voz del partido comunista revolucionario, eu
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Revolución #50, 11 de junio 2006
En un video del noticiero ITN News (que se puede ver en worldcantwait.org), Eman Walid Abdul-Hameed, una niña de 9 años del pueblo de Haditha, Irak, mira al entrevistador con ojos llenos de un dolor que nadie debería tener que soportar. “Odio a los americanos”, le dice. “Todo el mundo los odia por lo que hicieron aquí”.
Describe lo que le pasó a su familia:
Eman (por medio de una traductora): Los soldados americanos llegaron a la casa a las 7 de la mañana. Estábamos despiertos pero todavía teníamos la ropa de dormir.
Narrador: Eman dijo que sus padres estaban inquietos porque una bomba estalló cerca de la casa esa mañana y una patrulla americana sufrió bajas. Más tarde ella se enteró de que un marine murió. Decidió que sería peligroso ir a la escuela. Su padre fue a su dormitorio a rezar, como acostumbraba cuando había peligro. En eso los marines entraron a la fuerza.
Eman: Oí explosiones cerca de la puerta. Los americanos entraron en el dormitorio donde rezaba mi papá y lo mataron a tiros. Fueron al dormitorio de mi abuelita y la mataron a ella también. Oí otra explosión. Tiraron una granada debajo de la cama de mi abuelito.
Narrador: En estas fotos se puede ver a los soldados estadounidenses cuando llegaron a Haditha después de que estalló la bomba. Eman dice que los marines que entraron a la casa estaban enojados.
Eman: Todos llorábamos, pero los americanos nos gritaban. Le gritaron a mi padre antes de matarlo.
Narrador: Eman nos muestra las heridas de metralla que sufrió ese día. Nunca olvidará la muerte de sus padres, sus abuelos, dos tíos y un primo. La suya no fue la única familia que sufrió. Nos mostraron la casa de unos vecinos acribillada de balas, donde los marines mataron a dos mujeres y cuatro niños, el menor de dos años. No se puede corroborar independientemente la versión de Eman, pero las fuerzas estadounidenses han abandonado su primera versión de los hechos: que la bomba que estalló a 150 metros mató a todos los civiles. Asimismo, los agujeros de bala indican que entraron a la fuerza, lo que desmiente la última versión: que los civiles cayeron en un fuego cruzado y que los marines los mataron por accidente. La Infantería de Marina ha pedido disculpas. Eman no las acepta.
Eman: Matan y luego piden perdón. Los odio.
En noviembre de 2005 los marines masacraron a 24 iraquíes a sangre fría en Haditha. Estados Unidos tapó el crimen y les echó la culpa a los “insurgentes”.
En un discurso al Congreso poco después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, Bush dijo:
“Los americanos se preguntan: ¿por qué nos odian? Odian lo que vemos aquí mismo en esta sala: un gobierno elegido democráticamente. Sus líderes se nombran ellos mismos. Odian nuestras libertades: libertad de religión, libertad de expresión, el derecho a votar, a reunirnos y a tener desacuerdos”.
No, Bush. Si a los estadounidenses nos odian es porque nos asocian con usted. Con sus torturas, sus masacres, sus mentiras y arrogancia. Y con lo que le hizo al pueblo de Haditha el 19 de noviembre de 2005. Y nos van a odiar hasta que les mostremos que nosotros, los que vivimos en este país, estamos escandalizados por lo que pasó en Haditha y que no toleraremos que vuelva a ocurrir y que lo sigan tapando. Los pueblos del mundo tienen que ver eso… ya.
La masacre de Haditha no es un “incidente aislado”. Es una concentración de lo que las fuerzas de ocupación hacen todos los días en Irak. La única diferencia es que esta vez se supo. Al cierre de esta edición, los medios ingleses informan que otros soldados yanquis mataron a 11 civiles en el pueblo de Ishaqi en marzo. Después, destruyeron la casa con una bomba con los cadáveres adentro. De un video de la BBC acerca de la masacre en Ishaqui:
“Los estadounidenses dicen que el edificio se desplomó durante el tiroteo y que encontraron cuatro cadáveres en los escombros. Pero la versión de la policía iraquí es muy diferente. Dice que los estadounidenses entraron en la casa antes de que se desplomara y mataron a 11 personas; tres eran niños. La casa la destruyeron después… En el hospital adonde llevaron los cadáveres, un policía dijo que todos ellos, de una abuela de 75 años a un bebé de seis meses, tienen agujeros de bala en la cabeza y el estómago. Los mataron primero y después soltaron la bomba, dijo”.
Bush dice que le “inquietan” las noticias de las masacres, pero solo porque la verdad está saliendo a la luz. En medio de todo esto, la semana pasada, mataron a una señora que iba a dar a luz y a su madre que la llevaba al hospital. Las mataron a tiros porque se metieron en el carril donde no debían cerca de un retén. Tan pronto como la Casa Blanca se absuelve de una masacre o atrocidad, se conoce otra.
Se informa que acusarán a ocho soldados de asesinar a un civil iraquí cerca de Bagdad el 26 de abril (y otros cuatro están detenidos en la base.) Lo arrastraron de su casa y lo mataron a tiros, y luego colocaron una pala y un rifle AK-47 al lado para que se creyera que era un insurgente poniendo una bomba. Pero nadie debe esperar que castiguen a los culpables o que les digan a los soldados que dejen de matar. Poco después de conocerse el video de la BBC sobre la masacre de Ishaqi, el alto mando militar anunció que absolvió a los soldados y al comandante de la unidad responsable.
El 1º de junio, un tribunal militar absolvió a un interrogador militar conocido por sus compañeros como “Monstruo” y el “Rey de la tortura” de agresión, maltrato, negligencia en el cumplimiento del deber, fumar hachís y tomar bebidas alcohólicas mientras torturaba y degradaba a los presos en el notorio centro de detención de Bagram, Afganistán. El tribunal hasta lo absolvió de tomar bebidas alcohólicas cuando estaba de turno, a pesar de que su abogado lo admitió. El Ejército retiró las acusaciones contra el único oficial acusado de maltratar a los presos en Bagram, y al único soldado que condenaron lo “castigaron” bajándolo de rango.
Absolver a monstruos, torturadores y asesinos en masa es una declaración al mundo. Es una declaración preparada por los “expertos en derecho” que anunciaron que las leyes que prohíben la tortura son “anticuadas”… por los oficiales y capellanes militares fascistas cristianos que les dicen a los soldados que están librando una guerra santa contra los infieles y que “mi dios es mayor que el suyo”… y por el secretario de Defensa, que es una gran porrista de la tortura. La ex generala Janis Karpinski, comandante de Abu Ghraib, dio testimonio en el tribunal sobre crímenes contra la humanidad perpetrados por el gobierno de Bush; dijo que vio un memorando que autorizaba usar técnicas como “posiciones para causar estrés”, o sea, obligar a los presos a permanecer de rodillas o en otras posiciones para causarles un terrible dolor. Al margen del memorando había una nota escrita a mano que decía “que se cumpla sin falta”. Quedó sobreentendido que la nota la escribió Donald Rumsfeld.
Y se cumplió.
¿Qué clase de país enseña sistemáticamente a sus tropas salvajismo, sadismo y asesinato en masa? ¿Qué clase de sistema coloca bases militares en 130 países por todo el mundo?
Es un sistema imperialista. Un sistema de saqueo global. Un sistema que se impone con una fuerza militar que, a su vez, se ceba de ese mismo saqueo. Un sistema que les roba el trabajo y los recursos a los explotados y maltratados de todas partes, quienes ven regresar en forma de bombas, masacres y marines las ganancias que producen.
Como dice el artículo de este número: “Ahora mismo, como presidente de Estados Unidos, Bush es el máximo dirigente y defensor del imperio estadounidense. Ese imperio es una red global de explotación y saqueo, en constante expansión y conflicto con las demás potencias imperialistas para conseguir una mejor posición estratégica y controlar regiones, mercados y recursos”.
Es el imperialismo yanqui y es un horror para los pueblos del mundo.
Tenemos que entender a fondo las atrocidades sistemáticas que comete Estados Unidos en Irak (y Afganistán, Guantánamo y otras partes), pero mientras tanto no podemos quedarnos callados ni consentir que cometan estas infamias en nuestro nombre. El pueblo del mundo tiene que ver que NO TOLERAREMOS LO QUE ESTÁ HACIENDO ESTE GOBIERNO.
¡Hay que protestar contra la masacre de Haditha ya! Ayuden a sus compañeros de trabajo, vecinos y compañeros de clase a hacerse oír y declarar que estamos del lado de las VÍCTIMAS de la “guerra contra el terror” de Bush y NO con las fuerzas armadas.
Repartan este artículo en la internet, por toda su ciudad o pueblo, y por todo el mundo, para que se vea que aquí hay millones resueltos a PARAR a Bush y todo el programa que concentra.
