Revolución #153, 18 de enero de 2009
La crisis de la vivienda, el sistema capitalista y el camino – comunista – mejor
Parte 2 Una economía organizada para hacer la revolución y satisfacer las necesidades humanas
Véase la primera parte de este artículo en Revolución #151.
La pregunta debería hacerse ahora: ¿es verdad que la sociedad necesita la clase capitalista para determinar lo que se produce y cómo? ¿Es posible un mejor camino?
La producción moderna es muy compleja y requiere coordinación y dirección. ¿Pero por qué no se puede dirigir y coordinar la producción un poder que determina las prioridades basadas en las necesidades actuales de las masas de gente, e integrar a las masas en la toma de esas decisiones? ¿A diferencia de cómo lo hacen hoy, donde se determina todo por lo que obtendrá las ganancias más altas posibles para el puñado relativo de capitalistas quienes poseen estos medios de producción muy socializados?
Analicémoslo más. ¿Por qué la sociedad no puede determinar cómo satisfacer las necesidades del pueblo de una manera que contribuye a superar —en vez de reforzar— las divisiones de clase de la sociedad capitalista (y otras formas de explotación)? ¿Una manera que evita —y en efecto espera lograr eliminar— la opresión de naciones enteras y partes del mundo que el sistema capitalista imperialista actual requiere y refuerza? ¿Una manera que supera la jerarquía absoluta entre las personas que trabajan con la mente en la planeación y la administración, y las que trabajan con las manos? ¿Una manera que distribuye la riqueza de la sociedad cada vez más de acuerdo con la necesidad social, y no las grandes disparidades del imperialismo moderno?
Analicémoslo aún más. ¿Por qué la sociedad no puede hacer todo esto como parte de crear nuevas instituciones sociales que sirven para superar, en vez de reforzar, la división del pueblo en explotador y explotado, opresor y oprimido? ¿Por qué no se puede hacerlo de una manera que es parte de superar y tiene que ver con superar el espíritu de competencia carente de toda ética y cuidarse solamente de sí mismo en la sociedad capitalista y reemplazarlo con una moral más elevada, y mucho mejor?
¡NECESITAMOS EL PODER ESTATAL!
La respuesta es que la humanidad podría hacer esto. Pero no lo podemos hacer ahora porque la clase capitalista domina el uso de la fuerza y la diseminación de las ideas (por medio de las escuelas, los medios de comunicación, etcétera). El sherifato que usa la fuerza para llevar a cabo desalojos es una parte pequeña de un poder estatal más grande que “sirve y protege” las relaciones capitalistas de producción analizadas en la primera parte. Al centro de este poder estatal está el aparato militar estadounidense masivo. Esta maquinaria de muerte está desplegada por todo el mundo por una razón: proteger los intereses del capital estadounidense — o sea, su capacidad de controlar los recursos y explotar la mano de obra en cada rincón del planeta.
Así que sí, la humanidad podría organizar la sociedad de una manera mejor; pero NO SIN LA REVOLUCIÓN NI SIN UN NUEVO PODER ESTATAL QUE ESTABLECE UNA SOCIEDAD SOCIALISTA — como primer paso a una sociedad comunista sin clases. La Constitución del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos [PCR,EU] explica lo que esto significaría en términos básicos:
“Este estado socialista dirigiría y apoyaría a las personas a hacer transformaciones radicales en cada esfera de la sociedad. Construiría un sistema económico socialista, primero apoderándose de los grandes medios de la producción (las fábricas, la tierra y las minas, la maquinaria y otra tecnología) que han tenido y controlado los grandes capitalistas como propiedad privada — convirtiéndolos en propiedad estatal socialista y utilizándolos para satisfacer las necesidades de la gente, y a la vez dando apoyo a la lucha revolucionaria en todo el mundo. El estado socialista desempeñaría un papel decisivo en el movimiento de la sociedad, por varias olas y etapas de la lucha con múltiples aspectos y transformaciones sociales, hacia la visión comunista de asegurar una abundancia común para la gente en conjunto y de dejar atrás la añeja división entre los que trabajan con la mente y los que trabajan con las manos (entre el trabajo intelectual y el manual), así como las demás divisiones opresivas entre las personas. Tomaría medidas para impedir el regreso de los antiguos explotadores, y resistiría los ataques del imperialismo. Haría posible un tipo diferentede democracia, en una escala mucho mayor y con una visión y una práctica de la libertad humana mucho más radicales que cualquier cosa hoy, de acuerdo con su objetivo final — un objetivo final en que se trasciende la democracia en sí, como forma de estado, y las personas debaten y deciden, juntas, el curso de la situación sin recurrir a ninguna clase de aparato de represión violenta. Por último, se construiría el nuevo estado socialista revolucionario como “base de apoyo” para la revolución mundial — un trampolín, base de apoyo y faro para las luchas revolucionarias en otros países, con el trabajo común de todos para alcanzar un mundo sin explotación ni opresión”. [p. 6]
