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Revolución #136, 20 de julio de 2008
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A continuación presento una síntesis altamente concentrada que sigue en desarrollo, de algunas tendencias importantes de la economía mundial y de las relaciones entre los imperialistas, y algunas formas en que se manifiestan en la estructura, el funcionamiento y la posición del imperialismo estadounidense. Entretejo algunos datos ilustrativos de referencia. Es un ensayo de investigación sobre los cambios de la acumulación capitalista global, las nuevas relaciones emergentes de poder entre las potencias imperialistas y regionales, y la fuerza de las presiones y tensiones competitivas. Se trata de las rivalidades entre las grandes potencias en un sistema mundial basado en la explotación. Utilizo una analogía a los complejos movimientos de grandes extensiones de la corteza y el manto superior de la tierra para describir las cambiantes placas tectónicas de la economía mundial: algunos movimientos suyos a largo plazo y algunas irrupciones más inesperadas y repentinas. El análisis parte del artículo “El derrumbe financiero y la locura del imperialismo”1 , y aplica, en torno a las cuestiones de la economía mundial, la concepción de este período que ha desarrollado Bob Avakian, como “una transición con el potencial de grandes trastornos”. |
I. INTRODUCCIÓN:
EL SISTEMA MUNDIAL NO ESTÁ EN REPOSO
Estados Unidos sigue siendo la potencia dominante, aún hegemónica, en el mundo. Pero confronta mayores presiones económicas y mayores necesidades estratégicas. Se operan grandes transformaciones en el sistema imperialista mundial. De importancia central son los cambios de la distribución del poder económico global y el surgimiento de nacientes constelaciones de poder geopolítico y geoeconómico, o sea, potenciales bloques de países con una mayor capacidad de desafiar al dominio global estadounidense. China es un elemento altamente dinámico en esta ecuación.
Estos fenómenos compenetran con otras contradicciones y conflictos en el mundo, sobre todo la ofensiva militar post 11-S del imperialismo estadounidense y sus guerras en Irak y Afganistán, las dificultades con que se ha topado y las amenazas militares contra Irán.
No se reconocerá la importancia de los nuevos desafíos competitivos al imperialismo estadounidense midiendo el grado en que se constituyen en una “contra-hegemonía” contraria al imperialismo estadounidense en los frentes militar, económico e institucional. En estos momentos, esos desafíos no encierran eso. Si bien hay elementos emergentes de eso, no están concentrados en una sola potencia.
En la actual coyuntura, no hay nada que esté desafiando de cara al imperialismo estadounidense en el frente militar ni que lo esté confrontando de una manera importante. Pero la presencia de estos desafíos (y sus impulsores) quiere decir que con mayor frecuencia el imperialismo estadounidense tiene que estar cuidándose la espalda.
El imperialismo estadounidense busca conservar y extender su supremacía en el contexto de la erosión de su poder económico y una arquitectura financiera mundial más frágil e inestable basada en el lugar privilegiado del dólar. Es notable que todo eso esté ocurriendo en medio de un dinámico estado de cambio del sistema mundial, en que están naciendo nuevos polos de poder y se están ensanchando las grietas en la hegemonía global de Estados Unidos.
El colapso del bloque soviético socialimperialista en 1989-91 representó el cambio más importante de las relaciones entre los imperialistas desde el fin de la II Guerra Mundial. La formación de un marco geopolítico nuevo y más integrado para la acumulación del capital contribuyó a la aceleración de una arrolladora ola de globalización. Eso lo facilitaron las nuevas tecnologías, y se consolidó bajo el proyecto neoliberal encabezado por Estados Unidos: la privatización de las empresas paraestatales, la apertura de los mercados a capitales extranjeros, la disminución de la reglamentación de las empresas y los recortes de los programas sociales y prestaciones laborales.
Los saltos de la industrialización del sector agrícola mundial y la integración trasnacional de la producción y transporte de alimentos han acelerado la destrucción de los sistemas tradicionales de producción agrícola en el campo del tercer mundo. Todo eso ha impulsado un proceso de urbanización sin precedente histórico centrado en el tercer mundo: el desplazamiento de la población del campo a las ciudades, el desarrollo galopante de las ciudades nuevas y antiguas. Por primera vez en la historia universal, más de la mitad de la población del mundo vive en las ciudades; mil millón de personas viven en los barrios pobres de las ciudades del tercer mundo y alrededor de ellos. Es, como dijo acertadamente Mike Davis, un “planeta de ciudades miseria”2 .
Lo que surgió, de manera inesperada, de la resolución específica de las contradicciones concentradas en el colapso de la Unión Soviética, y de otros factores, es un reaccionario fundamentalismo islámico trasnacional que sigue siendo una fuerza ideológica y material real en el mundo.
“Apuntes sobre economía política” y “Los grandes retos de la nueva situación” (aparecidos en 2000 y 2002, respectivamente) contienen análisis de buena parte de todo eso3 .
Hoy, estos sucesos y los siguientes factores se compenetran y se influyen:
Estos fenómenos y dos sucesos estrechamente relacionados se compenetran y se influyen. Primero, se intensifica la competencia global por recursos, impulsada por la mayor demanda de energéticos de las grandes potencias industriales, recursos que están disminuyendo (tenga o no validez científica la idea del “petróleo pico”), y por la rivalidad en torno al control de estos recursos. Segundo, las tensiones ecológicas globales se están acercando a un punto de quiebre crítico, más allá del cual es posible que la sociedad humana no pueda contrarrestar los daños largoplacistas al clima y a los ecosistemas, a la vez que los efectos cortoplacistas se vayan agravando. Las tensiones ambientales están afectando la producción y los precios de los alimentos, el desplazamiento demográfico en respuesta a los desastres naturales y la estabilidad social, tal como en Somalia que ha padecido la combinación de la sequía y el menor rendimiento de los cultivos, la invasión por Etiopía respaldada por Estados Unidos y la desintegración de las instituciones y el caos urbano con la crisis humanitaria resultante.
Se están operando cambios geopolíticos y geoeconómicos en muchos diferentes niveles, junto con los factores históricos específicos. Pero estos sucesos y tendencias no se dan al azar. De fondo, detrás de estos cambios están la naturaleza y la lógica del sistema capitalista: la compulsión a expandirse y maximizar las ganancias a fin de tener ventajas competitivas; el crecimiento anárquico y ciego y los horizontes cortoplacistas del capitalismo; y la tensión inherente a un sistema en que la producción está altamente socializada y entretejida en el mundo, con la actividad colectiva y entrelazada de miles de millones de trabajadores asalariados, mientras que una pequeña clase capitalista controla y utiliza en beneficio propio los medios de producir las riquezas, las riquezas que se producen de manera social y los mismos conocimientos.
