Polarización... repolarización... y revolución

Revolución #030, 15 de enero de 2006, posted at revcom.us

Nota de la Redacción: A continuación publicamos partes de una charla que dio Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, a un grupo de militantes y partidarios el año pasado (2005). Al editar la charla, se le agregaron subtítulos y notas al pie de página.

Antes de continuar, quisiera repasar y recapitular (pero no capitular) [risas] el tema de la guerra civil que se perfila, y la repolarización para la revolución. Viendo esto tal como se está gestando, se ve que la línea divisoria (en todos los niveles de esta sociedad, y en la sociedad en general) no es la misma que se necesitará, que hay que crear, a fin de llegar a la revolución. Se traslapan, pero no es la misma. Para usar la formulación del artículo del New York Times de Suskind, hay una amplia separación entre la "comunidad basada en la fe" y la "comunidad basada en la realidad". Eso es parte de la intensa contienda y conflicto que se están dando en la sociedad, con una variedad de manifestaciones en distintos momentos. Pero no es la totalidad. Hay gente que se inclina epistemológicamente al lado "basado en la fe", especialmente hablando de las masas básicas, pero cuyos intereses fundamentales concuerdan con la revolución proletaria y que inclusive deben ser fuerzas motrices de ella. Esta es otra contradicción que tenemos que entender cómo manejar correctamente.

Existe un aspecto real (aunque desde luego no plenamente desarrollado) de guerra civil entre dos partes de la sociedad, de arriba a abajo, que se manifiesta de distinto modo en diferentes sectores de la sociedad. Y en estos momentos hay factores preponderantes que llevan a que, si se deja que la situación se "arregle por su cuenta" y que siga su propia dinámica, terminará de modo muy negativo, y podría llegar al más negativo de los extremos sin una enorme cantidad de trastorno en la sociedad, a menos que nosotros "intervengamos" en este proceso, a menos que hagamos lo que debemos hacer, lo que abrirá la posibilidad de que surja algo diferente de todo esto. Necesitamos reconfigurar y repolarizar en gran escala; la división política actual da cierta base objetiva para lo que tenemos que hacer para preparar una revolución, pero no ofrece la alineación necesaria para que la lucha por la revolución sea favorable. En estos momentos la alineación, en general y específicamente con respecto a las perspectivas para la revolución, es muy desfavorable. Así que tenemos que manejar la interpenetración de estas contradicciones: las contradicciones de cómo se están manifestando las divisiones de la sociedad en diferentes niveles, y en toda la sociedad; y la contradicción sobre (o entre) lo que existe actualmente y lo que hay que gestar para la revolución. Se traslapan e interpenetran, pero son distintas y no debemos confundirlas y "revolver" dos en uno; si lo hacemos, no lidiaremos correctamente con la situación y no la repolarizaremos para la revolución.

El Mundo No Puede Esperar: Las perspectivas y los esfuerzos de nuestro partido

Ahora quiero hablar directamente de El Mundo No Puede Esperar y de por qué le damos tanta importancia y estamos volcando tantos esfuerzos en esto. Una vez más, a manera de crítica, nos han hecho esta pregunta: ¿por qué quieren hacer eso, por qué quieren hacer algo de una escala tan grande y que a tantos les parece tan "extremo", en cuanto a lo que nos proponemos y en cuanto a romper con el marco político convencional y establecido?

Esto se relaciona con lo que planteé antes de que nosotros no "definimos la agenda"1 ni el ritmo de los acontecimientos ni adónde llegará la situación si no intervenimos al nivel necesario. De modo que quiero hablar de ciertas cuestiones cruciales que se concentran en esto, ciertas cuestiones políticas e ideológicas fundamentales (y en cierta medida cuestiones de organización).

Las preguntas fundamentales y esenciales con respecto al objetivo de sacar al gobierno de Bush son: ¿ POR QUÉ ES QUE SE TIENE QUE HACER ESTO? ¿Y CÓMO ES QUE SE PUEDE HACER?

Básicamente, la respuesta a la primera pregunta (y en última instancia a ambas) radica en el hecho de que esto corresponde a lo que es objetivamente necesario y a lo que es objetivamente posible ante la situación que nos confronta; o, para decirlo en términos filosóficos marxistas, la necesidad que nos confronta. Sacar al gobierno de Bush --crear la clase de situación política en que, principalmente como resultado de una oposición política masiva "desde abajo", a la cual tengan que responder todas las fuerzas de la sociedad, se expulsa al gobierno de Bush y se repudia masivamente todo su programa y la dirección en que está arrastrando a la sociedad y el mundo-- es una meta crucial y una meta posible. Es necesario tener claramente en mente y expresar claramente la posición de nuestro partido de que estamos comprometidos seriamente a alcanzar los objetivos de El Mundo No Puede Esperar, y que, simultáneamente, lo vemos y lo abordamos como parte de acercarnos a nuestras metas de revolución, socialismo y en última instancia un mundo comunista, tal como muchos otros que participan, y participarán, en El Mundo No Puede Esperar lo ven y lo abordan desde la perspectiva de sus metas y objetivos generales. Esa es la naturaleza del frente único que es; y es crucial aumentar continuamente la amplitud y la diversidad de este frente único para fortalecer las bases para lograr los objetivos de la convocatoria de El Mundo No Puede Esperar, que delinea su base de unidad y sus objetivos clave2.

Para decirlo en términos muy básicos: cumplir los objetivos de El Mundo No Puede Esperar tendrá un profundo efecto positivo en cuanto a transformar la situación objetiva; por otra parte, aumentará enormemente las contradicciones y generará niveles de necesidad completamente nuevos. Pero no cumplir esos objetivos tendrá profundas consecuencias negativas en cascada en esta sociedad y en el mundo entero.

