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Revolución #125, 6 de abril de 2008
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Respuesta al discurso de Obama “sobre la raza”:
“Histórico”. “Sin precedente”. Con esos términos se está comparando al discurso de Barack Obama del 18 de marzo en la prensa grande y en la calle a los “discursos clásicos estadounidenses”, como el de Martin Luther King, “Tengo un sueño”, y el de Abraham Lincoln, “Discurso de Gettysburg”.
El motivo inmediato para el discurso de Obama fue la presión que recibió para que repudiar unas declaraciones de su ministro, Jeremiah Wright. Las declaraciones bajo ataque son hechos incontrovertibles. Por ejemplo, Wright dijo que con respecto a los negros: “El gobierno les da drogas, construye prisiones más grandes, aprueba leyes de tres strikes y fuera, y quiere que canten ‘Que dios bendiga a Estados Unidos’”. Y: “Bombardeamos a Hiroshima. Bombardeamos a Nagasaki. Matamos con armas nucleares a muchos más de los que murieron en Nueva York o el Pentágono sin pestañear”.
Por contraste, trataron el viaje de John McCain a besar el anillo del ahora difunto fascista cristiano Jerry Falwell y otros de su calaña como la política de costumbre. Falwell, si recuerdan, dijo después del ataque del 11 de septiembre del 2001, que “los abortistas, las feministas, y los gay y las lesbianas que quieren imponer esa vida alternativa, así como la Unión Americana de Libertades Civiles, los de People for the American Way, todos ellos que han querido secularizar a Estados Unidos, todos ellos tienen la culpa, y yo les acuso y les digo: ‘Ustedes contribuyeron a que esto sucediera’”.
El discurso de Obama se dio también cuando su rival del Partido Demócrata, Hillary Clinton, estaba apelando al racismo blanco. Por ejemplo, la ex candidata a la vicepresidencia del Partido Demócrata, Geraldine Ferraro, que apoya a Clinton y recauda fondos para ella, dijo: “Si Obama fuera un hombre blanco, no estaría en esa posición”. Y rehusó retractar esa declaración o pedir disculpas.
Pero el discurso de Obama del 18 de marzo no fue simplemente un discurso de campaña electoral; fue un acontecimiento importante de la vida política de este país. Y con el inusual reconocimiento de algo de la historia e incluso de la realidad actual de discriminación y desigualdad, el discurso conectó con las aspiraciones de muchos que se sienten alienados del rumbo del país y quieren cambios auténticos. Pero el discurso de Obama presentó un análisis patas arriba e incorrecto sobre el carácter y las causas de la opresión del pueblo negro y, como consecuencia de eso, es una trampa mortal y no un camino hacia delante.
En la primera parte de nuestra respuesta nos enfocaremos en la naturaleza de lo que Obama llamó “El experimento improbable de Estados Unidos con la democracia”, hasta la Guerra Civil y el período que la siguió. En la segunda parte, examinaremos la exhortación de Obama de superar los años 60 y cómo este discurso cabe en el verdadero “significado global” de la candidatura de Obama.
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Con no menos de ocho banderas estadounidenses detrás de él, Obama habló el 18 de marzo desde un lugar que queda directamente al frente de donde se firmó la Constitución de Estados Unidos. Empezó su discurso hablando de las primeras palabras de la Constitución: “Nosotros el pueblo… para conformar una unión cada vez más perfecta”.
Dijo: “Hace 221 años, en una sala que todavía está enfrente de este lugar, un grupo de hombres se reunió y, con esas simples palabras, inició el experimento improbable de Estados Unidos con la democracia. Granjeros y académicos, estadistas y patriotas que atravesaron el océano para eludir a la tiranía y la persecución, forjaron en los hechos su declaración de independencia en una convención de Filadelfia que duró hasta la primavera del 1787”.
La “unión perfecta” y la esclavitud
Obama evitó mencionar que además de “granjeros y académicos”, 11 de los 39 signatarios de la Constitución eran dueños o manejaban plantaciones de esclavos y que otros, como dos de los padres fundadores —George Washington, Thomas Jefferson y James Madison— eran dueños de esclavos.
Obama sí reconoce lo que llama la “mancha” del “pecado original de la esclavitud”. En la segunda parte de esta respuesta comentaremos sobre el uso por Obama de la religión para desorientar y despistar. Aquí es necesario decir que esa mención del “pecado original” —con la implicación de que la esclavitud fue un incumplimiento de los mandamientos de dios (que no existe)— es tanto una apología de la esclavitud así como del papel de la religión que lo santifica. Según la Biblia, la esclavitud no es un “pecado”. A lo largo de la Biblia se acepta y justifica la esclavitud como sistema. Entre todos sus supuestos milagros, Jesús nunca libera a un esclavo. La única vez que la Biblia condena la esclavitud es cuando el pueblo escogido por “dios” es esclavizado por no creyentes. Además, la implicación de “pecado original” es que todos compartían en eso. En realidad, la esclavitud fue un crimen horroroso y fundamental, cometido contra decenas de millones de africanos y afroamericanos, e institucionalizado y llevado a cabo en beneficio de la clase dominante de Estados Unidos, como veremos más adelante.
Obama agrega: “Por supuesto, la respuesta al problema de la esclavitud se encuentra dentro de la Constitución, una Constitución que tenía en su esencia la idea de la igualdad de los ciudadanos bajo la ley”.
La consagración de la esclavitud en la Constitución reflejaba algo fundamental sobre la naturaleza de la sociedad estadounidense en ese entonces. En la primera parte de “Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, Más allá del estrecho horizonte del derecho burgués” (en revcom.us), Bob Avakian identifica que “las leyes mismas (y la Constitución que establece el marco para las leyes) reflejan y refuerzan las relaciones esenciales de la sociedad, y fundamentalmente las relaciones económicas (de producción) del capitalismo”. Y en esa misma obra, Avakian recalca una de las contribuciones fundamentales de Carlos Marx: “…Marx presentó la concepción materialista y dialéctica de que la actividad humana más básica y esencial es la producción y reproducción de los requisitos materiales de la vida, y que los seres humanos solo pueden llevar a cabo la lucha para producir, y reproducir, los requisitos materiales de la vida si contraen relaciones de producción muy específicas, y que sobre esa base de relaciones de producción surge una superestructura jurídica, política e ideológica específica”.
En vista de eso, podemos resolver la aparente paradoja de que la Constitución de Estados Unidos al mismo tiempo defendió la esclavitud y reconoció la igualdad de derechos para sus ciudadanos. La respuesta radica en que las colonias británicas de Norteamérica que se rebelaron contra la dominación británica se basaban en dos diferentes modos de explotación.
Especialmente en los estados del Sur, aunque no exclusivamente, la explotación se llevaba a cabo principalmente a través de la esclavitud. Los esclavos eran propiedad. Solo recibían el alimento y albergue que requerían para trabajar y reproducirse, y trabajaban bajo el látigo del capataz cultivando algodón, azúcar, tabaco, índigo y arroz en las plantaciones del Sur.
En el Norte, la principal forma de explotación era la esclavitud asalariada capitalista. Los trabajadores tenían que ser “libres” para vender su mano de obra a los capitalistas. Los capitalistas tenían que ser “libres” para apoderarse del producto de los trabajadores, y solo pagarles lo que necesitaban para vivir y reproducirse. El capital necesitaba la libertad de invertir, tanto en la exportación como en la manufactura. La libertad de emplear, despedir y seguir buscando incansable y despiadadamente una fuente de ganancias. El dinámico capital de mercancía y manufactura del Norte no hubiera podido prosperar bajo la esclavitud, o bajo una Constitución que imponía las relaciones de esclavitud. El capitalismo requería un mercado más flexible, más competitivo y, en ese sentido, más “libre”, incluyendo un mercado de mano de obra “libre”. Como señala Bob Avakian en su libro Away With All Gods! Unchaining the Mind and Radically Changing the World: “Si uno compra un esclavo y no recupera la inversión inicial, y una cantidad adicional, tendrá problemas económicos. Si se deshace del esclavo antes de recuperar la inversión que hizo al comprarlo, la inversión es una pérdida”.
Esos dos modos de explotación —la esclavitud asalariada capitalista y la esclavitud sureña— estaban en conflicto pero también se alimentaban el uno al otro. Y por eso la misma Constitución que definía leyes, una visión de la sociedad e ideas apropiadas al intercambio “libre” de la mano de obra de un trabajador por un salario del empleador, también legalizó la esclavitud, donde el trabajador era literalmente propiedad del esclavista.
El ascenso del capitalismo en Estados Unidos se debió en buena medida a la producción de los esclavos. “Nueva York dividido: La esclavitud y la Guerra Civil”, una exposición virtual de la Sociedad Histórica de Nueva York (nydivided.org), da una muestra del papel de Nueva York en todo esto: “El algodón crudo dominó el papel de Estados Unidos en el mercado mundial. En ciertos años era el 60% del total de las exportaciones de la nación. El algodón del Sur contribuyó 7/8 del total mundial. Con astucia, los empresarios de Nueva York se volvieron los intermediarios entre los granjeros del Sur de Estados Unidos y las fábricas de ropa de Inglaterra y Francia. A pesar de que Nueva York abolió la esclavitud en 1827, la ciudad se benefició de la mano de obra de los esclavos”.
La coexistencia (a pesar de las tensiones) de la esclavitud asalariada del Norte y la esclavitud del Sur tuvo un enorme impacto, no solo en la economía sino también en la política de Estados Unidos y la mentalidad colectiva de los blancos. La deshumanización de los esclavos negros fue de la mano con las leyes de supremacía blanca y el pensamiento racista generalizado de los blancos, que la hacían cumplir. La exhibición de la Sociedad Histórica de Nueva York sobre la esclavitud da a conocer cómo todo eso se reflejaba en las leyes e ideas de esos tiempos: “Los intereses económicos de ese entonces tergiversaban la política y la opinión pública de Nueva York hacia el Sur. Los redactores blancos de periódicos alababan la esclavitud como un sistema benévolo de trabajo y la única forma de trabajo adecuada para los de ascendencia africana. La discriminación y el ridículo esperaban todos los días a los negros de Nueva York”.
Ocultar las divisiones de clase
El sello de la esclavitud tenía un impacto sobre todo aspecto del desarrollo de la sociedad estadounidense. Tanto en el Norte como en el Sur, mejoró y ocultó las diferencias entre oprimidos y opresores entre los blancos. A pesar de que en algunos casos los negros y los blancos trabajaban juntos, el hecho de que a los negros y a los indígenas los consideraban infrahumanos y parias, marginados de la sociedad, contribuyó a que unos trabajadores blancos explotados y otros blancos se identificaran con el sistema.
De hecho, si en realidad se quiere hablar del “genio” de la Constitución de Estados Unidos, buena parte de eso radica en el hecho de que Jefferson y otros, como ideólogos y defensores de la esclavitud, lograron forjar una mentalidad coherente de “nosotros el pueblo”, así como un sentido de comunidad entre los blancos explotados y la clase dominante estadounidense, que se basaba tanto en la esclavitud económica del pueblo negro como en la posición de parias de los negros (y los amerindios) que no eran parte de “nosotros el pueblo”. Al hacer eso, Jefferson ocultó la división fundamental en la sociedad entre las clases que poseían y monopolizaban los medios de producción de la enorme riqueza, por un lado, y por el otro los que no los poseían ni monopolizaban y que estaban obligados, ya sea por el látigo o por el hambre, a producir esa riqueza. Esa división fundamental todavía existe hoy por todo el mundo. (Para un análisis a fondo de la democracia jeffersoniana y su papel en la historia y en la actualidad en Estados Unidos, escuche el discurso de Bob Avakian "El comunismo y la democracia jeffersoniana" en bobavakian.net y en revcom.us).
En una palabra, la esclavitud no era una mancha a la apariencia de “nosotros el pueblo” relativamente armoniosa en busca de una “unión más perfecta”, como dice Obama; al contrario, la esclavitud la mantenía, o sea, la esclavitud la enmarcó, condicionó y le constituía sus cimientos (junto con el salvaje desposeimiento y casi genocidio de los amerindios). Y eso tuvo implicaciones económicas, jurídicas e ideológicas.
Todo eso fue cierto a pesar de que existían divisiones auténticas y hasta violentas entre la nueva clase dominante estadounidense y los trabajadores blancos y de otras capas. La rebelión de Shay, por ejemplo, fue una rebelión armada de granjeros blancos pobres contra los impuestos de 1786 y 1787, que reprimieron salvajemente 4,000 soldados. Para la nueva clase dominante, era como una especie de alarma de que necesitaba un gobierno nacional unificado y un ejército para encargarse de la “tranquilidad nacional”.
Así y todo, los conflictos como esa rebelión fueron subsumidos bajo el hecho de que aun esos granjeros blancos pobres eran parte del “nosotros” de “nosotros el pueblo”. Reprimieron ferozmente la rebelión de Shay, pero la reacción a la rebelión no fue pintar a los granjeros blancos con la brocha con que pintaron a los negros y amerindios. A ellos no los masacraron ni deshumanizaron (como hicieron con los amerindios). Tampoco enfrentaron el mismo terror institucionalizado y la condición de parias que aplicaban a los negros.