II. UNOS PUNTOS IMPORTANTES SOBRE LA NUEVA GEOGRAFÍA ECONÓMICA DE LA ECONOMÍA MUNDIAL
Al fin de la II Guerra Mundial, Estados Unidos tenía aproximadamente 50% del producto interno bruto (PIB) mundial, y un porcentaje aún más grande de la capacidad industrial mundial. Esto reflejó el resultado histórico específico de la II Guerra Mundial: el ascenso a una posición dominante del imperialismo estadounidense y la destrucción de buena parte de la capacidad productiva en los centros imperial-industriales de Europa occidental y Japón.
Para 1960, el porcentaje estadounidense del PIB global había caído a 30%; hoy es aproximadamente 21%. El relativo declive económico del imperialismo estadounidense data de hace algunas décadas; los años 1968-71 son un punto de viraje, caracterizado por el desafío europeo y el abandono del patrón oro-dólar. El surgimiento de Japón como rival industrial-financiero e importante exportador de capitales en los años 80 fue otra clase de punto de viraje.
Pero hay un factor hoy que tiene una magnitud y carácter inesperado aún más sísmicos: el ascenso de China en la economía imperialista mundial. En 1976 en China, el socialismo fue derrotado y se restauró el capitalismo, después de la muerte de Mao Tsetung y la detención de “banda de los cuatro”.
La frase “el ascenso de China” es a la vez descriptiva y analítica. China no es una potencia imperialista, pero sí es una creciente y competitiva potencia económica y geopolítica en el sistema imperialista mundial.
El mero tamaño de la economía rápidamente creciente de China; su lugar central en el proceso de acumulación global, como recipiente del capital imperialista y eje del sector manufacturero mundial; sus enormes ingresos por concepto de exportaciones que han contribuido a que el banco central chino tenga las mayores reservas de dólares fuera de Estados Unidos; su impacto regional en Asia oriental y su alcance mundial (hacia África y Sudamérica, por ejemplo); y su capacidad militar en rápida expansión: todos esos elementos tienen efectos profundos en las relaciones económicas y geopolíticas del mundo. Y por razones que hay que explorar más, la batuta de mando de un desafío basado en Asia oriental al dominio estadounidense en la región parece haberse pasado de Japón a China.
A) La nueva geografía económica del planeta
La Tabla 1 mide un importante elemento de la nueva geografía económica del planeta: el porcentaje del producto interno bruto (PIB) global de distintos países. El PIB representa en términos de dinero la producción de bienes y servicios de un país dado, en un período dado, por lo común un año. Desde una perspectiva marxista, la medida del PIB tiene fallas y está incompleta: oculta la realidad de la explotación, la igualdad y la desigualdad, los costos ambientales de la producción, etc.
Pero esta medida es útil para tener una idea del funcionamiento de la economía, la distribución del poder económico en el mundo, cómo eso ha cambiado durante ciertos períodos y cómo puede afectar la competencia y la rivalidad.
La Tabla 1 da un portal útil a algunas tendencias importantes de la economía mundial.
Estados Unidos aún es la economía única más grande del sistema capitalista mundial. Pero se está erosionando su supremacía. A comienzos de este milenio, China eclipsó a Alemania como tercera economía del mundo. Ahora ha rebasado a Japón. Y entre las cinco economías más grandes, el índice de crecimiento de China, de 9 a 11% al año durante los últimos 20 años, está en primer lugar, e India no se queda muy atrás con 8% en los últimos años, mientras que Estados Unidos, Japón y Alemania han estado creciendo a un ritmo de 2 a 4%. El alto y sostenido índice de crecimiento de China no tiene precedente en la historia del capitalismo.
La participación de China en la producción manufacturera mundial aumentó de 4% en 1995 a 8% en 2005. En 2006, Alemania tenía la participación más grande de la exportación de manufactureras del mundo (9.2%), seguida de Estados Unidos (8.6%) y China en tercer lugar (8.0%)4 .
Otra medida importante del poder de la economía mundial es la exportación de capital, o el capital que las empresas de un país invierten en otro país. La Tabla 2 ilustra un componente muy grande e importante de la exportación de capital, las inversiones extranjeras directas (IED). Estas inversiones directas en el exterior son capitales que invierten las empresas de un país en los centros de producción (como fábricas y minas) en el país receptor.
Cinco países, Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Alemania y Francia, tienen el 50% de la masa de inversiones directas en el exterior. En 1960, Estados Unidos solo tenía casi la mitad de la masa mundial de inversiones directas en el exterior; hoy su porcentaje es de aprox. 20%. Entre 1960 y 1985, Alemania y Japón aumentaron de manera sustancial su parte mundial de las inversiones acumuladas en el exterior. La parte de Japón siguió aumentando hasta 1990 pero después cayó bruscamente en respuesta a la disminución del crecimiento interno y la crisis financiera de Asia oriental de 1998.
Los países de la Unión Europea (UE) han conservado su parte de la masa mundial de inversiones directas en el exterior, pero la de Estados Unidos ha disminuido. Hoy, la UE es la mayor fuente de la exportación de capitales de inversión directa. Todo eso tiene mayor importancia en un contexto en que en los últimos años, la UE ha llegado a ser un bloque mucho más integrado y cohesionado con una moneda que compite con el dólar en el mundo. La UE ha rebasado a Estados Unidos como mayor inversionista en América Latina. Pero Estados Unidos aún es el mayor exportador único de IED y, con mucho, es el mayor país-inversionista único en América Latina. Con el TLCAN, ha forjado una red regional más estrecha que constituye una plataforma para hacer inversiones y contender en el mundo.
Estas son señales de una disminución de la brecha económica internacional entre Estados Unidos y las otras potencias imperialistas, y el posicionamiento competitivo.
En 2007, 167 de las 500 compañías más grandes del mundo tenían su sede en América del Norte, 184 en la UE y 64 en Japón. En los últimos años, la proporción estadounidense del total ha disminuido5 .
Alrededor del 15% de la masa acumulada de inversiones extranjeras directas ya está en el tercer mundo. Pero las salidas anuales de las IED al tercer mundo han aumentado como proporción del total de las salidas anuales: del 25% al 35% del total mundial en los últimos 10 años. Además, las salidas de capitales al tercer mundo a veces han estado muy volátiles, como los flujos de capital imperialista que precedieron a la crisis de Asia oriental de 1997-98, y que respondieron a la misma.
Más inversiones extranjeras directas van de unos países imperialistas a otros países imperialistas, debido a varios factores: las fuerzas productivas y los mercados internos de los países imperialistas están más altamente desarrollados y tienen un abanico más amplio de opciones de inversión que en muchos países del tercer mundo; con frecuencia las inversiones implican costosas fusiones, adquisiciones y compras del control o acciones de grandes empresas; la rivalidad entre las corporaciones y potencias imperialistas por obtener fuertes posiciones al interior de los mercados continentales y nacionales imperialistas altamente desarrollados y, a su vez, una parte de estas inversiones, como en las refinerías del petróleo, está vinculada a inversiones afines en los países del tercer mundo.