Imaginen por un momento qué significaría lograr transformar la Convocatoria y las principales consignas de El Mundo No Puede Esperar en, como decimos, una fuerza material que se manifieste como una oleada masiva de protesta política de punta a punta del país, en todos los rincones y en todas las capas, y que haga retumbar las calles y las paredes con la consigna: ¡El mundo no puede esperar--Hay que sacar corriendo al gobierno de Bush!3 (A propósito, esa consigna tiene mucha fuerza, principal y esencialmente porque capta la esencia de contradicciones clave: no la suma total de lo que está sucediendo y de las contradicciones que están impulsando la sociedad y el mundo, pero sí aspectos esenciales de esto). Pero imaginen también el proceso que se está desarrollando a partir de la Convocatoria: la determinación de muchos a que este sea el comienzo de una lucha sostenida y resuelta para hacer realidad esa consigna, para sacar corriendo al gobierno de Bush por medio de una movilización política masiva. Imaginen qué efecto tendrá eso en las relaciones políticas y sociales de este país (y del mundo, en realidad) si efectivamente se encarna en realidad. No bajará la intensidad de la situación; todo lo contrario. Aumentará las apuestas y la magnitud de manera exponencial. Pero de todos modos eso va a pasar: ya el otro lado de la confrontación política está aumentando las apuestas y la magnitud continuamente, y lo seguirá haciendo. Como decía, la trayectoria y la dinámica ya están encaminadas hacia eso, si se dejan por su cuenta y se deja que los que detentan el poder "se las arreglen para salir de esto", o, muy probablemente, hacia algo mucho, mucho peor.

Volvamos de nuevo a un punto muy fundamental: nosotros no "definimos la agenda" ni el ritmo de los acontecimientos; no hemos deseado ni puesto en marcha esta dinámica; ni es una dinámica que simplemente puedan "ajustar" o cambiar los que se oponen a ella. Esta dinámica, esta necesidad que confrontamos, es algo que hay que transformar en algo radicalmente diferente. Como comunistas, entendemos que en un sentido fundamental la libertad no radica en hacer caso omiso de la situación que se nos plantea en un momento dado (ni en doblegarnos a ella), sino en transformar esa situación, esa necesidad, por medio de la lucha; o como Mao dijo tan agudamente, la libertad es el reconocimiento y la transformación de la necesidad por medio de la lucha. La necesidad que se nos plantea hoy está determinada en gran medida, y en términos inmediatos, por el programa imperante y la dirección en que está encaminando la sociedad el gobierno de Bush; y a partir de eso hay que arrancarle a esa necesidad algo cualitativamente diferente y positivo. Y esto requiere trabajar y luchar urgentemente por hacerlo, acelerar nuestro propio ritmo,para no quedarnos atrás del ritmo de los acontecimientos objetivos, para esforzarnos al máximo para repolarizar la sociedad conforme a los objetivos de El Mundo No Puede Esperar; y, para nuestro partido, el reto es hacer esto y simultáneamente plantear nuestros objetivos revolucionarios, sin confundirlos ni "revolverlos" con la base de unidad de El Mundo No Puede Esperar, sino distinguirlos y manejar correctamente la relación entre las dos cosas.

Al límite de nuestro alcance… pero no fuera de nuestro alcance

En consecuencia, es importante abordar directamente la pregunta: ¿Cómo se puede arrancarle libertad a esta necesidad para cumplir el cometido de la convocatoria de El Mundo No Puede Esperar? Y, en primer lugar, ¿cuál es la base (la base que existe en la situación objetiva, de la cual forman parte las ideas, la disposición y los sentimientos de millones y millones, por supuesto contradictorios) para alcanzar esos objetivos?

Hoy millones y millones de personas de diversas capas de la sociedad experimentan un profundo sentimiento de zozobra e indignación, de angustia, preocupación y cuestionamiento: no un cuestionamiento superficial sino muy profundo, de una forma u otra, sobre toda la dirección de la sociedad y del mundo. Sin embargo, existe un gran abismo entre eso y lo que la mayoría de esas personas están haciendo y, es más, lo que están dispuestas a hacer con respecto a esta situación.

Por eso, aunque T.S. Eliot era un reaccionario político, cabe traer a colación una cita suya: "entre la idea y la realidad cae la sombra". Reinterpretándolo desde un ángulo materialista: entre el sentimiento de angustia e indignación que tantos experimentan y entre lo que les corresponde hacer objetivamente para atacar las causas de tal angustia e indignación, hay una gran "sombra", un gran abismo. Esta es una contradicción muy aguda. Pero es importante reconocer ambos lados de ella. No es simplemente que lo que están haciendo, o están dispuestos a hacer, está muy por debajo de lo que se necesita; también existe el otro lado, que tenemos que desarrollar, y es que tienen muy profundos interrogantes y están experimentando mucha zozobra e inquietud. No se trata del cuestionamiento usual o meramente de "cavilaciones filosóficas" de una pequeña capa de la sociedad sobre qué pasa en el mundo y "cuál es el sentido de todo". Amplios sectores de la sociedad, de todas las capas, tienen profundos interrogantes, inquietud, indignación y rabia. Lo que se necesita con urgencia es llevar a montones de gente a ver la necesidad y la posibilidad, y los medios concretos, de salvar ese abismo, de cruzar esa sombra. Eso es un pilar fundamental del trabajo y la lucha necesarios para cumplir los objetivos de El Mundo No Puede Esperar.