La Guerra Civil
En su discurso, Obama dijo: “Unas palabras sobre pergamino no eran suficientes para liberar a los esclavos del cautiverio, ni dotar a todo hombre y mujer de todo color y credo con plenos derechos y obligaciones como ciudadanos de Estados Unidos. Lo que se necesitaba eran estadounidenses de generaciones sucesivas dispuestos a hacer su parte por medio de la protesta y la lucha, en las calles y en las cortes, en una guerra civil y en la desobediencia civil, y siempre con mucho riesgo, para disminuir la brecha entre la promesa de nuestros ideales y la realidad de su tiempo”.
En primer lugar, hay que señalar que Obama ignora que desde el principio hubo rebeliones contra la esclavitud. A los esclavos que se rebelaron los castigaban de la manera más salvaje y los mataban brutalmente. Las autoridades de Carolina del Sur arrestaron a Denmark Vesey, a quien acusaron de organizar un levantamiento, y lo ahorcaron a él y a 35 de sus seguidores. Así y todo, una y otra vez los esclavos se rebelaron. En contraste a la narrativa oficial de que los esclavos eran pasivos, hubo más de 200 rebeliones de esclavos. Esa parte muy crucial de la lucha es algo que aparentemente Obama no quiere incluir como parte de la “conversación nacional sobre la raza”.
Los movimientos posteriores contra la opresión de los negros, las protestas y la desobediencia civil que Obama reconoce (así como las rebeliones y levantamientos que no reconoce) enfrentaron el terror del KKK (a menudo orquestado por el FBI), perros policías y represión abierta. Muchos de los que “decidieron hacer su parte” murieron. Y puede ser que algunos lo hicieron para “cerrar la brecha entre la promesa de nuestros ideales y la realidad de su tiempo”, como dice Obama, pero a muchos otros los atraía, e hicieron suya, una crítica muy radical de esta sociedad y la necesidad de una revolución de una u otra forma. Por ejemplo, en 1964, Malcolm X dijo: “No, yo no soy americano, soy uno de los 22 millones de negros que han sido las víctimas del americanismo. Uno de los 22 millones de negros que son las víctimas de la democracia, que no es más que hipocresía enmascarada. Así que no estoy aquí para hablarles como un americano, o como un patriota, o como uno que saluda a la bandera o que ondea bandera. No, les estoy hablando como una víctima del sistema americano”.
Obama alega: “La respuesta al problema de la esclavitud se encuentra dentro de la Constitución, una Constitución que en su esencia tiene la idea de igualdad de los ciudadanos bajo la ley, una Constitución que les promete a sus ciudadanos libertad y justicia, así como una unión que se podría y debería perfeccionar con el tiempo”.
En realidad “la respuesta al problema de la esclavitud” NO estaba “dentro de la Constitución”, ¡por eso se tuvo que librar la Guerra Civil! La Constitución —que establece las normas y reglas de la política— ya no podía contener la intensificación de los antagonismos entre el capitalismo y el sistema de esclavitud del Sur, que empezaban a manifestarse en la esfera política. Esa crisis tuvo que resolverse en la esfera del poder político; y cuando estalló la Guerra Civil, la batalla en la esfera militar se hizo decisiva. La fuente de la crisis política, y de la guerra que la siguió, fue el creciente antagonismo entre los dos modos de producción.
Por ejemplo, la enorme producción de algodón en el Sur —el 60% de todas las exportaciones de Estados Unidos— fue a las fábricas de Europa y no a la naciente industria de textiles de Nueva Inglaterra. Una contradicción aun más fundamental fue que el sistema de esclavitud necesitaba nuevas tierras. La naturaleza primitiva de la agricultura de la esclavitud no involucraba inversiones significativas en la tecnología ni en instrumentos modernos; se basaba en la salvaje explotación de los esclavos, el “instrumento” más importante del proceso. Además, a medida que esa forma primitiva agotaba la tierra, los estados esclavistas que habían agotado la tierra se convirtieron en gran medida en zonas para criar esclavos que vendían a otros estados, donde todavía no se había agotado la tierra. Todo eso creó una enorme presión a los estados esclavistas a expandirse hacia el oeste. Y esa necesidad es lo que llevó a la guerra contra México, “Recuerden el Álamo” y el robo por Estados Unidos de una buena parte del territorio de México.
Por su parte, la manufactura capitalista crecía rápidamente en el Norte. Entre 1850 y 1860 la cantidad de inversiones capitalistas en las fábricas duplicó: a mil millones de dólares. Los capitalistas —concentrados en el Norte— también sentían mucha presión a expandirse hacia el oeste, en busca de nuevos mercados para sus mercancías, y para explotar las tierras y los recursos, especialmente el oro. El sistema de esclavitud y el sistema capitalista estaban chocando. Por ejemplo, durante la batalla conocida como “Kansas sangrante”, los que querían abolir la esclavitud libraron una guerra de guerrillas prolongada en los años 1850, en la que John Brown desempeñó un papel importante en oposición a la esclavitud. La batalla se enfocó en si Kansas se incorporaría a la Unión como “estado libre” o como estado esclavista. La decisión afectaría el equilibrio de fuerzas político en el Congreso y en el Colegio Electoral.
Cuando por fin estalló la guerra, al principio la meta de los capitalistas del Norte fue salvar la Unión, con su modo de explotación en la posición dominante y la esclavitud en una posición subordinada, así como resolver el problema del poder político con ellos al mando. Pero cuando empezó la guerra, entraron en función una nueva dinámica y surgieron nuevas cosas, y a medida que la guerra procedió con una ferocidad y duración que ninguna de las partes esperó, la clase dominante del Norte llegó a la conclusión de que tenía que derrotar por completo a la Confederación (el Sur). No fue hasta 1863 —dos años después de que empezó la Guerra Civil— que entró en vigor la Proclamación de la Emancipación de Abraham Lincoln (que liberó a los esclavos de los estados de la Confederación). Y el Norte no lanzó campañas militares de envergadura contra el Sur hasta casi el fin de la guerra.
Por otro lado, los negros tanto como muchos blancos hicieron enormes sacrificios para acabar con la esclavitud. Ex esclavos se incorporaron al ejército de la Unión, así como granjeros blancos, trabajadores e intelectuales opuestos a la esclavitud. Al principio, Lincoln no permitió que los esclavos lucharan, y cuando lo permitió los pagaban —por buena parte de la guerra—la mitad de lo que pagaban a los soldados blancos. Pero los soldados negros combatieron con gran determinación y valentía. A fines de la Guerra Civil, 200,000 negros habían luchado y casi la quinta parte murió, un promedio mucho mayor que el de los soldados blancos del ejército de la Unión.
La Guerra Civil desató transformaciones sociales mucho mayores de lo que los esclavistas o los capitalistas querían o previeron. Una guerra para resolver el conflicto entre clases dominantes opresoras creó una oportunidad para que las masas lucharan por sus propios intereses, aunque su capacidad de hacerlo estaba limitada por la naturaleza nueva del proletariado, la clase cuyo interés reside en acabar con toda la opresión, así como la falta de una dirección comunista organizada. Fue esa lucha entre las diferentes clases en contienda lo que impulsó la Guerra Civil, y no, como dice Obama, “la brecha entre la promesa de nuestros ideales y la realidad de su tiempo”.
Obama concluye su versión de la Guerra Civil diciendo: “Esa fue una de las tareas que presentamos cuando empezamos esta campaña, de continuar la gran marcha iniciada por quienes vinieron antes de nosotros, una marcha por un Estados Unidos más justo, más igual, más libre, más comprensivo y más próspero”.
Por última vez en la historia de Estados Unidos, la Guerra Civil representó, en parte, una convergencia de la lucha contra la opresión, los intereses del proletariado —los trabajadores oprimidos y explotados de todas las nacionalidades—, con los intereses (por más que discrepaban) de la clase dominante de Estados Unidos. Pero esa convergencia pasajera de intereses terminó cuando terminó la Guerra Civil.
Tras la derrota de la Confederación, los soldados de la Unión se quedaron en el Sur unos 10 años. Durante ese tiempo, los soldados apoyaron las luchas de los esclavos emancipados y unos blancos pobres por obtener tierra y derechos políticos. Pero una vez que los capitalistas del Norte obtuvieron un nuevo arreglo con los capataces de la agricultura del Sur y establecieron su posición dominante en Estados Unidos, retiraron a los soldados. Se formó una nueva “unión más perfecta”: el capitalismo dominaría al país entero; dentro del marco de la economía general, los blancos dueños de las plantaciones del Sur tendrían rienda suelta; y los negros serían reducidos a condiciones de semifeudalismo, bajo el sistema de aparcería que se asemejaba a la esclavitud.
La opresión de los negros cambió y adquirió nuevas formas de explotación, todavía feroces. El sistema de aparceros que le siguió a la Guerra Civil era poco mejor que la esclavitud. Los negros seguían trabajando desde “el amanecer hasta el anochecer” para los blancos, y vivían en la abyecta pobreza. Después de que retiraron las tropas federales (el fin de la Reconstrucción), los negros otra vez perdieron todos los derechos, como el derecho a votar. Y esas condiciones se hicieron cumplir con leyes y chusmas linchadoras: en esos tiempos lincharon a más de 5,000 negros. La mitología racista con que justificaban la esclavitud de los negros, con las escrituras bíblicas, ahora usaban para justificar la segregación y el sistema desigual de leyes conocido como Jim Crow. La historia de la Guerra Civil se redactó de nuevo en el Norte para decir que fue “una trágica pelea entre hermanos”, mientras que en el Sur se decía que fue un juicio de “dios” para su (nuevo) “pueblo escogido”: los blancos sureños.
Y todo eso duró décadas hasta que otra ola de cambios dramáticos transformó el modo de explotación de los negros, los expulsó de la tierra del Sur y los mandó a las ciudades del Norte.
Todo eso fue sometido a la crítica en la tumultuosa década de los años 60. Esa época rebelde planteó un desafío amplio y fuerte a las actitudes racistas. La sociedad se dividió en dos partes: el problema —el sistema— y la solución. Millones de blancos “abandonaron” al sistema y, como parte de eso, apoyaron e hicieron suya la lucha contra la opresión de los negros.
En la segunda parte de la respuesta al discurso de Obama, abordaremos la afirmación central de que especialmente hoy, el legado de los años 60 es “divisivo” y algo que hay que superar. Destacaremos por qué es que entre los opresores y los oprimidos, entre la clase dominante y la gente, no puede haber una “unión perfecta”. Y abordaremos cómo es que la candidatura de Obama, lejos de prometer un “día mejor” para la gente, en realidad tiene como propósito y está obrando para apretar aun más las cadenas.
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Lectura sugerida del periódico Revolución:
Bob Avakian, Democracy: Can't We Do Better Than That? (Democracia: ¿Es lo mejor que podemos lograr?) (Chicago, Banner Press, 1986). (En inglés, pasajes en español en: http://revcom.us/chair_s.htm)
Los hombres han sido siempre, en política, víctimas necias del engaño ajeno y propio, y lo seguirán siendo mientras no aprendan a descubrir detrás de todas las frases, declaraciones y promesas, religiosas, políticas y sociales, los intereses de una u otra clase. Los que abogan por reformas y mejoras se verán siempre burlados por los defensores de lo viejo mientras no comprendan que toda institución vieja, por bárbara y podrida que parezca, se sostiene por la fuerza de determinadas clases dominantes.
—V.I. Lenin, Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo, 1913
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Revolución #125, 6 de abril de 2008
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En la segunda parte de nuestra respuesta al “discurso sobre la raza” del 19 de marzo de Barack Obama, comentaremos sobre su afirmación de que el legado de los años 60 es “divisivo”. Y responderemos a la declaración de Obama de que “el error profundo del sermón del reverendo Wright no es que habló del racismo en nuestra sociedad, sino que habló de nuestra sociedad como si fuera estática, como si no ha habido ningún progreso, como si este país —un país que ha creado la posibilidad de que uno de sus propios feligreses se postule para el cargo más alto… Lo que sabemos, lo que hemos visto es que Estados Unidos puede cambiar, este es el auténtico genio de este país. Lo que ya hemos logrado nos da esperanza —la audacia de esperar— por lo que podemos y debemos lograr mañana”.
Es obvio que ha habido cambios desde los años 60. Pero no ha habido progreso lineal para los negros como pueblo, sino una polarización en que, como resultado de las luchas populares, existen algunas oportunidades para una pequeña capa de afroamericanos. Pero para una capa muchísimo mayor, la situación es mucho peor y en realidad es una pesadilla. Una señal de esto está en un estudio que demostró que entre 1980 (en un momento cuando eliminaban sistemáticamente trabajos y servicios sociales en los centros urbanos) y 1997, la cantidad de presos por delitos no violentos se triplicó. La cantidad de presos por delitos de drogas aumentó once veces.