Producción para hacer la revolución — y satisfacer las necesidades sociales
Echamos un vistazo a que significaría para el estado nuevo tomar “los grandes medios de producción” y utilizarlos para la revolución y satisfacer las necesidades del pueblo. Este paso gigante empezaría a quitar los grilletes y la distorsión impuestos en el proceso de la producción por la acumulación interminable de capital, como se esboza en la primera parte de este artículo. El nuevo poder estatal planearía la producción para satisfacer las necesidades de las masas, basado en el criterio fundamental de hacer avanzar la revolución mundial (lo que incluiría, por ejemplo, dejar atrás y arrancar de raíz las relaciones mediante las cuales Estados Unidos ahora domina las economías de otros países).
Los órganos centrales del estado darían dirección general a la construcción económica de la sociedad, mientras incorporaría a las masas al mayor grado posible a cada nivel de planificación. Sobre esta base, se canalizarían los recursos a donde se identificaran las mayores necesidades sociales, como parte de un plan general. Con las barreras del capital eliminadas, aquellos quienes habían estado excluidos de trabajar en esta sociedad —aun mientras que viven en zonas donde hay mucho trabajo para hacer— podrían tener trabajos que contribuirían a la sociedad y aprenderían nuevas destrezas. Además, aquellos cuyas destrezas y instrucción se han desperdiciado en trabajos que no sirven ningún propósito social constructivo (por ejemplo, la publicidad) tendrían el chance de contribuir esas destrezas a una sociedad completamente nueva. Se podría tomar en cuenta la necesidad de llevar a cabo todo esto de una manera sustentable que repone y no destruye el medio ambiente — de nuevo, sin la barrera de “ganancias sobre todo”.
Pero una revolución socialista verdadera no se trata de repartir beneficios, o solamente cambiar algunas formas de la propiedad de empresas. Se trata de un cambio mucho más grande y más radical en la sociedad y es parte de lo que debe ser un cambio revolucionario mundial. Respecto a las relaciones económicas y la producción, el nuevo poder también dirigiría al pueblo para transformar las relaciones entre las personas en el proceso de trabajo. Por ejemplo, desencadenaría y guiaría a las masas a romper las diferencias entre las personas que hacen el trabajo intelectual (ingenieros, arquitectos, planificadores, etcétera) y los que hacen el trabajo manual. El proceso de la producción en sí sería uno donde la gente sería animada sistemáticamente para compartir destrezas y conocimientos, más que mantener su conocimiento como su propio “capital” privado. El pueblo sería dirigido a arrancar de raíz las maneras en que la supremacía blanca y la opresión de la mujer han estado incrustadas en las relaciones de producción (combatir la discriminación, el acoso y las maneras más sutiles en que se manifiestan las relaciones sociales retrógradas de varios tipos). Además, de importancia crítica, los trabajadores de cada nivel participarían en formas de gestión.
Esto es esencial. Si el nuevo poder estatal revolucionario no dirigiera a las masas en este proceso, se osificarían las divisiones heredadas del capitalismo y empezaría a oler a explotación y propiciaría el “suelo” que generara la restauración del capitalismo. Pero ni eso constituye todo lo que se tiene que hacer.
La batalla entre el camino capitalista y el socialista
Se logró mucho de lo que se describe antes en China, basado en el resumen de Mao de los puntos débiles de la revolución soviética y su análisis más profundo y más amplio del carácter del comunismo y de la sociedad socialista como transición a esa futura sociedad comunista. Como parte importante de su gran avance, Mao desarrolló el análisis y el principio de que las masas mismas tienen que hacer más que llevar a cabo la producción y aún más que transformar las relaciones económicas en la producción, por importantes como sean. Mao insistió que sobre todo las masas deben emprender la revolución en la superestructura de la sociedad: la esfera política particularmente, además de la cultura, la educación, las ideas más generalmente, etcétera.