No es cuestión de tirar una caña de pescar en una alberca llena de truchas y todo lo que hay que hacer es echar la carnada y todos se acercan, por usar una analogía odiosa. Es cuestión de luchar con la gente, de una manera correcta, para convencerla de que se zafe de los confines mortales del marco de referencia y la dinámica política predominante, y que se sume a la acción política histórica independiente en una escala masiva. Esto no es lo mismo que exhortar a hacer la revolución, ahora, seamos claros. Tiene una base de unidad diferente, encarnada en la convocatoria de El Mundo No Puede Esperar. Lo que es, lo que se requiere urgentemente, es una cuestión de luchar para convencer a la gente de zafarse de los confines mortales del marco de referencia político predominante, llevándola a entender la necesidad y la posibilidad de hacerlo, y trabajando en una forma muy concentrada y abreviada para idear los medios concretos de hacerlo. Repito, esto requerirá mucha lucha y regresar continuamente a las cuestiones fundamentales de todo esto.

Y, sí tiene una dimensión de plantear, de modo apropiado, nuestro análisis comunista pleno de la situación general y de nuestra manera de ver la relación de El Mundo No Puede Esperar, y su base de unidad y sus objetivos, con nuestra perspectiva comunista y nuestras metas. Aunque mucha gente tendrá diferencias con nosotros sobre nuestra perspectiva comunista y nuestros objetivos generales de revolución, socialismo y en última instancia un mundo comunista (y así es como debe ser en el contexto de un amplio frente único como El Mundo No Puede Esperar), la participación de cada vez más gente, con una diversidad de posturas, en el debate de las grandes preguntas de cuál debe ser el carácter y la dirección de la sociedad, en el sentido más amplio, es algo positivo de por sí, elevará las miras de todos y permitirá que más personas, de muchas perspectivas, vean la necesidad y la posibilidad de unirse en acción política histórica independiente para lograr los objetivos de la Convocatoria y las principales consignas de El Mundo No Puede Esperar.

Puntos cruciales para hacerlo realidad

Esto nos lleva a la cuestión de cuáles son los puntos cruciales, en términos prácticos, pero sobre todo políticos e ideológicos, para hacer posible que las masas se organicen para convertir esto en realidad. Sin entrar en todos los detalles de organizar a las masas y de ayudarlas a organizarse por sí mismas hacia los objetivos de El Mundo No Puede Esperar, es importante reconocer que la cuestión de hacer o no hacer esto de por sí supone, y concentra, cuestiones decisivas de política e ideología. Es importante identificar, de una forma concentrada y abreviada, las cuestiones generales políticas, ideológicas y en algunos aspectos organizativas que en la actualidad son una traba para las masas, que las frenan de acercarse, o acercarse más de lleno, a El Mundo No Puede Esperar.

Pero además de eso es importante identificar continuamente, de forma comprimida, cómo se plantean esas cuestiones a cada momento, y abordarlas y luchar con las masas sobre ellas. Mejor dicho, existe la cuestión general de zafarse de estos confines mortales, y por qué es necesario hacerlo, y si podemos decir que es posible hacerlo. Pero eso se manifestará de varios modos en distintos momentos y, por ejemplo, si se hacen avances en esa lucha, y con los cambios del mundo, se planteará de otra forma, con una expresión concreta, y es necesario abordar las expresiones concretas tanto como la cuestión general.

Esto se presentará muchas veces sobre muchas cosas específicas. Se presentará, por ejemplo, con relación a la Suprema Corte y las recientes nominaciones de Bush a ella. ¿Cuál es la forma correcta de hacer denuncias sobre la nominación a la Suprema Corte con relación a los objetivos de El Mundo No Puede Esperar? Eso se va a plantear. De igual modo se va a plantear la cuestión de la relación entre forjar una oposición más fuerte a la guerra de Irak, por un lado, y el movimiento para sacar corriendo al gobierno de Bush por el otro. Los sucesos plantearán nuevos problemas, y nuevas formas en que se tiene que abordar la relación entre ciertos sucesos y luchas, por un lado, y El Mundo No Puede Esperar, por el otro. Es sumamente importante manejar correctamente esto (las nuevas formas en que se plantearán estas cuestiones); de lo contrario, todo el proceso sufrirá reveses, y en especial El Mundo No Puede Esperar.

El Mundo No Puede Esperar, y en especial su website, tiene que abordar estas cuestiones, lo está haciendo y sin duda lo seguirá haciendo desde su punto de vista y su base de unidad, y eso es muy importante. Por otra parte, también es necesario que nuestro partido, partiendo de nuestra perspectiva y objetivos comunistas, en especial por medio del periódico Revolución, conduzca denuncias de peso y, sí, polémicas sobre esas cuestiones que muestren patentemente por qué quedarse dentro de los confines mortales del marco de referencia político dominante efectivamente es mortal: que hagan ver la aguda contradicción entre lo que mucha gente quiere que el mundo sea y, por otra parte, la dirección en que va el mundo, lo cual está presentando una contradicción muy aguda para millones y millones de personas; que hagan ver que esa contradicción no se puede resolver de forma positiva quedándose dentro de esos confines mortales. Repito, será necesario e importante seguir abordando eso, desde muchos ángulos y con relación a las muchas formas concretas en que se presentan esas contradicciones.

Esto tiene una importante dimensión organizativa: ayudar a las masas a organizarse y a su vez a organizar a otros para forjar El Mundo No Puede Esperar como un movimiento organizado; y esto tiene que suceder muy aceleradamente. Para ello hay que darles una idea clara de lo que es posible que hagan y ayudarlas a entender mejor cómo hacerlo y cómo organizarse y a su vez organizar a otros… que a su vez organicen a otros… que a su vez organicen a otros a hacerlo.