El afiche de la contraportada de este número tiene que verse por todas partes. Exhorten a todos a oponer resistencia política y a forjar, con la gran urgencia que exigen los sucesos de Haditha, un despliegue de resistencia increíblemente masivo el 5 de octubre, resuelto a SACAR CORRIENDO al gobierno de Bush.
La convocatoria de El Mundo No Puede Esperar, Hay que Sacar Corriendo al Gobierno de Bush dice:
“Jueves, el 5 DE OCTUBRE DE 2006: Todo el día y entrada la noche, en todo el país, hay que romper decisivamente la parálisis que todavía se apodera demasiado de la vida política del país.
“Saliendo del trabajo, saliendo de las clases, paralizando las universidades y juntándonos en grandes mítines, hay que dejar claro ante el país y el mundo que:
“— Millones de nosotros rechazamos este gobierno ilegítimo que es tan criminal como es peligroso para la humanidad y la existencia del planeta.
“— Rechazamos acostumbrarnos a un clima político que es cada día más aterrador y reaccionario.
“Nosotros somos quienes hemos esperado”.
Esta convocatoria es un plan radical, pero la alternativa es dejar que cometan más Hadithas en tu nombre.
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Revolución #50, 11 de junio 2006
La necesidad de basarnos firmemente en una cosmovisión proletaria y aplicarla sistemáticamente, en el sentido más amplio, a diferencia de una versión de idealismo burgués o pequeñoburgués, nos lleva de nuevo al tendero y al intelectual democrático, que han pasado a ser personajes familiares, mas no son viejos amigos. [risas] El intelectual democrático, y lo que representa su visión del mundo, no puede dirigir una lucha revolucionaria profunda; y, en los comunistas, esa visión del mundo es revisionismo (reformismo, pactar con el sistema capitalista-imperialista y en última instancia apoyarlo, bajo capa de comunismo).
Lenin mencionó ese fenómeno hablando de gente como Mark Twain durante la guerra que Estados Unidos libró contra Filipinas a finales del siglo 19. Twain se oponía vehementemente a la guerra y a las atrocidades que cometió Estados Unidos, pero Lenin señaló que lo hacía desde el punto de vista de la pequeña burguesía, que quiere eliminar los excesos y las atrocidades que reconoce, pero no ve la necesidad de transformar la base material de todo esto, la base material de donde emanan: el sistema imperialista y el modo de producción capitalista.
Lenin hizo otro comentario muy importante con relación a nuestros viejos amigos, el intelectual democrático y el tendero. [risas] Dijo que el capitalismo pone en las manos de los individuos, en forma de mercancías y capital, los objetos producidos por toda la sociedad. Hoy más que nunca este es un fenómeno mundial. Vale la pena repetir esto: el capitalismo pone en las manos de los individuos, en forma de mercancías y capital, los objetos producidos por toda la sociedad… y más y más al nivel mundial. Así que hay gente que piensa que ha ganado por su propio trabajo todo lo que tiene, que cree que tiene el derecho inalienable a todo lo que ha acumulado (incluso si solo se trata de artículos de consumo, y no de capital), y no ve (o cierra los ojos para no ver) todo el proceso de acumulación por medio del cual se crea socialmente toda esa riqueza (de la cual posee una parte). Lenin afirmó que mientras fuera así, mientras exista la producción de mercancías (y especialmente en el capitalismo, que generaliza la producción de mercancías), existirá el fenómeno que Marx describió como el fetichismo de la mercancía. Bueno, no se refería a relaciones sexuales desviadas, sino a invertir la realidad: a ver lo que fundamentalmente son relaciones entre seres humanos, relaciones sociales, como relaciones entre cosas, y no ver los procesos y la división del trabajo subyacentes (que en el mundo de hoy ocurren a nivel mundial) por medio de los cuales se producen y se distribuyen.
Esto se refleja hasta en el pensamiento: “Voy a ver al peluquero”, porque esa persona es la personificación de la mercancía que uno va a comprar. “Voy a ver al peluquero, voy a ver al tendero, voy a ver al carnicero” (cuando los carniceros tenían sus propias carnicerías, en vez de ser empleados de los grandes supermercados, en países como Estados Unidos). En una sociedad donde predomina la producción y distribución de mercancías, los seres humanos contraen relaciones que parecen ser relaciones entre cosas, y cuando uno quiere una cosa tiene que tener otra cosa para comprarla, que por lo general es el dinero, que no es nada más que la forma universal y materializada del intercambio de mercancías. Si recuerdo bien, en Los viajes de Gulliver, Jonathan Swift presenta una sociedad ficticia en que todo mundo cargaba palabras, como objetos físicos, pues no había lenguaje con abstracciones. Bueno, de modo similar, si uno tratara de cargar todas las mercancías que se comercian en el mundo, ¡sería sumamente difícil! Por eso existe el dinero.
Engels dijo algo importante acerca del dinero. Si recuerdo bien la expresión en latín, el dinero “non olet”: “no huele”. ¿Qué significa? Que no dice de dónde viene ni adónde va: cómo se produjo, por qué medios, en qué condiciones y para qué se utilizará. ¿Se utilizará simplemente para intercambio de mercancías, o se utilizará para comprar la única mercancía, la fuerza de trabajo (la capacidad de trabajar), que puede crear más riqueza? Por eso Engels decía: mientras exista el dinero, existe el potencial de que surja el capitalismo en el mundo, porque el dinero “no huele”, no nos dice cómo se acumuló ni para qué se utilizará.
Así que en una sociedad como esta (una sociedad de producción y distribución generalizada de mercancías, de fetichismo generalizado de la mercancía), los individuos piensan que ellos hicieron lo necesario para adquirir las cosas que tienen. No reconocen los procesos generales fundamentales por medio de los cuales esa riqueza se crea y de acuerdo a los cuales se distribuye. Esto lo mencioné en la charla Revolución: que en los países imperialistas mucha gente flota en una fuente de riqueza acumulada. ¿Cómo pudieron Steve Wozniak y Steve Jobs ponerse a jugar con computadoras en su garaje y a la larga crear la compañía Apple, mientras que a su edad los jóvenes de Pakistán, Honduras, Tailandia y Egipto ya llevan trabajando 10 años, 12 horas al día, siete días a la semana, para producir las mercancías de las cuales disfrutan Wozniak, Jobs y millones de personas como ellos? Como he dicho: si no creen que este es un sistema imperialista, si no ven que el imperialismo ha estampado toda la sociedad con el sello del parasitismo, pues vayan a casa y tiren a la basura toda la ropa que no se produjo en Estados Unidos (lo que en realidad quiere decir toda la ropa producida en condiciones de explotación extremas, no “normales”, y de explotación de niños en el tercer mundo). Tiren toda esa ropa y quédense solo con la que no se produjo en esas condiciones. ¿Tendrán algo para salir de la casa? ¿Tendrán algo que ponerse? Nada más miren las etiquetas de la ropa y verán qué clase de sistema es: un sistema internacional de explotación, que impone las formas más extremas de explotación, como el trabajo infantil, por todo el tercer mundo. Esto se entrelaza con lo que dije en esta charla sobre la relación entre el imperialismo y la democracia burguesa (y la socialdemocracia) de la que hablé en otra parte de esta charla.1
Lenin señaló que el capitalismo y la producción y el intercambio de mercancías obligan a calcular con la tacañería de un avaro: ¿qué tengo yo en comparación con lo que tú tienes? ¿Qué recibo a cambio de lo que doy? Así se tiene que calcular, no debido a una naturaleza humana inmutable sino a la situación y las fuerzas que moldean la vida (y las ideas que eso suscita y refuerza) dentro de los confines del sistema capitalista y su cosmovisión.
Un punto de vista pequeñoburgués no puede ver más allá del fetichismo de la mercancía, no puede ir más allá de ver las relaciones entre seres humanos como una relación entre cosas, entre mercancías. No puede rebasar el estrecho horizonte del derecho burgués; su concepción teórica de la sociedad y de cómo debe ser no puede ir más allá que nuestro viejo amigo el tendero, en la vida diaria. Es por eso que se necesita una revolución proletaria, con toda la complejidad que he estado detallando y no en un sentido lineal, mecanicista o economicista.
Pero aquí hay un punto básico: no se puede hacer la revolución —la revolución comunista— basándose en los pequeños empresarios aislados (y los demás sectores medios). Sí, tenemos que convencer a la mayor cantidad posible de que apoyen la revolución, pero no la vamos a hacer basándonos en ellos, ni defendiendo sus intereses materiales y su punto de vista, ante los grandes capitalistas (las corporaciones, etc.), que es la obsesión de gran parte de “la izquierda” en estos días. Tampoco se puede llegar al comunismo por medio de las interacciones no coordinadas de individuos atomizados. El comunismo y la revolución comunista no serán un gran mercado de las pulgas ni un gran bazar mundial… Como dije antes, esa noción tiene más en común con Adam Smith que con Marx. Así que esto subraya lo importante que es una visión materialista, materialista dialéctica, de la revolución y el comunismo, a diferencia de una visión utópica-idealista.
