Revolución #137, 27 de julio de 2008
Pruebas de misiles de Irán
¿Quién es el verdadero agresor en el Medio Oriente?
El 9 y 10 de julio, Irán realizó ejercicios militares, entre ellos pruebas de varios misiles de largo y mediano alcance, así como cohetes y lanzatorpedos.
Los imperialistas estadounidenses e Israel inmediatamente denunciaron los ensayos por “provocadores” e “inaceptables” como si fueran actos no provocados de un buscapleitos descabellado en una zona normalmente tranquila. Ese tono lo repitieron los medios estado-unidenses con noticias de primera plana y fotos del lanzamiento de los misiles iraníes.
Al mismo tiempo, los gobernantes de Estados Unidos e Israel han aumentado por su parte sus amenazas bélicas: “Estamos enviando un mensaje claro a Irán, de que defenderemos los intereses estadounidenses y aquellos de nuestros aliados”, dijo la secretaria del Estado Condoleezza Rice. “Asumimos nuestras obligaciones muy, muy enérgicamente a fin de ayudar a nuestros aliados a defenderse, y nadie debe dudar de eso” (La Opinión, 10 julio 2008).
El ministro de Defensa israelí Ehud Barak advirtió que Israel “ha comprobado en el pasado que no dudará en actuar cuando estén en juego sus intereses de seguridad fundamentales... Debemos obrar para llegar a un acuerdo, pero si no, debemos golpear al enemigo cuando sea necesario” (Los Angeles Times, 10 julio 2008).
Pero, ¿quién es el verdadero agresor en esta situación? Los ejercicios que Irán realizó fueron una respuesta a la historia de agresión hegemónica estadounidense en el Medio Oriente, sus amenazas de cambiarle el gobierno desde hace años, informes de preparativos militares estadounidenses y las crecientes amenazas y maniobras militares estadounidenses e israelíes que indican el peligro real y cada más grave de un ataque militar estadounidense-israelí.
Provocaciones y amenazas
de Estados Unidos e Israel
Las pruebas de misiles iraníes se realizaron un día después de que Estados Unidos y Gran Bretaña terminaron sus propios ejercicios en el Golfo Pérsico, frente a la costa de Irán. Sin embargo, no se oía ninguna crítica sobre esos ejercicios en la prensa imperialista, pues, de hecho, se tenía que buscar duro para encontrar cobertura informativa de ellos.
Según dijeron Estados Unidos y Gran Bretaña, efectuaron sus maniobras porque Irán amenazó con obstruir la navegación por el golfo Pérsico si lo atacaran. ¿Y por qué haría esa amenaza Irán? En parte porque en a principios de junio, Israel realizó un simulacro de bombardeo de Irán, con más de 100 cazas y múltiples repostajes en vuelo.
Esta es una amenaza muy escalofriante. Israel cuenta con 150 ojivas nucleares, según el expresidente Carter, y sus líderes, junto con los de Estados Unidos, han repetido muchas veces que “consideraremos todas las opciones”—es decir, sin descartar las armas nucleares.
Es más, Israel sí ha bombardeado otros países de esta región, entre ellos Irak, vecino de Irán, en 1981 y Siria el año pasado. Sin embargo cuando Israel condujo sus ejercicios, específicamente un simulacro de bombardeo de Irán, no se oía ninguna protesta internacional, no hubo denuncias de actos agresivos, bélicos ni peligrosos.
Irán no tiene armas nucleares, y la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) ha reconocido repetidas veces que sus inspecciones no han encontrado ninguna evidencia de que Irán haya perseguido ni que esté perseguiendo un programa para desarrollar armas nucleares, al mismo tiempo que le pide más información sobre su programa de enriquecimiento del uranio. Varios expertos imperialistas en asuntos militares han minimizado la importancia de los recientes ensayos de misiles iraníes porque no representan ningún nuevo aumento de capacidad militar, mucho menos preparativos para un ataque ofensivo contra fuerzas israelíes o estadounidenses en la región, sino más bien una advertencia de que Irán respondería a cualquier ataque.
A pesar de eso, Estados Unidos y Israel denunciaron fuertemente esos ensayos. Un vocero de la Casa Blanca dijo que las pruebas violaron resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y exigió que Teherán “parara de inmediato el desarrollo de misiles balísticos, que podrían servir como vehículo para lanzar un arma nuclear potencial” (Los Angeles Times, 10 julio 2008). Pero no mencionó, y tampoco lo hizo la prensa estadounidense, que Irán no tiene ninguna arma nuclear, mientras Estados Unidos cuenta con miles de misiles y bombas nucleares capaces de alcanzar a todo rincón del planeta de un momento a otro.