La importancia de los estudiantes y un movimiento estudiantil

No me refiero solamente a los estudiantes de prepa y al papel enormemente importante que pueden desempeñar con relación a los objetivos de El Mundo No Puede Esperar (así como, desde la perspectiva de nuestro partido, su papel crucial con relación a todos nuestros objetivos revolucionarios). También me refiero a los universitarios, y especialmente de universidades que históricamente han tenido (o tienen hoy) importante impacto e influencia en el estudiantado y el desarrollo de un movimiento estudiantil.

Por razones de historia, los que trabajan de modo concentrado en el campo de las ideas han desempeñado un papel progresista en la historia. Esto es contradictorio y varía en distintas épocas, pero de todos modos existe el fenómeno de que los estudiantes, especialmente los universitarios, desempeñan un papel clave en el desarrollo de movimientos de oposición y resistencia, y, sí, de movimientos revolucionarios. Así ha sido en la historia de Estados Unidos y del mundo. Es de gran importancia reconocerlo y desarrollarlo, sin pasar por alto las contradicciones que conlleva, y cómo se manifiestan en la situación de hoy.

Recuerdo cuando en Berkeley se dio el Movimiento de libertad de expresión y el movimiento contra la guerra en los años 604. Siempre nos atacaban diciendo que éramos hijos de papi; saben cómo va eso, lo han oído. Pero lo que hacíamos era sumamente importante y atraía gente de otras partes de la sociedad, masas básicas que llegaban a la universidad a ver qué pasaba y, muchas veces, a participar. Bueno, en cierto sentido, tenían cierta razón, pero por otro lado esos ataques tergiversaban las cosas buenas que hacíamos; es cierto que teníamos más oportunidades que los que viven bajo el yugo diario de ver cómo subsistir y mantener la cabeza a flote. Teníamos más libertad relativamente para poner atención a los asuntos políticos y mundiales, y más radio de acción política. Y tenemos que reconocer que ese es un factor estratégicamente favorable para forjar un movimiento de resistencia y, sí, a fin de cuentas para la revolución, y para la clase de revolución que anhelamos: no una revolución estrecha e ignorante, sino una revolución elevada y liberadora.

Para aclarar, no estoy diciendo que no vayamos a los community colleges, y, sí en gran escala, a las prepas y secundarias; pero hay un gran potencial de desencadenar a los universitarios, y de que desencadenen a otros, y es muy importante desarrollar al máximo ese potencial.

Movilizar a las masas básicas a El Mundo No Puede Esperar

Por otro lado, teniendo en mente no solo consideraciones estratégicas revolucionarias, sino en particular e inmediatamente los objetivos de El Mundo No Puede Esperar, es supremamente importante movilizar a una fuerza significativa de masas básicas, a partir de una conciencia de clase revolucionaria, para que sea la columna vertebral y la fuerza motriz, aunque solo sean miles ahora de los millones, literalmente, que hay que movilizar para El Mundo No Puede Esperar. Tenemos que hacerles ver a las masas básicas la importancia de esto, y tenemos que hacer que entiendan mejor su propio papel con respecto a la resistencia de otras capas. Esto es importante por razones estratégicas, pero también es supremamente importante para El Mundo No Puede Esperar. Esto debe ser un elemento importante de la Gira de Comunistas Revolucionarios5, para citar un aspecto importante. Y debe ser un elemento importante de nuestro trabajo general con las masas básicas: por medio de Revolución y por otros medios debemos convocar y dirigir a esas masas (y ayudarlas a organizarse) a la acción política histórica independiente con conciencia de clase, en el contexto de El Mundo No Puede Esperar y también apuntando a objetivos estratégicos revolucionarios… entendiendo la conciencia de clase en un sentido revolucionario amplio y radical, en el sentido de ser una fuerza motriz para revolucionar el mundo y emancipar a toda la humanidad, no en un sentido estrecho y reformista.

La importancia de "cosechar" a nivel organizativo

Otra importante dimensión de esto es que es necesario prestar atención constante y sistemática a lo que se ha llamado "cosechar": cosechar los avances en el sentido de organizar a las masas y formar lazos organizados con las masas, y no solo en el sentido de influencia política general; cosechar, en ese sentido, en todo movimiento político significativo y en todo evento o acción políticos de importancia.

Esto tiene distintas aplicaciones en distintas situaciones y distintos tipos de organizaciones, con su propia identidad e "integridad" como organizaciones y su propia base de unidad específica. Por ejemplo, tiene una aplicación determinada para El Mundo No Puede Esperar, que es diferente de la aplicación para nuestro partido. Es importante tener en mente y respetar esas diferencias a la hora de actuar, pero hay un principio más general: que en cualquier esfuerzo político en que es necesario movilizar a las masas, así como organizarlas concretamente, es de gran importancia prestar atención constante y sistemática a la dimensión de desarrollar mecanismos organizados para movilizarlas, y para movilizar a otros: forjar una expresión organizada de la movilización política de masas.

Y, de nuevo, una parte clave de esto es buscar los medios para que los que se están sumando a este movimiento sean parte de esa organización, de una forma o a un nivel u otro, conforme a las necesidades del movimiento y a las habilidades e inclinaciones de cada quien y a lo que más puedan contribuir. Una parte importante de eso es permitirles hacer cosas específicas y concretas como parte de la "división general de funciones". No lo digo en un sentido pragmático estrecho de "darles cosas que hacer", sino en el sentido de inspirarlos con los objetivos del movimiento y de lo que se necesita para lograrlos, y después, a partir de esa base, ayudarlos a organizarse y a organizar a otros.