Todo eso se debe a que, como el manifiesto reciente del PCR, EU —EL COMUNISMO: EL COMIENZO DE UNA NUEVA ETAPA— explica: “Mao hizo el análisis precursor de que a lo largo del período socialista existían las condiciones materiales que generarían el peligro de la derrota para la revolución socialista” [p. 7]. Para decirlo en pocas palabras, estas condiciones fueron lo que Marx llamó los “vestigios” de la sociedad vieja heredados por la revolución. Estos vestigios persisten en las relaciones de producción — por ejemplo, en la división entre el trabajo intelectual y el trabajo manual que cuya eliminación requiere una lucha determinada, polifacética y prolongada. Además, los vestigios también persisten en la superestructura de la sociedad — por ejemplo, en la fuerza de la costumbre y las maneras tradicionales del pensamiento del pueblo y en las instituciones de la sociedad como la educación, la cultura, la asistencia sanitaria, etcétera, además de los efectos profundos de la división entre el trabajo intelectual y el trabajo manual en la esfera de la política. La “influencia, la presión y los ataques abiertos de los estados imperialistas y reaccionarios que quedarían” se combinan con eso y lo refuerzan [Ibíd.].
Durante el período socialista, habrá aquellos dentro del partido que, por varias razones, se aferrarán a estas relaciones atrasadas, las defenderán y lucharán por ellas — que se opondrán a la mayor transformación de la sociedad hacia el comunismo. Estas personas, para citar de nuevo el manifiesto, son “representantes del capitalismo y no del comunismo, y en particular de los vestigios del capitalismo que todavía no se habían arrancado de raíz y superado en su totalidad, y los que no se pudieron haber eliminado a corto plazo y dentro de los confines de uno u otro país socialista” [Ibíd.].
Por todas estas razones, Mao ponía la continuación de la lucha de clases como la tarea principal del período socialista: movilizando a las masas para oponerse a los seguidores del camino capitalista y para identificar y criticar el camino capitalismo mismo, y para transformar más la superestructura así como las relaciones económicas, y la producción misma, hacia la meta de una sociedad comunista. Esta lucha establece las condiciones para la producción socialista e interacúa dinámicamente con ella.
La nueva síntesis y la producción socialista
La nueva síntesis de Bob Avakian, el presidente del PCR, EU, se basa en los logros de las revoluciones socialistas previas, pero va más allá, basado en un análisis más profundo de la dinámica de la sociedad socialista como transición al comunismo. La nueva síntesis de Avakian visualiza y requiere que la revolución mantenga firmemente el poder estatal pero que desencadene mucho más “elasticidad” en todo el proceso. Esta nueva síntesis visualiza un papel muy ampliado para la contienda de ideas diferentes a través de la sociedad, incluso ideas opuestas al socialismo y al comunismo. Visualiza un espacio para iniciativas que van en diferentes direcciones y un papel más grande para la sociedad civil. Será una escena con mucho más efervescencia y experimentación intelectual que sean más ricas y variadas, además de muchas formas nuevas de interacción interactiva entre los intelectuales y las masas quienes han estado excluidas de estas esferas. También requiere una participación más grande de las masas mismas en el trabajo con las ideas y en la dirección de la sociedad en cada esfera, explorando profundamente los problemas más grandes de la revolución.
Bob Avakian ha presentado la formulación de un “núcleo sólido con mucha elasticidad” para describir esta orientación de la sociedad socialista del futuro. Habrá un núcleo sólido de dirección. Este núcleo tiene que tomar firmemente las riendas del poder contra a presión imperialista y los elementos capitalistas que surjan dentro de la sociedad socialista (incluso dentro del partido mismo) y tiene que mantener el nuevo poder estatal como un estado socialista en transición a una sociedad comunista; y que esta dirección al mismo tiempo expandirá al núcleo sólido al grado más alto posible en algún momento dado, apuntando al punto en que tal núcleo sólido no sea necesario. El núcleo sólido de dirección dará expresión al grado más alto de la elasticidad (i.e., iniciativa, efervescencia, contienda de ideas) en algún momento dado1.