Regresemos una vez más a Engels y El origen de la familia, la propiedad privada y el estado, donde dice algo muy importante: “…ninguna sociedad puede ser dueña de su propia producción de un modo duradero ni controlar los efectos sociales de su proceso de producción si no pone fin al cambio [el intercambio de mercancías] entre individuos”. Esto se relaciona con la anarquía de la producción e intercambio de mercancías. Vale la pena repetir eso: “…ninguna sociedad puede ser dueña de su propia producción de un modo duradero ni controlar los efectos sociales de su proceso de producción si no pone fin al cambio [el intercambio de mercancías] entre individuos”. Esa declaración de Engels concentra un conocimiento profundo, desde una perspectiva materialista, de la sociedad humana, su desarrollo histórico y su potencial. No voy a adentrarme más en ella aquí; me limitaré a subrayar el valor y la importancia de reflexionar sobre su profundo significado.
A partir de lo que ya dije, quiero hablar más sobre la contradicción entre los individuos con relación a la colectividad y la cooperación, y los individuos con relación al bien común de la sociedad. Esto requiere captar firmemente el aspecto principal sin borrar ni hacer caso omiso del aspecto secundario (y darle el debido peso y expresión). Estas contradicciones entre los individuos, por un lado, y la colectividad y la cooperación, por el otro, y entre los individuos y el bien común de la sociedad las he abordado en varias charlas y escritos, entre ellos “Grandes objetivos y gran estrategia”2 y en la discusión sobre epistemología.3
En la discusión sobre epistemología, dije que hay que trabajarle más a estos temas y mencioné el libro A Theory of Justice (Una teoría de la justicia) de John Rawls. En ese libro Rawls se propone esbozar los rasgos de una sociedad justa. No dice que tal sociedad haya existido ni que haya evolucionado históricamente; se propone definir cómo sería y cuál debe ser la meta. En ese contexto, se pone a polemizar contra los utilitarios, como John Stuart Mill, o gente como Jeremy Bentham más que Mill; dice: “La justicia niega que la pérdida de libertad en el caso de algunas personas se justifica por el bien común que comparten los demás… en una sociedad justa, se dan por sentadas las libertades básicas, y los derechos conseguidos por la justicia no se someten a la negociación política o al cálculo de intereses sociales”. Nótese: “los derechos conseguidos por la justicia no se someten a la negociación política o al cálculo de intereses sociales”. Más tarde, hablando de “los dos principios de la justicia”, Rawls escribe (aparentemente en oposición a varios tipos de utilitarismo): “Primero: cada persona tiene el mismo derecho al conjunto más amplio de libertades básicas compatible con un conjunto similar del cual disfrutan los demás”. ¿Suena familiar? ¿No les recuerda lo que decía Immanuel Kant? “Segundo: las desigualdades sociales y económicas se deben disponer de modo que a) haya una expectativa razonable de que les convengan a todos, y b) se apliquen a posiciones y cargos a la disposición de todos”, y no sean propiedad exclusiva de algunos. “Estos principios”, continúa, “se deben disponer en orden empezando con el primero, así que incumplir las libertades iguales básicas que ampara el primer principio no se puede justificar, o compensar, con mayores ventajas sociales o económicas”. [Rawls, A Theory of Justice, The Belknap Press of Harvard University, Cambridge, Massachusetts, 1999, revisado de la edición de 1971, pp. 25, 53-54, énfasis mío]
En esencia lo que dice es: el bien social común no justifica restringir los derechos de algunos ni dar más “libertades básicas” a una parte de la sociedad y no a otras. ¡Adiós, dictadura del proletariado!
Ahí se ve la naturaleza fundamentalmente idealista y ahistórica de estos principios y del punto de vista que expresan. Pensando en la primera parte de esta charla, cuando hablé del movimiento y el desarrollo de la sociedad por medio de la expresión y el dinamismo de las contradicciones entre las fuerzas y las relaciones de producción, y la base y la superestructura; pensando en el comentario de Marx de que cada generación hereda las fuerzas productivas de la generación anterior, y en la discusión de la necesidad y la libertad (y de que esta consta de la transformación de aquella); pensando en todo esto, se puede ver que la noción de Rawls es totalmente idealista y ahistórica, que no corresponde al desarrollo social y el surgimiento de las clases y del estado, ni a lo que han sido en realidad las consecuencias del desarrollo de la sociedad de clases.4 Se puede ver que esto es fundamentalmente ahistórico e idealista. Si aplicamos el materialismo histórico y captamos cómo ha evolucionado la sociedad, no cabe duda de que no es posible aplicar estos principios de justicia de Rawls con igualdad a los individuos de la manera que describe.
En oposición a esta orientación está la orientación comunista de ubicar todo esto en el contexto de determinadas relaciones sociales y de producción (y, en la sociedad de clase, las relaciones de clase), y el reconocimiento de que, en una sociedad dividida en clases, hay puntos de vista distintos y fundamentalmente opuestos del “bien social” (qué es y cómo lograrlo) y de la relación de los individuos al bien social. Una vez más quiero regresar a lo que dije antes, que todas las clases, y especialmente todas las clases dominantes, identifican los intereses generales de la sociedad con sus propios intereses de clase. En oposición a eso está la orientación comunista de reconocer correctamente el criterio de realizar el bien social común como el aspecto principal, sin negar el aspecto secundario pero muy importante de no pisotear a los individuos y la individualidad, sino darle la expresión más amplia posible a la individualidad en el marco social, colectivo y de cooperación. Una vez más regresamos al punto de Marx de que “el derecho no puede ser nunca superior a la estructura económica ni al desarrollo cultural de la sociedad por ella condicionado”. Y con el ejercicio del poder estatal por el proletariado, dirigido por su vanguardia, es importante (este es otro tema que sospecho que será polémico en el movimiento comunista internacional, o es una ruptura con a lo mínimo una parte de la práctica de los estados socialistas), repito, es importante no someter a los individuos, ni siquiera a los individuos de la antigua clase dominante (y demás contrarrevolucionarios sojuzgados), a represión y restricción arbitrarias de derechos individuales, expresión, etc.
Esto se relaciona con otra parte de esta charla sobre el “imperio de la ley” y una Constitución, porque si se suprime y se les quitan arbitrariamente los derechos a los representantes de la antigua clase dominante y los demás contrarrevolucionarios, o quienes se cree que son contrarrevolucionarios, se abre la puerta a lo mismo por toda la sociedad, inclusive entre el pueblo, al capricho de quien tenga las manos en las palancas del poder en un momento dado. Por eso se necesita una Constitución y el “imperio de la ley” en la sociedad socialista.5
Todo esto se relaciona con una visión comunista, no burguesa, y materialista(materialista dialéctica), no idealista y metafísica, de la libertad. Es importante que captemos y apliquemos esto sin caer en el utilitarismo e instrumentalismo, que dicen que se debe hacer lo que concuerde con el bien social común, sin importar lo que les pasa a los individuos.
Como ya hablé de esos puntos, aquí quiero subrayar que, incluso ahora, antes de que se establezca un nuevo estado proletario en el mundo (y, en realidad, para fortalecer la base para establecer tal estado, dondequiera que se presente la posibilidad primero, por medio de la lucha revolucionaria para conquistar el poder), y para que el estado socialista esté al servicio, tan cabalmente como sea posible, de la meta final de avanzar al comunismo, queda mucho por investigar y sintetizar en cuanto a la relación entre los individuos y el bien social común y en cuanto a la experiencia histórica de la dictadura del proletariado. Por otro lado, creo que los principios que he descrito, y las contradicciones que he identificado como esenciales, con relación a esto, son partes importantes de la base del trabajo que queda por hacer.
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Captar que la libertad es el reconocimiento (y la transformación) de la necesidad y que “el derecho no puede ser nunca superior a la estructura económica ni al desarrollo cultural de la sociedad por ella condicionado”, y lo que acabo de decir para refutar la teoría de la justicia de Rawls tanto como el “imperativo categórico moral” de Kant,6 todo esto, en conjunto, sienta una base para captar más cabalmente el punto de vista comunista de la libertad, en contraste con el punto de vista burgués. No voy a decir más sobre esto aquí; lo dejaré para reflexionar y discutir.
Pero lo que quiero subrayar aquí es que todo esto, o sea la relación (y contradicción) entre el individuo y la colectividad, y los individuos y el bien social común, hace pensar en el punto del paracaídas.7 Como recalqué, es muy importante reconocer que habrá mucha diversidad cuando el paracaídas “se vuelva a abrir”, tras la conquista y la consolidación del poder por la revolución proletaria. Habrá clases y agrupamientos sociales diferentes, y habrá muchos individuos con diferentes características e inclinaciones; y manejar correctamente esas contradicciones, de los distintos modos y niveles en que se expresan, y su compenetración, es parte de la complejidad de dirigir la lucha en un país dado como parte del avance mundial al comunismo.