"¿Qué viene después?" El Mundo No Puede Esperar y objetivos políticos globales

Ahora quiero regresar a la relación dialéctica entre El Mundo No Puede Esperar con su base de unidad (resumida en la Convocatoria) y nuestro partido con nuestra posición y objetivos comunistas. O, dicho de otra manera, ¿cuál es nuestro objetivo político con la iniciativa de El Mundo No Puede Esperar y cómo se relaciona con nuestros objetivos estratégicos revolucionarios?

Esto está entrelazado con una pregunta que, he oído, surge mucho; es una pregunta que es de esperarse que surja, que es deseable que surja directa y explícitamente, así como de modo indirecto: si sacamos corriendo al gobierno de Bush, ¿ qué debería reemplazarlo? ¿Qué viene después?

En los informes de nuestro trabajo he observado una marcada tendencia de los camaradas a "revolver" esto y, en los peores casos, a dar una versión seca, dogmática, aburrida de nuestros objetivos generales (de la revolución), que jala a la "izquierda" y a la derecha al mismo tiempo. Jala a la "izquierda" en el sentido de que empuja a El Mundo No Puede Esperar, como tal, demasiado en esa dirección, y entonces muchos dirían: "bueno, si eso es lo que buscan, con permiso me retiro". Seamos muy claros: El Mundo No Puede Esperar no es un truco, una estratagema para llevar (lo que sería manipular) a las masas a hacer la revolución: movilizarlas con algo que se sabe que no se puede lograr y, cuando se den cuenta de que eso no se puede alcanzar sin la revolución, que digan: "ah, parece que necesitamos una revolución". Eso es fundamentalmente incorrecto y sin principios. Además de ser manipulación, de todos modos saldría mal y alejaría y enojaría a mucha gente, con toda razón, con los dizque revolucionarios que hacen eso. Un principio fundamental de la revolución es que no se puede llegar a ella "engañando" a las masas, sino ganándolas a la causa, haciendo que ellas mismas se convenzan de que la revolución es necesaria, es posible y es deseable. El Mundo No Puede Esperar y nuestra orientación a esta iniciativa no es un truco, una estratagema para manipular a las masas. Sus objetivos son reales y millones de personas pueden y deben abrazarlos, y en ese sentido tienen mucha importancia. De nuevo, pensemos en lo que significaría que lograra crear la clase de situación política en que se pueda sacar al gobierno de Bush y repudiar masivamente su programa. Piensen en el impacto enormemente positivo que eso tendría, aunque no llegue a la revolución. Piensen en cómo sería la situación política en el país y el mundo si eso realmente sucediera como resultado de la agitación y la resistencia política de masas, con toda clase de expresiones políticas. Esto es un objetivo político concreto y tiene su propia integridad como tal, su propia base de unidad. Eso por un lado. Por el otro está el objetivo revolucionario estratégico de nuestro partido y cómo vemos nosotros, desde ese punto de partida, la relación entre El Mundo No Puede Esperar y sus objetivos con nuestros objetivos revolucionarios.

Básicamente, la pregunta "¿qué viene después?" se debe contestar así: primero que todo, tomamos (y debemos tomar) muy en serio el objetivo de sacar corriendo al gobierno de Bush y repudiar masivamente todo su programa y la dirección en que está arrastrando la sociedad y el mundo. No es exageración ni hipérbole decir que no saldrá nada bueno si no se forja un movimiento de masas que apunte muy seriamente a ese objetivo. Del lado positivo, debemos decir: piensen cuánto más favorable sería la situación si se repudia de esa forma masiva todo lo que este gobierno está haciendo y la dirección en que va, y si hacemos que deje las posiciones de poder. Piensen en el formidable logro que eso sería y en el gran estímulo para la gente de aquí y de todo el mundo. Y, como en todo, repitiendo una frase de Bob Dylan, no debemos decir falsedades sino hablar honestamente de cómo vemos las cosas. Hay que decir honestamente que no es posible determinar ahora exactamente qué vendría después si logramos sacar al gobierno de Bush, tal como no es posible indicar ahora el modo preciso y la combinación específica de factores que lo podrían sacar, con la excepción de decir que eso solo puede suceder con la movilización de un movimiento político realmente masivo que consiga cambiar el marco de referencia político de la sociedad y hacer que todas las fuerzas de la sociedad respondan a lo que está haciendo políticamente y a sus demandas. Muchas personas del movimiento tendrán respuestas muy distintas a las preguntas: ¿cómo, exactamente, se puede sacar corriendo al gobierno de Bush y qué debería venir después? Eso es algo que los que participan en el movimiento debaten y sopesan, y que deben debatir y sopesar, unidos con el objetivo común de forjar una movilización política masiva para sacar a este gobierno y repudiar su programa. En cuanto a nuestro partido, debemos estimular a otros a presentar sus ideas de "lo que vendrá después", proponer nuestra propia visión de eso, y recalcar que en El Mundo No Puede Esperar hay mucha gente con perspectivas diferentes sobre eso, pero que todos estamos unidos en la convicción de que cumplir los objetivos de El Mundo No Puede Esperar sería un avance tremendo y que cambiaría de modo muy favorable la situación.

Arenas clave de lucha y su relación con las batallas políticas y los objetivos políticos generales

En Estados Unidos hoy, en el contexto del ataque contra la evolución, que es parte de una agenda fascista general coordinada, están atacando la definición misma y el carácter mismo de la ciencia. Dicen que la noción de que la ciencia debe ser "naturalista y materialista" y explorar el mundo material y las explicaciones materiales de los fenómenos es estrecha y que suprime el pensamiento; y que hay que "permitir explicaciones teístas, religiosas" en el campo de la ciencia.