Por otro lado, una creciente proporción de las IED en el sector manufacturero va al tercer mundo, sobre todo China. La tasa de rendimiento de las IED en este sector del tercer mundo en general es más alta que en los países capitalistas desarrollados, y muchas veces es considerablemente más alta. Las redes de subcontratación que prosperan debido a la intensa superexplotación afectan la rentabilidad general de las inversiones en el tercer mundo, por ejemplo, en las maquiladoras de prendas de vestir, refacciones y otros productos.
Otro suceso llamativo: los países oprimidos hoy, tal como ilustra la Tabla 1, representan el 41% de la producción del mundo, o un aumento desde el 36% en 2000 (y menos del 30% en 1990). Principalmente esto se debe al crecimiento rápido de China (y en segundo lugar India) como centros de acumulación encabezada por el imperialismo. Una gran cantidad de producción material se está trasladando al tercer mundo, y el 80% del valor de la exportación de mercancías del tercer mundo ya consta de productos fabricados, o sea, un cambio radical desde previos períodos del imperialismo6 .
Los “países BRIC” (Brasil, Rusia, India y China) representan el 21% de la economía mundial. Pero ni es un bloque de países económicamente integrado como la UE, ni una alianza de estados (y uno de los países BRIC, Rusia, es una potencia imperialista). En verdad, la frase la inventó la comunidad occidental financiera e inversionista en referencia a los grandes mercados de alto crecimiento y altas ganancias.
No obstante, tiene alguna validez analítica limitada agrupar a estos países: son “mercados emergentes” rápidamente crecientes para las inversiones productivas y financieras; juegan un papel cada vez más importante en la economía mundial; son importantes productores o consumidores de energéticos; y se colaboran de manera variada y significativa, especialmente Rusia y China.
Al fin de la primera guerra del Golfo en 1991, de las 20 compañías más grandes de la industria energética, 55% fueron estadounidenses y 45% europeos. Pero en 2007, según un estudio de la empresa financiera Goldman Sachs, 35% fueron de los países BRIC (en su mayoría propiedad del estado), aprox. 35% europeos y 30% estadounidenses. Rusia y Brasil son productores importantes de energéticos7 .
China e India, por otro lado, dependen mucho de importaciones para sus necesidades energéticas. Pero las compañías paraestatales energéticas chinas están empezando a ser jugadores internacionales importantes, tal como ocurrió en 2005 cuando la petrolera china CNOOC trató de adquirir la corporación Unocal con sede en Estados Unidos (que tenía las mayores reservas de petróleo en América del Norte y Asia).
B) Sigue la división entre el imperialismo y las naciones oprimidas… pero hay nuevo espacio de maniobra para algunos regímenes del tercer mundo
Los países productores de energéticos del tercer mundo como Brasil, Venezuela, Arabia Saudita, Nigeria e Irán no se han zafado de la dependencia estructural del mercado mundial imperialista, en cuanto a su dependencia de la tecnología extranjera; la refinación, el marketing y el transporte, etc.; la vulnerabilidad extrema a las fluctuaciones de precios; etcétera.
GLOSSARY: Acumulación de capital:
Exportación de capital:
Producto Interno Bruto (PIB): Una medida de la producción de una economía dada en un plazo dado, por lo común un año. El PIB incluye los bienes y servicios. Con diversos métodos para calcular los precios, es posible hacer comparaciones internacionales del PIB.
Hegemonía:
Imperialismo:
Trasnacional: |
El desarrollo impulsado por el petróleo y los energéticos todavía tiene efectos profundamente deformadores en la agricultura, las relaciones entre ciudad y campo y la estructura social, y causa mucho sufrimiento humano. Venezuela bajo Chávez importa aprox. 70% de sus alimentos, mientras que la oligarquía terrateniente sigue básicamente sin tocar. En las ciudades miseria de Caracas todavía viven enormes concentraciones de pobres, muchos excluidos de la economía formal8 . El “otro lado” del auge brasileño del etanol son los cientos de muertos y decenas de miles de heridos entre los trabajadores de los cañaverales de donde proviene la caña de azúcar de la cual se fabrica el biocombustible (y las compañías estadounidenses como ADM y Cargill son grandes inversionistas en el sector agro-energético de Brasil).
Pero para las elites gobernantes locales, el poder económico real se concentra en estas esferas de producción del petróleo, gas natural y biocombustibles. Por medio de una confluencia específica de acontecimientos, algunos regímenes dependientes del tercer mundo tienen más margen de maniobra. El imperialismo estadounidense se ha puesto a librar guerras por un imperio mayor en Irak y Afganistán. El fuerte aumento, aunque de ningún modo permanente, de los precios de materias primas ha generado altas ganancias y algún poder financiero. El hecho de que una emergente potencia económica como China persiga su propia agenda competitiva global y haya acumulado importantes recursos financieros para ello quiere decir que un país como Venezuela puede contrarrestar algunas presiones estadounidenses pidiendo préstamos y créditos a China.
La cambiante geografía económica del plane
ta supone una gran dispersión (globalización) de la capacidad productiva. Pero “el mundo no es plano”, ni se está aplanando. Las fuerzas productivas avanzadas aún tienen una concentración desequilibrada en los países ricos. El PIB per cápita de los países ricos es más de cinco veces mayor que lo es en lo que el Fondo Monetario Internacional llama los “países de ingresos medianos”, como Brasil, México y Turquía. El PIB per cápita de los países ricos es más de 19 veces mayor que lo es en los países de bajos ingresos, como la mayor parte del África subsahariana9 . Las enormes diferencias de niveles salariales y los grandes sectores de la humanidad sujetos a condiciones brutales de superexplotación manifiestan y subrayan la brecha entre las naciones opresores y oprimidas.
La globalización tiene efectos contradictorios. Causa mayores niveles de industrialización en el tercer mundo y mayores ingresos para sectores de las clases medias. Pero esto no representa una nivelación generalizada de ingresos. Esta etapa de la globalización imperialista ha tenido un efecto diferencial muy importante: el de aumentar el desarrollo desigual entre los países del tercer mundoy las desigualdades de riquezas al interior de los mismos. La distribución de ingresos de China es de las más desiguales del mundo, al lado de aquella de Estados Unidos y Brasil.
La cambiante geografía económica del planeta también afecta la agricultura mundial, sobre todo los efectos devastadores y desiguales en el tercer mundo. El imperialismo está transformando los sistemas de agricultura nacionales en componentes globalizados de producción trasnacional y cadenas de marketing desligados de las necesidades de estos países del tercer mundo, es decir, se cultivan más alimentos para exportar, y no para alimentar a la población de estos países, o se deja de destinar las tierras a la producción de alimentos.