1. Esto se explora en “Puntos sobre el socialismo y el comunismo: Una clase de estado radicalmente nuevo, una visión radicalmente diferente y mucho más amplia de libertad”. La parte sobre estos temas se publicó en Revolución #43, 16 de abril de 2006.
2. “Grandes objetivos y gran estrategia” es una charla de Bob Avakian de finales de la década pasada. Unos pasajes de esa charla salieron en el Obrero Revolucionario #1127-1142 (del 18 de noviembre de 2001 al 10 de marzo de 2002). La “Conversación de Bob Avakian con unos camaradas sobre epistemología: Sobre conocer, y cambiar, el mundo” salió en el Obrero Revolucionario #1262, 19 de diciembre de 2004.
3. La “Conversación de Bob Avakian con unos camaradas sobre epistemología: Sobre conocer, y cambiar, el mundo” salió en el Obrero Revolucionario #1262, 19 de diciembre de 2004.
4. El autor habla de estos temas en “Puntos sobre el socialismo y el comunismo: Una clase de estado radicalmente nuevo, una visión radicalmente diferente y mucho más amplia de libertad”. La parte sobre estos temas se publicó en Revolución #43, 16 de abril de 2006.
5. La cuestión del “imperio de la ley” y de las constituciones en la sociedad socialista se explica en el pasaje de “Puntos sobre el socialismo y el comunismo: Una clase de estado radicalmente nuevo, una visión radicalmente diferente y mucho más amplia de libertad” que salió en Revolución #42, 9 de abril de 2006.
6. El “imperativo categórico moral” de Kant (que el ser humano nunca debe ser un medio para llegar a un fin, sino un fin en sí mismo) se menciona en el pasaje de “Puntos sobre el socialismo y el comunismo: Una clase de estado radicalmente nuevo, una visión radicalmente diferente y mucho más amplia de libertad” que salió en Revolución #43, 16 de abril de 2006.
7. “La base, las metas y los métodos de la revolución comunista, segunda parte”, Revolución #47, 21 de mayo de 2006.
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Revolución #50, 11 de junio 2006
¿No estás pensando en tener un niño? Al Centro de Control de Enfermedades (Center for Disease Control, CDC) le vale. En su opinión, si eres una de las 62 millones de mujeres del país en edad reproductiva, estás pre-embarazada. Eres una matriz. Una futura incubadora.
Además, en opinión del CDC, los médicos, el gobierno, la prensa y los cruzados culturales deben unir fuerzas para hacer que te prepares para el embarazo.
Un nuevo informe del CDC da medidas detalladas de intervención en la vida, los servicios médicos y la conducta de todas las mujeres “desde la menarquia hasta la menopausia, que pueden tener niños, aunque no lo estén pensando”.
El informe se queja de que la mitad de los embarazos no se planean y de que la madre puede hacerle daño al feto desde el momento de la concepción hasta que se da cuenta de que está embarazada. Al CDC no le importa en absoluto facilitar que la mujer pueda planear el embarazo o que pueda terminar un embarazo no deseado. En el informe de 43 páginas no se habla ni una vez de control de la natalidad ni del aborto electivo.
En cambio, el CDC se sumerge en la lógica del movimiento contra el aborto: la lógica que dice que el desarrollo de un feto, es decir, un ser humano en potencia, es más valioso e importante que la vida de la mujer en la cual se desarrolla ese feto. Ahora el CDC lleva esa lógica más lejos: dice que la vida en potencia de un feto que todavía no existe es más importante que la vida de la mujer.
¿Pero qué es un feto? No es más que un ser humano en potencia, que solo puede llegar a ser un ser social independiente siendo una parte subordinada del cuerpo de la mujer y de sus procesos biológicos durante meses.
Es alarmante que haya tanta confusión sobre el hecho de que la vida de una mujer formada (y su voluntad) es más valiosa que esa parte subordinada de su biología. También es un indicio de adónde va la situación si no proclamamos con furia e indignación por toda la sociedad que “¡La mujer NO es una incubadora!”.
El CDC recomienda un cambio radical de los servicios de salud de modo que cada vez que una mujer vaya al médico, este “intervenga” para que ella esté preparada para el embarazo. ¿Llevas al médico a tu bebé para que lo vacunen o a tu hijo de ocho años porque tiene fiebre? El médico puede “intervenir” en tus hábitos alimenticios, peso y conductas de riesgo. ¿Tienes diabetes o epilepsia y estás buscando tratamiento médico? El CDC dice: “Separar la maternidad del tratamiento de los problemas crónicos y de las enfermedades infecciosas les causa un riesgo innecesario a la mujer, sus futuros embarazos y sus futuros hijos”.
Además, el CDC dice que las actitudes hacia la maternidad y hacia la preparación para la maternidad están “influenciadas por las experiencias de la infancia y las normas sociales imperantes”. Como consecuencia, recomienda una cruzada cultural y de los medios de comunicación para cambiar las “actitudes públicas” y destacar “la importancia de conductas saludables previas a la concepción”, como no fumar, no beber alcohol, comer bien y no subir de peso.
Prepárense para que los fanáticos religiosos que ahora se paran en las puertas de las clínicas de aborto vayan a molestar a las mujeres que entran a bares, fuman o comen en McDonald’s. Prepárense para ver juicios de mujeres por delitos contra sus futuros fetos. Prepárense para que a las mujeres las vigilen sus propios médicos y empleados de “educación, vivienda y planificación urbana”. Y prepárense para un clamor de que hay que separar o esterilizar a las mujeres que no están en condiciones de tener hijos, según la opinión de entidades del estado u otras organizaciones.
¿Demasiado extremo? ¡Abran los ojos y miren bien!
Ya hay un movimiento de abogados teócratas que respalda a un movimiento de farmacéuticos fundamentalistas que se niegan a despachar anticonceptivos. Un segundo estado, Louisiana, ha prohibido el aborto (igual que Dakota del Sur), y el senador Tom Coburn y otros piden la pena de muerte para los que practican abortos. Ya han metido a la cárcel con leyes de “protección” al feto a mujeres que se han inducido un aborto o a personas que las han ayudado, ante la carencia de servicios de salud legales.
Consideremos que el reverendo Thomas J. Euteneuer, director de Human Life International, ha dicho que las leyes altamente represivas de El Salvador contra el aborto son “una inspiración”. Allí, “en caso de que un aborto se complique y el médico tenga que hacer una histerectomía, mandan el útero al Instituto Forense, donde los médicos del gobierno lo analizan y lo guardan como evidencia contra la mujer” (revista del New York Times).
Pensemos que el comandante en jefe George W. Bush ha recibido y apoya al grupo “Snowflakes”, un movimiento fundamentalista que busca mujeres para que incuben todos los embriones congelados que no se usan en las clínicas de fertilidad (que normalmente se desechan). Luego, sacan fotos de esos bebés con el presidente para proclamar que todas las mujeres deberían ofrecer su útero para “salvarlos”.
El CDC dice que le preocupa la alta mortalidad infantil de los niños de madres pobres que no tienen seguro, pero eso es puro cuento. Es verdad que la mortalidad infantil de los niños negros de Brooklyn es como la de muchos países del tercer mundo, pero las propuestas del CDC tienen implicaciones potencialmente genocidas.
Recomienda fuertes intervenciones en la vida de las mujeres que tienen alto riesgo por factores como raza y situación económica; pero el objetivo de las “intervenciones” no es cambiar las condiciones que causan pobreza, mal servicio médico o violencia doméstica, sino meterse más en la vida íntima y en todos los aspectos de la vida de millones de mujeres pobres.
No olvidemos la vergonzosa historia de este país de quitarles los niños a los amerindios porque no eran “buenos padres”. Ni olvidemos la esterilización de las mujeres negras y puertorriqueñas que iban a los hospitales de beneficencia a dar a luz.1
El informe del CDC presenta una posición inmoral contra la mitad de la humanidad. Es necesario contestarle: que los científicos y los médicos critiquen sus recomendaciones; que los historiadores y científicos sociales expliquen lo que pasó en la Alemania nazi cuando declararon que todas las mujeres eran reproductoras; y más que todo, que millones de mujeres y hombres furiosos clamen que no nos dejaremos llevar a un mundo donde el estado y la religión controlan la reproducción y la vida de la mujer.
1. Esto continuó hasta los años 70. Se documenta en Killing the Black Body: Race, Reproduction and the Meaning of Liberty, de Dorothy Roberts, y en Judith A.M. Scully, “Maternal mortality, Population Control, and the War in Women's Wombs: A bioethical analysis of quinacrine sterilizations”, en 19 Wisconsin International Law Journal 103.
