Revolución #91, 10 de junio de 2007
El socialismo es mucho mejor que el capitalismo, y el comunismo será un mundo mucho mejor
Conclusión: La nueva visión del socialismo de Bob Avakian
Cada vez más personas se preocupan por el estado del mundo y la suerte del planeta. ¿Tiene que ser así el mundo? No; hay una alternativa mundial concreta: el socialismo y el comunismo. Pero constantemente nos remachan que el socialismo fracasó y que el capitalismo es lo máximo. Toda una generación no ha oído más que el socialismo es una pesadilla. Esa “revisión de la historia” también ha afectado a muchos intelectuales progresistas. El proyecto Pongamos las Cosas en Claro se propone convertir este ataque ideológico contra el comunismo en un debate enérgico en las universidades sobre el pasado del comunismo y el futuro del comunismo. En el 2005 y el 2006, el economista político maoísta Raymond Lotta dio una serie de conferencias por todo el país con ese fin. La conferencia “El socialismo es mucho mejor que el capitalismo, y el comunismo será un mundo mucho mejor” confronta las mentiras sobre el socialismo, analiza la experiencia y los logros de la revolución bolchevique de 1917 a 1956 y de la revolución china de 1949 a 1976, y plantea la nueva visión de Bob Avakian sobre el proyecto comunista. Revolución está publicando la conferencia por entregas. Salió por primera vez en Revolución a finales del 2005 y a comienzos del 2006. El website del proyecto Pongamos las Cosas en Claro es thisiscommunism.org. Esta es la conclusión.
Conclusión: La nueva visión del socialismo de Bob Avakian
Bob Avakian ha elaborado un nuevo modelo radical de la sociedad socialista.
La dictadura del proletariado es la forma de poder estatal y de dominación de clase que permite al proletariado y sus aliados tomar las riendas de la sociedad… transformarla… e impulsarla hacia el comunismo: una comunidad de seres humanos que se asocian libremente. Se necesita un liderazgo firme y orientado al futuro para guiar las arduas y complejas luchas para alcanzar la meta de una sociedad sin clases. Hay que defender el poder y no dejar que los capitalistas lo arrebaten de nuevo.
Pero, como indica Avakian, tiene que ser un nuevo poder que valga la pena defender. El socialismo tiene que ser un espacio efervescente y vibrante en el cual el pueblo quiera vivir… y que abra el camino al comunismo. Avakian ha bregado con distintos aspectos de este reto y, al hacerlo, ha ampliado los horizontes del marxismo. Permítanme plantear unos puntos de sus ideas sobre la efervescencia intelectual y el disentimiento en la sociedad socialista.
La importancia de la efervescencia intelectual
El socialismo desencadena a las masas a manejar la sociedad y transformarla hacia la meta del comunismo. Es una sociedad que quiere y necesita unir y dirigir a amplios sectores sociales a sumarse a la meta de crear un nuevo mundo. Por eso, Avakian ha hecho hincapié en la importancia de las esferas intelectuales, artísticas y científicas, y en el papel que puede jugar el intelectual en la sociedad socialista.
El intelectual y la efervescencia intelectual pueden contribuir al dinamismo y el espíritu crítico que deben caracterizar la sociedad socialista. Un aspecto sumamente positivo de la vida intelectual es la tendencia a observar con nuevos ojos y desde nuevos ángulos, a desafiar el statu quo y el pensamiento rígido; y eso es algo que el socialismo necesita fomentar mucho más. La efervescencia intelectual y científica es imprescindible para la búsqueda de la verdad, para conocer el mundo más profundamente y poder transformarlo más a fondo.
Históricamente, a los de abajo se les ha excluido de la esfera del “trabajo con las ideas”. La sociedad burguesa crea espacios apartados y restringidos donde una minoría puede explorar ideas, mientras la gran mayoría de la humanidad vive explotada y sin oportunidad de participar en la actividad intelectual. La sociedad socialista tiene que transformar esta situación; tiene que ponerle fin a la explotación y permitir a las masas populares trabajar con las ideas, abordar todos los temas y participar de lleno en la sociedad. La Revolución Cultural fue un gran avance en esa dirección.
Por otra parte, Avakian ha indicado que la sociedad socialista tiene que ofrecer oportunidades y espacios a los intelectuales, artistas y científicos. El objetivo no es mantener y reproducir las relaciones de torre del marfil que existen en el capitalismo. Pero tampoco hay que sofocar y limitar a los intelectuales; hay que unirse con ellos y dirigirlos.
Hay que reconocer que esto ha sido un problema en las sociedades socialistas hasta la fecha. Ha existido la tendencia a no dar mucha importancia a la actividad intelectual que no sirva directamente al programa del gobierno socialista en un momento dado o no esté ligada a él; o incluso se le considera un estorbo.
En el proceso de analizar este problema y criticar los puntos débiles, Avakian ha examinado la experiencia de la revolución proletaria en las esferas intelectuales y científicas.
Lecciones del asunto Lysenko
Veamos el famoso asunto Lysenko. Lysenko era un agrónomo soviético de origen proletario que en los años 30 abogó por la teoría de que las características adquiridas se pueden heredar, algo incompatible con la biología y la genética modernas. Sin embargo, era una teoría tentadora porque prometía aumentar rápidamente la producción de granos. Como enfaticé cuando abordé la experiencia soviética, urgía solucionar los problemas económicos.
Stalin apoyó a Lysenko y promovió sus ideas. Muchos de los científicos que criticaban a Lysenko eran de la vieja guardia del mundo académico; unos eran reaccionarios políticos; y sus críticas se suprimieron. El problema es que en lo que concierne a la ciencia tenían razón ellos, y no Lysenko.
