A continuación, un pasaje de LO QUE LA HUMANIDAD NECESITA: La revolución, y la nueva síntesis del comunismo, Una entrevista a Bob Avakian.
Llegar a la raíz del problema, y el papel de la dirección
BA: Ahí entra al quite el papel de la dirección. Puede haber —ha habido y habrá— muchos levantamientos de masas, mucha resistencia de mucha gente a la opresión, muchas revueltas espontáneas de mucha gente, con diversas ideas, para luchar en contra, varias ideas acerca del problema y por ende la solución. Pero para llegar en serio a la raíz del problema y tener la capacidad de transformar las cosas de forma fundamental, se requiere un análisis científico de lo que es, en realidad, el problema, y de lo que es, concretamente, la solución. Esas cosas no son aparentes en lo inmediato.
Se ha hecho muchas veces una analogía —bueno, quizás se ha hecho demasiado, pero no obstante pienso que sigue siendo una analogía muy relevante— a una enfermedad. Las personas que están enfermas conocen por lo menos muchos de sus síntomas. Saben cómo se sienten. Saben que no se sienten bien. Y, si uno quiere aliviarse de esa enfermedad, es un paso importante entender cuáles son los síntomas. Pero por sí solo eso no basta. Uno tiene que acudir a alguien que entienda la ciencia de la medicina en ese caso — que tenga la capacidad de analizar profundamente cuál es el problema y de ahí cuál es la solución. Por supuesto, una persona con ese conocimiento de medicina, esa ciencia de medicina, tiene que contar con un método bueno para aprender del paciente. Tiene que hacer las preguntas adecuadas y escuchar con atención, desenvolver una relación con el paciente para realmente entender los síntomas, cómo se siente, de qué manera se siente diferente a lo normal, cuándo aparecieron los síntomas, qué otras cosas ocurrieron que quizás estén relacionadas con los síntomas, y cómo distinguir lo relacionado con los síntomas de lo fortuito. Todo eso es parte de poder aplicar un enfoque científico. Pero de ahí uno necesita dar otro salto más allá que entender los síntomas, para atinar con la verdadera causa.
Repito, de ahí surge el papel de la dirección — con la cuestión de transformar la sociedad, hacer la revolución, arrancar de raíz la opresión y la explotación, liberar la sociedad humana de los conflictos antagónicos, capacitar a los seres humanos para desarrollar una relación completamente diferente con el resto de la naturaleza, con el medio ambiente, de ser los dignos guardianes de la tierra. Eso requiere la ciencia del comunismo —como se ha desarrollado desde el tiempo de Marx a la fecha y como sigue desarrollándose continuamente— para obtener un entendimiento científico, ir más allá de la superficie y llegar a la raíz de las cosas, y hacer un análisis concreto y correcto —o correcto en lo esencial— del problema y de la solución: cuál es la causa y qué hacer para arrancar de raíz la causa de tantas cosas diferentes, en el caso de librar la sociedad de la explotación y la opresión, la guerra, la devastación del medio ambiente, etcétera….
Para que la revolución abra paso, que la humanidad se emancipe, la dirección comunista es necesaria, e indispensable
Brooks: Creo que eso nos trae de vuelta a la enorme necesidad pero también el enorme potencial de que esta nueva síntesis y esta dirección se difundan ampliamente en la sociedad y que la gente les entre. Y eso nos trae de vuelta a la necesidad de que la gente luche por ello, incluyendo los jóvenes y las nuevas generaciones que se están desarrollando que entienden lo que representan la dirección y la nueva síntesis de BA — de que salgan a luchar por ello, a luchar para que la gente le entre, a luchar por las normas de las que has hablado y a luchar para proteger y defender la dirección de BA. Creo que ahí nos trae de vuelta.
BA: Así es, porque, mira, nos trae de regreso también a lo que estábamos comentando, que mencioné en relación con el movimiento “Ocupar”, u otras cosas en el pasado, donde la gente dice: “No pueden matar una idea cuyo tiempo haya llegado” o “Podrán matar a un revolucionario pero nunca la revolución”. Bueno, esas ideas están equivocadas. Quizás hagan sentir bien en el corto plazo, pero están equivocadas. Porque, en realidad, sí es posible suprimir las ideas, por lo menos durante largos períodos, y también pueden suprimir a los movimientos basados en las ideas. Asimismo, los líderes individuales —éstos cuentan para muchísimo en la etapa actual de la historia, para que las ideas se realicen en el mundo concreto, para que se conviertan en una realidad viva y que las masas del pueblo luchen por ellas y las plasmen — los líderes, incluyendo los líderes individuales, o especialmente los que sí concentran y han forjado un entendimiento y un método avanzados, sí cuentan para muchísimo. Y si matan o reprimen a los revolucionarios, especialmente a los que juegan ese tipo de papel y representan ese tipo de dirección de alto vuelo, eso tiene un impacto enormemente destructivo y desmoralizador que de formas profundas retrasa el movimiento revolucionario.