Históricamente, donde la producción de alimentos ha sido la base de las economías de la mayoría de esos países, la agricultura ha ido perdiendo su papel “fundamental” en muchas economías nacionales del tercer mundo. Se ha arrastrado la producción de alimentos al vórtice de los mercados especulativos de mercancías y finanzas al mismo tiempo que el cultivo agro-industrial de biocombustibles encabezado por el imperialismo desplaza el cultivo de alimentos. Ya no se producen suficientes alimentos básicos en muchas partes del tercer mundo, mientras que las fuerzas de la competencia mundial, el control imperialista sobre las nuevas tecnologías agrícolas y las fluctuaciones de precios mundiales minan aún más la seguridad alimentaria.
Así que a comienzos de 2008, una crisis global alimentaria inédita en la historia moderna económica causa, y sigue causando, un atroz sufrimiento humano en grandes partes de África, Asia y América Latina. Esta también refleja la profunda brecha entre las naciones opresoras y oprimidas.
NOTAS:
1. Raymond Lotta, “El derrumbe financiero y la locura del imperialismo”, Revolución #127, 20 de abril de 2008, revcom.us/a/127/EconomyMeltdown-es.html[back].
2. Mike Davis, Planeta de ciudades miseria (Madrid: Editorial Foca, 2007).[back]
3. Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, Apuntes sobre economía política: Nuestro análisis de los años 80, cuestiones de metodología y la actual situación mundial (Chicago: 2000, RCP Publications); Bob Avakian, “Los grandes retos de la nueva situación”, Revolución #1256, rwor.org/a/1256/ba-newsituation-s.htm.[back]
4. U.S.-China Business Council, “U.S. Manufacturing: Dying… Or Still Going Strong”, http://uschin.org; Organización Mundial de Comercio, International Trade and Tariff Data, Statistics Database, stat.wto.org/Home/WSDBHome.aspx?Language=E.[back]
5. Fortune, “Global 500 2008,” money.cnn.com/magazines/fortune/global500/2008/index.html.[back]
6. Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, “Dificultades en el sector manufacturero: En el informe de la UNCTAD se examinan las tensiones emergentes en el sistema de comercio”, 2002. www.unctad.org.[back]
7. Ver “New economic tigers Brazil, Russia, India and China overtake U.S. in dominating global energy industry, new study says”, International Herald Tribune, 25 de junio de 2007. www.iht.com.[back]
8. Ver Raymond Lotta, “Hugo Chávez tiene una estrategia petrolera… pero ¿conducirá a la emancipación?”, Revolución #94, 1º de junio de 2007, revcom.us/a/094/chavez-es.html.[back]
9. Banco Mundial, “Indicadores del desarrollo mundial, 2008”. www.worldbank.org.[back]
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Revolución #136, 20 de julio de 2008
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Difunden el análisis por todas partes… organizan discusiones
Este número de Revolución contiene el suplemento especial, “CAMBIOS Y GRIETAS EN LA ECONOMÍA MUNDIAL Y LA RIVALIDAD ENTRE LAS GRANDES POTENCIAS: LO QUE ESTÁ PASANDO Y QUÉ CONSECUENCIAS PODRÍA TRAER”, de Raymond Lotta. Es la primera entrega de una serie que identificará y analizará importantes cambios de las relaciones estratégicas, políticas y económicas a nivel mundial.
Alentamos a nuestras lectoras y lectores a difundir por todas partes el suplemento (y el periódico entero), en las versiones impresa y electrónica. Además, alentamos las discusiones de la serie, a partir de la primera entrega, en círculos de lectores, y en las librerías y sucursales de Libros Revolución.
Los siguientes puntos pueden orientar las discusiones de la primera entrega:
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Revolución #136, 20 de julio de 2008
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Nueva ley de intervención electrónica:
El 10 de julio, George Bush firmó una ley aprobada por el Congreso que da al gobierno el poder oficial de espiar las llamadas telefónicas, emails y otras comunicaciones de la gente en Estados Unidos sin órdenes judiciales. La ley, conocida como la Ley de Enmiendas de FISA de 2008, básicamente legaliza el programa de intervención sin órdenes llevado a cabo por la super-secreta Agencia de Seguridad Nacional (NSA) que el régimen de Bush empezó a escala masiva justo después del 11 de septiembre, en violación de las leyes existentes entonces. Y da inmunidad a las compañías de telecomunicaciones de demandas en su contra por ayudar esa operación ilegal, lo que impide que la gente demande a esas compañías, pero para colmo tiene el propósito de ocultar el alcance del espionaje ilegal del gobierno.
FISA es la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera, que fue aprobada en 1978 por el Congreso después de las denuncias y las protestas contra la racha desenfrenada de intervenciones electrónicas, entradas a hurtadillas en hogares y oficinas, y otras acciones de la policía política contra una amplia gama de gente a mediados de los 1970. En parte, las objeciones a esas operaciones vinieron de fuerzas en la clase dominante blancos del mismo espionaje y operaciones gubernamentales secretas. El senador Patrick Leahy de Vermont habló en contra de la renovación de FISA con cláusulas que prohíben demandas contra las compañías de comunicaciones; dijo: “Por medio del Programa COINTEL, Hoover espió a norteamericanos que objetaban y denunciaban la guerra de Vietnam, que esencialmente incluyó al 100% de la delegación de Vermont en el Congreso”. FISA estipuló algunas limitaciones contra esa clase de actividad, mientras dio rienda suelta a los organismos de inteligencia para espiar a gobiernos y “agentes” extranjeros, y requirió órdenes judiciales para intervenir electrónicamente a “personas estadounidenses”, que quería decir ciudadanos y residentes legales. La corte secreta establecida por FISA casi siempre da una luz verde a órdenes de vigilancia. Por ejemplo, las cifras del propio gobierno de 2004 revelan que ninguna de las 1.758 órdenes para intervenciones fue negada por esta corte.
Pero el régimen de Bush decidió, en secreto, que FISA y su corte, que operaban a puertas cerradas y básicamente aprobaban maquinalmente toda petición de espionaje, ponían demasiadas restricciones en cuanto a la capacidad del gobierno de espiar a la gente en Estados Unidos cuando quiera y donde quiera (y había demasiado riesgo de que se revelara documentación del espionaje secreto gubernamental). Inmediatamente después del 11 de septiembre, la Casa Blanca lanzó el programa secreto de la NSA de intervenciones que pasó por alto FISA, permitiendo vigilancia sin ni siquiera órdenes formales.
Espionaje masivo y sin precedentes
Es importante entender la naturaleza y el alcance sin precedentes de la gran-hermanización de la sociedad estadounidense mediante la vigilancia secreta de las comunicaciones de la gente que se ha estado llevando a cabo por años. Los avances de la tecnología han creado la base para que el gobierno llevara a cabo vigilancia de gran envergadura y recopilación de llamadas telefónicas, emails y otras comunicaciones electrónicas a una escala nunca vista antes ni en ninguna otra parte del mundo. Algo de esto fue revelado por un ex técnico de la AT&T, Mark Klein, que ha hablado en público de la existencia de un cuarto secreto en la oficina de San Francisco de la compañía de telecomunicaciones, que se reservaba para la NSA.
