-liberador y revolucionario que combata por una sociedad completamente diferente.