Para Avakian, ese asunto concentra un problema del movimiento comunista internacional. Muchas veces se cree que solo los marxistas poseen la verdad, y se consideran sospechosas o se rechazan de antemano las ideas intelectuales o científicas de una persona reaccionaria.
Sin embargo, este no es el enfoque marxista de la verdad. La verdad es la verdad, sin importar quién la diga. Los reaccionarios pueden poseer una verdad parcial. Ser de origen proletario o estar comprometido con el marxismo y el cambio revolucionario no da ninguna garantía de poseer la verdad. Una teoría se tiene que evaluar con criterios científicos.
Es necesario introducir y aplicar el marxismo creativamente en las diferentes esferas de investigación, porque es el reflejo más sistemático y científico de la realidad material con todo su dinamismo y constante cambio. El marxismo permite sintetizar distintas ideas y visiones de la manera más vigorosa y sustancial, y de modo que corresponda a los intereses populares de transformar el mundo. Sin embargo, el marxismo no reemplaza la investigación de los rasgos peculiares de las distintas esferas del conocimiento y la práctica científica. Los marxistas no siempre tienen razón; con frecuencia otros poseen la verdad.
Por eso, es de gran importancia en una sociedad socialista impulsar una dinámica en la cual se lucha por la verdad, en toda su complejidad y su dinamismo, y en la cual el marxismo se promueve y se aplica creativamente. Tenemos que seguir la verdad hasta donde nos lleve. Es clave para lograr el comunismo.
El disentimiento y los derechos populares
En su nueva visión del socialismo, Bob Avakian ha subrayado el papel del disentimiento en la sociedad socialista; no solo hay que permitirlo sino fomentarlo enérgicamente, incluso cuando se trata de oposición al gobierno.
Esto es algo bastante nuevo para los comunistas. ¿Por qué es tan importante el disentimiento? Porque revela los defectos y problemas de la nueva sociedad… porque fomenta el espíritu crítico que debe imbuir a la sociedad e impulsar la búsqueda de la verdad… y porque puede contribuir a las luchas para transformar más a fondo la sociedad. No llegaremos al comunismo sin eso.
Este es un aspecto de la democracia bajo la dictadura del proletariado. No se puede permitir que unos se organicen para derrocar el sistema, pero tampoco se puede crear una situación en la cual no se critica el gobierno por miedo a la represión, como ocurrió en la Unión Soviética de Stalin. Tiene que haber libertad de expresar desacuerdo con las autoridades, y la sociedad socialista debe ofrecer los recursos y los medios para hacerlo.
La sociedad socialista se organiza para alcanzar la meta de abolir todas las clases y diferencias de clase, superar todos los sistemas y relaciones de explotación; superar toda institución y relación social opresiva, como la opresión de la mujer; y permitir al pueblo deshacerse de todas las ideas y los valores opresivos que lo esclavizan.
Esta meta se inscribirá en la Constitución de la sociedad socialista, que asimismo institucionalizará el derecho de la enorme mayoría de la sociedad a expresarse, disentir, hacer huelga, protestar, etc. Pero la vieja clase dominante, sus representantes y agentes políticos no tendrán esos derechos. Igualmente, los que busquen derrocar el sistema socialista perderán sus derechos, o se les restringirán de acuerdo a sus crímenes en la vieja sociedad o en la nueva sociedad socialista.
La sociedad socialista no tomará estas medidas arbitrariamente; las abordará y decidirá por medio de reglamentos y procesos establecidos por la Constitución. No reprimirá las ideas políticas o ideológicas reaccionarias, inclusive las que se oponen al sistema socialista y las medidas del gobierno, a menos que representen directamente intentos de organizarse para derrocar el sistema socialista.
Avakian ha escrito que conviene dejar incluso a reaccionarios publicar libros y expresarse en la sociedad socialista. Eso contribuiría al proceso en el cual las masas populares llegan a conocer el mundo más profundamente y aprenden a distinguir más a fondo lo que concuerda o no concuerda con la realidad, y lo que concuerda o no con sus intereses fundamentales de abolir la explotación, la opresión y las desigualdades sociales. Es una manera importante de que las masas participen en el manejo de la sociedad y en la transformación de esa sociedad y el mundo entero hacia la meta del comunismo.
El reto ante nosotros
Avakian compendia este modelo de la sociedad socialista en lo que llama “núcleo sólido con mucha elasticidad”. Hay que aferrarse al poder y hay que impulsar la sociedad hacia el comunismo, no de regreso al capitalismo: esto es el núcleo sólido. Asimismo, dentro del marco de una sociedad que está superando toda forma de explotación, opresión y desigualdad, se necesita elasticidad: gran debate, efervescencia, experimentación, agitación y exploración en direcciones diversas y creativas.
Bob Avakian ha examinado la experiencia de la revolución socialista con este enfoque crítico y dialéctico, desde la perspectiva de cómo la humanidad puede llegar al comunismo. Su obra es extensa y se la recomiendo. Creo que se sorprenderán, que los estimulará y los inspirará.
En resumen, comencé hablando de la urgencia del momento actual en la historia mundial. ¿Está condenada la humanidad a permanecer bajo el cruel orden actual? ¿O es posible otro mundo, un mundo radicalmente distinto y mejor? Sí lo es. ¿Y qué tiene que ver con eso la experiencia de la revolución socialista durante los últimos 100 años? Todo. Esa primera ola de la revolución representa un principio, un principio histórico. Alcanzó grandes logros. Pero tenemos que lograr más. Tenemos que ir más allá y rebasarla.
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