Revolución #152, 11 de enero de 2009


Invasión israelí con el aval de Estados Unidos

¡Parar la masacre israelí en Gaza!

Poco después de la puesta del sol el sábado 3 de enero, Israel lanzó una enorme invasión por tierra a Gaza con 9 a 10 mil soldados, tanques, helicópteros, artillería pesada, fuerzas de ingeniería y de inteligencia, con el apoyo de la fuerza aérea, marina y organismos de espionaje y policía secreta de Israel. Se dio esta invasión justo después del primer ataque con artillería de Israel contra Gaza, que dañó una mezquita y dejó al menos once muertos. Al día siguiente, las fuerzas armadas israelíes habían rebañado a Gaza por la mitad, entre norte y sur.

Los siete días seguidos de bombardeos israelíes antes de la invasión dejaron un saldo de aproximadamente 460 muertos y 2.285 lesionados (y con cada hora que pase, aumenta el saldo). Ahora se vislumbra más matanza, pues el New York Times (4 de enero) informa: “Los civiles lesionados, incluidos niños y mujeres, colmaron la sala de urgencias del hospital Shifa de la ciudad de Gaza el domingo”. Como el gobierno israelí prohíbe que los reporteros entren a Gaza, se no ha informado de una buena parte de la matanza y destrucción.

En un vil despliegue de amenazas tipo nazis y falsas declaraciones de preocupación, Israel soltó octavillas sobre el norte de Gaza que decían: “Para su propia seguridad, se pide que abandonen la zona de inmediato”. Pero Israel tiene a los palestinos atrapados en Gaza. ¿A dónde se supone que deban ir?

Esta situación augura la posibilidad de que Israel masacre a las muchas personas que no tienen posibilidades de salir. Según un informe de marzo de 2008 que salió en el Canal Dos israelí (después de una visita de la secretaria de Estado yanqui Condoleezza Rice), puede que la estrategia israelí sea “retirar a decenas de miles de palestinos del norte de la franja de Gaza, es decir de la región que la resistencia utiliza para lanzar estos proyectiles y trasladarlos hacia la Ciudad de Gaza y tenerlos confinados ahí” (véase http://arablinks.blogspot.com/2008/03/after-meeting-condi-israeli-officials.html).

Expulsar a una población civil a la fuerza es la clásica definición de la limpieza étnica y es un crimen de guerra.

En los últimos días, el gobierno estadounidense ha dejado muy en claro que apoya al asesino ataque israelí contra Gaza. Estuvo enterado antes de que Israel lanzara el ataque (que se informa implicó meses de planeación de parte de Israel) y ahora la CNN informa (4 de enero) que las fuerzas armadas estadounidenses “estaban enteradas de antemano de los planes israelíes de entrar a Gaza”.

Por tanto, llama la atención que el mismo día de la invasión israelí, el presidente Bush hizo su primera declaración pública sobre Gaza: condenó a Hamas, no criticó a Israel y se opuso a un cese al fuego, y justificó el ataque israelí: “Hamas, un grupo terrorista palestino apoyado por Irán y Siria que llama a la destrucción de Israel, instigó este reciente brote de violencia”.

El mismo día, la secretaria de Estado Rice apoyó fuertemente a Israel y condenó todo cese al fuego que no cumpliera con los objetivos israelíes. El día anterior, un vocero de la Casa Blanca dijo que le tocaría a Israel tomar cualquier decisión respecto a una invasión por tierra; en otras palabras, le dio una luz verde toatal a Israel de parte de Estados Unidos.

Mientras tanto, el presidente electo Barack Obama ha apoyado al régimen de Bush y a Israel negándose a hacer comentarios en público, a la vez que sus portavoces repiten declaraciones de la campaña a favor de que Israel tomara acciones contra Hamas.

Objetivos imperiales

Por medio de Israel, Estados Unidos apunta a afianzar su dominio imperial de la región estratégica entera. Por su parte, Israel apunta a ayudar al imperialismo estadounidense en ese proyecto así como fortalecer su propio estado colono tipo fortaleza oprimiendo y dominando de manera aún más sanguinaria a los palestinos.

