Bob Avakian, presidente del PCR,EU
Obrero Revolucionario #1105, 3 de junio, 2001, en rwor.org
Nuestro camino al poder nos plantea una contradicción aguda que afecta muy concretamente a los jóvenes, sobre todo de los sectores más oprimidos: si pudiéramos pasar inmediatamente a la lucha armada como forma principal de actividad revolucionaria, sería posible movilizar más y más gente, especialmente los jóvenes, a la lucha y canalizar su odio y ganas de pelear contra el sistema de una manera consciente y organizada. Pero no podemos lanzarnos así sin más. O sea, la lucha armada no puede ser la forma principal de lucha ni podemos ponernos "en pie de guerra" hasta que llegue el momento de librar una guerra de a de veras, es decir, hasta que surja una situación revolucionaria que siente las bases para iniciar una insurrección armada (seguida por una guerra civil) con la perspectiva de ganar.
Desde luego, las masas se defenderán por medio de las armas contra la opresión despiadada del sistema y las fuerzas del orden; eso será un elemento importante del proceso de prepararnos para la revolución, de preparar mentes y organizar fuerzas. Pero la verdad es que en este momento es difícil canalizar la combatividad de las masas, especialmente de los jóvenes, precisamente porque la lucha armada no puede ser la forma principal de lucha, porque no podemos lanzarnos a la guerra ni ponernos "en pie de guerra" hasta que surja una situación revolucionaria y estemos preparados para librar una guerra sin cuartel contra la clase dominante y ganar.
¡NO PERMITIREMOS QUE ESTE SISTEMA, QUE SIEMBRA LOCURA, DESTRUCCIÓN Y AUTODESTRUCCIÓN, SE TRAGUE TODA UNA GENERACIÓN, SOBRE TODO DE LOS JÓVENES MÁS OPRIMIDOS! Uno diría que muchos de nuestros jóvenes se están matando a sí mismos... y matándose entre sí. Pero esa es la apariencia, pues al analizar más a fondo la situación con el método científico del marxismo-leninismo-maoísmo (MLM) se ve que el sistema está detrás de eso; no es más que otra forma de matarlos. No permitiremos que siga así, no permitiremos que les borre la posibilidad de una vida con propósito ni que arrebate a nuestra clase los mejores luchadores por la liberación del pueblo.
Tenemos que encontrar los medios de ganar a más y más jóvenes para la revolución, atraer primero a los chavos más avanzados que anhelan la revolución y que, a su vez, movilizarán a muchos más, a medida que la situación madure, y el movimiento de resistencia y la corriente revolucionaria cobren fuerza. Incluso cuando nuestros jóvenes caen en la garras del enemigo y están tras las rejas, no los abandonaremos; ¡para nada!, igual encontraremos los medios de ganarlos para la revolución (de hecho eso es una forma clave de prepararnos para los tiempos revolucionarios).
El partido está dedicando mucha atención y energía a este problema; está buscando la forma de dar solución a esta contradicción y dar expresión al valor y osadía de los jóvenes, imbuirles una orientación revolucionaria y formarlos como comunistas revolucionarios, de acuerdo a nuestra situación y al camino que corresponde: preparación política y resistencia popular que sientan las bases para pasar a la insurrección armada (y guerra civil) cuando surja una situación revolucionaria. Esta contradicción nos planteará grandes retos a lo largo del proceso de preparación hasta que surja una situación revolucionaria y sea posible, y necesario, que nos enfoquemos en la guerra revolucionaria como forma principal de lucha.
El partido está firmemente resuelto a lograr mayores avances en la lucha por resolver esta gran contradicción, y a ganar a los jóvenes para la única causa y la única lucha que representa sus más nobles intereses y anhelos. Si el sistema los ha degradado y embarrado, no por eso vamos a tragarnos el cuento de que no sueñan con algo mejor.
Se plantea un reto muy importante a los jóvenes revolucionarios: aplicar el MLM con la dirección del partido a fin de "descubrir" los medios y métodos para canalizar plenamente la combatividad de los jóvenes y elevar sus miras a las metas de la revolución proletaria, de modo que capten tanto la necesidad como la posibilidad de hacer la revolución; elaborar y aplicar esos medios y métodos de acuerdo a nuestra situación y nuestro camino a la revolución; reclutar a los jóvenes del proletariado y los sectores oprimidos a las filas de la revolución y de la BJCR y del partido para que luchen plenamente por sus propios intereses de liberar a los oprimidos y a toda la humanidad. He aquí un aspecto clave de la misión de la juventud revolucionaria.
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