El estudio pintó un cuadro severo de que este fenómeno está concentrado en el caso de los negros: “La disparidad racial en el nivel de encarcelación es mayor que en todos los demás aspectos de la vida social estadounidense: la relación de ocho a uno, la proporción de presos negros con respecto a presos blancos, eclipsa la disparidad de dos a uno en desempleo… de dos a uno en mortalidad infantil y de uno a cinco en valor neto. En el 2000, tres de cada 200 hombres jóvenes blancos estuvieron presos, pero uno de cada nueve hombres jóvenes negros estuvieron presos. Es más probable que un hombre negro que vive en California vaya al penal que a una universidad estatal”. (Todas las estadísticas son de “Why Are So Many Americans in Prison? Race and the Transformation of Criminal Justice”, Boston Review, julio/agosto del 2007)
Piensen en estas estadísticas por un momento. En el año 2000, la tasa de desempleo para los negros fue el doble de la de los blancos. Y ocho veces más negros fueron a parar a la cárcel en comparación con los blancos (en relación con su porcentaje de la población total). Esta gran disparidad ocurrió en el contexto de un enorme aumento de la cantidad de presos en general: la cantidad de presos por delitos de drogas aumentó más del 1,000% durante los 17 años de 1980 a 1997.
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La entrevista de Revolución
Una sección especial para que nuestros lectores se familiaricen con las opiniones de importantes figuras del arte, la música y la literatura, la ciencia, el deporte y la política. Los entrevistados expresan sus propias opiniones, naturalmente, y no son responsables de las ideas que aparecen en otras partes del periódico o de nuestra página web.
Crear un solo estado democrático en Israel/Palestina
Joel Kovel es académico y activista. Ha publicado más de cien artículos y reseñas, y nueve libros, entre ellos White Racism (Racismo blanco), nominado para el Premio Nacional del Libro de 1972; A Complete Guide to Therapy (Guía completa a la terapia); The Age of Desire (La era del deseo), que explica su trabajo en el sistema psiquiátrico-psicoanalítico; Against the State of Nuclear Terror (Contra el estado de terror nuclear); In Nicaragua (En Nicaragua); The Radical Spirit (El espíritu radical); History and Spirit (Historia y espíritu), 1991; Red Hunting in the Promised Land (La represión de los comunistas en la tierra prometida), 1994, un estudio de la represión anticomunista en Estados Unidos; y The Enemy of Nature: The End of Capitalism or The End of the World (El enemigo de la naturaleza: El fin del capitalismo o el fin del mundo), Zed, 2002. Desde el 2003 ha sido redactor de la revista trimestral Capitalism Nature Socialism. Su último libro, Overcoming Zionism (Vencer el sionismo), provocó una lucha sobre la censura cuando la editorial de la Universidad de Michigan decidió no distribuirlo temporalmente.
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Revolución: Mucha gente está familiarizada con el estado de Israel, con el pueblo judío y hasta con el judaísmo. ¿Pero qué es el sionismo?
Joel Kovel: La palabra tiene una larga historia. Sión era la tierra que el dios de los israelitas les prometió en la Biblia. Cuando los judíos perdieron su templo en el primer siglo y se encontraban esparcidos por muchas partes, la idea de regresar a una patria persistía. La historia moderna del sionismo empezó a fines del siglo 19 cuando le dio su forma actual Theodore Herzl: el destino del pueblo judío solo se podría realizarse por medio de un estado-nación, que al final tenía que ser en la Palestina histórica. Así que el sionismo es una ideología que da por sentado esa idea, y la vincula al bienestar y cumplimiento de los judíos de todas partes. Llevó a sus partidarios judíos a iniciar el proceso de crear un estado en la Palestina histórica, y todavía es la ideología organizadora del estado de Israel y de gran parte de la comunidad judía de Estados Unidos y otros países.
Revolución: En su libro dice que el sionismo es una ideología racista. ¿Puede explicar eso?
Kovel: Si uno piensa en esta ideología, capta que es por necesidad racista. Pero a la mayoría no se le permite pensar en ella debido a la represión sionista. Si construye un estado en una tierra que no le pertenece pero que es habitable, ya tendrá habitantes y a esos habitantes no les agradará su presencia ni le van a entregar la tierra voluntariamente. Así que para los sionistas la construcción de un estado requirió la conquista de los pueblos indígenas, que tiene muchos paralelos a todo el movimiento imperial-colonial de la civilización occidental. Típicamente, tras conquistar tal estado por medio de la violencia y medidas ilegales, hay que esforzarse por hacer que parezca legítimo. Y la mejor manera de hacer eso es decir que ha conquistado a un pueblo inferior que no merece todos los derechos humanos, o que son unos bárbaros sin civilización o terroristas por naturaleza. De todos modos, requiere someter a los desplazados y conquistados a una situación degradante, y esta es la esencia del racismo. El racismo se ve por toda la historia del estado de Israel, que requiere un proyecto continuo de limpieza étnica y que ha fomentado una reacción racista, que impregna toda la sociedad israelí.
Revolución: ¿Y qué dice a los que afirman que criticar al estado de Israel es antijudío o antisemítico?
Kovel: No hay ninguna razón a priori para equiparar a los dos. De ninguna manera soy la única persona de extracción judía a quien no le gusta el estado de Israel. De hecho, es un tema odioso para muchísimos judíos, entre ellos muchos judíos muy religiosos. No soy uno de estos, por supuesto, pero muchos judíos ortodoxos piensan que el estado de Israel es una abominación por varias razones que no comparto necesariamente. No solo los que no son judíos se oponen a Israel. La acusación de antisemitismo se debe a la creencia sionista de que Israel es la única manera en que el pueblo judío puede sentirse realizado. Pero esta es una idea muy dudosa y oponerse a esta idea no tiene nada que ver con el odio existencial a ser judío (“judeofobia”) del auténtico antisemitismo.
El antisemitismo, como todas las formas de racismo, le quita a un pueblo de su propia historia. Pero criticar a Israel es un método de sumar a la historia, de ver a Israel históricamente, de ver al pueblo judío históricamente. Por eso en su esencia no es racista criticar a Israel si se hace con el espíritu de investigación abierta. Por supuesto, los antisemíticos también critican a Israel, pero no lo hacen con el espíritu de una crítica abierta fundamentada en la historia.
Revolución: ¿Cómo respo nde a los que dicen que debido a su historia de persecución, los judíos necesitan un estado donde pueden vivir con seguridad?
Kovel: Bueno, pienso que es una idea terrible. Incluso si fuera una idea razonable en cierto momento, 60 años del estado de Israel han echado abajo esa idea. Solo hay que examinar la historia de Israel y los 60 años de sangre y fuego que causó. Es el único lugar de la Tierra donde los judíos están en peligro ahora, y esto es una consecuencia directa de la necesidad de conquista y limpieza étnica, y de la reacción de los conquistados. El sionismo nunca puede tener legitimidad moral, porque requiere apoderarse del país de otro pueblo para crear el supuesto “lugar otorgado por dios”. Es cierto que a los judíos los han traumatizado, y ese trauma llegó a un punto culminante durante el Holocausto, pero no es justo tratar mal a otros porque le han tratado mal a uno, especialmente cuando los que ahora son las víctimas de ese tratamiento son unos inocentes de esa historia, que es sin duda alguna el caso de los palestinos. Así que es comprensible, especialmente tras el Holocausto, que los judíos tengan la idea de que necesitan un estado por razones de seguridad y un refugio de la persecución. Es comprensible, pero esto no quiere decir que es justo, intelectual, histórica o moralmente. No lo es.
Revolución: Han acusado a Israel de tratar a los sobrevivientes del Holocausto que viven ahí peor que cualquier otro país del mundo. ¿Puede explicar eso?
Kovel: No escribí sobre eso en mi libro porque me enteré de esto después de que se publicó. Es una infamia, pero unos sobrevivientes del holocausto —hay unos 250,000 en Israel— han acusado al estado judío de tratarlos muy mal. Esto ha pasado a pesar de que el estado de Israel busca legitimarse diciendo que es un lugar donde las víctimas judías de la persecución pueden pasar la vejez con seguridad y felicidad. Pero una cosa que está pasando en Israel es la neoliberalización, que lleva al crecimiento de la brecha entre ricos y pobres, y a una sociedad cada vez más despiadada. Los sobrevivientes del Holocausto no contribuyen a lo que necesita Israel, que es el poder militar y las destrezas técnicas; son unos ancianos inútiles. Es una crítica elocuente de la sociedad israelí que desatienda a estas personas, cuya sobrevivencia fue ocasión para el establecimiento del estado judío en primer lugar.
Otro nivel de ironía es que estos sobrevivientes del Holocausto en Israel protestan contra su propio gobierno y alaban al gobierno alemán. Dicen que les gustaría regresar a Alemania para pasar su vejez en un país que a lo mínimo reconoce sus derechos humanos. Alemania le dio $80 mil millones a Israel para cuidar a los sobrevivientes del Holocausto —dinero de culpa— y parece que Israel ha desviado gran parte del dinero y lo ha destinado a las fuerzas armadas. Desvió fondos para los sobrevivientes de Auschwitz y lo destinó a la construcción de sistemas de armas. Es un lugar increíblemente corrupto.
Revolución: Mencionó el sionismo cada vez mayor del gobierno de Bush. Un fenómeno que hemos visto últimamente es el desarrollo del sionismo cristiano en este país. ¿Puede hablar sobre la relación entre el sionismo y el movimiento fascista cristiano en Estados Unidos?
Kovel: A la derecha la impulsa cada vez más la religión. Esto no era el caso de los “paleoconservadores”, que eran hostiles a los movimientos evangélicos y muchas veces antisemíticos. Pero por razones sociopolíticas complejas, esto ha cambiado mucho. No cabe duda de que el gobierno de Bush II tiene una base de fundamentalistas cristianos a ultranza, ejemplificados por Mike Huckabee, que recorrió el país dando discursos sobre el creacionismo y la verdad textual de la Biblia. Han desempeñado un papel importante en la política estadounidense desde 1980, y desempeñan un papel enorme en el gobierno de George Bush en parte porque el segundo Bush comparte estas creencias. Simpatiza con su punto de vista y se ha rodeado de gente con esas ideas.
El gobierno de Bush, que inició una fase de guerras de prevención agresivas, necesitaba básicamente un cuadro con ideas parecidas. Bush y Cheney no pueden hacer todo lo que quieren hacer si sus subordinados inmediatos no están de acuerdo. Así que reclutaron una red de “neoconservadores”, algunos de los cuales son cristianos, muchos de los cuales son judíos y todos los cuales son ultrasionistas. El sionismo es como el pegamento que mantiene unida toda esa gran infraestructura de la élite de la política exterior, y sin duda ha sido un factor necesario en la planificación y ejecución de la guerra de Irak. No cabe duda. Lo que vemos es la decadencia venidera de ese movimiento fundamentalista cristiano en Estados Unidos, y será interesante ver cómo y si tiene resonancia en el mismo sionismo judío.
Revolución: Últimamente lo que ha dominado las noticias acerca de Israel y Palestina ha sido la especulación sobre la creación de un miniestado palestino. Su libro Overcoming Zionism se opone a una solución de dos estados. ¿Por qué?
Kovel: Primero, esto es un problema que tienen que resolver a la larga los involucrados, los palestinos y los israelíes judíos. Pero yo creo que una solución de dos estados es equivocada, política y moralmente, y que es imposible. La alternativa, que es la transformación de Israel parecida a la transformación del apartheid en Sudáfrica, sería extremadamente difícil y no es una posibilidad inmediata. Pero el interés en un “solo estado democrático” está cobrando fuerza y es una meta viable si hay suficiente despertar por todo el mundo.
La solución de dos estados no es viable, primero, porque Israel ha destruido las posibilidades físicas y políticas de construir un estado coherente para el pueblo palestino. Esto se debe a la invasión de terrenos palestinos por 450,000 colonos israelíes, la construcción de muros monstruosos y las carreteras solo para judíos, que han reducido los terrenos palestinos ya disminuidos a pequeños trozos. Forjar un estado palestino viable en tal situación es imposible; o visto desde otro ángulo, requeriría desmantelar a Israel.
Además, en la lógica de la solución de dos estados que proponen las potencias dominantes, los palestinos no tendrían un estado auténtico con soberanía y sus propias relaciones exteriores. Es más como los “bantustanes” que instaló Sudáfrica durante el apartheid, que son básicamente reservas donde los pueblos indígenas viven en el silencio relativo como una fuerza de trabajo controlada. Esto por supuesto sería mejor que la actual ocupación; por espantoso que fuera, el apartheid sudafricano fue menos infrahumano que el sionismo israelí, cuya meta es aniquilar al pueblo palestino. No obstante, los indígenas tendrían una vida de pobreza extrema sin poder político, según las propuestas de dos estados. Israel ya está en la misma categoría que Sudáfrica en la época del apartheid. Y si impone la solución de dos estados, seguiría más en ese camino. La solución de dos estados que se ha propuesto se parece a una solución de bantustanes, muy parecida al gobierno sudafricano del apartheid.