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Revolución #50, 11 de junio 2006
¿Qué significa el imperialismo para los pueblos del mundo?
Significa que enormes monopolios e instituciones financieras controlan los sistemas económicos y políticos de países y del mundo entero.
Significa que los capitalistas explotan y oprimen a miles de millones de personas por todo el planeta.
Significa guerra: para aplastar la resistencia y rebelión de los oprimidos, y entre los estados imperialistas rivales.
Significa que los países imperialistas tienen el poder de aniquilar todo el planeta con un botón nuclear.
En el capitalismo, la comida, la ropa, los artículos de primera necesidad y todo lo demás se produce socialmente. Es decir, millones de personas tienen que trabajar juntas para producir todas esas cosas. En general, no las producen individuos, pequeños talleres y ni siquiera pequeñas fábricas. Hoy la producción de bienes tiene dimensiones globales. Para ver esto, basta examinar las etiquetas de la ropa, los juguetes, la comida, etc. En muchos casos, hasta la producción de un solo artículo se da en varios países. Por ejemplo, el algodón de una camisa se cultiva en un país, la tela se hila en otro y la camisa se cose en otro.
Pero el fruto de ese trabajo se lo apropian privadamente los dueños, las empresas y las corporaciones capitalistas.
Esta contradicción, entre la producción socializada y la apropiación privada, es la contradicción fundamental del capitalismo: es lo que más define y determina el movimiento y el desarrollo de la sociedad hoy, donde el sistema capitalista domina el globo.
Hoy hay una expresión extrema y grotesca de todo esto. Se llama George W. Bush.
¿Por qué decimos esto?
Primero, pensemos en el hecho de que Bush tiene el dedo en el botón nuclear (o como él dice, el botón “nu-cu-lar”). Como comandante en jefe de las fuerzas armadas, Bush tiene el poder de destruir grandes extensiones del planeta.
¿Qué relaciones económicas y políticas del mundo han llevado a la situación en que él tiene tanto poder?
Ahora mismo, como presidente de Estados Unidos, Bush es el máximo dirigente y defensor del imperio estadounidense. Ese imperio es una red global de explotación y saqueo, en constante expansión y conflicto con las demás potencias imperialistas para conseguir una mejor posición estratégica y controlar regiones, mercados y recursos.
Es un imperio que tiene 5,000 miles de millones de dólares de inversiones en el extranjero, que extrae grandes ganancias de los países del tercer mundo por medio de superexplotación, y que hunde a miles de millones de personas en la pobreza y apenas les deja su capacidad de trabajar un día más. Es un imperio que extiende los tentáculos de influencia y control por medio de instituciones globales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización de Comercio Mundial. Subordina a las naciones oprimidas del tercer mundo a sus necesidades económicas e intereses estratégicos con poderío militar, poder político, dominación económica y gobiernos neocoloniales que controla y apuntala con ayuda militar y económica.
Demos un vistazo a la contradicción entre la producción socializada y la apropiación privada y su relación con el hecho de que Bush tenga el dedo en el botón nuclear.
La gran tecnología avanzada y la capacidad productiva que existen hoy son una consecuencia del trabajo colectivo de millones de personas por todo el mundo. Pero todo esto está bajo la dominación y el control de un pequeño puñado de personas en un puñado de países, de los cuales Estados Unidos es el más rico y poderoso.
Más que cualquier otra clase en el mundo, esta clase dominante (con Bush en la cúpula) ha amasado un tremendo poderío militar para apuntalar este sistema.
¿De dónde viene ese poderío?
Echémosle un vistazo a la historia de Estados Unidos:
Guerras. Exterminio de los pueblos indígenas. Secuestro y esclavitud de africanos. Conquista y robo de territorio. Invasión, colonización, saqueo, ocupación, explotación y dominación.
Con la explotación de todos los rincones del planeta, la clase dominante estadounidense ha amasado tremendas riquezas. Una parte significativa de esa fortuna se ha destinado a emplear científicos que inventen armas, a producirlas, y a entrenar y formar un ejército que las utilice. En 1965, el 20% de la producción se destinaba a las fuerzas armadas. En 1985, 20-30% de los ingenieros y científicos participaban en el desarrollo de tecnología militar. Esas armas de destrucción masiva se usan para dominar a los mismos pueblos que han proporcionado la fundación material con la cual se ha construido este imperio.
¿Cómo es eso hoy? ¿Es verdad que el mundo actual es sumamente desigual? ¿Que un puñado de países ricos y poderosos, especialmente Estados Unidos, domina, explota y oprime los países pobres de África, Asia y Latinoamérica?
Hoy en el mundo existen la riqueza, la tecnología y los recursos (contando el potencial humano) para eliminar la pobreza, la enfermedad, la desnutrición, el desempleo y la falta de vivienda. NO hay ninguna razón para que la humanidad no pueda empezar a crear una sociedad donde las masas trabajan juntas y transforman el mundo y a sí mismas… No hay ninguna razón FUERA de que un pequeño puñado controla los medios de producción y tiene una enorme máquina militar para aferrarse a ellos. El sistema imperialista condena a las masas a un sinfín de explotación, sufrimiento y represión violenta si se rebelan.
¿Y quién preside la potencia imperialista más rica y poderosa, con la fuerza militar más potente? Un sádico demente que dice que dios lo escogió para transformar el planeta. Un monstruo que ya ha asesinado a docenas de miles de personas en aras de los intereses del imperialismo estadounidense. George Bush, el representante de la clase dominante estadounidense, que está en la cima de toda la clase de imperialistas que dominan el planeta, tiene el poder de lanzar enormes armas de destrucción masiva y bombas nucleares.
Es por eso que decimos que George Bush es una expresión extrema y grotesca de la contradicción fundamental del imperialismo.
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Revolución #50, 11 de junio 2006
Por primera vez en 25 años Washington ha aceptado negociar directamente con la República Islámica de Irán, junto con Inglaterra, Francia y Alemania, sobre el presunto programa de armas nucleares de Irán. Estados Unidos participará solo si Irán acepta suspender primero su programa de enriquecimiento de uranio.
La secretaria de Estado hizo el anuncio el 31 de mayo y la prensa imperialista ha aplaudido a la Casa Blanca por su cambio de posición; ha dicho que es un triunfo del “realismo” y de la diplomacia, y que podría evitar una guerra con Irán.
Sin embargo, examinando las demandas, los motivos y la evolución de este ajuste táctico de la Casa Blanca, se ve que:
* el objetivo de esta maniobra es ponerse en una posición más fuerte para confrontar a Irán, por las armas si es necesario, y representa una aceleración de esa confrontación;
* aunque el aumento de las contradicciones regionales y globales a raíz de la invasión y ocupación de Irak ha llevado a Washington a ajustar sus tácticas, sin embargo, el objetivo estratégico de mayor dominación y transformación del Medio Oriente como parte de un plan general global sigue firmemente en pie;
* las afirmaciones de la Casa Blanca de que Irán está violando el Tratado de No Proliferación Nuclear (que le da el derecho de producir energía nuclear) y de que solo busca impedir que Irán construya armas nucleares son mentiras; el objetivo fundamental es un “cambio de gobierno” que contribuya a la “transformación” imperialista de la región del golfo Pérsico; y el desenvolvimiento de las contradicciones de la región ha aumentado la necesidad de ese “cambio de gobierno” para Washington.
* el grave peligro de intervención, intimidación, ataques militares y/o guerra contra Irán (ver Revolución #44) sigue presente, y tiene el potencial de agudizar graves contradicciones y de desatar grandes tormentas en el golfo Pérsico, en la región y en el mundo, e inclusive en Estados Unidos.
* todo ataque contra Irán, sea cual sea el estado de su programa nuclear, sería una agresión reaccionaria y criminal contra los intereses del pueblo iraní, del pueblo estadounidense y de todo el mundo, y es urgente desenmascarar y atacar todos los preparativos de guerra.
Las actuales tensiones entre Estados Unidos e Irán se vienen gestando desde la caída del sha (un odiado títere yanqui) en 1979 y el ascenso al poder del ayatola Jomeini y los clérigos islámicos. Aunando los intereses feudales y de la burguesía compradora, estos establecieron una nueva teocracia represiva, la República Islámica de Irán, y reprimieron violentamente a las fuerzas progresistas, revolucionarias y comunistas. Impusieron o fortalecieron sofocantes relaciones feudales y patriarcales, especialmente a la mujer. Reprimieron despiadadamente el disentimiento y las protestas. Controlaron estrictamente la vida intelectual y preservaron el capitalismo.
