Bob Avakian
Obrero Revolucionario #1130, 9 de diciembre, 2001, en rwor.org
El OR está publicando esta serie de pasajes de "Grandes objetivos y gran estrategia", una obra inédita de Bob Avakian, presidente del PCR. Aunque se escribió hace más de un año, la obra (y estos pasajes en especial) abordan temas de importancia para la crisis y guerra actual. Esta cuarta entrega se escribió al final del gobierno de Clinton, poco después de la guerra contra Yugoslavia y antes de la actual guerra ilimitada del imperialismo yanqui "contra el terrorismo".
En los últimos años, presenciamos la desintegración de la Unión Soviética y su bloque (y a raíz de esos acontecimientos la burguesía y los reaccionarios en general lanzaron una ofensiva ideológica inexorable sobre la "muerte" o "fracaso" del comunismo); por otra parte, se han dado cambios importantes en grandes regiones del tercer mundo, especialmente en el campo, y masivas migraciones del campo a la ciudad (o a los cinturones de miseria que rodean las ciudades) en muchos países.
En este marco ha surgido una especie de "nueva configuración" internacional de fuerzas de oposicón, un aspecto importante y destacado de la cual es el "reto" al imperialismo occidental en importantes partes del tercer mundo que plantea lo que podríamos llamar el "fundamentalismo religioso politizado", principalmente el fundamentalismo islámico, aunque también existen otros "fundamentalismos". (De hecho, el mismo fenómeno se da en los "baluartes imperialistas", particularmente en Estados Unidos, como hemos señalado).
Uno de los principios elementales de los fundamentalistas de toda laya es el repudio a la "sociedad secular". Así que tanto los fundamentalistas cristianos de Estados Unidos como los fundamentalistas islámicos de varias partes del mundo repudian tajante y tácitamente la "sociedad secular". También repudian lo que representa la Ilustración, es decir, su concepción del mundo y método de analizar la realidad. (Véase el OR 1128, "El marxismo y la Ilustración"). Eso subraya nuevamente la importancia de analizar correctamente la Ilustración, sus valores y tradiciones, y dividirla en dos: estamos de acuerdo con el aspecto que plantea que es posible conocer el mundo y la realidad en general, y analizarlos en toda su complejidad con métodos científicos; pero nos oponemos a la noción idealista de que un método racional (o racionalista) llevará por sí solo a una sociedad justa. Asimismo, nos oponemos a los que proclaman que la sociedad burguesa liberal es superior para justificar la dominación y los crímenes del imperialismo por todo el planeta, sobre todo en el tercer mundo.
La "línea internacional" del imperialismo "liberal" hoy por hoy (que justamente se podría describir como la versión moderna de "la obligación de la raza blanca") eleva los "derechos humanos" por encima de los "derechos nacionales"; es decir, proclama que los "derechos humanos" son un valor "universal" que suplanta y "rebasa" incluso a la soberanía nacional y otros principios afines. Clinton expuso esta "universalidad imperialista" en el marco de la guerra de Estados Unidos contra Yugoslavia (por cierto, una guerra muy desigual). En un discurso planteó explícitamente ese "internacionalismo" y "universalismo" imperialista para justificar la guerra; planteó elevar los "derechos humanos" por encima de los "derechos nacionales" y dijo que la gran "misión civilizadora" del imperialismo justifica la intervención yanqui. (No son sus palabras textuales obviamente, pero eso es lo que quiso decir).
Naturalmente, la "universalidad" de los "derechos humanos" que suplanta o "rebasa" a la soberanía nacional se aplica de acuerdo a los intereses de los imperialistas. Es decir, el "imperialismo justo" (que plantea que los imperialistas son los "benefactores" y paladines de la justicia*) se aplica muy selectivamente para decidir cuáles países o gobiernos serán acusados de violar los derechos humanos en un momento dado. Para ello, los imperialistas "se hacen los de la vista gorda" cuando sus aliados y lacayos en muchas partes del mundo cometen incalificables atrocidades y atropellos contra los "derechos humanos universales". Y naturalmente, tapan las violaciones, incluso violaciones muy graves, de esos mismos "derechos humanos universales" Ħen su propio país! No cabe duda de que los imperialistas yanquis son "líderes mundiales" en ese renglón. Para comprobarlo, basta con preguntarle al pueblo de cualquiera de las docenas de países que viven bajo la bota de gobiernos carniceros al servicio del imperialismo yanqui... o simplemente preguntarle al pueblo de los ghettos y barrios del propio Estados Unidos.
PIE DE PÁGINA: En el campo militar, esto lleva a proponer como modelo para las fuerzas militares imperialistas las legiones de "César": una fuerza militar que responde rápidamente y con gran poderío a cualquier peligro... y lo hace, desde luego, para salvaguardar la justicia en todo rincón del imperio. En su libro Breaking the Phalanx (Romper la falange), Douglas MacGregor describe esa fuerza militar que impone el dominio del "imperialismo justo" en todo el imperio como "Cesarismo". El libro propone un cambio radical en la doctrina y fuerzas militares estadounidenses para integrar más la alta tecnología al combate. También propone que sigan la pauta de las corporaciones y adopten una estructura "con menos jerarquías", es decir, que eliminen jerarquías que estorban la rapidez y efectividad, y que den más iniciativa y conocimiento más concreto de la situación global a los rangos inferiores. Pero lo que viene muy al caso es el planteamiento explícito de MacGregor del "Cesarismo", de intervenir rápidamente y con gran poderío para salvaguardar el "justo dominio imperialista" en el mundo entero.
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