Estados Unidos, junto con Israel, tiene diversos objetivos entretejidos que espera alcanzar con su ataque militar a Gaza. Quiere afirmar y afianzar aún más fuertemente el dominio del imperialismo estadounidense en el Medio Oriente. Como parte de su llamada “guerra contra el terror”, Estados Unidos quiere socavar más y hacer retroceder a las fuerzas fundamentalistas islámicas que representan un desafío al imperio estadounidense. Y quiere aplastar de manera brutal la lucha del pueblo palestino y quebrar su voluntad de resistir.

Ataques “quirúrgicos” contra una sociedad

Israel alega que Hamas “lo empezó todo”, y que ahora Israel simplemente está intentando defenderse contra los “terroristas” de Hamas para poner fin a los ataques de cohetes contra su territorio y el pueblo judío.

Pero no hay absolutamente nada justo ni legítimo en los ataques de Israel contra Hamas.

Para empezar, fue Israel el que violó el cese del fuego en noviembre y ha rehusado renegociarlo (mientras por más de seis meses planeaba este ataque en pro de sus propios objetivos estratégicos). La guerra israelí tiene el objetivo de reforzar su dominación de Palestina, derrocando las fuerzas fundamentalistas islámicas como Hamas que representan un obstáculo al control ilimitado por parte de Estados Unidos e Israel. Como dijo un oficial militar de alto rango, la meta de Israel fue “hacer que Hamas perdiera su voluntad o perdiera sus armas”.

Un portavoz israelí declaró: “Hemos definido como blancos legítimos cualquier blanco relacionado con Hamas” (Washington Post, 2 de enero de 2009). El subjefe del estado mayor del ejército, el general de brigada Dan Harel dijo: “Después de esta operación no quedará en pie ni un solo edificio de Hamas en Gaza” (Ynet News).

El pueblo palestino tiene una larga historia de feroz resistencia y levantamientos contra la brutal ocupación israelí. E Israel tiene mucha necesidad de suprimir esta lucha. Por esa razón, Israel ataca a Hamas, el partido gobernante de Gaza con lazos a Irán, y lo hace para quebrarle el lomo a la resistencia de las masas, que ha sido un objetivo de Estados Unidos e Israel más de 60 años. Piensen en el hecho de que “cientos de miles de gazanos han recibido amenazas en la forma de mensajes telefónicos o volantes de que sus edificios están en la mira de los ataques israelíes” (New York Times, 2 de enero de 2009).

O piensen en las objeciones de Estados Unidos e Israel a la resolución propuesta por la Liga Árabe que pide “un cese del fuego inmediato y que ambos lados lo respeten plenamente” y que Israel acate la Convención de Ginebra en cuanto a proteger a civiles en tiempos de guerra. Estados Unidos la atacó como “tendenciosa”, después de haber presionado para que fuera eliminado el lenguaje que pedía que Israel levantara su bloqueo contra Gaza y suspendiera el castigo colectivo de los palestinos (Antiwar.com, 1º de enero de 2009). ¡Así que incluso acatar el derecho internacional básico sobre crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad es intolerable por parte de Estados Unidos e Israel y es un impedimento para sus ataques criminales contra el pueblo palestino!

Estados Unidos también se ha opuesto a peticiones de un cese del fuego, culpando a Hamas por los combates y exigiendo que dejara de lanzar cohetes antes de que se requiriera que Israel suspendiera su campaña militar, lo que de hecho bloquea toda iniciativa diplomática que de alguna manera pudiera dificultar el ataque israelí. Como explica el artículo “Sobre la naturaleza y el papel de Israel, los Estados Unidos y Obama”, en este número del periódico:

Lo que Israel hace en Gaza es como cuando los nazis internaban a la gente en el ghetto de Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial y luego cuando la gente rebele, los nazis dicen: “Ajá. Nos están atacando y el que diga algo sobre la situación primero tiene que aceptar eso y antes de que se pueda hacer algo para resolver la situación, la gente del ghetto de Varsovia tiene que suspender sus ataques contra nosotros”.