Me parece que lo malo es preservar al estado de Israel en la forma de un estado judío-sionista en que se ha evolucionado desde hace 60 años. Como he tratado de esbozar en el libro, esta es una formación intrínsecamente contradictoria que solo puede sobrevivir si ataca a sus vecinos y extiende el racismo. Una solución de dos estados, con un estado judío igual al de hoy, probablemente sería un preludio al traslado de los árabes palestinos de Israel al estado palestino, que es una situación horroroso.
La solución de un solo estado es una situación muy difícil y nadie sabe con precisión cómo realizarla, pero tiene una gran ventaja en comparación con la solución de dos estados: incorpora la idea de los derechos humanos universales y la democracia en los cimientos, así que se puede ver que hay una conexión lógica entre los fines y los medios. Sin embargo, la solución de un solo estado requiere la transformación de Israel en un estado que no es de y por el pueblo judío, sino de todos sus ciudadanos. Yo creo que esa es una muy buena idea. Creo que es buena para el pueblo judío, que en realidad ha estado dañado por los años de triunfo sionista, que los convirtieron en conquistadores brutales que han perdido gran parte de los valores de civilización que adquirieron durante los siglos como minoría oprimida en Europa. A lo mínimo los judíos europeos consiguieron muchos logros, especialmente después de la emancipación a comienzos del siglo 10. El principal logro del estado de Israel, sin embargo, ha sido militarismo, conquista y racismo. Esto les hace daño a todos.
Quiero subrayar que para mí la solución de un solo estado debe ser una transición a una solución de ningún estado. El ejemplo de la transformación de Sudáfrica es muy contundente y plantea preguntas serias. Los sudafricanos vencieron una forma de sociedad racista en gran medida haciendo un arreglo con el capital transnacional, especialmente con el Fondo Monetario Internacional, y esto ha tenido consecuencias ruinosas. Así que lo primordial que quiero plantear es: al construir un solo estado, hay que asegurar en lo posible que tiene un contenido socialista. Tiene que ser un estado más allá del capitalismo, o sea un estado más allá de las clases, y por eso a fin de cuentas dejará de ser un estado. Sabemos que esto no está a la vuelta de la esquina, pero tiene que ser la concepción que nos motiva al trazar planes para una sociedad digna para los seres humanos, en Palestina y en Israel.
Revolución: ¿Cuál ha sido la recepción de su libro Overcoming Zionism, tanto positiva como los esfuerzos por censurarlo?
Kovel: En cuanto a la “recepción oficial”, y de gran parte de los medios izquierdistas y liberales, lo han hecho caso omiso. Hasta la fecha ninguna publicación con amplia circulación ha publicado una reseña adecuada. Esta situación empeoró el verano pasado cuando los sionistas de Michigan, donde distribuye el libro la editorial de la Universidad de Michigan, lo atacaron. Como consecuencia de ese ataque, lo retiraron de la circulación, o sea, lo prohibieron. Eso provocó una campaña muy exitosa de la izquierda. Debido al trabajo del Comité en pro de una Discusión Abierta del Sionismo [www.codz.org], volvieron a circularlo y reafirmamos el contrato con la editorial, Pluto Press de Londres. Pero esta amenaza continúa. En general, este suceso fue positivo. Significa que el libro es peligroso a los que quiero que se sientan en peligro, o sea los sionistas y los grupos de presión sionistas, y lo toman en serio tanto que quisieron censurarlo. Me parece que esto es porque decidieron que hacer caso omiso no sería suficiente.
Hay que decir también que muchos han leído el libro. Muchos me han dicho que les gusta y que les ha influenciado. Los conmueve y les da una oportunidad de estar plenamente consciente de ciertas ideas que antes eran prohibidas, a saber que Israel no tiene el derecho de existir, porque ningún estado tiene el derecho de existir, o que el sionismo es una doctrina racista. Estas son dos ideas que no se debe tener y de que no se debe hablar. Hay serias consecuencias si uno dice que sionismo es racismo o que Israel no tiene el derecho de existir. Pero ahora se sienten cada vez más libres de hablar de eso. Contribuir a eso es un gran avance, así que la respuesta al libro me agrada mucho.
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Revolución #125, 6 de abril de 2008
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Por todo el país:
A mediados de marzo, en ciudades grandes y pueblos pequeños por todo el país, miles de personas protestaron contra cinco años de guerra y ocupación en Irak. El 19 de marzo del 2003, Estados Unidos inició la guerra injusta, ilegítima e inmoral contra Irak. La organización El Mundo no Puede Esperar dijo: “Se necesita mucho más, pero los sucesos de esta semana indican que existe la base para redoblar el tamaño y la resolución de la oposición a las guerras del gobierno de Bush y hacer oír la demanda de ¡parar esta guerra ya!”. El portal de El Mundo no Puede Esperar (worldcantwait.org) tiene informes de las protestas por todo el país.
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Revolución #125, 6 de abril de 2008
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Revolución #125, 6 de abril de 2008
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Fue un oficio rutinario de Pascua en una de las iglesias católicas más prestigiosas de Chicago. Poco después del comienzo de la homilía del cardenal Francis George, una voz declaró: “El segundo mandamiento dice no matarás, pero más de un millón de iraquíes han muerto en la invasión estadounidense de Irak”. Seis jóvenes activistas por la paz se pusieron de pie; se llaman Escolares Católicas Contra la Guerra. Otra activista gritó: “El 7 de enero almorzó con George Bush”. Cuando los ujieres y guardias de seguridad las rodearon, otra gritó y cayó al suelo en un charco de “sangre” y ahí inició un simulacro de muerte. Se las llevaron de la iglesia; gritaron: “Hasta el papa pide paz”. Las acusaron de delitos graves y podrían pasar de tres a cinco años en la cárcel. Salieron bajo fianzas de $25,000 a $35,000, contribuidos por sus partidarios.
La protesta duró menos de un minuto, pero como salió en las noticias televisadas causó mucha polémica. El mensaje de la prensa fue principalmente negativo. “Es un escándalo”, dijo un hombre con los pantalones salpicados de la “sangre” de las manifestantes. “Debe darles vergüenza”, dijo una parroquiana, que acusó a las manifestantes de asustar a los niños. El cardenal George, que primero dijo que se debe “agradecer a las que interrumpieron este día festivo”, más tarde las condenó por “violencia”. Incluso unos activistas contra la guerra dijeron que su acción fue contraproducente.
Kathy Kelly, coordinadora de Voces por la No Violencia Creativa y activista del Movimiento Obrero Católico, nos dijo: “Pienso que fue una acción extraordinaria. Me dio una lección de humildad. He participado con otros en experimentos como huelgas de hambre de 30 días, caminatas de paz por el país y equipos de paz en las zonas de guerra durante el bombardeo de Irak, y nada de eso logró tanto para correr la voz y provocar discusión como esta actividad de 50 segundos en la catedral del Santo Nombre…
“Creo que por lo general estoy en contacto con personas que lo toman en serio, como una oportunidad para reflexionar y hacer preguntas importantes. ¿Por qué molesta tanto a la gente en este país sangre teatral que mancha la ropa y las alfombras, pero no le molesta tanto la realidad de los cadáveres de los bombardeos y las balas, o la falta de servicios médicos en Irak hoy? Ha habido un enorme derramamiento de sangre, mucho sufrimiento, pesar, miseria y pobreza, y no ha provocado tanta emoción como estos 50 segundos de sangre teatral apretada de un tubo por accidente en ese momento por unas jóvenes que decidieron que no podían sentarse de brazos cruzados sin hacer nada, así que aprovecharon la oportunidad del domingo de Pascua, cuando sabían que los cristianos se reunirían para celebrar en la catedral, para pedirles que examinaran de cerca el derramamiento de sangre en Irak”.
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Revolución #125, 6 de abril de 2008
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Empezando el 14 de marzo, estallaron rebeliones en Tibet contra el reaccionario gobierno de China. Ha sido difícil obtener informes confiables sobre los sucesos, ya que la mayoría son del gobierno chino o de individuos y no se los puede verificar. Pero esta parece ser la mayor protesta contra el gobierno en Tibet desde hace 20 años.
Este conflicto en Tibet es muy complejo, con diferentes fuerzas de clase e intereses, y diferentes fuerzas políticas, como los grupos religiosos reaccionarios vinculados al imperialismo yanqui.
Por un lado, esta lucha tiene que ver con la opresión nacional del pueblo tibetano por un gobierno que se llama “socialista” y “comunista”… pero que NO lo es. El gobierno chino es reaccionario y capitalista. Por otro lado, ocurre en un contexto internacional mayor. Estados Unidos busca agresivamente extender y apretar su dominación mundial imperialista. Tibet está en una región del mundo de importancia geoestratégica, donde Estados Unidos tiene mucho en juego en Afganistán, Pakistán e India. Estados Unidos tiene una larga historia de apoyar a fuerzas reaccionarias en Tibet; la CIA ha trabajado de la mano con el Dalai Lama y lo ha apoyado. Hoy, unos sectores de la clase dominante estadounidense están promoviendo al Dalai Lama y lo están utilizando para presionar, desestabilizar y hasta destrozar a China, que consideran un rival estratégico económico y político de largo plazo a su dominación global. Hay que oponernos a las maniobras del imperialismo estadounidense en Tibet.
Varios informes indican que cientos de monjes budistas iniciaron una marcha desde el monasterio Drepung Loseling hacia la capital, Lhasa. En camino, la policía los paró y arrestó a entre 50 y 60 monjes. Luego otros monjes de Drepung se unieron a una huelga de brazos caídos.
Al día siguiente, el sábado por la mañana, en un mercado al aire libre unos monjes y otros tibetanos empezaron una protesta y hubo escaramuzas con las fuerzas de seguridad chinas. Según testigos y videos, tibetanos airados quemaron carros y vehículos militares y atacaron edificios gubernamentales y tiendas de propietarios chinos. Al anochecer, las autoridades impusieron un toque de queda y mandaron soldados a patrullar las calles.
Las protestas continuaron por varios días, y miles de tibetanos chocaron con la policía de motín. También hubo informes de protestas de tibetanos en otras ciudades de China e India. Si bien los informes sobre la cantidad de víctimas no son fidedignos, parece que murieron manifestantes, tenderos y fuerzas de seguridad. El 24 de marzo, 11 días después de los primeros enfrentamientos, el New York Times informó que miles de policías paramilitares y soldados del ejército ocuparon Lhasa.
Tres etapas de la historia moderna de Tibet
El pueblo tibetano es una minoría étnica en China oprimida por el sistema capitalista en China, y que esa opresión ha redoblado en los últimos años. Pero para entender lo que está pasando, primero es importante entender que la historia de Tibet (oficialmente conocida como la Región Autónoma de Tibet) NO ha sido, como dicen los grandes medios, una historia de oposición a un mismo gobierno desde 1949.
La historia moderna de Tibet se divide en tres etapas. Antes de 1949, Tibet no era, como se suele decir, un paraíso de armonía y paz. Lo gobernaba una salvaje teocracia en la que la doctrina budista reforzaba el orden de las clases y la opresión social. De 1951 a 1976, tras la victoria de la revolución comunista, Tibet ingresó al proceso revolucionario de la construcción del socialismo, con reformas económicas y sociales radicales y liberadoras. Luego, desde la restauración del capitalismo en China en 1976, el pueblo tibetano ha sufrido explotación, subyugación como pueblo, supresión de su cultura y el desarrollo capitalista acelerado, que es una amenaza al medio ambiente. (Ver artículo: “Tibet: De teocracia salvaje a liberación socialista a pesadilla capitalista”)
¿De qué se trata el descontento?
Mucha gente piensa que lo que está pasando en Tibet es que “un gobierno comunista oprime a fuerzas religiosas”. Pero esta es una idea equivocada: el gobierno chino NO es socialista ni comunista. Además, aunque el gobierno chino está reprimiendo a fuerzas religiosas budistas (entre ellas los reaccionarios partidarios teocráticos del Dalai Lama, ligados al imperialismo yanqui), esto es parte y ocurre en el contexto de la opresión nacional y represión generales del pueblo tibetano.
Mucho de lo que la gente en Estados Unidos sabe de Tibet viene de lo que las noticias dicen sobre el Dalai Lama, quien para muchos es símbolo de “la paz y la no violencia”. Pero la verdad es que cuando estaba en Tibet, el Dalai Lama y su familia eran dueños de siervos y opresores feudales. Y desde que huyó de Tibet en 1959, ha sido el líder religioso de un movimiento pro Estados Unidos y pro imperialista de tibetanos exiliados. Su visión actual de Tibet abarca tanto llegar a un acuerdo con el gobierno chino (y su programa de desarrollo capitalista), como la integración directa de Tibet a los planes del imperialismo occidental, y especialmente de Estados Unidos.