Eso concuerda con un ataque multilateral a la ciencia: censuran los informes del gobierno que dicen cosas del calentamiento global contrarias a la agenda oficial; no dejan entrar a juntas de asesoría científica a quienes votaron contra Bush, etc. Inclusive la revista Scientific American, una publicación muy convencional, sacó un importante editorial hace unos meses titulado "Lesenkoismo de la Liga Bush", cosa interesante, sobre la deformación de la ciencia por el gobierno conforme a sus propósitos. Es claro que hay un ataque de muchos ángulos a la ciencia. Bueno, van a dejar que la NASA y los militares hagan investigación, y que se investiguen otras cosas necesarias para el funcionamiento de este sistema y su dominio del mundo; y no van a dejar que la población muera de enfermedades epidémicas (aunque se "permitirá" que mucha gente, especialmente los que ya son pobres y explotados, no tengan servicios médicos básicos); pero se está batallando muy en serio si se podrá practicar la ciencia del modo que se necesita. Si se cambia la definición de ciencia, si le meten de contrabando elementos teístas y religiosos, no se puede practicar la ciencia. "Bueno, esta epidemia la puede causar un virus… o el diablo. Son dos explicaciones alternativas. ¿Cuál le conviene? No debemos suprimir las ideas, ¿verdad?". Eso es lo que puede pasar si se cambia la definición de ciencia. No exagero. Voy a repetir la frase de Richard Pryor: ¿cuál es la conclusión lógica de la lógica?

De fondo esto es una gran batalla en la sociedad sobre epistemología. Es una batalla política sobre una cuestión ideológica y, en particular, epistemológica. Hace poco vi una calcomanía en un coche, un letrero fundamentalista cristiano: "El big bang: Dios lo dijo y, bang, ya estuvo". No es una "chifladura", sino todo un programa y una cosmovisión para movilizar a librar una resuelta batalla política a gente a la que no le han enseñado los principios de la ciencia y el método científico para investigar la realidad, a gente a la que alientan a aferrarse a absolutos tradicionalistas. Y hasta la fecha, la iniciativa en esta batalla ha estado demasiado del lado incorrecto: del lado de los reaccionarios fundamentalistas religiosos y otros fascistas que están lanzando estos ataques contra la ciencia, con la evolución como batalla y punto de concentración central. Es necesario que se entienda ampliamente la importancia de esto, y no solo por los que trabajan o tienen intereses especiales en el campo de la ciencia.

Claro, esto tiene que ver con la batalla política para sacar al gobierno de Bush. Plantea otra dimensión de si la gente puede concebir la necesidad de lo que representa El Mundo No Puede Esperar.

Otra arena clave de lucha en la sociedad de Estados Unidos ahora es la defensa del disentimiento y el pensamiento crítico en el mundo académico. Hay diferentes manifestaciones, pero una de las más agudas ahora es la defensa de Ward Churchill, profesor de la Universidad de Colorado. Después de los atentados del 11 de septiembre, Churchill escribió un ensayo que decía esencialmente: "están pagando las consecuencias; qué esperaban en vista de lo que han estado haciendo en el mundo". Además decía que los ejecutivos de las corporaciones financieras del World Trade Center (los ejecutivos, no todos) eran como Adolfo Eichman (el nazi). Bueno, no pasó nada por un par de años, pero cuando lo invitaron a dar una charla en una universidad del estado de Nueva York de repente se armó un escándalo, y al final lo "des-invitaron" y todo el departamento que lo invitó cayó bajo ataque. El gobernador de Nueva York pidió su cabeza y dijo que debían despedirlo, lo mismo que el gobernador de Colorado, explícitamente por las declaraciones sobre el 11 de septiembre. Pero la cosa era un tanto complicada para esos reaccionarios porque el gobernador de Colorado estaba metido en una campaña disfrazada de "libertad académica" e "imparcialidad en el mundo académico" que busca pintar a los profesores derechistas y aspirantes a profesores derechistas de "víctimas" de una "dictadura izquierdista" en las universidades. En esta cruzada desempeña un papel frontal David Horowitz (ex "radical de izquierda", dice él, que ahora es un perro de ataque de la derecha, con conexiones muy altas al Partido Republicano y a su núcleo fascista). Horowitz se metió al ruedo y cambió la dirección del ataque a Churchill; dijo que no hay que echarlo por las declaraciones sobre el 11 de septiembre, ¡¡que eso sería supresión de la libertad de palabra y la libertad académica!!; no, que hay que "investigarlo" y echarlo por fraude académico y violación de los estándares académicos: echarlo porque dijo que el gobierno les dio a los indígenas mantas infectadas de viruela y su nota al pie de página sobre eso no es precisa, y porque dice que tiene cierto porcentaje de sangre indígena y que no es cierto. ¡Y, quién lo iba a decir!, el ataque contra Churchill cambió a ese carril. Es como guiñar el ojo y decir: "no lo vamos a echar por lo que dijo, lo vamos a echar por otra cosa inventada (ya han examinado su trabajo los comités académicos como parte del proceso académico normal, pero ahora lo van a volver a revisar de otra forma y en otro contexto), pero todo mundo sabrá por qué fue que lo echamos".

