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Revolución #130, 25 de mayo de 2008
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TODOS somos Sean Bell
Todos somos Sean Bell… con amigos la noche antes de tu boda, de repente atacado por hombres armados que te disparan 50 veces mientras estás sentado en tu coche, desarmado, con desesperación intentas salir de este infierno de muerte... todavía esposado a la camilla cuando tus padres llegaron para identificar tu cuerpo sin vida seis horas después de que te mataron... tus asesinos uniformados absueltos porque dicen que “creían” que tenías un arma... todos somos Sean Bell, vivimos en un sistema que trata a cada joven varón negro como un criminal en potencia, como blanco legítimo para matar...
Todos somos Sean Bell… nosotros a quienes acosan y hostigan por caminar por la calle con una mochila o sin razón (¡50.000 veces cada mes en Nueva York este año hasta ahora!)... nosotros que tenemos que ponernos en la posición debida o bocabajo en el suelo, y ver que nuestros ojos miren hacia abajo, que decimos “sí, señor”... y a veces aún con eso nos matan por tener un celular o dulce en la mano, girar la cabeza o solamente estar en un coche a las 4 de la mañana en una calle de Queens...todos somos Sean Bell, vivimos en un sistema donde nos hostigan, encarcelan y asesinan por ser “del color equivocado”, o hablar “la lengua equivocada” o venir del “país equivocado”...
De ninguna manera se reservan la deshumanización y la criminalización para los rebeldes. El 2 de mayo, dos policías de civil con revólveres desenfundados sacaron al agente negro de más alto rango del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), el jefe Douglas Zeigler, de su vehículo deportivo utilitario oficial y se negaron a creer que él era quien les dijo que era, aun cuando él les mostró su identificación. Y la Unión de Libertades Civiles neoyorquina entabló una demanda este mes contra el NYPD de parte de Leo Blair, a quien la policía paró, esculcó y arrestó en el Bronx. Los policías le dijeron que estaban “sorprendidos” de que no fuera de los “multifamiliares”. Blair tiene una maestría de la Universidad de Columbia y es un periodista para el periódico New York Post. |
Todos somos Sean Bell… donde los jóvenes varones negros y latinos de Nueva York están renuentes de salir a las protestas porque casi todos tienen antecedentes penales por puras tonterías, en este “país libre”, en este el “mejor país del mundo”... donde uno de cada nueve jóvenes varones negros está preso... donde el ICE, la Migra, lleva a cabo redadas y detenciones estilo-Gestapo a gente cuyo “crimen” es haber tenido que venir acá en una desesperada búsqueda de trabajo... donde la tortura ahora es legal... sí, todos somos Sean Bell, vivimos en un sistema donde la fina y educada cháchara acerca de la libertad oculta una realidad brutal de represión...
Todos somos Sean Bell… nosotros que hemos heredado el legado del barco negrero y el árbol de linchamientos, hoy traducido en la sombra constante de los 50 disparos a algunos amigos en un coche, los 41 disparos en una entrada; del destapador de inodoros en el baño de la comisaría de policía, la estrangulación por tirar una pelota en la calle, el joven de 13 años muerto por jugar con una pistola de juguete... Todos somos Sean Bell, vivimos en un sistema donde cuanto más nos dicen que las cosas han cambiado, más se han quedado igualito, o empeorado...
Todos somos Sean Bell… asistimos a escuelas secundarias donde nos entumecen la mente y nos tratan como prisioneros y donde los reclutadores militares rondan por los pasillos, en plan de alistarnos a matar a gente de otros países... a otra gente oprimida por el mismo maldito sistema que nos oprime a nosotros...
Todos somos Sean Bell… nos dicen que tenemos que “elegir” entre la vida de la calle, o buscar trabajo en un mundo de chambas sin futuro o ninguna chamba de ninguna clase... enviados a la iglesia, donde aprendemos a culparnos a nosotros mismos por la situación en que nos han metido a millones de nosotros... traídos acá por el sistema donde “opciones” y “responsabilidad personal” quieren decir aprender a doblegarnos y a vivir con cualquier infierno que el sistema elija para nosotros...
Todos somos Sean Bell… donde aquellos que ven las injusticias e intentan cambiarlas, como los maestros, doctores, artistas, abogados o gente cotidiana que no quieren hacerse de la vista gorda ante la injusticia, nos encontramos impedidos en todo lo que pretendamos... donde nosotros quienes queremos dar no podemos dar y quienes queremos vivir no podemos vivir, vivir como seres humanos... vivimos en un sistema donde solamente podemos desear que supiéramos cómo se sentiría ser libres...
Todos somos Sean Bell… todos necesitamos salir de este sistema y sus maneras de ser…todos necesitamos, intensamente, unirnos con la REVOLUCIÓN...
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¿Es esta una sociedad y un sistema aptos para los seres humanos? NADIE debería querer vivir en una sociedad donde este veredicto sea aceptable. No se puede permitir que esto pase sin una resistencia mucho más poderosa, de todas partes de la sociedad y de gente de muchos sectores sociales.
Algunos dicen ahora que debemos “esperar a ver” si el Departamento de Justicia va a acusar a los policías de violación de derechos civiles. Mucha gente ya “esperó” más de un año para el juicio, pues creía que esta vez, con 50 disparos; cuando el joven muerto iba a casarse y no había pistola; quizás esta vez habría una pizca de justicia del juez. Pero “esperar a ver” no hizo, y no va hacer justicia. Y esperar al Departamento de Justicia federal solamente nos apartará de lo que se necesita para decir basta para que esto PARE, ya. Este es el Departamento de Justicia que redacta dictámenes que justifican la tortura cometida en nuestro nombre. Este es el mismo departamento que declaró que todo estaba “normal” cuando revisaron el caso de los 6 de Jena, los jóvenes detenidos por protestar contra un dogal colgado frente a su escuela. Este es el mismo departamento que colaboró con los soplones del KKK para suprimir al movimiento de derechos civiles y asesinar a activistas de derechos civiles en el Sur en los años 1960. Este Departamento de Justicia está entrelazado de pe a pa con la opresión y explotación que están al centro de este sistema y es parte de imponerlas.
Otros se preguntan si la protesta valdrá la pena después de ver tantos jóvenes nuestros asesinados, una y otra vez, año tras año. Pero los policías que asesinaron a Sean Bell fueron acusados y procesados en primer lugar, entre otras cosas, porque la ira de miles recorrió las calles en los días y semanas después del asesinato de Sean, y no porque un sistema criminal de repente empezó a entrar en razón.
Hay que parar todo eso, hay que decir basta aquí mismo, ahora mismo. Nadie puede considerar como aceptable el veredicto en el caso de Sean Bell, y no se puede permitir que quede impune, sin una resistencia masiva poderosa. Ya cientos han sido detenidos en actos de desobediencia civil, resueltos a que lo “normal” no continúe. Y cientos de jóvenes negros una y otra vez se han tomado las calles de Queens en protestas combativas. Se necesita mucho más de eso, y mucha más gente de todas las edades, sectores, raíces y nacionalidades deben unirse con la juventud. Importa lo que hacemos ante esta atrocidad. La resistencia poderosa puede cambiar la ecuación en una sociedad donde demasiada gente acepta lo inaceptable. Puede dar valor a aquellos que este veredicto coloca bajo una constante sentencia de muerte, y puede hacer que mucha gente más se una a esta lucha.
Ya es hora de decir basta. Esto tiene que parar. ¡TODOS SOMOS SEAN BELL! ¡TODO EL MALDITO SISTEMA ES CULPABLE!
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