Bob Avakian, presidente del PCR, EU
Obrero Revolucionario #1148, 28 de abril, 2002, posted at http://rwor.org
Esta es una parte de una charla grabada de Bob Avakian, presidente del PCR,EU, tras los acontecimientos del 11 de septiembre y en el marco de la guerra de Estados Unidos, en primera instancia contra Afganistán.
En un número especial del OR (No. 1143) salieron otras partes de esta charla, titulada "Los grandes retos de la nueva situación". Se puede conseguir en la Neta del OR en rwor.org o en las librerías de Libros Revolución. Esta entrega es parte de una serie de material adicional de la charla.
El derrotismo revolucionario es un aspecto decisivo del internacionalismo proletario en un país imperialista, sobre todo en Estados Unidos, dada su posición de "única superpotencia" y su intención de librar una guerra de duración indefinida para reconfigurar el mundo bajo su dominación. No basta con que los comunistas planteemos el derrotismo revolucionario; tenemos que luchar para que el movimiento de oposición y las masas populares asuman esta posición.
Es importante hacer algunas aclaraciones respecto al derrotismo revolucionario y cómo aplicarlo. En un país imperialista --o en cualquier país que libre una guerra injusta, de dominación y saqueo, una guerra reaccionaria que solo sirve para fortalecer la opresión o para sustituir a una potencia opresiva por otra--, el derrotismo revolucionario implica oponerse al propio gobierno, aunque el enemigo del gobierno sea igualmente reaccionario. Implica no apoyar al gobierno en la guerra y, al contrario, aplaudir sus reveses y derrotas, y aprovecharlos para forjar oposición al gobierno y su guerra reaccionaria con el objetivo de hacer la revolución en el propio país y aportar lo máximo posible a la lucha revolucionaria internacional. Sin embargo, el derrotismo revolucionario no implica apoyar al enemigo del gobierno si ese enemigo (y la guerra que libra) es igualmente reaccionario. Obviamente, esto puede ser complejo y la aplicación correcta del derrotismo revolucionario requiere basarse en los principios básicos y hacer un análisis concreto.
Al respecto, he notado en varios informes sobre el trabajo político contra esta ofensiva imperialista que aunque nuestra declaración del 14 de septiembre recibió una respuesta muy entusiasta de camaradas, compañeros y amigos, y de muchos más, a algunos (inclusive compañeras y compañeros con quienes trabajamos) les pareció que no era consecuente con el derrotismo revolucionario y que era "blanda" con los imperialistas. Por un lado, es difícil comprender por qué la vieron así, dado que repudia rotundamente los monstruosos crímenes de los imperialistas yanquis, y dice que son unos explotadores globales y genocidas, que son los mayores opresores de los pueblos del mundo, y que no tienen ningún derecho ni a la venganza ni a la justicia. Pero aparentemente, algunos opinaron que el simple hecho de reconocer el horror de los ataques a civiles inocentes el 11 de septiembre implicaba no "darle su merecido" a los imperialistas. (Como mencioné, muchos dentro y fuera del partido, y más ampliamente, recibieron la declaración con gran entusiasmo, y cuanto más la han divulgado y comprobado la respuesta de las masas -y ahora se han repartido centenares de miles- han comprendido más la orientación profundamente correcta e importante de hablar a las masas en sus millones; es decir, no partir de una posición ajena a las masas sino, por el contrario, unirse con los aspectos correctos de su respuesta a los sucesos, llevarlas por un proceso de "bregar con las contradicciones" y elevar su comprensión a un nuevo plano).
Aportar lo máximo a la revolución
¨Qué ; nos proponemos? ¨Pretendemos movilizar a las amplias masas a oponerse a la guerra y represión imperialista, preparar el terreno para hacer la revolución y barrer el sistema de una vez por todas? O, ¨basta con llamar a los imperialistas por su nombre y respaldar ciegamente al enemigo de nuestro enemigo?
Como he señalado (por ejemplo en "Cuestiones Estratégicas"*), Mao plantea una orientación básica en "Sobre Diez Grandes Relaciones" que tiene aplicación en muchas situaciones. Hablando de la construcción socialista unos años después del triunfo de la revolución en 1949, dice que para desarrollar la industria pesada es necesario darle prioridad a la agricultura y a la industria ligera en el campo. Y plantea el interrogante: ¨Desea uno verdaderamente o solo en apariencia, con vehemencia o sin ella, el desarrollo de la industria pesada?
De igual modo, preguntemos: ¨Deseamos verdaderamente o solo en apariencia, con vehemencia o sin ella, la revolución proletaria? ¨Nos proponemos lograr transformaciones histórico- mundiales o simplemente hablar de ellas? ¨Basta con simplemente tomar una buena posición y "hacer el intento"? ¨Es suficiente pararnos en medio del gran pudridero que es este sistema, con todos los horrores y el gran sufrimiento que causa, y ser el centinela solitario que alza su bandera limpia y pura en medio de las grandes legiones del enemigo? O, ¨queremos movilizar a millones de masas? ¨Tenemos la confianza de poder hacerlo? ¨Queremos llevar a las masas a rechazar completamente este sistema podrido, a comprender que el monopolio de poder y de la fuerza de las armas por la clase dominante se opone totalmente a los intereses de los pueblos del mundo; que el sistema es ilegítimo y vil, que emplea su poder en aras de metas monstruosas y masacra a pueblos enteros; y que a las masas les toca alzarse para abolirlo y reemplazarlo con algo mucho mejor? En fin, ¨qué es lo que queremos?