Por más que posaran de antiimperialistas, los ayatolas no buscaban zafar a Irán del yugo imperialista, sino “renegociar” la posición de Irán en la región: no ser solo un gendarme regional leal como en tiempos del sha; no tener relaciones solo con Estados Unidos; y limitar la entrada de capital y cultura del extranjero (que debilitan las relaciones sociales y la ideología feudales). Coquetearon con otras potencias imperialistas, trataron de utilizar las corrientes revolucionarias y antiimperialistas, apoyaron ciertas organizaciones palestinas y a Hezbolá en Líbano (que Estados Unidos e Israel consideran enemigos), y empezaron a construir en secreto plantas de energía nuclear y quizá de armas nucleares para alcanzar esos objetivos, lo que se supo en 2003. Todo esto ha puesto a los ayatolas en conflicto con las metas de Estados Unidos en la región.
Estados Unidos no ha tenido relaciones diplomáticas con Irán desde 1979 y ha tratado de aislarlo y controlarlo por medio de acciones secretas, amenazas militares y sanciones económicas, pero Irán ha permanecido fuera de su órbita. El tamaño de Irán, su cuantiosa población, sus enormes reservas de petróleo y gas natural, y su posición estratégica (en el golfo Pérsico y en el flanco sur de Rusia), han hecho que esta situación sea muy problemática para Estados Unidos.
Condoleezza Rice declaró hace poco: “Quizá el mayor desafío que tenemos es Irán, cuya política gubernamental busca forjar un Medio Oriente que estaría a 180 grados del Medio Oriente que nosotros quisiéramos ver”. En realidad, el Medio Oriente que quisiera ver Estados Unidos no está a 180 grados del que quisieran los ayatolas de Irán: los dos quieren un Medio Oriente en que el imperialismo manda la parada (¡y los dos quieren que predomine la religión oscurantista, fundamentalista, en la región y en Estados Unidos!). Lo que Rice quiere decir ES que Estados Unidos no tolerará una región con gobiernos que no se le sometan totalmente o que traten de negociar con las potencias rivales.
Cuando el equipo de Bush llegó al poder, decidió cortar a la fuerza el nudo de contradicciones del Medio Oriente (y del mundo) y transformar la situación conforme a las necesidades e intereses estratégicos de Estados Unidos.
Como su objetivo no era mantener el statu quo regional, sino, como ha analizado Bob Avakian, “reconfigurar la situación mundial” en el Medio Oriente y demás, lo que antes les parecían problemas difíciles, como la República Islámica, ahora les parecen obstáculos intolerables. Por eso resolvieron que Irán, miembro honorario del “eje de la maldad”, necesita un “cambio de gobierno”.
Primero atacaron a Irak, un blanco mucho más débil. Pero tenían la esperanza de que la conquista de Irak sacudiera la región, intimidara a los gobiernos ariscos y provocara su capitulación o colapso (junto con otras medidas). Al concluir la invasión de Irak, el subsecretario de Estado John Bolton (ahora embajador a las Naciones Unidas) advirtió: “Tenemos la esperanza de que varios gobiernos saquen la debida lección de Irak: que construir armas de destrucción masiva va contra sus intereses nacionales”. Zalmay Khalilzad, ahora embajador en Bagdad, dijo que la conquista de Irak era un “elemento clave en una estrategia de largo plazo para la transformación de la región en su totalidad”.
Por eso Estados Unidos rechazó las tentativas de Irán de negociar sobre una variedad de temas, inclusive su programa nuclear, y llegar a un acuerdo. (Por ejemplo, Gareth Porter escribe en antiwar.com que en el 2003 el gobierno iraní ofreció en secreto, entre otras cosas, “aceptar la paz con Israel y suspender la ayuda material a los grupos armados palestinos” a cambio de “la suspensión de la conducta hostil de Estados Unidos y la rectificación del status de Irán en Estados Unidos”, la “suspensión de todas las sanciones” y el “reconocimiento de los intereses de seguridad legítimos de Irán en la región con la correspondiente capacidad de defensa”).
La meta nunca ha sido cambiar la conducta de Irán o impedir que tenga un programa nuclear. La meta es tumbar el gobierno. Negociar hubiera implicado reconocer la legitimidad de la República Islámica, cuando Estados Unidos quería restarle legitimidad; resolver los problemas con Irán hubiera estabilizado el statu quo, cuando el objetivo es transformarlo.
El cambio reciente de posición de Estados Unidos tiene que verse sobre el telón de fondo de las consecuencias no planeadas de la invasión y ocupación de Irak, y de los cambios de táctica de Irán. La guerra de Irak no se ha desenvuelto como esperaban; por el contrario, le ha creado nuevos problemas y contradicciones al gobierno de Bush. El odio a este gobierno en el mundo y en este país se ha multiplicado; el apoyo a la guerra se ha ido al suelo; no han podido estabilizar a Irak; y han aumentado las tensiones con otras potencias, en especial Rusia y China.
Uno de los principales problemas que tiene el gobierno de Bush es que la guerra de Irak no ha debilitado a Irán. Por el contrario, la guerra y otros sucesos (como el aumento del precio del petróleo) lo han fortalecido en cierto modo. Por ejemplo, Irán hoy tiene más influencia en Irak (y potencialmente contra las fuerzas armadas yanquis) por sus lazos con los grupos chiítas que son la fuerza dominante del nuevo gobierno iraquí. En Palestina, Afganistán y Líbano, los aliados de Irán han aumentado su poder e influencia. Dentro de Irán, el odiado gobierno de los clérigos ha logrado posar de defensor de la nación ante la agresión de Estados Unidos en la región.
La República Islámica de Irán tiene sus propias necesidades y ambiciones, internas y regionales, y ha resuelto cambiar de táctica por varias razones: la frustración de que los dos años de negociaciones con Francia, Inglaterra y otras potencias no llegaran a ninguna parte; el reconocimiento de que su influencia ha aumentado; la percepción de que los desacuerdos entre Estados Unidos y Rusia están aumentando; y no poder dejar pasar las amenazas de Estados Unidos sin hacer nada. Cuando el nuevo presidente Ahmadinejad asumió el cargo, “adoptó la decisión previa del alto mando de buscar una confrontación con Occidente sobre el programa nuclear”, informó el New York Times. En agosto del año pasado, Irán anunció que iba a reanudar el enriquecimiento de uranio (que suspendió voluntariamente durante las negociaciones con las potencias europeas), un paso necesario para producir energía nuclear o armas nucleares.
En este artículo no puedo analizar a fondo las motivaciones y metas del gobierno de Irán, pero en resumen se puede decir que tiene sus propias necesidades (defenderse de Estados Unidos y conservar el control de la población) y sus propias ambiciones de ser una potencia en la región del Medio Oriente/Asia central. Su actitud de confrontación busca capitalizar el odio a Estados Unidos que existe en Irán y en la región, y colocarse en una mejor posición para llegar a un acuerdo con Washington: un acuerdo que NO busca zafarse del marco imperialista ni desafiarlo fundamentalmente. Varios informes indican que el gobierno iraní ha tratado de abrir canales de comunicación con Washington desde el año pasado para hablar de su programa nuclear y de otros asuntos, y que cree que su programa de enriquecimiento de uranio y su influencia en Irak son “palancas” para llevar a Estados Unidos a negociar. Hasta ahora, la respuesta de Estados Unidos a las acciones de Irán ha sido aumentar las amenazas y los planes de ataque militar.
Cuando Irán reanudó el programa de enriquecimiento de uranio y afirmó que estaba haciendo avances (aunque no hay evidencia de que tenga un programa de armas nucleares y sostiene que el enriquecimiento de uranio es con fines pacíficos, y todos los expertos coinciden en que Irán necesita por lo menos una década para construir una bomba nuclear), Estados Unidos siguió al margen de las negociaciones con las potencias europeas.
Pero ahora, Washington cree que tiene que tomar medidas para ponerse a la cabeza y forjar una alianza para estrangular a Irán y crear las condiciones políticas y diplomáticas para un cambio de gobierno, lo que incluye la guerra si le parece necesario.
Las razones de los principales funcionarios del gobierno dejaron en claro que estas negociaciones les parecen esenciales para seguir adelante con sus planes generales de reconfigurar la situación mundial. El New York Times (1º de junio) informó que si Estados Unidos no participa, “se acusaría a la administración de no hacer todo lo posible para calmar la crisis y eso dificultaría movilizar a la opinión mundial contra Irán”. Un ex funcionario le dijo al mismo periódico: “Era cuestión de convencer a Cheney y otros de que si vamos a confrontar a Irán, tenemos que decir que antes tratamos de hablar”.
La secretaria de Estado dijo en el programa NewsHour que el objetivo de las negociaciones es acelerar los planes estadounidenses: “Esperamos que esta medida acelere el momento en que la decisión de Irán sea clara para todo el mundo, porque no podemos dejar que esta situación se prolongue… Necesitamos saber, y necesitamos saber ya”. También dijo que la guerra sigue en el tapete: “Hemos dicho con toda claridad que el presidente se reserva la opción militar… No estamos hablando de un gran acuerdo, de normalización de relaciones, de algo que legitime las actividades del gobierno iraní que nos parecen aborrecibles y peligrosas”.