Lo hemos experimentado a lo largo de la historia. Recuérdate que no se dio un golpe de estado en China sino hasta que murió Mao. Éste murió de causas naturales, pero cuando murió, todas las fuerzas de la contrarrevolución que habían venido cobrando fuerzas pero que se veían obstaculizadas, a un grado importante, por la autoridad revolucionaria, sí, de Mao —no solamente como un individuo sino la influencia de lo que él representaba, las ideas que él encarnaba y la aplicación concreta de esas ideas por masas de personas— todo eso de hecho servía de freno a la contrarrevolución, pero después ésta triunfó.
Ahora bien, queremos llegar al punto donde no es necesario depender tanto de unos cuantos líderes individuales. Por supuesto que sí. Pero hacer eso requiere toda una época histórica, porque para que suceda es necesario ir más allá de la etapa en que estamos — donde hay profundas contradicciones en la sociedad y el mundo que mantienen esclavizadas a las masas populares en su gran mayoría, de una forma u otra, y que no las dejan desempeñar el tipo de papel que podrán desempeñar en un mundo completamente diferente cuando hayan roto y hayan dejado de lado los grilletes que las encadenan hoy.
Es necesario alcanzar a ese mundo completamente diferente. Pero no vamos a alcanzarlo mediante puros deseos, o haciendo como que ya estuviéramos en él, o haciendo como que las personas ya jugaran un papel avanzado, como que ya tuvieran un entendimiento avanzado y un método avanzado acerca del proceso de dirigir a las personas para que lo hicieran suyo y lucharan por él, y para que estas mismas personas se desenvolvieran de modo que contribuyeran a desarrollarlo aún más — si hacemos como que no tuvieran toda la importancia que sí tienen los individuos que sí juegan ese papel, o si los atacáramos por atreverse a jugar ese papel, pues, sí, estaríamos ayudando a matar la revolución, por lo menos por un importante período de tiempo. Eso sí que importa profundamente. Así que, claro, debemos defenderlos y debemos presentar — como ya sabes, una de las resoluciones de nuestro partido sobre la cuestión de la dirección y los líderes individuales, la que nuestro Comité Central aprobó hace más de 15 años20, dice: debemos erigir un muro impenetrable alrededor de los líderes de nuestro partido, y en particular, Bob Avakian como el individuo que es el “líder de los líderes” de nuestro partido. Efectivamente, tenemos que hacerlo, y amplias masas de personas —olas cada vez mayores de gente— tienen que llegar a participar en presentar ese muro en oposición a la represión de la clase dominante.
Pero, en adición, y al mismo tiempo que se hace eso, es necesario que la gente haga suyo lo que la dirección del partido ha desarrollado colectivamente y, de manera concentrada por medio de mi dirección y el conjunto de mi obra, que luche por ello en el mundo y movilice a más personas en torno a ello — que las convenza y las movilice a luchar por ello y a ganar a otras al mismo, a fin de forjar las bases para que, cabe repetir, se gane a miles de personas y éstas lleguen a estar organizadas en torno al mismo. De ahí, cuando se madure plenamente la crisis revolucionaria, y millones y decenas de millones de personas clamen por un camino radical hacia adelante y una salida radical de todo eso, pues esos miles podrán constituirse en el núcleo de dirección para movilizar a aquellos millones y decenas de millones al movimiento para la revolución y que se diera alguna posibilidad concreta de triunfar.
Es así de importante. Se trata de lo siguiente: las masas seguirán encadenadas en estas condiciones de miseria tan incalificable y miseria innecesaria, o habrá alguna posibilidad concreta de abrir paso y llevar la humanidad hasta un lugar completamente diferente. De eso se trata todo eso, y de eso debe tratarse el papel de los individuos: contribuirle todo lo que puedan —no sólo como individuos sino como parte de un proceso colectivo, como parte de un movimiento revolucionario más amplio y, al llegar al punto de convencerse de lleno de ello, dar el salto de ingresar al partido que tiene que ser el núcleo y jugar colectivamente el papel dirigente en todo este proceso revolucionario.
20. Se refiere a las Resoluciones de 1995 sobre dirección: Sobre líderes y dirección. Constan de: Primera parte: “El partido no tiene más razón de ser que servir al pueblo, hacer la revolución”; y Segunda parte: “Algunos puntos acerca de la cuestión de la dirección revolucionaria y los individuos que la desempeñan”. El Comité Central del PCR adoptó estas dos resoluciones, las que se publicaron el 1º de octubre de 1995, con motivo del vigésimo aniversario de la formación del PCR, en el número 825 del Obrero Revolucionario (ahora Revolución). También se pueden descargar en revcom.us. [volver]