Los objetivos más amplios de la “guerra contra el terror” de Estados Unidos e Israel

El embate militar israelí contra Gaza es parte de una amplia contraofensiva estadounidense-israelí contra las fuerzas fundamentalistas islámicas y en particular contra Irán que ambos países consideran crucial para los objetivos de su “guerra contra el terror” más amplia. Esta guerra, que de hecho es una guerra por imperio, tiene el objetivo de aplastar las fuerzas, pueblos y estados fundamentalistas islámicos que obstaculicen los planes de Estados Unidos y de reestructurar la región para fortalecer a Estados Unidos. Por esta guerra, la relación estratégica entre Estados Unidos e Israel hoy es más central que nunca.

El ataque israelí a Gaza, planeado con mucha anticipación,  tiene por objetivo hacer retroceder el triunfo electoral de Hamas de enero de 2007 y su toma de poder en Gaza en el verano de 2007, así como reponerse de la derrota de Israel en su guerra de verano de 2006 contra las fuerzas fundamentalistas islámicas poderosas y reaccionarias de Hezbolá en el Líbano. Israel no podía cumplir su promesa de destruir a Hezbolá. Al contrario, Hezbolá salió más fuerte. También tiene por objetivo reestablecer la “credibilidad” de las fuerzas militares israelíes: “de expulsar el fantasma de su malograda guerra de 2006 contra Hezbolá en el Líbano y reestablecer la disuasión israelí”, como dijo el New York Times.

Esta guerra también es parte de un esfuerzo más amplio de Estados Unidos e Israel de hacer retroceder los avances regionales de las fuerzas islámicas, en particular Irán, que es un estado teocrático grande, relativamente poderoso y cohesionado con enormes recursos  energéticos y sus propias ambiciones reaccionarias. Con su creciente influencia en Palestina, el Líbano, Irak y la región en general, Irán ha desafiado la hegemonía regional estadounidense-israelí. También está buscando enriquecer el uranio, lo que se considera intolerable en Washington y Tel Aviv, porque el dominio iraní de esta tecnología podría cambiar el equilibrio militar regional e impedir la libertad de acción militar de Estados Unidos e Israel, aunque Irán no fabricara ninguna bomba nuclear de inmediato.

Hamas y el gobierno iraní no ofrecen a la gente un camino a la liberación y no rompen con el imperialismo de ninguna manera fundamental. Estas fuerzas representan relaciones sociales anticuadas y reaccionarias. Al mismo tiempo, es importante tener en claro que es el imperialismo yanqui, dominado por sectores anticuados reaccionarios, que ha hecho y que sigue haciendo mucho más daño y que representa la amenaza más grande a la humanidad (a menudo, como en este caso, con acciones por medio de Israel).

Bush atacó a Irán en su reciente discurso radial. Sallai Meridor, el embajador israelí a Estados Unidos, declaró: “Lo que se ve en Gaza es producto de Irán: Irán lo financia, Irán adiestra a los terroristas, Irán los abastece, son de Irán los conocimientos para fabricar proyectiles de corto alcance”, y llamó a Irán “un pulpo con sustitutos en la región y más allá de la región” (Press TV, 30 de diciembre de 2008).

Hace poco, el ex embajador estadounidense ante la ONU, John Bolton, que todavía es una voz importante en la política exterior de Estados Unidos, advirtió al Noticiero Fox: “Así que si bien es obvio que por el momento nuestro enfoque es Gaza, esta situación podría llegar a ser un conflicto mucho más grande. Estamos ante el potencial de una guerra de frentes múltiples”.

Como analiza el editorial de Revolución #152: “Es muy real el peligro de que este crimen escale a una guerra aún más amplia y criminal”.

He aquí otro motivo para acelerar los esfuerzos de educar a la gente de manera muy amplia sobre lo que de hecho está pasando en Gaza y para impulsar una resistencia muy amplia y masiva ahora mismo.

 

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.

Basics
Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es
From Ike to Mao and Beyond