Cuando se anunció la iniciativa diplomática… siguieron los preparativos militares y políticos contra Irán. El periódico Wall Street Journal (1º de junio) escribió que la diplomacia “podría ser parte de mayores acciones contra Irán que aumentarán en los próximos meses, no importa lo que pase en la ONU”, como por ejemplo extensas sanciones financieras y de otro tipo. También dijo que “los funcionarios del gobierno han estado tratando de parapetar un frente unido de países del Medio Oriente para presionar a Irán”, ofreciéndoles mayor cooperación militar. “Especialmente buscan establecer una mayor presencia de seguridad en el Medio Oriente por medio del Consejo de Cooperación del Golfo, una entidad regional compuesta por Arabia Saudita, Bahrein, Kuwait, Omán, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos… Creen que el Consejo de Cooperación del Golfo puede ser un contrafuerte contra la influencia de Irán en países como Siria, Líbano e Irak”.
El 22 de mayo, el New York Times dio a conocer que se estaban realizando ejercicios militares conjuntos con Turquía a fin de bloquear el traslado de materiales y suministros nucleares hacia Irán. En mayo también, el periódico inglés Herald informó:
“Estados Unidos está actualizando los planes de contingencia para un ataque no nuclear para inutilizar el programa de armas nucleares de Irán si la diplomacia falla, confirmaron fuentes del Pentágono. Se cree que se han presentado dos opciones de ataques precisos con bombarderos B52 que salgan de bases de Missouri, Guam en el océano Pacífico y Diego García en el océano Índico. La base Fairford de la Fuerza Aérea [inglesa] en Gloucester también tiene instalaciones para bombarderos B52, pero se han descartado porque el Reino Unido se opone a la acción militar contra Teherán. El plan central contempla cinco días de bombardeos seguidos contra 400 blancos: 24 centros nucleares, 14 bases aéreas y de radar, cuarteles de la Guardia Revolucionaria y otros”. (http://www.theherald.co.uk/news/62043-print.shtml)
El Wall Street Journal comentó que esta última maniobra de Washington es una “estratagema” y que no se sabe cómo se puede desenvolver. ¿Aceptará Irán las condiciones? ¿Aceptarán China y Rusia maniobras más hostiles contra Irán? De cualquier modo, las contradicciones de la región se están agudizando y en el horizonte se ciernen nubarrones de guerra… una guerra que podría desencadenarse porque Estados Unidos juzgue que le conviene o por errores de cálculo de una o ambas partes.
Lo central no es que Washington desconozca las dificultades que le puede crear una guerra contra Irán ni el potencial de consecuencias no planeadas. Lo central es que los que están en la cúpula del imperio estadounidense tienen grandes ambiciones de profundizar el control de todo el planeta, y para eso el medio Oriente y Asia central son clave. Creen que ese curso de acción es crucial para fortalecer y perpetuar todo su sistema de poder y explotación global, y que si no lo siguen con implacable decisión, lo pueden perder todo.
Fue muy diciente que a mediados de mayo, Bush revirara y decidiera no sostener conversaciones con Irán sobre la situación de Irak, aunque Irán puede ejercer mucha influencia. Mejor dicho: a pesar de sus profundas dificultades para estabilizar a Irak y cumplir sus objetivos, lo primordial es el plan general de reconstituir toda la región.
Un editorial reciente del Wall Street Journal (1º de junio) escrito por Robert Blackwill (ex subasesor de seguridad nacional de Bush y enviado presidencial a Irak) delinea las necesidades que tiene el imperio en Irán, desde un punto de vista imperialista. Empieza diciendo: “Hay fuertes razones para no usar la fuerza militar estadounidense para frenar el programa nuclear de Irán. Irán tomaría fuertes represalias en Irak, en Afganistán y quizá contra el territorio de Estados Unidos. [Un ataque militar] tendría un efecto volcánico en el mundo musulmán. Aumentaría el terror contra Estados Unidos. El Islam se radicalizaría más. El precio del petróleo se dispararía, con consecuencias nocivas para la economía internacional, incluso si Irán no interrumpe su suministro. La población de Irán probablemente apoyaría a los ulemas. La opinión global se desplazaría más contra Estados Unidos”.
Pero después presenta razones más fuertes para el ataque: “Usar la fuerza militar estadounidense contra la infraestructura nuclear de Irán obviamente conllevaría grandes riesgos. Pero consentir en que Irán tenga capacidad de armas nucleares sería profundamente peligroso para Estados Unidos y democracias afines por muchas décadas. Todo el mundo, amigos y enemigos, lo verían como una derrota estratégica de Estados Unidos, e inclinaría el equilibro de poder en el Medio Oriente a favor de Irán… John McCain lo ha resumido: ‘Lo único peor que ejercer nosotros una opción militar es que Irán tenga armas nucleares’”.
Este análisis de un alto miembro del equipo de Bush debe tomarse con toda seriedad.
Esta agresión de Bush, Rice y compañía se lleva a cabo con el pretexto de “liberar” al pueblo iraní del yugo de un gobierno opresor y de forjar buenas relaciones con los iraníes. Rice dijo: “El presidente ha dicho claramente que en todos los rincones del mundo, donde sea, el pueblo merece libertades básicas y las demandas no negociables de la dignidad humana”.
Pero basta con mirar al país vecino, Irak, para que quede claro qué es esa “liberación”: tras el derrocamiento de un gobierno opresor ha seguido una serie de horrores peores para los iraquíes en todos los frentes: en la vida diaria, en el grado de control imperialista de su país, en la escalada de conflictos sectarios reaccionarios, en la destrucción de los derechos de la mujer, y en la mayor fuerza de un fundamentalismo religioso sofocante y sectario.
Los horrores y crímenes de guerra que está cometiendo este gobierno en Irak, junto con su empecinamiento de seguir adelante con su plan general de guerra para reforzar y reconstituir el imperio, a pesar de reveses y sin que importe cuánta sangre se derrame, destacan la urgencia de sacar corriendo a este gobierno y de repudiar todo su programa, y de redoblar la lucha contra todo este sistema imperialista. Esa urgencia la realza el hecho de que la dirección del Partido Demócrata está de acuerdo con el plan general del gobierno de Bush, y apoya estrangular a Irán y lanzarle la guerra si le parece necesario. Como señaló el periodista Seymour Hersh, no hay presión del Congreso para frenar un ataque contra Irán; la única presión es de la derecha para atacar.
Un ataque contra Irán tendría enormes consecuencias y agudizaría las contradicciones en Irán, en la región, en el mundo y dentro de este país de muchas formas. En esas circunstancias es muy positivo que las fuerzas revolucionarias de Irán, representadas en el Partido Comunista de Irán (Maoísta), que se oponen tanto a la agresión estadounidense como a sus brutales opresores, podrían surgir como un polo significativo y una alternativa a los polos que define Estados Unidos: McCruzada o Jihad. Hay que brindarles apoyo político. Tenemos que movilizarnos, ahora, contra otra guerra, divulgar la verdad de la situación y atizar la resistencia.
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Revolución #50, 11 de junio 2006
Todos los que se oponen a la injusticia deben condenar la vil masacre perpetrada por los marines en Haditha. Esto es una concentración de todo lo malo de la guerra que Estados Unidos está librando contra Irak. Por eso trataron de taparla con la mentira de que los civiles murieron por una bomba de los insurgentes. (¿No hace pensar esto en las mentiras de Bush acerca de las “armas de destrucción masiva” en Irak?)
Tras la muerte de un soldado yanqui, los marines mataron a tiros a varios hombres que estaban por casualidad cerca de un retén. Luego entraron en una casa y masacraron a toda una familia. Luego pasaron a otras casas. Cinco horas más tarde, cuando terminó la masacre, 24 iraquíes (hombres, mujeres y niños, de 2 años de edad a abuelos) yacían ejecutados.
Por más que lo diga gobierno, esto de ninguna manera es un incidente aislado: se han filtrado informes de otras masacres cometidas por las fuerzas estadounidenses. Esas atrocidades son un reflejo de la naturaleza de la guerra que está librando Estados Unidos. ¿Recuerdan que empezó con un enorme bombardeo titulado “Shock y pavor”? ¿Recuerdan las muchas veces que han matado a tiros a civiles en los retenes? ¿Recuerdan el arrasamiento de Faluya? ¿Recuerdan a Abu Ghraib?
Así es una guerra injusta. Una potencia imperialista utiliza armas de alta tecnología para darle duro a un país oprimido y someterlo. Las tropas de ocupación cometen atrocidad tras atrocidad contra la población.