Repito, ha sido difícil determinar el carácter y los contornos de estas protestas por la dificultad de obtener informes confiables. Y un análisis de esto no está al alcance de este artículo. Pero se puede decir ciertas cosas sobre el carácter de clase de las fuerzas que están participando en el levantamiento.
Entre los factores del levantamiento están el apoyo al Dalai Lama y la libertad de religión. Hay una fuerte represión contra los que apoyan al Dalai Lama y exigen independencia. Por ejemplo, se dice que a los empleados del gobierno de Tibet se los presiona (o requiere) a repudiar al Dalai Lama y es prohibido ondear la bandera tibetana. Como parte de la opresión general del pueblo tibetano, reprimen la religión budista y la cultura tibetana. Y las varias fuerzas religiosas e independentistas, entre ellas las que apoyan al Dalai Lama, han desempeñado un papel importante en las protestas. Lo que los medios grandes casi no mencionan, y lo que no es obvio, es que hay problemas políticos y económicos mayores que han provocado el masivo y amplio descontento en Tibet, que ahora está chocando con las fuerzas del gobierno chino.
Las multitudes de tibetanos airados, entre ellas muchos jóvenes desempleados, atacaron y quemaron símbolos del desarrollo capitalista, como una rama del Banco de China, así como hoteles y otros establecimientos que atienden a turistas y tiendas chinas, que son un ejemplo inmediato y visible de la discriminación que sufren los tibetanos. El pueblo han forma la mayoría de la población de China y los hui son chinos musulmanes que desempeñan un papel importante en el comercio en Tibet. En las últimas dos décadas, y especialmente en los últimos años, muchos han y hui se han trasladado a Tibet como parte importante de sentar una infraestructura económica y estructura social capitalistas en las cuales los tibetanos sufren discriminación. La gran mayoría de los más de un millón de turistas que van a Tibet cada año son han.
En Tibet y las provincias vecinas de Quinghai, Gansu y Sichuan, los tibetanos viven al lado de los han que han estado llegando en grandes cantidades, atraídos por las enormes inversiones estatales y subvenciones estatales para los capitalistas. Pero ahí existen dos mundos separados y disparejos, y muchos han desprecian y desconfían de los tibetanos, a quienes consideran inferiores. Los tibetanos se sienten resentidos y tienen mucha indignación por su subyugación y opresión. En Tibet, por lo general el privilegio y el poder están en manos de los han, y muchos de los dueños de negocios son han o hui. Por su parte, los tibetanos experimentan discriminación y viven en los distritos pobres de las ciudades y las aldeas pobres.
La pesadilla de la “modernización” capitalista en Tibet
La China capitalista, aunque sigue dependiente y subordinada al imperialismo, tiene ambiciones regionales y globales. El programa del gobierno chino para Tibet concuerda con el programa económico y social que está implementando por todo el país: un programa de “modernización” capitalista acelerado. Para las masas tibetanas, así como para las masas chinas de todo el país, eso significa más explotación y más pobreza. También significa una mayor brecha entre ricos y pobres, entre los que tienen y los que no tienen. La restauración del capitalismo ha sido y sigue siendo una pesadilla para las masas populares de China, y especialmente para las nacionalidades oprimidas como los tibetanos. Y lo que se requiere es nada más ni menos que otra revolución y una sociedad socialista auténtica para liberar a todos los pueblos de China.
La explotación y opresión capitalista, así como la opresión nacional, tienen varias dimensiones en Tibet. Un ejemplo de eso es el muy célebre ferrocarril que terminó de construirse en el 2006. Une a Tibet con China, costó $4.1 mil millones y supuestamente es indispensable para el desarrollo de la economía tibetana. Los tibetanos esperaban que generaría trabajos, rebajaría el precio de las importaciones y elevaría el nivel de vida. Pero la realidad es que el desempleo entre los tibetanos es muy alto, ya que la mayoría de los trabajos nuevos (o los mejores) se los dieron a los han. La situación para la mayoría de tibetanos que viven en las zonas rurales ha mejorado muy poco. El desarrollo económico imprudente en Tibet también ha aumentado las amenazas al medio ambiente. Además, como han señalado varios analistas, a todo esto le acompaña la descarada corrupción de los funcionarios del gobierno y los empresarios.
Una de las principales razones para la construcción del ferrocarril es que el gobierno central busca fuentes baratas de recursos naturales para el desarrollo impulsado por las ganancias, y quiere crear un sistema de transporte más eficiente para extraer las enormes cantidades de cobre, hierro, plomo y otros minerales que se encuentran en las alturas de Tibet, que conservan su belleza natural.
En el pasado, la minería en Tibet era de pequeña escala, en comparación con las normas mundiales, pero la industria metalúrgica china ahora opera por todo el mundo en el contexto de la competencia capitalista, vende y compra en los mercados mundiales, y requiere enormes cantidades de minerales. Gabriel Laffitte es asesor de desarrollo que trabaja con los exilados tibetanos reaccionarios en torno al Dalai Lama que apoyan el desarrollo capitalista. Pero en un artículo sobre la minería en Tibet escribió: “Para decidir dónde en Tibet abrir una mina o una fundición, las compañías de acero y de cobre chinas compararán el costo de la extracción en Tibet con el costo de una operación similar en Brasil, Canadá, Australia u Orissa… Los depósitos minerales de Tibet que antes parecían muy lejanos, caros y complicados para la industria china, que se centra en la costa, ahora podrían ser rentables debido al aumento del precio mundial y la escasez de energía y minerales”. (Tibet Bulletin, enero-abril del 2007, en tibet.net)
El desarrollo de la minería es solo un aspecto de los intereses y exigencias del capitalismo globalizado que imponen el marco para las inversiones en Tibet e impulsan y moldean el desarrollo económico.
Además, el gobierno central fomenta el turismo como un componente importante del desarrollo capitalista en Tibet. El resultado es perjudicial para el pueblo tibetano, porque la industria ofrece servicios a los no tibetanos y gran parte del desarrollo ocurre en las ciudades. Todo esto contribuye a mayores desigualdades, como entre las zonas urbanas y las rurales, y entre los que trabajan en las ciudades y los campesinos.
Para el pueblo tibetano, todo eso significa más superexplotación, desigualdad y discriminación. Y esto está provocando el gran descontento e indignación que han estallado en las calles. \
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Revolución #125, 6 de abril de 2008
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La revolución comunista dirigida por Mao Tsetung liberó a China en 1949. Antes de eso, a Tibet (una zona remota del oeste de China) lo gobernaba una teocracia feudal budista (dirigida por el Dalai Lama) que explotaba y oprimía salvajemente a la población. La mayor parte de la tierra cultivable era propiedad de los lamas (monjes budistas) de alto rango y la aristocracia laica. Menos de 700 de estos altos monjes y señores feudales controlaban el 93% de la tierra y riqueza.
La mayoría de la población de las zonas rurales de Tibet eran siervos obligados a trabajar toda la vida por los altos monjes y la aristocracia. Los dueños feudales dictaban los cultivos y se apoderaban de la mayor parte de los granos, y agobiaban cada vez más de deudas a los siervos. Los sometían a trabajos forzados e impuestos onerosos, como por ejemplos impuestos a los recién nacidos. A las familias de siervos les quitaban muchas niñas para trabajar como criadas para los aristócratas y muchos niños para ser monjes en los monasterios. (Se puede encontrar informes sobre Tibet antes de 1949 en A. Tom Grunfeld, The Making of Modern Tibet, M.E. Sharpe, 1996; Anna Louise Strong, Tibetan Interviews, Peking New World Press, 1929; Michael Parenti, “Friendly Feudalims: The Tibet Myth”, 7 de julio de 2003, swans.com)
Un 5% de los tibetanos eran esclavos (principalmente esclavos domésticos) que no tenían el derecho de sembrar para sí mismos; muchas veces los hacían trabajar o los golpeaban hasta que morían. Los monjes de bajo nivel (un 10% de la población) también eran básicamente esclavos, obligados a quedarse en los monasterios y estar al servicio de los lamas de alto nivel.
Los señores feudales imponían el orden social con su pequeño ejército profesional y pandillas armadas. Respondían a la resistencia o hasta la falta de cooperación con castigos sádicos, como la tortura o mutilaciones como sacarle los ojos.
La ideología reaccionaria del lamaísmo, la forma de budismo en Tibet, era clave para todo este orden social. Una creencia central del lamaísmo es que los seres humanos tienen un alma que nace y vuelve a nacer muchas veces (la reencarnación) y que la posición de una persona en el mundo la predetermina lo que él o ella hizo en una vida previa (karma). Pensaban que ser mujer, por ejemplo, era un castigo por haber pecado en una vida previa. Con tales mitos y supersticiones religiosos justificaban la extrema opresión para mantener a las masas en una posición subordinada.
Antes de la liberación, Tibet era un lugar aislado y atrasado. No había caminos para vehículos con ruedas. La mayoría de los niños morían antes de cumplir un año. Más del 70% de la población sufría de enfermedades venéreas y 20% de viruela.
El feudalismo en Tibet no era un paraíso terrenal gobernado por monjes benévolos en armonía pacífica, sino una pesadilla y horror para la gran mayoría. Las relaciones e ideas feudales mantenían a toda la sociedad en un estado de atraso.
La revolución viene a Tibet
La victoria de la revolución dirigida por Mao en 1949 llevó un nuevo día a China. Estados Unidos y las demás potencias imperialistas trataron de aplastar la revolución. En 1950, por ejemplo, las fuerzas estadounidenses invadieron Corea y se acercaron a la frontera con China.
Los maoístas querían incorporar a Tibet (y otras regiones remotas de China) al proceso revolucionario, para transformar las relaciones opresivas y bloquear la intriga e intervención imperialistas en las fronteras. En 1951 el estado revolucionario chino firmó un tratado con el gobierno tibetano, y el Ejército Popular de Liberación (EPL) entró pacíficamente a Lhasa, la capital de Tibet. El acuerdo le dio autonomía a Tibet bajo el Dalai Lama, mientras el gobierno central controlaba las fuerzas armadas y la política exterior (igual que otras zonas autónomas de minorías nacionales) y podía fomentar reformas sociales. Las propiedades de los monasterios seguían intactas y los señores feudales seguían dominando a los campesinos. Pero abolieron la usura, construyeron caminos y hospitales y un sistema escolar laico empezó a echar raíces. (Felix Greene, A Curtain of Ignorance, Doubleday, 1961; Pradyumna P. Karan, The Changing Face of Tibet: The Impact of Chinese Communist Ideology on the Landscape, UP of Kentucky, 1976)
En 1956-1957, los terratenientes feudales (con el apoyo de la CIA) organizaron rebeliones armadas, como parte del cerco imperialista de la República Popular de China que cobraba fuerza. En 1959, monjes armados y soldados tibetanos iniciaron un levantamiento contrarrevolucionario, que tenía poco apoyo popular y se derrumbó rápidamente. El Dalai Lama huyó a India en un operativo clandestino de la CIA, y llevó consigo enormes riquezas exprimidas de los oprimidos. Grandes sectores de los clérigos altos y la aristocracia feudal lo siguieron al exilio. (Kenneth Conboy y James Morrison, The CIA’s Secret War in Tibet, U of Kansas Press, 2002; Richard M. Bennett, “Tibet, the ‘great game’ and the CIA”, Asia Times, 25 de marzo de 2008)
Se inició una nueva fase de cambios radicales. Organizaron reuniones de masas y movilizaciones de campesinos, en las cuales las mujeres desempeñaron un papel importante. Abolieron la esclavitud y el trabajo no remunerado de los siervos. Repartieron grandes territorios controlados por los terratenientes feudales a los siervos emancipados y campesinos sin tierra. Construyeron más caminos y escuelas, desarrollaron el sistema médico y otros aspectos de la infraestructura. La población gozaba de la libertad de no creer en el dogma religioso esclavizador. (Felix Greene, A Curtain of Ignorance, Doubleday, 1961; Grunfeld, The Makng of Modern Tibet)
A partir de mediados de los años 60, una gran agitación social sacudió a China: la Gran Revolución Cultural Proletaria. Las fuerzas revisionistas (“comunistas” falsos) en el seno del Partido Comunista se habían apoderado de puestos clave del poder y amenazaban con restaurar el capitalismo en China. La respuesta de Mao fue una revolución dentro de la revolución: exhortó a centenares de millones de masas a volver a conquistar el poder de los seguidores del camino capitalista y en el proceso seguir revolucionando la sociedad.
La Revolución Cultural efectuó cambios profundos en Tibet. Organizaron comunas agrícolas, iniciaron proyectos de irrigación y aumentaron la producción alimenticia. Los “médicos descalzos” —trabajadores médicos capacitados de entre las masas— llevaron servicios médicos regulares a muchas zonas rurales por primera vez. La mitad de los médicos descalzos eran mujeres; antes la doctrina budista prohibía que la mujer fuera médica. Propagaron la alfabetización y el conocimiento científico básico en la población y libraron luchas ideológicas contra las costumbres y valores feudales.