Estados Unidos se ha aprovechado de la “crisis” de misiles iraníes no solo para presionar más a Irán sino también para intensificar sus propios preparativos bélicos, específicamente la construcción de un sistema de “defensa contra misiles” en Europa. Muchos expertos en asuntos militares dicen que dicho sistema no es el “escudo defensivo” que parece sino que fortalece la capacidad militar para un ataque ofensivo y su blanco principal es Rusia.
“Intereses estadounidenses” = intereses injustos e imperialistas
¿Por qué tanto griterío sobre Irán y tantitos misiles de parte del gobierno Bush, acompañado de toda la clase dominante yanqui, sin faltar a los demócratas? ¿Cuáles son los “intereses estadounidenses” que dicen “defender” en la región?
El control del Medio Oriente, y de Irán es un estado importante de toda la región, ha sido crucial para la capacidad del imperialismo yanqui de ser una superpotencia mundial durante décadas. La región es un importante cruce geopolítico de importancia militar estratégica. Allí se encuentra el 60% de las reservas petroleras del mundo; controlar la llave de la energía es crucial para manipular la economía mundial y tener como rehenes a todos los que dependen del petroleo. También es una enorme fuente de superganancias para el capital imperialista en conjunto. La dominación estadounidense del Medio Oriente está en el servicio de la imposición de su hegemonía global.
Durante más de 60 años, los imperialistas yanquis han intervenido abierta o encubiertamente en la región en forma militar, política y económica para mantener esta dominación. Han impuesto y apuntalado a tiranos, han amenazado con guerras o las han librado, y han construido Israel como una guarnición y una fuerza de ataque en la región.
Los iraníes lo saben de primera mano. En 1980, Estados Unidos animó a Saddam Hussein a atacar a Irán, que provocó la guerra Irán-Irak que duró de 1980 a 1988, una de las guerras terrestres más sangrientas desde la II Guerra Mundial. En 1953, la CIA organizó el golpe de estado que tumbó al gobierno de Mossadeq y colocó en el trono al asesino y torturador despiadado el Cha Reza Pahlavi. Hoy, 55 años más tarde, Estados Unidos está amenazando a Irán de nuevo con la “liberación”. Y si no la quiere, queda la oferta de “borrarlo del mapa” como advirtió Hillary Clinton.
Estados Unidos se lanzó a la “guerra contra el terror” luego del 11 de septiembre de 2001 para proteger más esos intereses, y específicamente para reestructurar el terreno político y social de la región a fin de vencer todo desafío a sus intereses, de parte de las corrientes políticas del fundamentalismo islámico como de sus rivales imperialistas. Irán ha sido un blanco, y el premio, desde el principio, no porque los gobernantes teocráticos reaccionarios de la República Islámica oprimen a la población sino porque son un obstáculo al plan yanqui de transformar la región al servicio de su hegemonía global indiscutible.
Las dificultades con que se ha topado Estados Unidos, siendo una el hecho de que sus invasiones de Afganistán y Irak han contribuido a fortalecer a Irán y al fundamentalismo islámico, solo le han hecho más necesario deshacerse de la República Islámica. Por eso nunca han dejado de considerar la opción de cambiarle el gobierno y ponen condiciones para la negociación que no tienen el propósito de resolver el asunto del enriquecimiento del uranio sino de aislar y debilitar a los gobernantes de Irán y preparar el terreno para una guerra potencial.
Se aumenta la trayectoria de confrontación y guerra potencial
Son muy complejas y cambiantes las maniobras que se están dando respecto a Irán: amenazas y movidas militares, poses y gestos políticos, negociaciones diplomáticas. Varios panoramas son posibles. Pero lo que más fundamentalmente está impulsando la marcha de los sucesos son las necesidades y la dinámica fundamentales antes mencionadas.
Esto es el contexto para los ensayos de misiles de Irán, y para la respuesta beligerante de Estados Unidos e Israel. Dos semanas antes, el periodista Seymour Hersh reveló que el gobierno de Bush autorizó $400 millones para operaciones encubiertas para desestabilizar a Irán, entre ellas asesinatos. Todo eso indica que sigue en aumento la trayectoria actual de confrontación y preparativos para una posible guerra y el peligro real y cada vez mayor de un ataque militar estadounidense-israelí.