Cuando en 2005 se denunció en público el programa de intervención sin órdenes de la NSA, la administración de Bush lo defendió, diciendo que era parte de la “guerra contra el terror” y que su blanco era Al Qaeda. El procurador general Alberto Gonzales declaró: “Como dijo el presidente, si estás hablando con Al Qaeda, queremos saberlo”. Pero Mark Klein reveló que el blanco era mucho más amplio; según el Washington Post, éste “alegó que la NSA estableció un sistema que succionaba datos del Internet y de llamadas telefónicas de norteamericanos comunes con la cooperación de la AT&T. A diferencia del argumento del gobierno de que su vigilancia tuviera en la mira a terroristas en otros países, dijo Klein, mucho datos enviados por la AT&T a la NSA eran de intervenciones en Estados Unidos. Klein dijo que cree que la NSA estaba analizando los datos para patrones de uso así como para el contenido”. Según Klein, la mayor conexión establecida por la NSA en el cuarto secreto de la AT&T llevaba 2.5 gigabits de datos, el equivalente de la cuarta parte del texto de la Enciclopedia Británica, cada segundo. Klein le dijo a la Nacional Public Radio que toda la comunicación por teléfono y por internet que pasaba por la instalación de la AT&T fue canalizada a la NSA, y que millones y millones de llamadas telefónicas en Estados Unidos fueron monitoreadas por la NSA (All Things Considered, 11 de julio de 2007).
El cuarto secreto de la NSA en la AT&T fue solamente una parte de la operación de la NSA; otras compañías, como Verizon y BellSouth, participaron. (Una compañía, Qwest, se negó a cooperar.) Hoy, las comunicaciones electrónicas que entran y salen de Estados Unidos, así como muchas comunicaciones entre lugares fuera de Estados Unidos, se envían por gigantescos “nodos de conmutación” ubicados en Estados Unidos y operados por esas compañías. La NSA intervenía por medio de “enchufarse” a esos centros que manejan enormes cantidades de llamadas, emails y tráfico del internet todos los días. Se mandaban las comunicaciones interceptadas al Fuerte Meade, Maryland, donde la NSA tiene la mayor acumulación de poder informático del planeta.
Y el programa de intervención sin órdenes que se reveló puede ser solamente un elemento de la extensa vigilancia secreta llevada a cabo por la NSA y otras dependencias. La Fundación de Fronteras Electrónicas señala que “numerosas noticias han descrito un programa mucho más amplio, que vigila las comunicaciones de norteamericanos comunes”.
La intervención sin órdenes de la NSA siguió en secreto por años. Cuando quedó al descubierto, el régimen de Bush empezó una campaña para legitimar esta vigilancia masiva sin órdenes por medio de una ley (tal como se legalizó y se legitimó la tortura por medio de la Ley de Comisiones Militares de 2006).
Ira ahogada por demócratas
La revelación de la intervención ilegal de la NSA desató mucha ira por toda la sociedad. La vigilancia masiva de las comunicaciones de millones y millones de personas en este país justamente evocó imágenes de los regímenes draconianos, odiados y represivos que se sienten obligados a espiar ampliamente a sus súbditos. Al mismo tiempo, estas denuncias, en la forma de un artículo del New York Times que dijo que un integrante de alto nivel del gobierno ha filtrado la información, son señales de la verdadera lucha en la cúpula, entre los imperialistas de la clase dominante. Bush y otros lanzaron acusaciones poco veladas de “traición” en contra de los demócratas y el propio New York Times, mientras que el demócrata de peso Al Gore declaró que Bush “ha estado violando la ley, de manera repetida e insistente”. (En el curso de la controversia, el equipo de Bush señaló que la administración de Clinton/Gore había sentado precedente para lo que se hacía ahora, llevando a cabo intervenciones ilegales sin órdenes, en una escala menor.)
Pero esta lucha en la cúpula se quedó entre límites muy estrechos. Los gobernantes y sus representantes políticos aceptan la necesidad de organismos como la NSA, cuyo propósito es espiar a sus rivales imperialistas y otros enemigos del mundo, así como a los movimientos políticos del pueblo. Y todos aceptan la necesidad de extender y “modernizar” esta actividad de espionaje, como parte de la generalizada “guerra contra el terror”, que en realidad es una guerra de los gobernantes estadounidenses para crear un imperio global sin rivales que no se puede desafiar, empezando con el Medio Oriente. A lo que los críticos de Bush objetaban en cuanto a la intervención sin órdenes fue que al pasar por alto FISA, Bush no observó las reglas en vigor sobre cómo hacer tal espionaje. Dijeron que si Bush hubiera observado esas reglas, la corte de FISA habría concedido la abrumadora mayoría, y tal vez todas las solicitudes de Bush. Lo que les inquietó fue que sencillamente se adjudicó el derecho de violar las reglas en vigor Y que él podría utilizar, y probablemente ya ha utilizado, el enorme aparato tecnológico de espionaje de la NSA contra el pueblo y también contra sus homólogos y rivales de la clase dominante.
Desafortunadamente, en gran medida la ira general contra la intervención de la NSA se cortocircuitó y se canalizó a apoyar a los demócratas en las elecciones de 2006, porque la gente se vio embaucada por las promesas de los demócratas de peso de que si ganaran el control del Congreso, se haría algo acerca de esto. Nancy Pelosi, por ejemplo, dijo en una columna de opinión del 18 de enero de 2007 en el Washington Post que el escándalo sobre el programa de espiar sin órdenes fue “un llamado a que despertáramos y para la supervisión intensiva del Congreso sobre las actividades de inteligencia”. Pero la oposición demócrata a Bush se quedó estrictamente en el marco de las condiciones del debate de la clase dominante sobre las pautas legales para las actividades de las dependencias de espionaje del gobierno, y la gente que apoyó a los demócratas se dejó engañar para que aceptara estas condiciones reaccionarias.
Y ahora, con la nueva ley, vemos los resultados. El Congreso controlado por los demócratas ha aprobado una ley que establece nuevas reglas en la clase dominante acerca de cómo llevar a cabo el espionaje, las cuales legalizan la vigilancia gubernamental masiva y sin precedentes de las comunicaciones en Estados Unidos, la que antes fue ilegal.