Varias fuerzas han difundido mentiras acerca del “genocidio cultural” en Tibet durante la Revolución Cultural. Una acusación es que Mao mandó que los Guardias Rojos profanaran y destruyeran a escala grande. Pero no es cierto. La destrucción de unos monasterios y santuarios la llevaron a cabo principalmente activistas y Guardias Rojos tibetanos, y no (según se acusa) Guardias Rojos no tibetanos que “invadieron” Tibet. (Mobo Gao, The Battle for China’s Past, Pluto, 2008) Ocurrieron excesos, pero es importante entender esto en el contexto de la lucha mayor contra la influencia pasada y actual de las reaccionarias supersticiones lamaístas y sus símbolos, tanto como la riqueza que quedaba de los amos feudales en la forma de propiedades monásticas. Y las fuerzas maoístas trataron de frenar algunos de esos excesos.
Las fuerzas revolucionarias tenían que hacerle frente a una contradicción compleja. Por un lado, las nacionalidades minoritarias, como los tibetanos, tenían el derecho de tener su propia cultura nacional. Pero en Tibet, esa cultura estaba ligada íntimamente a la religión lamaísta, que era una cadena pesada para el pueblo. Hay que investigar mucho más cómo los maoístas manejaron esa contradicción, y sintetizar más lo correcto y lo incorrecto, para manejar mejor contradicciones similares en las sociedades socialistas futuras. Lo que se puede decir es que las fuerzas maoístas libraron una lucha contra el chovinismo han (la nacionalidad mayoritaria de China) y a favor de la igualdad de las varias nacionalidades y culturas. Al mismo tiempo, dirigieron la lucha contra las “4 todas”: las viejas ideas, costumbres, cultura y hábitos de la sociedad feudal reaccionaria. La cultura tibetana floreció durante la Revolución Cultural: promovieron un solo dialecto tibetano; desarrollaron máquinas de escribir en tibetano; estudiaron la medicina tibetana tradicional; investigaron la historia de Tibet. Para 1975, la mitad de los máximos líderes en Tibet eran tibetanos.
Las organizaciones “Free Tibet” dicen sin prueba alguna que han matado a 1.2 millones desde 1950, especialmente durante la Revolución Cultural. En una columna del New York Times, Patrick French, ex director del grupo pro Dalai Lama Campaña de Libertad para Tibet, dijo que en sus investigaciones exhaustivas “descubrí que no existe ninguna prueba de esa cantidad de muertos”. Y al contrario de las afirmaciones acerca de la esterilización obligatoria en Tibet durante los años de Mao, en realidad libraron una campaña de educación acerca de la planificación familiar y pusieron el control de la natalidad voluntario a la disposición de la población. Reconocían que las zonas de minorías nacionales habían sufrido un mayor nivel de mortalidad infantil y de epidemias de enfermedades que las zonas han. La población de Tibet —que había disminuido antes de la liberación— creció durante los años de Mao. (Han Suyin, Lhasa, the Open City—A Journey to Tibet, Putnam, 1977; China Reconstructs, “Tibet—From Serfdom to Socialism”, marzo de 1976; Peking Review, “Tibet’s Big Leap—No Return to the Old System,” 4 de julio de 1975)
*****
La muerte de Mao en 1976 llevó a otro gran cambio en China: esta vez, un enorme salto reaccionario atrás. Los revisionistas conquistaron el poder por medio de un golpe de estado y restauraron el capitalismo en China, aunque seguían llamándose “comunistas” y afirmando que China era “socialista”. En Tibet, como por todo el país, el nuevo gobierno capitalista ha desmantelado la agricultura colectiva y las demás relaciones e instituciones socialistas. La polarización ha aumentado por toda la sociedad: entre ricos y pobres, entre zonas rurales y urbanas, entre hombres y mujeres, etc. La agricultura semifeudal ha vuelto a surgir, junto con formas capitalistas ligadas al capital internacional. El desarrollo no planeado de minería y la industria maderera ha tenido consecuencias ecológicas devastadoras. Se ha desencadenado el chovinismo han, y los capitalistas y su gobierno vuelven a dominar a Tibet y las demás zonas minoritarias.
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Revolution #125, April 6, 2008
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April 1, Tuesday, 7 pm
Making Revolution and Emancipating Humanity by Bob Avakian. Part 2: Everything We’re Doing is About Revolution. Fight the Power, and Transform the People, for Revolution.
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"Making Revolution and Emancipating Humanity" – by Bob Avakian-an ongoing series of discussions.
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"Making Revolution and Emancipating Humanity" – by Bob Avakian. Discussion: Is Marxism a science or religion? Does it matter? What is the importance of a fearless attitude towards the truth?
April 12, Saturday, 2 pm
Book release celebration and discussion-Away with All Gods! Unchaining the Mind and Radically Changing the World, by Bob Avakian
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Marc Falkoff, editor of Poems from Guantánamo: The Detainees Speak, will speak and sign his book. Falkoff is an assistant professor at Northern Illinois University College of Law and represents 17 Guantánamo Bay detainees.
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Neil Shubin, author of Your Inner Fish: A Journey into the 3.5-Billion-Year History of the Human Body. Slide Show, discussion, book signing.
April 24, Thursday, 7 pm
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Discussion "There is not an immigrant problem – There is a capitalism problem"
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Revolution Newspaper Discussion
April 3, Thursday, 4-6 p.m.
An afternoon with Maoist political economist Raymond Lotta, a presentation focusing on the experience of the Bolshevik and Chinese Revolutions in light of Bob Avakian's new synthesis: re-envisioning revolution and communism. This presentation will be followed by a Q&A.
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Celebrate the release of Away With All Gods! Unchaining the Mind and Radically Changing the World, a book by Bob Avakian.
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In the wake of the March 22nd presentation on "Re-envisioning Revolution and Communism: What IS Bob Avakian's New Synthesis?" more discussion with focus on the experience of the Soviet and Chinese Revolutions with Raymond Lotta.
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April 6, Secular Sunday Book Club, 1 pm
Informal discussion of Bob Avakian's Away With All Gods! Unchaining the Mind and Radically Changing the World. Bring your questions and comments on the book. We'll also talk about the historic importance of this new work and building for its major release celebration on April 10.
April 10, Thursday
Away With All Gods! Unchaining the Mind and Radically Changing the World - Book release celebration at the Downtown Central Library (see centerfold event listing for L.A. area).
April 11, Friday, 7 pm
Night of philosophy - Informal discussion on revolutionary philosophy and changing the world. What is dialectical materialism vs. determinism, apriorism, positivism, empiricism, and pragmatism? And why does it matter? Suggested readings: “Marxism as a Science—In Opposition to Mechanical Materialism, Idealism and Religiosity,” in Revolution #109; also Bob Avakian's Revolution DVD, Disk 3, "Dialectical materialism, historical materialism."
April 13, Sunday, 4 pm
"Making Revolution and Emancipating Humanity." Resuming bilingual discussion of Bob Avakian's recent talk. Focus will be on "Enriched What Is To Be Done-ism," excerpt in issue #113 of Revolution/Revolución newspaper.
April 16, Wednesday, 7 pm
Cinema Revolución - Remember the Titans, the true story of a newly appointed African-American coach and his high school team on their first season as a racially integrated unit.
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Reading circle/discussion of Bob Avakian’s series, “Making Revolution and Emancipating Humanity”
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Discussions of “Making Revolution and Emancipating Humanity—Part 2: Everything We’re Doing Is About Revolution” by Bob Avakian, Chairman of the Revolutionary Communist Party, USA
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Announcing a New Revolution Books in Seattle!
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April 2, Wednesday, 7pm
Author Event with Mike Palecek
Mike Palecek will speak and read from his two latest books Cost of Freedom: the Anthology of Peace and Activism and Iowa Terror.
April 5, Saturday, 7pm
Video Showing of testimony from Winter Soldier: Iraq & Afghanistan
Followed by discussion with members of World Can't Wait-Drive Out the Bush Regime and Vietnam Veterans Against the War Anti-Imperialist, the latter of whom attended Winter Soldier 2008.
Winter Soldier: Iraq and Afghanistan was four-day event in mid-March that brought together veterans from across the country to testify about their experiences in Iraq and Afghanistan - and present video and photographic evidence.
April 6, Sunday, 2:30pm
Reading & Discussion of this week's Revolution newspaper
April 11, Friday, 7pm
Film Showing: Rendition
April 12, Saturday, 7pm at Revolution Books
Book Release Party for Away With All Gods! Unchaining the Mind and Radically Changing the World by Bob Avakian
Dates to be announced
Group outings to Bring Revolution to the Movies! Hook up with people from Revolution Books to see and discuss great and controversial movies and get out Revolution Newspaper, orange ribbons, flyers, etc to other movie-goers. Upcoming movies to see are Chicago 10, Taxi to the Dark Side, and Battle in Seattle.
Detroit
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Every Sunday, 4 pm
Discussions of “Making Revolution and Emancipating Humanity—Part 2: Everything We’re Doing Is About Revolution” by Bob Avakian, Chairman of the Revolutionary Communist Party, USA
April 1, Tuesday, 6:30 pm
Book Release Party: Away with All Gods! Unchaining the Mind and Radically Changing the World by Bob Avakian. Buy books, celebrate the release, and help plan to get this book out boldly and broadly, including more book release events, at galleries, libraries, salons etc.
April 6, Sunday, 4 pm
Last discussion in "Making Revolution and Emancipating Humanity" series: Part 2, Heightened Parasitism and the Two Outmodeds: Revolution #118.
Upcoming Films at RBO:
"Yesterday", a young South African woman struggling with HIV; "Nothing But a Man," a rebellious young man and the conservative role of the Black church.
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April 7, Monday, 6:30 pm
Discussion on new book Away With All Gods! Unchaining the Mind and Radically Changing the World by Bob Avakian
From part 3: Religion - A Heavy, Heavy Chain: Religion, Fundamentalism, and the Slave Mentality
April 12, Saturday, 6:30-8 pm
We will have a special book release party on the newly published Away With All Gods! Unchaining the Mind and Radically Changing the World by Bob Avakian. (During the celebration of the bookstores of Harvard Square.)
April 12, Saturday, 3-7 pm (Please note date change)
The Harvard Square Business Association is hosting a series of events celebrating the bookstores of Harvard Square. Included in the events is a walking tour of the Square, where participants, who get a special passport stamped by all the stores (including Revolution Books) will be eligible for special prizes. Volunteer to help the store on that day, with special displays, flyers and promotions.
Atlanta
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Open Wednesdays & Fridays 4 pm - 7 pm,
Saturdays 2 pm - 7 pm
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Revolución #125, 6 de abril de 2008
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La entrevista de REVOLUCIÓN
Una sección especial para que nuestros lectores se familiaricen con las opiniones de importantes figuras del arte, la música y la literatura, la ciencia, el deporte y la política. Los entrevistados expresan sus propias opiniones, naturalmente, y no son responsables de las ideas que aparecen en otras partes de este periódico o nuestra página web.
Dawn Sherman, atea de 14 años de edad:
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La corresponsal de Revolución Alice Woodward entrevistó a Dawn Sherman, una estudiante de prepa de Chicago que tiene 14 años y entabló una demanda contra la “Ley de Reflexión Silenciosa y Oración Estudiantil” de Illinois.
Revolución: Cuéntanos por qué entablaste una demanda contra la “Ley de Reflexión Silenciosa y Oración Estudiantil” de Illinois.
Dawn Sherman: La ley original, antes de que fuera enmendado para decir “lo hará” en lugar de decir “podría hacerlo”, solo dijo que el maestro de una clase podría tener la oportunidad de pedir un momento de silencio en el cual los estudiantes o podrían reflexionar en silencio u orar. La ley contra la cual peleamos mi padre y yo era la que remplazó la palabra “podría hacerlo” con “lo hará”, que ahora requiere que todos los días el maestro pida un período breve de silencio durante el cual los estudiantes oran o reflexionan en silencio. Sabemos que es una aprobación de la religión, la cual no se la permite al gobierno; específicamente requiere que el estudiante considere orar por lo menos como opción, y el que no elige la oración que reflexione en silencio, por eso es una aprobación de la oración y la religión, y no queremos que metan la religión en la educación pública.
Entablamos una demanda contra el Distrito Escolar 214. El juez era el juez Gettleman. Nuestra primer meta era obtener un mandamiento judicial en contra del requisito del Distrito 214 para el momento de silencio, y nuestra meta final era de extenderlo a todo el estado y declararlo anticonstitucional para que no se le permita a ninguna escuela ni distrito escolar. El juez dijo que probablemente era anticonstitucional y ordenó el mandamiento judicial de emergencia que pedimos, pero no lo extendió a todo el estado. Por eso seguimos preparando argumentos para la corte.
Revolución: Dime, ¿por qué esto es importante, en tu opinión?
