El reto del Día Internacional de la Mujer

Obrero Revolucionario #1142, 10 de marzo, 2002, posted at http://rwor.org

El proletariado consciente de clase pondrá como meta la completa emancipación de la mitad de la humanidad; no se conformará con menos.

La opresión de la mujer es una gran injusticia que impide el pleno desarrollo de la humanidad y la sociedad. Ahora, por primera vez en la larga historia de la sociedad de clases, la humanidad podrá superar las divisiones milenarias que subordinan a la mujer. ¡LAS MUJERES SOSTIENEN LA MITAD DEL CIELO!

De "La revolución proletaria y la emancipación de la mujer"del Borrador del Programa del PCR,EU

Día Internacional de la Mujer, 2002: día de celebración y lucha; día de reafirmar nuestro compromiso y nuestra pasión de luchar por un mundo en que la mujer no tenga que caminar por la faz de un planeta en que imperen la disparidad, la violación, las golpizas, la pornografía, la servidumbre doméstica y mil formas más de subyugarla; día de celebrar la gran contribución de las mujeres a la forja de un nuevo nivel de libertad para el ser humano.

Este Día Internacional de la Mujer entraña grandes retos, pero también una gran promesa, para las mujeres de todo el mundo. No tenemos que vivir en un mundo que trata a la mujer como una cosa, la viola y la maltrata; un mundo que la hace desgastarse en las maquiladoras de la economía global moderna, bregar con fundamentalistas religiosos que le niegan los derechos más básicos, batallar contra supersticiones que la achican, huir de bombas y pedir limosna en campos de refugiados; un mundo que le enseña al hombre que tiene todo el derecho de oprimir a la mujer.

Todo ese sufrimiento, todo ese absurdo es completamente innecesario. Pero para trascenderlo y plasmar en realidad la promesa de un mundo diferente es necesario captar cuál es la fuente de esta opresión y cuál es la forma de salir de ella.

Confrontamos un sistema gobernado por seres arrogantes, mentirosos y desbocados. Le han declarado la guerra al planeta,¡y dicen que han liberado a las mujeres de Afganistán!

¿Que han liberado? Basta con ver lo que sucede alrededor de las bases militares yanquis de Tailandia, Filipinas, Okinawa o de cualquier parte del mundo, donde el comercio sexual ha destruido la vida de miles y miles de muchachas. Esa es la liberación que llevan las tropas imperialistas. Basta con ver el papel histórico que Estados Unidos ha desempeñado en Afganistán, Arabia Saudita, Paquistán o Kuwait, donde siempre que le conviene ha parapetado gobiernos que tratan a las mujeres como prisioneras invisibles.

Este Día Internacional de la Mujer tenemos que extender nuestras manos a los pueblos del mundo y proclamar que las mujeres no serán partícipes de las injustas guerras, intervenciones y redadas de inmigrantes que se hacen en nombre de "parar el terrorismo". Tenemos que hacer saber por todo el mundo que las brutales agresiones del gobierno estadounidense no son en nuestro nombre. Tenemos que esforzarnos por forjar un pujante movimiento para parar esta campaña bélica. Por medio de esta clase de resistencia aquí en Estados Unidos, le daremos oxígeno a los movimientos de otros países que pueden llevar al pueblo a liberarse de verdad y a las mujeres a alzarse y romper las cadenas de la tradición.

En las altas montañas o los deltas al nivel del mar, en los bosques o los desiertos, en las ciudades congestionadas o los pueblos aislados, las mujeres son las más pobres de todos los pobres. A diario viven un sufrimiento indescriptible: golpes, la mayoría de las veces de miembros de la familia; violación y esclavitud sexual; muerte de parto y por abortos mal practicados; mutilación de cuerpo y espíritu. En sociedades gobernadas por fundamentalistas en que las mujeres tienen que vivir encerradas en ropajes y casas con llave; en sociedades de gobiernos democráticos como Estados Unidos en que una mujer sufre agresión física cada nueve segundos y violación cada dos minutos, y en las demás sociedades, la situación reclama un cambio drástico.

Confrontamos un sistema global en que coexisten formas de opresión centenarias y formas capitalistas "avanzadas" de subyugación.

Aquí, dentro de las entrañas de la bestia que causa tanto del sufrimiento del mundo, tenemos una gran tarea revolucionaria. Igualmente, tenemos que hacer que se vea claramente que este imperio global nunca llevará a la liberación de la mujer.

Aquí, donde todo es tan "avanzado", el presidente y sus aliados tratan de imposibilitar la libertad reproductiva: dificultan cada vez más el aborto y proclaman que el feto tiene derechos políticos (más que la mujer, desde luego). Los fascistas cristianos matan médicos que trabajan en clínicas de aborto y divulgan mentiras, lo que encoge los servicios reproductivos, difunde superstición y refuerza las cadenas de la dominación masculina. A las madres les niegan asistencia económica, guarderías infantiles y trabajos dignos, y luego les echan la culpa de todos los problemas de la juventud. Las mujeres crecen con la amenaza de violación y violencia como una marca en la psique, y la cultura popular está imbuida de una intensa hostilidad hacia la mujer.

Las mujeres buscan respuestas. ¿Cómo romper las cadenas de la disparidad? ¿Cómo desarticular la vieja división social del trabajo que subyuga a la mujer, y a toda la humanidad? ¿Cómo acabar los hábitos de la dominación masculina y crear nuevas relaciones basadas en el respeto?

Desde la primera vez que se celebró el Día Internacional de la Mujer en 1910, inspirado por la firme lucha de las costureras de Nueva York, ha estado firmemente ligado a la revolución proletaria. La subyugación de la mujer surgió y va de la mano con la división de clases, la explotación de la mayoría por unos pocos. Para terminarla, se necesita que la mayoría tumbe a esos pocos, tome el poder y dé a luz, por medio de grandes luchas y sacrificios, un nuevo mundo libre de toda opresión y explotación.

La promesa del Día Internacional de la Mujer, 2002 es esta: ¡ese mundo nuevo es posible! Empezó con los avances de las sociedades socialistas del pasado y especialmente en la China revolucionaria de Mao. Hoy, alimentan la esperanza de ese mundo las guerras populares que se libran bajo la dirección de partidos maoístas, como en Nepal y Perú. En esas guerras populares participa gran cantidad de mujeres como combatientes, líderes políticos y líderes militares porque la liberación de la mujer es parte integral y crítica de la revolución maoísta. La participación de esas compañeras rompe siglos de cadenas de la tradición y promueve nuevas relaciones liberadoras.

En todo el mundo la mujer reclama liberación, y está buscando formas de acelerarla.

Nuestra resistencia florece en medio de la guerra.

¡Romper las cadenas!

¡Desencadenar la furia de la mujer como una fuerza poderosa para la revolución!


Este artículo se puede encontrar en español e inglés en La Neta del Obrero Revolucionario en:
rwor.org
Cartas: Box 3486, Merchandise Mart, Chicago, IL 60654
Teléfono: 773-227-4066 Fax: 773-227-4497
(Por ahora el OR/RW Online no se comunica por correo electrónico.)