Inmunidad, y encubrimiento
En marzo, la Cámara de Representantes aprobó una versión anterior de esta ley, pero Bush amenazó con vetarla porque no incluyó, como exigió él, la inmunidad para las compañías de telecomunicaciones que tienen 40 demandas en su contra por su participación en el programa ilegal de la NSA. (Antes el Senado había aprobado una versión que incluyó la inmunidad.) La situación ha estado empatada desde entonces… hasta ahora. Nancy Pelosi tomó la delantera impulsando en la Cámara un proyecto con la inmunidad. En el Senado, algunos demócratas, entre ellos el líder de la mayoría Harry Reid, votaron contra el proyecto, pero no tomaron medidas extraordinarias para pararlo. Otros (como Barack Obama, que antes se había comprometido a oponerse a todo proyecto de ley que diera inmunidad a las compañías) se unieron para votar 69 contra 28 a favor del proyecto. (Vea el artículo adjunto.)
La cobertura de los medios sobre la nueva ley ha tratado la inmunidad para las compañías de telecomunicaciones. Bajo esta ley, las compañías tendrían inmunidad si pudieran demostrar en una corte del distrito federal que hayan recibido una solicitud del gobierno “que indica que la actividad la autorizó el presidente”. Ya que es del dominio público que los funcionarios del gobierno de Bush hicieron esas solicitudes, en esencia eso garantiza que se desestimen las demandas contra las compañías.
De cabo a rabo, la cláusula de inmunidad es escandalosa, pero se trata de mucho más de que el régimen de Bush ayude a que grandes corporaciones se protejan de demandas costosas. Michael Ratner del Centro pro Derechos Constitucionales señaló: “Pues eso quiere decir que nunca vamos a saber nada acerca de los 5 ó 6 años en que el programa ilegal funcionaba. No conseguiremos los memorandos ocultos, y se permitirá que el gobierno siga utilizando la información. Pues, esa cláusula de inmunidad es verdaderamente enorme” (therealnews.com, 26 de junio). En otras palabras, la cláusula de inmunidad apunta a ocultar los verdaderos detalles del programa de la NSA: quién lo autorizó y estuvo enterado de él, cuánta y qué clase de información se recogió, etc.
La realidad represiva detrás de la “transigencia”
Los defensores demócratas de la nueva ley justifican su apoyo (y su cambio de opinión sobre la inmunidad) diciendo que es una “transigencia” que incluye ciertas cláusulas que supuestamente aumentan las medidas de “supervisión” sobre el espionaje que realiza la NSA y reglas un poco más estrictas sobre la vigilancia de ciudadanos estadounidenses. Pero la realidad de esta “transigencia” es una extensión muy importante de los poderes represivos del gobierno.
Como señaló Michael Ratner, la ley “permite la intervención de emergencia de 7 días sin orden de ninguna clase. La intervención de emergencia continúa cuando el gobierno estadounidense haga su solicitud ante la corte secreta, continúa mientras que las apelaciones estén pendientes… Así que literalmente pueden intervenir a ciudadanos norteamericanos por meses o más sin ninguna clase de orden”.
Bajo la nueva ley, la corte de FISA no verá órdenes individuales de vigilancia con información específica en la mayoría de los casos, sino solamente “procedimientos” generales para cerciorarse de que estén “elaborados de manera razonable” de modo que aseguren que el blanco del espionaje se ubique fuera de Estados Unidos. La ley permite que la NSA intercepte las comunicaciones de gente en Estados Unidos a condición de que el blanco de la vigilancia esté fuera del país. Aunque la corte de FISA rechace los “procedimientos” generales en una operación de espionaje particular, el gobierno puede continuar la vigilancia durante todo el proceso de apelación, y guardar y utilizar toda la información recogida durante ese período.
En una entrevista con Revolución, el abogado del Centro pro Derechos Constitucionales, Shadayana Kadidal, habló del significado de este cambio (hablaba de la versión de la ley de hace unos meses, pero sus observaciones se aplican a la nueva ley). Kadidal explicó cómo estaba la situación antes con una orden para cada intervención: “Es decir, cuando el gobierno decida vigilar a una persona, presenta ciertas pruebas a la corte de FISA de que dicha persona está trabajando para un gobierno extranjero o una organización terrorista extranjera, de acuerdo a la definición muy amplia de la ley FISA. Luego la corte gira una orden individual que dice que se puede vigilar a esa persona en particular”. Eso ya se cambió con la nueva ley: “Es un gran cambio; en términos de la historia de las regulaciones de intervenciones de telecomunicaciones de la ley FISA, ahora el gobierno puede ir a la corte y solicitar un aval para todo un programa de espionaje. Por ejemplo, irá a la corte y le dirá: queremos intervenir a todas las personas que llaman desde Afganistán a Estados Unidos en la madrugada, y luego respecto a la persona que recibe la llamada, queremos intervenir las llamadas que hace en los siguientes 15 minutos. Algún criterio así, muy general, se puede aplicar a centenares de casos todos los días, en que es posible que el gobierno ni siquiera sepa a quién se está interviniendo”.
Con la nueva ley, el gobierno puede espiar las llamadas telefónicas y los emails internacionales de quienquiera en Estados Unidos para “adquirir información de inteligencia extranjera”, mientras que el “blanco” de esa vigilancia sea una persona o un grupo a que “se cree razonablemente esté ubicado fuera de Estados Unidos”. No se requiere que el gobierno demuestre “causa probable”, o sea, alguna evidencia de que se ha cometido un crimen. Carolina Fredrickson, directora de la Oficina Legislativa de la Unión Americana de Libertades Civiles en Washington, dijo: “Los norteamericanos han de saber que si se aprobara y si entrara en vigor esta ley, el contenido de sus llamadas telefónicas o emails internacionales ya no sería privado. El gobierno puede escuchar sin ninguna razón específica que lo justifique”.
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Revolución #136, 20 de julio de 2008
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El año pasado, en medio de la indignación ante el plan del régimen de Bush de otorgarles inmunidad a las empresas de telecomunicaciones que cooperan con el espionaje oficial contra millones de personas en Estados Unidos, el portal Talking Points Memo divulgó lo que dice es un e-mail de Bill Burton, vocero de la campaña de Obama; dice: “Que quede claro: Barack apoyará las maniobras dilatorias contra todo proyecto de ley que incluya inmunidad retroactiva para las empresas de telecomunicaciones”.
Pero cuando se presentó la Ley de Enmiendas FISA de 2008 en el congreso la semana pasada, que legalizara la intercepción sin orden judicial de millones y millones de comunicaciones en Estados Unidos y que les otorgara inmunidad a las empresas de telecomunicaciones a fin de encubrir el alcance del espionaje del gobierno, ¡Obama no promovió maniobras dilatorias contra el proyecto ni las apoyó (lo que podría haber impedido su aprobación), sino que votó a favor del proyecto!
Ante las pruebas muy creíbles de que estas intercepciones ilegales sin orden judicial del gobierno (ver el artículo acompañante) afectaron millones y millones de comunicaciones de personas en este país, Obama justificó su voto repitiendo en esencia los argumentos del régimen de Bush: “En un mundo peligroso, el gobierno ha de tener la autoridad de recabar la inteligencia que necesitamos para proteger al pueblo americano”.