Ahora están en marcha "investigaciones" de su trabajo académico y de las acusaciones de fraude académico y mala conducta; y si logran su cometido, será un importante revés para el pensamiento crítico y el disentimiento, en el mundo académico y en la sociedad en general. Y será un fuerte revés para todo lo que nosotros representamos. Esta es una batalla importante que hay que abordar; es el punto de concentración de la batalla para defender el pensamiento crítico y el disentimiento en el mundo académico. No es simplemente una cuestión de "libertad académica" en un sentido general. Se relaciona y coincide con la cuestión de la libertad académica, y por eso es crucial defender el principio de permitir y, es más, estimular la búsqueda de la verdad y la interacción con una gran variedad de ideas, en la universidad en particular, tanto como en la sociedad en general, y distinguir eso del falso estandarte de la "imparcialidad en el mundo académico" (y de la noción inventada de persecución de los "conservadores" en el mundo universitario), con que Horowitz y otros disimulan sus ataques a los profesores "de izquierda" o a los que plantean críticas o preguntas serias sobre el carácter de esta sociedad y su papel en el mundo. Es crucial entender la particularidad de esto: lo que está bajo ataque es el disentimiento y el pensamiento critico en el mundo académico. Lo que está bajo ataque (y en este ataque Horowitz y la gente como él tienen fuertes lazos y apoyo de los más altos niveles del gobierno actual, por ejemplo el vicepresidente Dick Cheney y su esposa Lynne, una reaccionaria importante por derecho propio, que también ha lanzado grandes ataques contra profesores progresistas y otras personas del mundo académico), repito, lo que está bajo ataque es la idea de que la universidad es un lugar donde se pueden plantear preguntas fundamentales, donde puede haber discusión y debate abiertos sobre la naturaleza de esta sociedad y lo que este sistema y su gobierno le hacen al mundo.

De modo que se ve la gran importancia de esta batalla por defender el pensamiento crítico y el disentimiento en el mundo académico, tanto de por sí como por su relación con la sociedad y con otras batallas de mayor magnitud. Hace rato hablé de la importancia de las universidades para forjar movimientos de resistencia política, como El Mundo No Puede Esperar. Bueno, imaginen lo que significaría si logran transformar el mundo académico de modo que eso no se pueda hacer, que no haya atmósfera política para hacerlo, que el profesorado tenga miedo de apoyar cualquier cosa y que los estudiantes sientan temor de entrar a movimientos de resistencia. Pero, por el otro lado, piensen en lo que significaría y en el impacto positivo que tendría si se rechaza este ataque por medio de resistencia política con la participación de profesores y estudiantes, y se le asesta una fuerte derrota política a las fuerzas que buscan suprimir el pensamiento crítico y el disentimiento en el mundo académico, con el objetivo general de suprimirlos en toda la sociedad. Piensen en la relación de esto con la batalla para defender la ciencia y en su conexión con el movimiento para sacar al gobierno de Bush. Y, sí, en otro nivel, piensen en la relación de esto con los objetivos estratégicos de nuestro partido: abolir todo el sistema que ha dado a luz la monstruosidad del gobierno de Bush y que ha cometido, y sigue cometiendo, crímenes incontables contra la humanidad; abolirlo y reemplazarlo con un nuevo sistema, nuevas relaciones y un nuevo mundo en que la gran mayoría de la población y, en ultima instancia toda la humanidad, pueda florecer.

Pongamos las cosas en claro

Esto me lleva al proyecto Pongamos las cosas en claro con respecto a la experiencia historia de la sociedad socialista y a la meta de un mundo comunista. He oído que ha surgido la pregunta de si nuestro partido ve El Mundo No Puede Esperar como un medio para fomentar una idea más favorable del comunismo y para desarrollar el partido. Bueno, la respuesta corta es no: esa no es la base ni la orientación de nuestro trabajo en El Mundo No Puede Esperar. Ya he hablado de cómo vemos la importancia de El Mundo No Puede Esperar y de forjar un movimiento de resistencia política muy amplio y diverso para alcanzar los objetivos esbozados en su Convocatoria. Por otra parte, desde luego que pensamos que es de suma importancia fomentar una concepción más favorable (es decir, una concepción más correcta y verdadera) del comunismo y de la experiencia histórica de las sociedades socialistas que se han propuesto avanzar hacia la meta del comunismo. Trabajamos abiertamente para fomentar eso, por medio de nuestros propios esfuerzos y de mecanismos apropiados, por medio de nuestro periódico y otras publicaciones de nuestro partido, por medio de la promoción y popularización de la obra de nuestro presidente y del desarrollo de una cultura de aprecio a su trabajo y papel, y por medio de proyectos como Pongamos las cosas en claro.

En estos momentos el núcleo de Pongamos las cosas en claro es una gira de conferencias de Raymond Lotta en las universidades. El título de la conferencia, "El socialismo es mucho mejor que el capitalismo, y el comunismo será un mundo mucho mejor", esboza claramente el tema central, y la presentación elabora y le da cuerpo a ese título (un título que invita a reflexionar). Este es un proyecto con sus propios objetivos, y algo totalmente separado de El Mundo No Puede Esperar, pero tiene una relación indirecta con el movimiento político que se está gestando para sacar corriendo al gobierno de Bush y repudiar masivamente todo su programa. Raymond Lotta explica esa relación (y la forma en que puede contribuir a dicho movimiento, aunque es algo separado) cuando dice que uno de los principales propósitos, y efectos, del esfuerzo coordinado y multilateral para calumniar y desprestigiar el comunismo es poner un tope a la visión política, las aspiraciones y la cosmovisión de la sociedad. No es solo un tope; es un peso que agarrota, que baja las miras, inclusive para luchar por cosas que no sean la revolución, y con más razón por un mundo diferente. Cuanto más se condicione a la gente a pensar que no hay alternativa al sistema actual (y que es una pérdida de tiempo, o que está fuera del campo de la razón, considerar como tema serio y evaluar científicamente la experiencia de las tentativas de crear una alternativa radical en las sociedades socialistas que han existido hasta ahora), más limitada será su concepción de lo que es posible, y su deseo y su determinación de oponerse a la atroz dirección actual y de considerar la posibilidad de si el mundo puede ser diferente, y cómo.