Obviamente, debemos condenar al sistema y su naturaleza monstruosa y abominable, pero no solamente para beneficio de nosotros y de un puñado de "los convencidos". Si no ganamos a millones y millones (y a la larga a docenas de millones) a captar esto, a comprender sus verdaderos intereses y a adoptar una posición revolucionaria, ¨qué caso tiene?
No es mi intención ridiculizar ni criticar duramente a compañeras y compañeros (especialmente los de menos experiencia) que objetivamente tuvieron una respuesta un tanto infantil a nuestra declaración o que todavía no comprenden a cabalidad los grandes retos que se nos plantean. Pero es necesario que comprendamos y captemos lo que está en juego y lo que nos toca hacer. ¨Cuáles son las responsabilidades de la vanguardia en esta situación? ¨Basta con tener una buena posición y alzar un estandarte? O más bien, ¨tenemos que movilizar a millares y millares- y a la larga a millones--y a oponer resistencia a esta ofensiva imperialista, y hacerlo de tal forma que se acerquen a una posición revolucionaria y que lleve a una situación en que sea posible hacer la revolución? ¨Estamos resueltos a hacer lo máximo por la revolución proletaria mundial y a tumbar por fin esta gran bestia imperialista? Esa es la neta.
La aplicación concreta del derrotismo revolucionario
Volviendo a la aplicación del principio del derrotismo revolucionario a la guerra de Estados Unidos en Afganistán, es compleja porque, por un lado, Afganistán no es un país imperialista; es un país del tercer mundo, un país oprimido por el imperialismo y devastado por la guerra imperialista y una guerra civil, como consecuencia de las agresiones e intrigas imperialistas. Pero el Talibán y las demás fuerzas que los yanquis están atacando tampoco son fuerzas progresistas; son opresores reaccionarios del pueblo. ¨Cómo aplicamos el derrotismo revolucionario en esta situación? Pues no vamos a echarle porras al Talibán, sino a oponernos a nuestra clase dominante y aplaudir sus reveses y derrotas, no para que gane otra fuerza reaccionaria sino para que nosotros --la vanguardia y las masas de Estados Unidos y de Afganistán, y la lucha revolucionaria mundial-- podamos "abrir una brecha" para que el pueblo se alce y haga la revolución, la revolución proletaria, en aras de sus propios intereses. Esto es lo que entendemos por derrotismo revolucionario: infundir en las masas la orientación de aplaudir los reveses de su propia clase dominante para crear las condiciones para hacer la revolución, barrer este sistema monstruoso, y dar a luz un sistema y un mundo mejor.
En Vietnam, a pesar de ciertas influencias revisionistas de la dirección (el Partido de los Trabajadores de Vietnam) los que luchaban contra Estados Unidos constituían en términos generales una fuerza revolucionaria, y en esas circunstancias apoyamos "al otro lado", al enemigo de nuestra clase dominante. Queríamos que triunfara porque (a pesar de debilidades e influencias revisionistas de la dirección) libraba una guerra de liberación. Pero hay que analizar concretamente cada situación. El Talibán, por ejemplo, dista muchísimo del Partido de los Trabajadores de Vietnam, y ni hablar de una auténtica fuerza marxista-leninista-maoísta! En Afganistán apoyamos a los maoístas (el Partido Comunista de Afganistán) y no al Talibán, obviamente. Pero a lo que voy es que es necesario aplicar concretamente el principio del derrotismo revolucionario de acuerdo a las circunstancias; no es lo mismo una guerra contra "nuestra" clase dominante librada por fuerzas revolucionarias y una librada por fuerzas reaccionarias.
Y el caso actual es más complejo, repito, porque entraña la contradicción imperialismo/nación oprimida, y es necesario tomarla en cuenta para lograr una síntesis correcta. Pero si inicialmente algunos compañeros opinaron que nuestra declaración del 14 de septiembre era blanda con los imperialistas, que no era contundente ni consecuente con el derrotismo revolucionario, nos toca trabajar más para aclarar qué es el derrotismo revolucionario, cómo se aplica y defiende el internacionalismo proletario, y cómo se moviliza a las masas desde esta perspectiva.
Claro, esto no se puede hacer al margen del movimiento de resistencia ni podemos esperar hasta que todo mundo tenga mayor claridad ideológica para entrarle de lleno a forjar la resistencia. Tenemos que entrarle a la pelea y en medio de ella elevar el nivel político e ideológico de una manera sistemática y concentrada. Aquí viene al caso otro principio que Mao recalcó: es necesario explicar una línea y un punto de vista no solamente una vez o unas cuantas veces sino muchas veces. En esta situación radicalmente nueva, tenemos que elaborar más la línea y el punto de vista que corresponden a los intereses y necesidades de las masas, y explicárselos a fondo reiteradamente en el curso de la batalla política y de movilizarlas.
* La charla "Cuestiones estratégicas" es de mediados de la década pasada. El el OR publicó gran parte en una serie sobre el Frente Único bajo Dirección Proletaria (de noviembre de 1996 a febrero de 1997) y en la serie "Cómo vencer la cuesta" (de octubre de 1997 a enero de 1998). Las dos series se pueden encontrar en La Neta del OR en rwor.org.
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