Como el artículo acompañante señala, se encauzó mucha indignación del público ante estas revelaciones, a apoyar a los demócratas en las elecciones de 2006, con promesas de revocar la ley FISA. Mucha gente apoya la campaña de Obama como forma de oponerse al destripamiento de las “protecciones constitucionales” contra allanamientos sin orden judicial. Pero veamos qué pasó: en 2006, bajo el congreso controlado por los republicanos, ante una amplia oposición y tensiones en la clase dominante Bush no logró hacer que se aprobara una ley semejante. Hoy, bajo el congreso controlado por los demócratas, cuando mucha gente considera que la campaña de Obama esté dando nueva legitimidad al sistema, Bush logró que se aprobara todo el paquete, con inmunidad para las empresas de telecomunicaciones.
Es importante comprender qué pasa en los hechos. Obama no quería congraciarse con “los electores” ni atraer a los electores “vacilantes e indecisos”. Asumió una posición impopular que encabronó a muchos partidarios y no va a conseguir el apoyo de muchos “electores independientes”. Los dirigentes demócratas en el senado tramaron las cosas de modo algunos de ellos (pero contaron los votos con cuidado para que no eran suficientes) votaran en contra del proyecto, a fin de conservar su credibilidad como oponentes de Bush.
Así que ¿por qué Obama sí apoyó a esta ley impopular? Pues, ahorita, la clase dominante de este país ve una necesidad, y un potencial, de confiar en la tecnología avanzada y compleja para espiar a escondidas a la ciudadanía, de manera generalizada, y de legitimarlo en el discurso jurídico y político. (Se analiza por qué la clase dominante considera que sea necesario espiar de manera muy amplia en la entrevista de Revolución al abogado Shayana Kadidal del Centro pro Derechos Constitucionales, “El proyecto de ley sobre la intervención de telecomunicaciones y la expansión sin precedentes de los poderes presidenciales”, No. 124, 23 de marzo de 2008, en revcom.us.) Obama, uno de los dos candidatos presidenciales, aborda el espionaje generalizado sin orden judicial contra las comunicaciones de la ciudadanía desde la perspectiva de alguien que se está postulando y preparándose a ser el ejecutivo en jefe de la clase dominante estadounidense.
En una carta abierta a sus furiosos partidarios que se quejan de su voto por FISA, Obama dice: “Puede que algunos de ustedes decidan que mi posición sobre FISA sea motivo de ruptura. Eso está bien. Pero cabe mencionar que nuestro entendimiento sobre la abrumadora mayoría de los asuntos que importan más que compensa las divergencias que podamos tener… Que no se equivoque: si John McCain sale elegido, la dirección fundamental del país que amamos no cambiará”.
O sea, Obama dice: ¿qué vas a hacer? ¿Votar por McCain?
Así es la lógica de las elecciones del sistema: geniales para ellos y mortíferas para el pueblo. La lógica de “elegir al mal menor” te lleva más al abismo de apoyar todo un paquete que no tiene nada que ver con tus intereses y de hecho se les opone, ni que ver con lo que consideras importante.”
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Revolución #136, 20 de julio de 2008
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Testimonio de excombatientes
Del 13 al 16 de marzo, se llevó a cabo la Investigación Soldado del Invierno: Irak y Afganistán en Washington, D.C. En las audiencias, organizadas por Veteranos de Irak contra la Guerra, casi 50 excombatientes dieron testimonio sobre lo que hicieron contra la población y el territorio de Irak y Afganistán. En cualquier momento, estaban presentes unas 350 personas, principalmente excombatientes estadounidenses, familias de soldados y padres de soldados muertos en la guerra. El evento de cuatro días juntó a excombatientes de todo el país para hablar de sus experiencias y presentar evidencias fílmicas y fotográficas. Varios paneles de académicos, veteranos, periodistas y otros especialistas le dieron contexto al testimonio y hablaron de una amplia gama de temas, de la historia del movimiento de resistencia militar a la lucha por cuidado médico y apoyo para los ex soldados. Los siguientes pasajes son de Hart Vigas, uno de los excombatientes que hablaron en el primer panel sobre las “Reglas del combate”. Se publicaron testimonios de otros excombatientes del segundo panel y una carta sobre esa investigación de un veterano de la guerra de Vietnam en Revolución #126 y #134. Los lectores pueden escuchar el testimonio (en inglés) de las audiencias en ivaw.org/wintersoldier/testimony. |
Me llamo Hart Vigas. Me metí al ejército lueguito del 11 de septiembre y pedí la aerotransportada, pedí la infantería, y me tocó la División Aerotransportada 82, primero en la 325 Honorable Compañía de Artillería, Batallón de Morteros, los “cazadores del cielo”, “la muerte desde arriba”. Entré en noviembre de 2001 y salí del ejército en diciembre de 2004. Me desplegaron a Kuwait en febrero de 2003 y posteriormente participé en la invasión en marzo. El plan original era que íbamos a lanzarnos con paracaídas al aeropuerto de Bagdad pero, como la III ID iba adelantada, entramos manejando y pasamos a controlar un pueblo en el cual saboteaban nuestro suministro, un pueblo que se llamaba Al-Samawa. Esa fue mi primera experiencia con el trabajo que me habían entrenado a hacer. Yo era el morterista, disparaba morteros de 81 milímetros. Nos acampamos en las afueras de Al-Samawa en lo que era básicamente un basurero; hubo un mosquero tan feo que no dejaban comer. Cuando el sol caía a plomo, uno tragaba un bocado de moscas junto con su cartoncito de pudín.
Lo que vi allí, mucho más de lo que conocí personalmente: yo escuchaba las llamadas por radio de las compañías que estaban en dificultades, o que veían a unas personas entrar en un edificio; nos tocaba esa misión de fuego y destrozábamos el edificio a morterazos. Yo puse los relojes, puse los morteros y los cargadores. Yo era parte de ese equipo que mandó esos morteros al blanco. Y sabes, no se trataba de ejército a ejército: son gente los que habitan los pueblos. Está completamente fuera de lo que se pueda imaginar que los que habitan los pueblos no sean gente normal, población civil. Nunca vi con los propios ojos los efectos de los morteros que mandé sobre esos pueblos, así que tengo que imaginarme la gran cantidad de muertos de que no tengo la cuenta, cuánta población civil, cuántos inocentes, maté, ayudé a matar.