Dawn Sherman: Es importante porque la Constitución garantiza mis derechos como ciudadana de Estados Unidos, por la Primer Enmienda tengo el derecho de la libertad religiosa o la libertad de no tener una religión. Permitir que violen ese derecho, aunque en un solo caso o un caso menor, indica que se les permitirá violar en grande mis derechos. Puede que a algunas personas no se les haga gran cosa pasar 15 segundos en silencio en algo que aprueba la oración y la religión, pero a mí sí se me hace gran cosa porque si lo permito, indica que cualquiera me podría violar mis derechos constitucionales de libertad de religión. También es un enorme desperdicio de mi tiempo, le quita por lo menos cuatro horas al año de mi educación, y más importante, es una aprobación de la oración.
Revolución: ¿Cuál ha sido la reacción de los alumnos y maestros en tu escuela?
Dawn Sherman: La mayoría de la discusión y el debate que he tenido ha sido con otros alumnos, pero sé que hay algunos maestros que piensan que la ley es ridícula, creo que hay otros que simplemente no les importa. Entre los alumnos hay muchos. Eso ya no ocurre mucho pero ocurría más en el principio cuando entablamos la demanda contra el Distrito 214, en ese entonces se me acercaban y me preguntaban qué tanto. Para ellos solo se trataba de 15 segundos y no les parecía gran cosa; uno que otro pensaban que era magnífico lo que yo estaba haciendo, me felicitaban por haber logrado el mandamiento judicial de emergencia, también uno que otro se me ponían picudos, pero a la mayoría no les importaba.
Revolución: ¿Te han atacado en alguna forma por tomar esa posición?
Dawn Sherman: Ningún maestro ni administrador me ha dicho algo sobre el caso, pero sí ha sido el tema de debate entre mí y uno u otro alumno, y varios me han hecho preguntas al respecto, pero realmente nadie me ha hostigado, aparte de aquellos que dicen “god bless you” bien recio en frente de mí cada vez que alguien haga el fingido muy obvio de estornudar. A veces estoy pasando y alguien dice a sus amigos, “Que dios bendiga a Estados Unidos” o “Amo a dios”, solo lo hacen para irritarme pero no funciona.
Revolución: ¿Cuál ha sido la reacción de otra gente fuera de la escuela?
Dawn Sherman: La mayoría de la información que tengo sobre la opinión de la gente a través el país o aquí en la vecindad sale de cartas a la Redacción del Daily Herald, y en ocasiones del Tribune y el Sun Times. El Chicago Tribune puso su artículo en su website con más de mil comentarios. Estaban divididos más o menos en partes iguales, con la mitad muy a favor de lo que yo estaba haciendo y la otra mitad que piensa que soy una idiota, que mi papá me lavó el coco, que trabajamos en equipo para perderle el tiempo a la gente, que hubiéramos de entrarle a la vida personal. Y comentaron desde diferentes partes del mundo, por ejemplo el primerito comentario vino desde Albania; parece que todos los del extranjero estaban de acuerdo conmigo. El de Albania me felicitó por defender mis derechos y por ser tan decidida a tan tierna edad. Uno de Francia entró en una discusión muy intensa con un par de otras personas; dijo que Estados Unidos se está convirtiendo en una teocracia y que yo me estaba oponiendo y previniendo a que se convierta en una teocracia y por eso se le hacía a todo dar.
Revolución: ¿Cuándo decidiste que eras atea?
Dawn Sherman: Como a los cinco años. Todos decían que solamente era atea porque nada más me tragaba todo lo que mi papá me enseñaba, y como era bien necia a los cinco años decía: “¡Les voy a comprobar que no es cierto!”. Fui a la biblioteca, por pura casualidad un día vi una Biblia y de hecho me daban ganas de hojearla a ver qué traía. Mis padres estaban completamente de acuerdo, para ellos está perfectamente aceptable que lea la Biblia y de hecho la he leído. La hojeé a los cinco años, de hecho acababa de aprender a leer y lo primero que leí eran los diez mandamientos. Dije entre mí, eso no tiene chiste, es terrible, ¿por qué, si dios es tan omnipotente, tan maravilloso, tan bueno y tan cariñoso, por qué castiga a la gente por lo que es parte de la naturaleza humana? Que no tengas envidia, que no te enojes, que no quieras vengarte de alguien que te ha hecho mucho daño, como por ejemplo tu peor enemigo. No tiene sentido, todo eso está en la naturaleza humana, y supuestamente así nos creó dios según los cristianos, los católicos, los judíos y todo creyente, creen que dios nos creó como estamos ahorita y tenemos nuestra manera independiente de hacer de ello lo que hagamos. Y si nos creó con nuestra naturaleza humana entonces ¡no es justo que nos castigue por ella! Y castigarnos por las cualidades que él mismo nos dio; por eso no creo que exista porque alguien que fuera tan maravilloso y tan cariñoso no lo haría.
Revolución: Muchas veces cuando digo a la gente que no creo en dios, lo primero que me preguntan es, ¿entonces de dónde vienes? ¿Cuál es tu respuesta?
Dawn Sherman: De hecho, sí tengo una respuesta a esa pregunta ¡que recién aprendí! Sí creo que somos producto de la evolución y hace poquito leí un artículo en sciencenews.com, “Seafloor Chemistry: Life’s building blocks made inorganically” (“La química del fondo del mar: Crear inorgánicamente los materiales básicos de la vida”) [http://www.sciencenews.org/articles/20080202/fob1.asp], que dice que ¡la vida podría haberse originado en las chimeneas hidrotérmicas del océano Atlántico! Hay reacciones inorgánicas que están creando materiales orgánicas en las chimeneas hidrotérmicas en un lugar llamado la Ciudad Perdida. Antes yo solo podía decir, creo que salimos de la evolución pero no estoy segura de dónde salieron las primeras células con vida, pero sé que salieron de algo y que no fuera dios. ¡Ahora tengo la respuesta!
Revolución: Cuéntanos más sobre eso.
Dawn Sherman: Chimenea hidrotérmica. Son cositas al fondo del mar que arrojan materiales ácidos muy calientes que frecuentemente contienen muchos gases. Muy pocos organismos aguantan vivir allí, solo bacteria conocida como bacteria archae puede vivir y sobrevivir allí. Bueno es un clima extremadamente extremo, y resultan en esas torres porque los materiales como que se amontonan y se pegan para crear unas torres y lo único de la ciudad perdida es que es la única chimenea hidrotérmica que se conoce que de hecho funciona de esa manera de que le salen reacciones inorgánicas que crean moléculas orgánicas y que tiene torres tan enormes. No es común para una chimenea hidrotérmica pero es uno de los sistemas de chimeneas hidrotérmicas más grandes del mundo y está justo en el centro del océano Atlántico.
Revolución: ¿Cuales otras discusiones has tenido sobre la Biblia?
Dawn Sherman: En ocasiones he platicado sobre la Biblia e ideas y conceptos que tiene la gente sobre dios, de que dios nos causa estos sufrimientos para enseñarnos y llevarnos a aceptarlo y guiarnos por el camino correcto. Mi respuesta inmediata a todo eso es que, bueno ahora te quedaste como la víctima, ¿por qué un dios noble y cariñoso te iba a victimizar simplemente para comprobar que le eras fiel? Es una de las conversaciones principales que he tenido con los creyentes más aferrados. Mucha gente me pregunta que si rindo culto al diablo, y esa es una de las preguntas más perpendiculares que me han preguntado jamás, aunque es muy común que me la preguntan; pues dios y el diablo son dos temas muy relacionados, si no crees en uno no puedes creer en el otro. Si no creo en dios, no puedo creer en el diablo, y no puedo rendirle culto tampoco.
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Revolución #125, 6 de abril de 2008
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El escándalo de Spitzer
La revelación de que el gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, fue cliente repetidas veces de un grupo de prostitutas y su decisión de renunciar el 12 de marzo desataron un frenesí periodístico. No se sabe quiénes iniciaron el escándalo ni por qué lo hicieron ahora. Pero un aspecto muy revelador de los informes fue el comentario de Ashley Alexandra Dupre (conocida como “Kristen”), de 22 años, en una entrevista que le hizo el New York Times: “No quiero que me vean como un monstruo”.
¿Por qué se le va a ver a ella como un “monstruo” en este incidente? Lo monstruoso es un mundo en que millones de jóvenes y mujeres son víctimas del tráfico sexual y la prostitución, literalmente compradas y vendidas como mercancías, la vida deformada y distorsionada, sometidas a la subordinación, la degradación, la violencia y la crueldad. Lo monstruoso es la idea de que un hombre puede comprar el derecho de tratar a una mujer como objeto sexual y mercancía… en esencia, que puede comprar la humanidad de una mujer. Pero en todos los informes casi no se ha dicho nada en oposición a la existencia de la prostitución; de hecho, se considera una de las “realidades de la vida”.
“Así son los hombres”… eso es lo que han dicho muchos comentaristas. Si así es, ¿qué tienen que ser y hacer las mujeres? En esta sociedad tienen que subordinarse al hombre y dejar que los hombres controlen su sexualidad. En la sociedad feudal, se compraban esposas (y eso sigue pasando hoy). En la sociedad capitalista, todavía controlan su sexualidad… y la tratan como mercancía. Esto lo justifican con declaraciones seudocientíficas acerca de la “naturaleza humana” o la mitología religiosa (como la historia de la transgresión de Eva en el paraíso terrenal), pero no es más ni menos que un ejemplo concentrado de la opresión de la mujer.
Para esbozarlo en términos generales, esa opresión surgió con la división de la sociedad en clases hace varios miles de años; antes la gente vivía en sociedades de cazadores-recolectores en que las relaciones de hombres y mujeres eran más igualitarias. Pero especialmente con el ascenso de la agricultura, surgió la propiedad privada… y los hombres dominaban típicamente esta nueva forma, debido a su papel previo en la división del trabajo. (La experiencia de los hombres de formar grupos de cazadores, cuidar a los animales, etc., los dejó en una posición para dominar las nuevas formas de agricultura estable realizadas por muchos individuos). Con la necesidad de preservar y heredar la nueva propiedad privada, los hombres tenían que saber quiénes eran sus hijos, y con eso surgieron las restricciones a la sexualidad femenina. Los frutos del trabajo de la mujer pasaron a ser propiedad alienable controlada por el hombre, y su papel esencial se institucionalizó como reproductora. La prostitución fue de la mano con esto: una forma de sexualidad privilegiada solo para los hombres.
Hoy todavía se trata a las niñas, desde el nacimiento, como propiedad de los padres, y del padre en particular. (Incluso si la madre hace la mayor parte del trabajo, el padre “sabe lo que es mejor”, como decía el título de un programa de televisión de los años 50). Cada año a millones de niñas las maltratan, abusan y violan en la familia… y les enseñan de muchas otras maneras que su valor depende de su atractivo a los hombres. En el matrimonio, el padre “entrega” simbólicamente a la mujer, para ser propiedad simbólica del esposo. Desde el comienzo, a las relaciones entre mujer y hombres las influencia y condiciona el marco general de las relaciones sociales, en que la opresión de la mujer es una parte fundamental.
La forma ha variado durante la historia y en los lugares diferentes, y ha dependido del tipo de sociedad, pero hay que decir: ¿quién quiere vivir en una sociedad que tiene esta clase de relaciones? ¿Quién quiere vivir en un mundo que tiene esta clase de moral? ¿Y en qué clase de sociedad una mitad subyuga y oprime a la otra mitad, no importa la justificación que dé?
La prostitución: Una fuerte concentración de la opresión
de la mujer
La prostitución es una fuerte concentración de estas relaciones sociales opresivas. La “profesión más antigua” desarrolló de la mano, y está vinculada íntegramente, con la primera división de la sociedad en clases, y el surgimiento de la familia patriarcal y los valores familiares que conlleva, que justifican e imponen el control masculino de la mujer y los niños. Hoy, la expresión la “profesión más antigua” huele a que es otra trayectoria profesional más, una idea reforzada por los informes periodísticos acerca de unas prostitutas que ganan miles de dólares en una noche. Un estudio de prostitutas de San Francisco desmiente esto: demostró que al 82% las han agredido físicamente, el 55% por los clientes. El 68% informaron que las han violado, y la mayoría más de cinco veces.
Además, Melissa Farley y Victor Malarek, autores de varios libros sobre el tráfico sexual y la prostitución, escribieron en el New York Times que “los estudios demuestran que a la mayoría de las prostitutas, entre ellas la mayoría de las que trabajan con los servicios de acompañantes, las abusaron de niñas. El incesto prepara a las jóvenes para la prostitución, porque les dice lo que valen y lo que se espera de ellas. Otras fuerzas que encauzan a la mujer a la prostitución son las dificultades económicas y el racismo”. Una telefonista del grupo de prostitutas que utilizó Spitzer se quejó de que una de las mujeres limitó el tiempo que pasó con los clientes porque tenía que recoger a sus hijos de la escuela.
Una moral diferente… un mundo diferente
¿Qué dice acerca de esta sociedad que la mujer tiene que recurrir a esta degradación y peligro?
Pero no tiene que ser así.