Solo el pueblo puede parar la guerra, no Obama y los demócratas
Nos es evidente—una vez más—que Obama y los demócratas no harán nada para parar una guerra con Irán y que de hecho están uniendo sus voces con el coro pro-guerra, aunque tengan unas diferencias tácticas con el gobierno de Bush. En este momento, el Congreso controlado por los demócratas está considerando un proyecto de ley (H.R. 362) que pide sanciones estrictas contra Irán y medidas que incluyen un bloqueo marítimo, lo que equivaldría a una declaración de guerra. Se informa que los demócratas están promoviendo el proyecto hasta más agresivamente que los republicanos.
También, respecto a los ensayos de misiles iraníes, Barack Obama pronunció lo siguiente:
“Estos ensayos de misiles demuestran una vez más que necesitamos cambiar nuestra política para hacer frente agresivamente a la amenaza que representa el gobierno iraní. Por su programa nuclear, capacidad misilística, intromisión en Irak, apoyo al terrorismo y amenazas contra Israel, Irán ahora representa el mayor desafío estratégico ante Estados Unidos en la región en una generación. Ya es hora de trabajar con nuestros amigos y aliados y buscar negociaciones diplomáticas directas y agresivas con el gobierno iraní, con la presión de sanciones unilaterales y multilaterales más estrictas. Es hora de ofrecer a los iraníes una elección clara entre un costo mayor por continuar con su comportamiento problemático e incentivos concretos que les tocarían si cambian de camino”.
Primero, Obama procede desde un punto de vista plenamente imperialista: repite las mismas acusaciones contra Irán que hace el gobierno de Bush (las cuales son una mezcla de mentiras, verdades a medias, distorsiones y “rollo imperialista”). Se une al consenso general de la clase dominante de que Irán es el obstáculo principal a la hegemonía estadounidense continuada en el Medio Oriente y por lo tanto hay que tratarlo de manera agresiva.
Una de las críticas que hace Obama es que la política estadounidense actual no ha sido lo suficientemente efectiva como para debilitar y aislar a Irán y obligarlo a aceptar las condiciones yanquis; por lo tanto propone lograrlo con más “sanciones unilaterales y multilaterales” y “diplomacia agresiva”. Pero, primero, estas medidas son actos de agresión imperialista. Estas sanciones y diplomacia imperialistas causaron la muerte de más de 500.000 iraquíes durante los años 90. Segundo, forman parte de un paquete que contiene amenazas y preparativos militares (y Obama también insiste que hay que considerar “todas las opciones”). De hecho, ha dicho que la diplomacia, las sanciones y la presión económica son cruciales para poner a Estados Unidos en la mejor posición en caso de que la guerra sea necesaria.
Parece que Obama y su equipo sí tienen algunas diferencias con el gobierno de Bush sobre cómo tratar a Irán, además de temas más amplios de estrategia imperialista. Pero estas diferencias no van más allá de cómo mejor manejar un imperio global, y como parte de eso, librar y ganar la “guerra contra el terror”. Todo lo que ha hecho Obama hasta la fecha—y lo que no ha hecho, como declarar su oposición a un ataque estadounidense o israelí contra Irán—demuestra que no obstaculizará a Bush si este decide lanzarse a la guerra.
Entonces, para que surja una resistencia masiva seria contra la agresión, intromisión y posible ataque contra Irán de parte de Estados Unidos e Israel, el pueblo necesita rechazar los términos del debate y discusión que imponen Obama, McCain, Bush y toda la clase dominante estadounidense. Ese marco nos hace medir todo, y actuar, desde el punto de vista de apoyar los intereses imperialistas estadounidenses: dominación estado-unidense, intromisión estadounidense, fuerzas armadas y tropas estadounidenses y…guerras estadounidenses. Pero todo eso es completamente inmoral, reaccionario e injusto. De ninguna forma beneficia los intereses de la gente del planeta, del Medio Oriente ni de la abrumadora mayoría de la población de este país.
La situación actual es muy grave, muy peligrosa, y se está cambiando muy rápidamente. Ya es hora de oponer resistencia a la agresión o ataque de Estados Unidos e Israel. Ahora mismo.
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Ver en http://worldcantwait-la.com/spanish.htm
más sobre cómo oponer resistencia
a una guerra contra Irán.
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