Otro armamento fuerte que usaban contra ese pueblito de Al-Samawa se llamaba el Spectre. Es un avión armado C-130 con cañones obús de correa, dos de esos y unas super-ametralladoras Gatling. Ni sé la nomenclatura exacta para eso. Esos sobrevolaban Al-Samawa y simplemente aporreaban el pueblo, y realmente no hay nada igual a eso. Ese avión, es casi, aunque las balas vienen desde el cielo, es casi como la tierra estuviera temblando. Repito, sobrevolaban el pueblo, los vecindarios, helicópteros de ataque Kiowa con sus misiles Hellfire, los aviones F-18 con sus bombardeos, te sacuden hasta los huesos. Al mismo tiempo estamos echando morterazos sobre este pueblo lleno de habitantes. La radio siempre era, nada bueno salía por la radio. Una vez mandaron disparar contra todos los taxis porque el enemigo los usaba para transportarse. En Irak cualquier carro puede ser un taxi, no más lo pintan de blanco y anaranjado y ya está. Y uno de los francotiradores preguntó por radio: “Disculpe, ¿le oí bien, que disparemos contra todos los taxis?” El teniente coronel contestó: “Tú me oíste, soldado, disparen contra todos los taxis”. Al terminarse esa conversación, el pueblo como que se prendió. Todas las unidades que estaban allí dispararon contra varios carros. Otra vez, tú sabes, contra gente. ¿Dónde están las pruebas? Esa fue mi primera experiencia con la guerra, y realmente estableció el tono para todo mi servicio militar allí.
Fui a Faluya durante un par de semanas; nuestra compañía buscó un pleito allí y tuvimos que salir corriendo. Mi historia de Faluya no es como las otras historias de Faluya, estábamos en una zona turística en las afueras, la conquistamos y yo tenía a mi arma a 30 metros de distancia, mientras me bronceaba a la orilla de un lago artificial. Pero oía las historias de lo que estaba pasando en la ciudad. Luego fuimos a Bagdad y dejamos esa ciudad en ruinas. No hubo nada de estructura, nada de policía, nada de autoridad aparte de nosotros y nos aprovechamos de la situación en lo que respecta el trato a la gente y los puntos de vista en general. Hablando personalmente, nunca me he considerado una persona racista, pero para todo decíamos hadji: cigarros hadji, hamburguesa hadji, casa hadji, ropa hadji, harapos hadji. “Hadji” viene siendo lo mismo que “honky”. Es lo mismo, tengo que acordarme.
Y luego con las redadas, nunca hicimos una redada en que cayéramos sobre la casa indicada, mucho menos la persona indicada, ni una sola vez. Estábamos fuera de Bagdad, en esa planta de tratamiento de agua, y parecía un lugar bonito, con árboles, mucha vegetación verde. Pero ya cuando nos íbamos, nos salieron corriendo en frente dos tipos con RPG (granadas propulsadas por cohete) y hubo todo un griterío y se protegieron con unas mujeres y niños que estaban ahí, y nosotros gritábamos: “Tiren las armas, tiren las armas”. Todos tenían su RPG en bandolera y yo estaba vigilando el sector a mi lado izquierdo mientras ellos estaban a la derecha. Yo era muy firme allí en la vigilancia del sector que me tocaba pero no más ya no aguantaba. Giré el rifle hacia allá y tenía en la mira a un tipo que estaba en la entrada de un edificio. Él traía el RPG sobre la espalda, yo le tenía el pecho en la mira, eso es lo que me entrenaron a hacer. Pero cuando le vi la cara, no era el Cucuy, no era el enemigo, tenía una expresión de miedo y de confusión que a lo mejor era la misma expresión que yo tenía en la cara durante ese mismo tiempo. A lo mejor le habían dicho las mismas mentiras que me dijeron a mí. Pero me sacó de onda verle la cara y no apreté el gatillo. Se escapó.
Nos mandaron refuerzos en forma de helicópteros Apache y vehículos de combate Bradley y volvimos a entrar en ese bonito pueblito para investigar. Ya es historia conocida en Irak, que si uno tenía algún pleito con el vecino en los tiempos de Saddam, simplemente decía: “Oiga, oficial, aquél hizo un comentario contra Saddam, anda, arréstenlo”. Y a aquél lo arrestaban y lo torturaban. Bueno, ahora con Estados Unidos, preguntamos quiénes son los buscapleitos y nos dicen: “aquéllos” “de por allá”. Entonces vamos yo y otro soldado a revisar la casita del tal “aquél”. Lo único que encontré fue una pistolita 22, nada de AK47, ni granadas propulsadas por cohete, ni fotos de Saddam, ni sacos de dinero, pero de todos modos nos llevamos a los dos muchachos. Vi al sargento y le dije: “Pues, mi sargento, éstos no son los que estamos buscando”. Y me contestó: “No te preocupes. De todos modos hubieran hecho algo, tenlo por seguro”.
Y todo ese tiempo la madre está llore y llore frente a mí, trata de besarme los pies. Sabes, no hablo árabe. Pero puedo hablar humano. Me estaba diciendo: “Por favor, ¿por qué se llevan a mis hijos? No han hecho nada malo”. Eso me hizo sentir totalmente impotente. Yo era de la Infantería Aerotransportada 82 con helicópteros Apache, vehículos de combate Bradley, blindaje corporal y mi M4, y me sentí impotente, no podía hacer nada para ayudarla. Y entonces yo era muy ingenuo, pensé que se los llevarían y se iban a dar cuenta de que “estos no saben nada”. Pero más adelante supe que los detenidos siguen en detención durante años, que los padres ni siquiera saben el paradero de sus hijos. Y la falta de humanidad en la guerra. El lugar en que se pone uno, cuando uno lo recuerda de ese tiempo atrás, es como algo de otro mundo.
Un día andábamos manejando por Bagdad y encontramos un cadáver a una orilla de la calle. Estacionamos el vehículo para llamar y esperar al policía militar o alguna autoridad que viniera a encargarse de este muerto que claramente fue asesinado. Se bajaron mis amigos y empezaron a sacarse fotos con el muerto con unas sonrisotas en la cara, y me dijeron: “Oye Vigas, ¿no quieres sacarte una foto con el tipo?”. Y dije: “No”, pero no lo dije en el contexto de que “eso está feo porque va en contra toda ética”, lo dije porque no era mío, no lo había matado yo. Uno no debe llevarse el trofeo por lo que no hizo. Digamos que así era mi modo de pensar de entonces, pues ni siquiera me inquietaba que el tipo estuviera bien muerto, sino que ellos no debían adjudicarse el trofeo por algo que no hicieron. Pero así es la guerra, raza, así es la guerra. Pero ahora, en vez de ser un armado, soy un “almado”. Ya le volteé la tortilla; me gustaría ofrecerles este poemita ahora.
Un almado ha bajado el rifle y ha recogido el alma.
En vez de balas, el almado cuenta con sus palabras.
En vez de dogma, el almado escucha al corazón.
En vez de códigos secretos, el almado expresa
sus sentimientos y sus pensamientos.
En vez de robar tierras, el almado aumenta
el intelecto.
En vez de apuntar el arma, el almado apunta razones.
En vez de construir fortificaciones que dividen, el almado crece con la unidad de toda la humanidad.
Y creo que eso es lo que estamos haciendo ahora. Gracias a todos por escucharme.
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Revolución #136, 20 de julio de 2008
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