Revolución #150, 14 de diciembre de 2008
Dos conmemoraciones, un sistema criminal
En el colegio secundario de Notre Dame en Riverside, California, afuera de Los Ángeles, el equipo de fútbol americano tuvo un minuto de silencio antes de su juego final con el colegio secundario rival de Rubidoux el pasado 7 de noviembre donde soltaron al aire muchos globos que recordaban la memoria de Julian Alexander. Julian era un sobresaliente defensa y muy querido compañero de equipo quien fue asesinado afuera de su casa por la policía de Anaheim el 28 de octubre. Una semana después de la celebración en memoria de Julian Alexander, el equipo de otro colegio secundario en Los Ángeles hacía lo mismo en memoria de su compañero de equipo llamado Jamiel Shaw, Jr. Jamiel era otro sobresaliente jugador de fútbol americano, quien había sido asesinado a balazos afuera de su casa en marzo pasado.
La primera conmemoración no contó con la presencia de ningún medio informativo, pero la segunda obtuvo una foto gigante y leyenda en la primera plana de la sección noticiosa de “California” del Los Ángeles Times. Pues, sabes, Jamiel no fue asesinado por la policía. Supuestamente fue asesinado por un latino indocumentado de 19 años de edad que supuestamente pertenecía a la pandilla de la calle 18.
Tristeza, pena, ira y rabia por la pérdida sin sentido de dos jóvenes, llenos de promesa, han tocado a las familias y amigos de ambos jóvenes negros, y todos aquellos que sabían de ellos. Y la realidad es que la responsabilidad por ambos casos la tiene este sistema sanguinario. Pero mientras los asesinatos que la policía comete son rutinariamente sacados del mapa, el asesinato de Jamiel ha causado una conmoción nacional, azuzada por un horrible, frenético y reaccionario discurso anti inmigrante por parte de Bill O’Reilly de Fox News, Lou Dobbs de CNN y muchos más.
Estos y otros medios informativos reaccionarios se han apoderado de la muerte de Daniel con la finalidad de promover un movimiento lleno de odio pogromista que demande el cambio de las leyes que lleven a un tratamiento más brutal de los inmigrantes indocumentados por parte de la policía. ¡En uno de sus programas, O’ Reilly demandó molestamente saber de un miembro de la Asamblea Nacional Hispana Republicana, por qué “no hay nadie afuera en las calles protestando o marchando sobre la oficina del alcalde o haciendo algo”! Como parte de esto, O’Reilly, Dobbs y otros han apuntado a la estructura política mayoritariamente latina, y O’Reilly ha acusado al alcalde y a miembros del consejo de la ciudad de administrar una “ciudad santuario” para inmigrantes indocumentados y de coquetear con los que quieren una frontera abierta.
El objetivo específico de este “movimiento” reaccionario es despojar de un derecho legal fundamental a millones de latinos en Los Ángeles. Quieren enmendar la “orden especial 40” (OS-40), que ahora establece que la policía no puede parar a la gente por el solo hecho de saber su condición migratoria. Si estos reaccionarios logran lo que quieren, la ley OS-40 será cambiada para permitirle a cualquier miembro de la policía de Los Ángeles demandar prueba de residencia legal a cualquier latino que piense que podría estar en una pandilla. La están llamando “la ley de Jamiel”.
Desafortunadamente, la familia y los amigos de Jamiel Shaw están dejándose usar por estos reaccionarios, y por el sistema que estos defienden, aliándose con ellos en contra de otra gente oprimida. Las mismas fuerzas derechistas que ahora promueven la “ley de Jamiel” también han logrado aprobar la ley de las tres faltas, que estipula que los jóvenes menores de edad sean procesados como adultos, y lograron crear la situación donde uno de cada nueve jóvenes negros está pudriéndose en la cárcel. Hace poco, vimos el mismo método de poner a los oprimidos los unos en contra de los otros para despojar a la gente gay del derecho legal fundamental de contraer matrimonio en California. ¿Bill O’Reilly y Lou Dobbs se interesan un bledo por la gente negra? Qué chiste más enfermo. Pues, ¿por qué no están llamando a que se apruebe la “ley Julian Alexander” o la “ley Sean Bell” para poner en la cárcel a cualquier policía asesino?
Las masas negras así como los latinos están llenos de frustración e ira por ver cómo sus jóvenes crecen en estos basureros urbanos que literalmente se parecen a unas zonas de guerra, y que se están volviendo sus víctimas con tanta frecuencia que llegar a tener 18 años de edad es motivo para celebración. Al mismo tiempo la estructura de poder les culpa de estas condiciones que el sistema mismo ha creado para ellos. Y con esto promueven un sentimiento de miedo y “peligro” en el resto de la sociedad contra estos jóvenes, y contra los latinos y los negros en general, el que hace que cualquier nivel de brutalidad policial sea legítimo y perdona cualquier asesinato sangriento que la chota comete.
Hay una manera de salir de esto, pero no será peleándose entre sí o culpándose el uno al otro o a nosotros mismos. La única esperanza para esta generación, y para la inmensa mayoría de la población, es confrontar la verdadera causa de los problemas que están matando a la gente y luchar contra el sistema que es responsable por todo este sufrimiento y muerte.
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