Aquí hay que subrayar un punto muy importante: todo ataque y calumnia contra el comunismo refuerza la noción de que este mundo de capitalismo e imperialismo es el único mundo posible, y de que las masas tienen que aprender a aceptar su suerte en este sistema, y en este mundo, con todos sus horrores; o lleva a caer bajo la influencia de fuerzas y programas que no pueden ofrecer una alternativa radical a estos horrores ni llevar a la emancipación de los oprimidos y explotados en todo el mundo (y a la larga a la emancipación de toda la humanidad). Contribuye a perpetuar una dialéctica (y un círculo vicioso) en que la oposición sin futuro y reaccionaria al sistema imperialista dominante, y ese sistema imperialista en sí, se refuerzan mutuamente,aunque se opongan. Es lo que se ve en la consigna (el título de un libro) Jihad vs. McWorld,que no abarca todo este fenómeno, pero cubre una manifestación importante de él: las masas están atrapadas en una dinámica en que esas dos cosas se refuerzan mutuamente, por más que se opongan; y, espontáneamente y bajo esas influencias (y con la noción de que el mundo que se necesita, un mundo comunista, es imposible e indeseable), las masas no pueden salirse de ese círculo vicioso y caen cada vez más en él.

Pero por el lado positivo, Pongamos las cosas en claro tiene un gran potencial de estimular debate de masas sobre si este es el mejor mundo posible y si es posible una alternativa radical; de elevar las miras de muchos y de inspirarlos con una visión radicalmente diferente y una idea de cómo sería posible gestar otro mundo, y cómo sería ese mundo. Obviamente, esto es importante para los objetivos estratégicos revolucionarios de nuestro partido; pero, tal como lo he dicho, también es importante para quitar ese tope, para levantar ese peso, de modo que la gente pueda ver no solo la posibilidad de cambiar el mundo en el sentido más amplio y estratégico, sino además en el sentido de luchar por cosas importantes que no sean la revolución (pero que, desde nuestro punto de vista, contribuyen a ella), como en particular el movimiento para sacar corriendo al gobierno de Bush. Esto se debe a que, cuanto más se capte (o se considere) la posibilidad de cambio en el sentido más fundamental, más se ve la posibilidad y, sí, la necesidad, de la resistencia: hay más motivación a oponerse a los crímenes e infamias y a toda la dirección en que está encaminada esta sociedad. El otro lado de esta dialéctica es que cuanta más resistencia se moviliza, más se levantan las miras y la cabeza, más se consideran y se debaten estas preguntas: ¿realmente es posible gestar otro mundo, cómo debería ser y cómo podemos llegar a él?

Esto subraya de nuevo la importancia de que nuestro partido proceda conforme al principio " resistencia partiendo de la base de la revolución". Eso no quiere decir salir a organizar y a buscar aliados con la consigna: "Necesitamos revolución, así que entren a la resistencia". Mucha gente llegará a esa conclusión desde una perspectiva diferente, sin estar de acuerdo o sin ver la necesidad, la posibilidad o la conveniencia de la revolución en un momento dado. Eso es inevitable y necesariamente una parte de cualquier frente único, y por eso "así debe ser". Pero aquí me refiero a cuál es nuestra perspectiva, cómo lo abordamos nosotros, desde qué ángulo estratégico. Nosotros tenemos que abordar el movimiento para sacar corriendo al gobierno de Bush (y, en realidad, todo lo que hacemos) desde la perspectiva de trabajar para avanzar hacia nuestras metas estratégicas de revolución, socialismo y finalmente un mundo comunista; y debemos decirlo abierta y honestamente, y hablar de por qué partimos de esa perspectiva, y lo que significa, al mismo tiempo que nos unimos ampliamente con mucha gente y fuerzas de distintas perspectivas, y las alentamos a ellas a plantear sus puntos de vista y a trabarse en discusiones y luchas vitales y de principios sobre toda clase de cosas, una de las cuales debe ser qué clase de mundo es deseable y posible, y qué se necesita para llegar a él.

NOTAS:

1. La primera parte de esta charla, "Más sobre la guerra civil que se perfila" ( Revolución No. 29, 8 de enero), trató ese tema.

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2. La Convocatoria está en worldcantwait.net y en revcom.us.

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3. Tras el 2 de noviembre, El Mundo No Puede Esperar convocó a protestar contra el Informe presidencial de Bush el 31 de enero por todo el país, y en la capital el 4 de febrero, con la consigna "¡El mundo no puede esperar, Hay que sacar corriendo al gobierno de Bush!" y "¡Bush: Lárgate con todo y tu programa!".

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4. La autobiografía de Bob Avakian ( From Ike to Mao and Beyond: My Journey from Mainstream America to Revolutionary Communist, Insight Press, Chicago, 2005) habla de sus experiencias en el Movimiento de libertad de expresión y los demás movimientos de los años 60 en el Capítulo 6: "Sus hijos e hijas…". Ese capítulo está en la internet en español en revcom.us.

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5. La Gira de Comunistas Revolucionarios acusa al sistema capitalista por la opresión del pueblo negro y busca forjar un movimiento comunista en la base de la sociedad.

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