No es la primera vez… vi lo mismo durante la guerra de Vietnam. Yo estaba en el ejército y me mandaron a Vietnam. Decidí que antes de ir tenía que investigar lo que pasaba, así que busqué soldados que habían ido y les pregunté. Ya había oído de la masacre de My Lai, donde las tropas estadounidenses quemaron todo un pueblo y mataron a centenares de hombres, mujeres y niños. Hablando con los soldados me enteré de que lo de My Lai era cosa de todos los días en Vietnam, que toda la población parecía ser el enemigo así que podían matar o maltratar a todo mundo, sin importar si eran mujeres, niños o ancianos. Por todo eso decidí no ser parte de la guerra criminal que Estados Unidos libraba en Vietnam.
Pasé dos años en la cárcel mientras que los verdaderos criminales —los oficiales que mandaron masacrar a los aldeanos de My Lai, los soldados que participaron en la masacre y especialmente los arquitectos de la guerra— salieron impunes. Pero no lamento la decisión. Desobedecer órdenes de participar en una guerra injusta fue la postura correcta. Y esa experiencia my ayudó a captar que este sistema está podrido de pe a pa y a volverme comunista revolucionario.
La guerra que Estados Unidos está librando en Irak, como la de Vietnam, es criminal. Todos los que se oponen a esta guerra deben apoyar a los soldados que se oponen a ella o están buscando los medios para hacerlo.
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Revolución #50, 11 de junio 2006
Si van a decir que cruzar fronteras sin permiso es un delito que no se puede tolerar y que se debe castigar; ¡¿qué dicen de George Bush, Dick Cheney, Donald Rumsfeld, C. Rice (y, sí, Colin Powell) y el resto de esa pandilla, quienes “cruzaron la frontera”… de Irak y de muchas partes más sin permiso y con terrible violencia?!
El 26 de mayo el Senado aprobó un proyecto de ley de inmigración que supuestamente es un “acuerdo razonable”, pero que en realidad es una pesadilla para los inmigrantes porque aumenta la penalización de los indocumentados, los bancos de datos y las redes de espionaje (lo que afectará a todos, no solo a los inmigrantes), y la descarada explotación de los trabajadores inmigrantes.
Ahora, los proyectos de ley de la Cámara y el Senado los revisará un comité que podría incluir al congresista Sensenbrenner, el patrocinador del proyecto de ley que quiere penalizar a cualquier persona que ayude a un inmigrante. Por eso, la ley de “conciliación” de la Cámara y el Senado será peor que lo que propone el Senado.
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Revolución #50, 11 de junio 2006
Crecí escuchando grupos como Bad Religion y Rage Against the Machine, así que nunca se me ocurrió que podría apreciar una canción country.
Para mí la música country era la música de cantantes como Toby Keith, un retrógrado machista y superpatriota, con canciones en pro de la guerra como “Cortesía de la roja, blanca y azul”.
Nunca me imaginé que compraría un disco de música country, ni mucho menos uno del grupo Dixie Chicks. (Seamos honestos: el nombre podrá ser irónico, pero la palabra “Dixie” todavía hace pensar en la época de la esclavitud y en la Confederación, y la palabra “chick” no ha contribuido para nada a la emancipación de la mujer).
Pero como soy un tipo de mente abierta y ha habido contribuciones positivas de cantantes como Steve Earle y Johnny Cash, y sabiendo que el otro lado todavía estaba resentido porque las Dixie Chick hablaron mal de George W. Bush hace más de tres años, decidí entrar en territorio desconocido: la sección de música country de una discoteca. Compré el disco de las Dixie Chicks para ver qué onda. Me asombró que me gustara “Taking the Long Way” (El camino largo): la música y también la letra.
La canción más popular del disco y la que se está tocando por la radio es “Not Ready to Make Nice” (No estoy lista para hacer las paces). Empieza de una manera sencilla, con guitarra y la voz de Natalie Maine. De repente acelera y es una canción llena de emoción, pero no es una típica canción de amor. Dice: “Ya no tengo dudas/ No me queda nada que entender/ He pagado el precio/ Y lo seguiré pagando”.
La canción se vuelve más recia y empieza el coro; la cantante nunca grita ni se pasa; es firme y expresa confianza, como debe ser uno cuando sabe que está en lo correcto.
No estoy lista para hacer las paces/ No estoy lista para bajar la cabeza/ Sigo furiosa/ Y no tengo tiempo para dar vueltas y vueltas y vueltas/ Es tarde para corregir las cosas/ Y probablemente no lo haría si pudiera/ Porque sigo pero muy furiosa/ Porque no puedo hacer lo que piensas que debo hacer.
En el disco anterior tenían canciones como “Goodby Earl” (Adiós Earl) y desde ese entonces el grupo ha dejado atrás la canción provincial y se ha metido en líos con los derechistas. Pero para este disco, el trío de Natalie Maines, Martie Macguire y Emily Robinson se dedicó dos años a escribir canciones y el resultado es una letra que desafía, que destaca su espíritu de rebeldía y no pide disculpas ante las críticas.
Hace más de tres años, el 10 de marzo de 2003, cuando la guerra de Irak se perfilaba, en un concierto de Inglaterra Natalie hizo un comentario antes de empezar una canción. Dijo: “Para que sepan, nos da vergüenza que el presidente de Estados Unidos sea de Texas”. ¡Lo cual encabronó al otro lado!
Al principio Natalie pidió disculpas por el comentario, pero poco después el trío dijo que no se arrepentía ni renuncia a su derecho de cuestionar al gobierno. De hecho, en una entrevista de la revista Time, Natalie dijo que de lo único que se arrepiente es de haber pedido disculpas al principio. “Pedí disculpas por insultar a la presidencia. Pero ya no pienso igual. No creo que nadie le debe respeto”.
Muchos críticos dicen que las Dixie Chicks han abandonado el género de música country. ¿Pero quién abandono a quién? No sus fans, que llevaron el disco al primer lugar de ventas apenas salió.
De hecho es la industria de la música country la que ha querido censurar y desprestigiar al trío. A insistencias de programas radiales derechistas, las emisoras de radio han dejado de tocar su música en el Sur; y aunque el disco anterior se ganó tres premios Grammy, en la ceremonia de música country no le otorgaron ni un solo premio.
Toby Keith atacó al trío cuando salió con una camiseta que muestra a Natalie con Saddam Hussein. Además, el trío recibió amenazas de muerte. En una entrevista reciente hablaron de las amenazas: “No era solo una carta de odio, sino alguien que por lo visto tenía un plan”, dijo Natalie Maines. Sin embargo tocaron en Dallas a pesar de amenazas concretas.
La balada “Easy Silence” (Silencio suave) es más que nada un homenaje a un amante, pero también habla de la controversia y nos hace recordar que a cualquiera lo pueden amenazar y poner en ridículo si habla contra el gobierno.
Monos en las barricadas/ Nos advierten que debemos retroceder/ Forman comisiones para juzgar/ Al próximo que crucificarán/ Y la ira truena en todas las emisoras.
El contraataque de la industria de la música country ha llevado al trío a experimentar, como si estuviera buscando un nuevo sonido y no solo hacer otro disco country.
Por ejemplo, la última canción, “I Hope” (Yo espero) suena más como música gospel con profundo sentimiento. El coro habla de una sociedad mejor. Dice: “Yo espero / Más amor, más alegría y risa/ Yo espero/ Que tengamos más de lo que necesitemos/ Yo espero/ Que tengamos más días felices/ Yo espero/ Que vivamos con más intensidad”.
Natalie Maines hasta se burla de su pueblo de Texas y de sus valores sumamente religiosos con un rock intenso. Se llama “Lubbock or Leave It” (A Lubbock lo amas o te vas).
Tierra de vientos/ Tierra de la Biblia/ Con más iglesias que árboles/ Me crió, me alabó, pero no me pudo salvar/ No pudo mantenerme arrodillada/ Qué tal/ Reventón en la 289/ Ese será el día que regrese/ A este paraíso de tontos.
Lubbock, Texas, es un lugar famoso por su conservadurismo bautista y por odiar el rock n' roll que Buddy Holly (también oriundo de ahí) popularizó en los años 50.
El disco de las Dixie Chicks, con su firme posición de no pedir disculpas y su espíritu de rebeldía, se merece que lo escuchemos y que lo tengamos a la par de otros discos recientes que se oponen a la guerra, como los de Pearl Jam, Anti Flag, Neil Young y otros.
La primera canción, “The Long Way”, habla de no hacer lo que la gente espera o quiere que uno haga. Podría ser un aliento a quienes empiezan a cuestionar o a rebelarse.
Mis amigas de secundaria/ Se casaron con sus novios/ Se mudaron a casas/ Con el mismo código postal de sus padres/ Pero yo/ Yo nunca pude hacerlo/…Tomaba con los irlandeses y fumaba con los hippies/ Andaba con los conocidos/ Pero no era barbera como querían que fuera/ No, yo/ Nunca pude hacer lo mismo/ … Han pasado dos largos años/ Desde que la cima del mundo nos cayó encima / Ya estoy de vuelta/ Pero he tomado el camino largo.