Puede haber un mundo totalmente diferente en que la liberación de la mujer es un elemento clave de la emancipación de toda la humanidad y en que la liberación de la mujer contribuye al avance de toda la sociedad… en que a las niñas y los niños los tratan plenamente como seres humanos desde el nacimiento, libres de estereotipos de género y propiedad de nadie… en que las relaciones de mercancía —y la mentalidad que engendran— no marcan ni condicionan a todo, incluso cómo el hombre trata a la mujer y cómo la mujer se ve a sí misma… en que la violación y el maltrato de la mujer es cosa del pasado y la gente se pregunta cómo lo que debe ser un acto feliz podía haber sido una relación de violencia… en que la emancipación de la humanidad conlleva, entre otras cosas, nuevos valores y las relaciones sexuales de los seres humanos se basan no en la objetificación sino en el florecimiento mutuo, en el contexto de una sociedad de seres humanos que se asocian libremente y transforman a la naturaleza y sus propias relaciones sociales de maneras que liberan y no oprimen.
Esta es una concepción de una sociedad en que la gente realmente quiera vivir, y tenemos un programa y una moral que se basan en llegar a esa sociedad. Que dictan cómo tratamos y bregamos el uno con el otro ahora, y lo que luchamos por realizar entre el pueblo. Tratamos de cultivar una receptividad genuina y continua a las ideas nuevas y nos interrogamos continuamente e interrogamos a los demás también acerca de nuestro enfoque y análisis, y los atraemos al proceso de identificar y bregar con los problemas de la revolución, con el fin de entender la verdad más profundamente y cambiar el mundo.
En su libro Predicando desde un púlpito de huesos: Necesitamos moral, pero no la moral tradicional, Bob Avakian dice:
“Entre los principios comunistas está la meta decisiva de superar todas las desigualdades entre el hombre y la mujer, y entre diferentes pueblos y nacionalidades. El punto de vista y la metodología comunistas dejan en claro que la opresión de la mujer está inextricablemente ligada a la división de la sociedad en clases y a toda la explotación y opresión que la han acompañado por milenios, y que la abolición de esa explotación y opresión, y de las diferencias de clases en sí, está inextricablemente ligada a la emancipación de la mujer. Mejor dicho, la emancipación de la mujer es una parte crucial de ‘las 4 todas’* y hay que evaluar todos los aspectos de las relaciones sexuales y familiares desde el punto de vista de su relación con esa emancipación. La moral comunista apoya todo lo que promueve la lucha por esa emancipación y se opone a todo lo que degrada a la mujer y fortalece su opresión de cualquier manera, ya sea la decadencia sexual de ‘fin de imperio’ o la ‘moral tradicional’, la degradación de la pornografía o la de la Biblia”.
Este es un mundo al que se puede aspirar y por el cual se debe luchar; y esta es una moral que se puede vivir y difundir ahora.
* “Las 4 todas” es una referencia a una declaración de Marx, en Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850, de que la dictadura del proletariado representa la transición necesaria a la supresión de todas las diferencias de clase (o “diferencias de clase en general”); la supresión de todas las relaciones de producción en que estas descansan; la supresión de todas las relaciones sociales que corresponden a esas relaciones de producción; y la subversión de todas las ideas que brotan de estas relaciones sociales. Las “dos rupturas radicales” es una referencia a una declaración de Marx y Engels en el Manifiesto comunista de que la revolución implica romper con las relaciones de propiedad tradicionales y con las ideas tradicionales.
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Revolución #125, 6 de abril de 2008
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Filadelfia, 27 de marzo: Los tres jueces del tribunal federal de apelaciones del tercer circuito anunciaron su decisión en el caso del preso político Mumia Abu-Jamal. Por un voto de 2 a 1, los jueces ratificaron la condena original, pero también confirmaron la decisión de un tribunal inferior que anuló la sentencia de muerte.
La decisión es una continuación del ataque jurídico de 27 años contra el escritor y activista revolucionario negro, condenado injustamente por los tribunales racistas de Filadelfia. Mumia Abu-Jamal ha estado en aislamiento en el pabellón de la muerte de Pensilvania desde su farsa de juicio de 1982.
Poco antes del amanecer del 9 de diciembre de 1981, Mumia iba manejando su taxi en el centro de Filadelfia. Vio que un policía estaba golpeando a su hermano, William Cook, con una linterna metálica y corrió a ayudarlo. Hubo una pelea. Mumia quedó en la acera en un charco de su propia sangre. Un policía estaba en la calle muriendo de unos balazos. A pesar de la presencia de otras personas en el lugar del delito, la policía le echó la culpa inmediatamente a Mumia, a quien conocía muy bien por ser periodista revolucionario y ex Pantera Negra.
En el juicio de 1982, no lo permitieron representarse a sí mismo y lo excluyeron del tribunal durante la mitad del juicio. El fiscal dice que Mumia confesó, algo que “recordaron” unos policías meses después. Presionaron a los testigos a dar testimonio falso. El jurado nunca vio pruebas importantes. Una estenógrafa escuchó al juez decir que iba a ayudarle a la policía a “freír ese n***r”. Lo condenaron y sentenciaron a muerte.
En 1995 un poderoso movimiento impidió que lo ejecutaran. Sin embargo, se quedó en el pabellón de la muerte. Para el 2000, el caso de Mumia había adquirido importancia internacional. El Parlamento Europeo, Amnistía Internacional y otros pidieron un nuevo juicio. En el 2001, un juez federal confirmó su condena pero revocó la sentencia de muerte debido a un formulario engañoso que recibió el jurado.
La cuestión principal de la apelación fue la exclusión por el fiscal de los candidatos negros al jurado en el juicio de 1982. (Ambos lados pueden excluir a cierta cantidad de candidatos sin dar una razón). En 1986 la Suprema Corte federal prohibió el uso de estas exclusiones para eliminar a las minorías de los jurados. Pero Filadelfia es tristemente célebre por esta costumbre. La fiscalía hasta hizo un documental para explicarles a los nuevos fiscales cómo hacerlo.
En la nueva decisión, los jueces dicen que rechazaron la apelación de Mumia porque no mencionó la exclusión de los jurados negros en el juicio de 1982 y porque no existen estadísticas válidas sobre la composición del grupo de candidatos.
¡Pero esperen un momentito! ¿Por qué no mencionó este problema durante el juicio? Porque lo representó un abogado incompetente escogido por el tribunal que le pidió al juez que lo despidiera, y porque a Mumia lo sacaron del juicio por exigir el derecho de representarse a sí mismo. Pero en la actual apelación no le permitieron a Mumia mencionar lo del abogado incompetente. Ahí está el círculo vicioso: Mumia no puede apelar las exclusiones racistas porque su abogado no mencionó el problema durante el juicio, pero a Mumia no le permiten basar su apelación en los mismos fracasos del abogado que el tribunal de apelaciones está señalando.
En un disentimiento emocional, el juez Thomas I. Ambro dijo: “Excluir incluso a una sola persona de un jurado por su raza es una violación de la igualdad de protección que garantiza nuestra Constitución”. Señaló que parece que la mayoría ha inventado una nueva serie de reglas para el caso de Mumia porque el mismo tribunal ha permitido nuevos juicios en varios casos parecidos en que la defensa no mencionó el problema de las exclusiones de jurados durante el juicio.
La decisión le permitirá al estado de Pensilvania celebrar una nueva audiencia con un nuevo jurado sobre la sentencia (y posiblemente volver a sentenciar a Mumia a la muerte) o conmutar la pena de muerte por la cadena perpetua. El abogado de Mumia anunció que apelará la decisión a todos los jueces del tercer circuito.
Mumia se ha mantenido firme por 26 años, a pesar de estar incomunicado y las repetidas amenazas de ejecución. Sus libros, su columna semanal y sus comentarios radiales han inspirado a personas por todo el mundo. Hay que seguir exigiendo la libertad de este preso político revolucionario.
Permalink: http://revcom.us/a/125/x
Revolution #67, October 29, 2006
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Permalink: http://revcom.us/a/124/columb-niu-letter-es.html
Revolución #124, 23 de marzo de 2008
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Carta
Usualmente el día de San Valentín no es gran cosa en nuestro hogar: quizás una tarjeta, si acaso unos chocolates. Pero este año mi compañero consiguió entradas de una obra del teatro Raven de Chicago titulada columbinus, por Stephen Karam y PJ Paparelli.
Sin embargo, este día de San Valentín no comenzó con flores y corazones sino con disparos y estudiantes muertos y heridos en la Universidad de Northern Illinois. Mientras veía los informes en la televisión, me recordaba de las masacres de Virginia Tech y la prepa Columbine High. En el momento no caí en cuenta de que la obra que íbamos a ver esa tarde se trataba de Columbine. Me preguntaba qué estarían pensando los actores y el equipo de producción mientras se preparaban para la presentación. ¿Comentarán sobre los eventos de ese día? ¿Cómo reaccionará el público? ¿Estará hablando del tema?
Colombinus explora la vida en la prepa Columbine de Littleton, Colorado, la cual es muy similar a la mayoría de las escuelas de los suburbios. En ella se encuentra el mismo orden de jerarquía que establece a unos como atletas y porristas populares y a otros como inadaptados e insatisfechos de una clase u otra. Al igual los padres, maestros y consejeros que ignoran la angustia que sufren estos jóvenes que, por su parte, aprenden a reprimir los sentimientos para poder tolerar otro día.
En la obra se ven fotos y correos electrónicos de Dylan y Eric (los jóvenes que perpetraron la masacre) proyectados en la pared. Parecen dos jóvenes típicos, muy normales y bien cuidados. Se siguen las interacciones y la dinámica entre los jóvenes de la escuela. Se ven y se sienten las relaciones sociales venenosas de esta sociedad que se concentran en la escuela secundaria: el esfuerzo de tratar de caer bien; el miedo del rechazo; los corrillos, la competencia, las humillaciones y los medicamentos. En esta mezcla tóxica hay elementos de una ideología racista, fascista y de supremacía blanca que Dylan y Eric adoptaron al tratar de entender todo esto. Sentados en el teatro sentimos el vacío, la enajenación y la furia que crecía en estos dos jóvenes. Y sentimos cómo poco a poco se caen al abismo y se llevan a otros con ellos.
La obra no ofrece respuestas pero claramente plantea preguntas profundas acerca de la naturaleza de las relaciones sociales en esta sociedad capitalista y de que grandes sectores de la juventud, no solo en las ciudades sino también en los suburbios prósperos, están perdidos y enfurecidos.
¿Cuál es la relación entre las relaciones sociales en una sociedad capitalista y esta desesperación, enajenación y atomización? ¿Hay alguna relación entre las personas que se sienten presionadas hasta el límite (o más allá del límite) y el hecho de que el mundo arrastra a millones a la incertidumbre en situaciones peligrosas y tumultuosas: la globalización, la guerra, crisis económicas, medidas fascistas, etc., las cuales amenazan la estabilidad económica y la normalidad preexistente que dependen de la opresión y explotación por todo el mundo?
¿Y qué de las relaciones sociales y económicas que prevalecen en una sociedad capitalista y que fomentan una mentalidad egoísta, individualista y de competencia despiadada, cueste lo que cueste a otras personas? ¿No influye o afecta todo esto a la manera en que nos tratamos los unos a los otros? ¿Y qué del hecho de que vivimos en una sociedad patriarcal? Algunos de estos ataques tienen elementos de hombres que se desquitan de furia y odio hacia la mujer.
Aunque celebraron numerosas vigilias de oración, los estudiantes y la comunidad nunca tuvieron la oportunidad de hablar del porqué de este ataque o de lo que tiene que ver con lo que pasa en el mundo y el tipo de sociedad en que vivimos. Y cualquier manera de pensar que atribuya esto a la voluntad de algún dios no existente es muy dañina; brinda una concepción falsa que hace que la gente sea pasiva cuando debería tratar de entender y cambiar el mundo. Volví a leer una carta en Revolución #86, 29 de abril del 2007, “Reflexiones sobre la masacre de la universidad Virginia Tech”, escrita por un ex alumno, la cual encontré muy sincera y perspicaz: “En los últimos días, se ha oído decir que debemos extender, no restringir, nuestra humanidad y nuestra compasión. Aunque quizás en términos diferentes y desde un punto de vista diferente que el mío, yo coincido con esos sentimientos, pero agregaría dos cosas. Primero, si aceptamos eso, ¿por qué no aceptarlo plenamente? ¿Por qué no aprovechar esta oportunidad para reconocer y rechazar todas las formas de chovinismo que ven a unos como más humanos que otros y que en última instancia contribuyen a fomentar la opresión, la dominación y, sí, los horrores? Si como resultado de los sucesos del lunes reconocemos la necesidad de crear una sociedad mejor, ¿por qué no reconocer y, tomar en serio, pero bien en serio, la necesidad de construir un mundo mejor y entender nuestro papel en él?”
Permalink: http://revcom.us/a/125/bible-rev-poster4-es.html
Revolución #125, 6 de abril de 2008
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