Todo esto será necesario a fin de permitir que las masas y su dirección conozcan y transformen más profundamente el mundo y verdaderamente emancipen a la humanidad. Todo esto será esencial para mantener la sociedad en el camino socialista, encaminada en la dirección del comunismo2.
Empeñarse en la revolución, promover la producción
Ahora volvamos a la esfera de la producción misma en la sociedad socialista. En la sociedad capitalista la única motivación para los obreros es trabajar duro o ser despedido. Pero las unidades de producción en la sociedad socialista NO amenazarán con el látigo del hambre a la gente, ni la sobornará con bonos. En cambio, la gente serán principalmente motivada por medio del proceso del “núcleo sólido con mucha elasticidad” descrito antes — en resumen, la alegría y júbilo de crear un mundo completamente diferente con relaciones sociales diferentes, que incluya pero no se limite a la esfera de la producción y que aprenda más del mundo mientras que luche para transformarlo.
Las personas en las unidades de producción discutirán y debatirán las cuestiones políticas e ideológicas más grandes del día (que incluirá pero no se limitará a cómo su trabajo particular se relaciona a esas cuestiones) y participarán en la lucha más grande en la sociedad en esferas diferentes. Interaccionarán dinámicamente con el fermento político e intelectual, y a veces el trastorno, en la sociedad generalmente. Se apreciará y se alentará la iniciativa —que incluirá la restricción y la eliminación de la división de trabajo en las unidades de producción, investigar y trabajar de nuevas maneras para satisfacer las necesidades restantes y/o nuevas en la sociedad y en el mundo, y se probarán nuevas maneras de llevar a cabo la producción — en un contexto de efervescencia social muy amplia.
De nuevo, Mao fue pionero de este tipo de orientación en China cuando fue auténticamente socialista. Desarrolló el principio de “empeñarse en la revolución, promover la producción”, según el cual la producción sirvió no solo para satisfacer las necesidades del pueblo sino que se lleva a cabo de una manera que refuerza mutuamente la transformación de las relaciones de producción y la superestructura política e ideológica (los órganos del estado, las instituciones, las ideas de la sociedad más generalmente, etcétera). Ahora, con la nueva síntesis, Avakian ha partido de este gran avance y lo ha llevado más allá.
La vivienda en un mundo completamente nuevo
¿Cómo podría manifestarse esto en la vivienda? En primer lugar, la orientación será satisfacer las necesidades de las masas más amplias. Pero este no será un proceso en que el estado “otorga favores” a personas, en que las masas quienes viven en la vivienda estarían excluidas del planeamiento y la construcción.
El pueblo en los barrios afectados tendría una profunda participación en el proceso. Quizás explorarían qué tipo de arquitectura serviría mejor para eliminar las relaciones atomizadas y alienadas entre las personas, a la vez que dejaría espacio para las personas para estar a solas a veces. Discutirían cuáles tipos de instalaciones recreativas, sanitarias y educativas mejor servirían las necesidades del pueblo y qué apariencia querrían que tuvieran. Al mismo tiempo aprenderían acerca de estas esferas diferentes: cómo hacer este planeamiento y esta producción de una manera que sea ecológicamente sustentable. Debatirían cómo todo esto cabría en el avance continuo de la revolución mundial.
Aquí también habrá debates, foros y formas de todo tipo en que se facilitaría de una manera seria y concreta, no simbólica, la participación de las personas que han estado excluidas de las esferas del planeamiento, arquitectura y demás, como parte del movimiento general de hacer avanzar la sociedad hacia el comunismo. Al mismo tiempo, todo este proceso abarcaría y tomaría en cuenta la iniciativa y las ideas de aquellos quienes recibieron una educaciónen la sociedad capitalista, pero que ahí solo se encontraban su trabajo restringido y distorsionado por las órdenes del capital. Estas personas tomarían en cuenta las ideas del pueblo y este los cuestionaría y los inspiraría mediante su iniciativa — de nuevo, como parte del proceso general.
* * * * *
Lo antedicho es solo un esbozo breve y simplificado. Pero mucho de esto ya se ha hecho en revoluciones previas: a cierto grado en la Unión Soviética hasta principios de los años 1950 y luego a un grado mucho más ampliado en China durante sus años socialistas. Se logró a pesar de la privación material tremenda además de la presión y las amenazas militares y económicas imperialistas. Las sociedades socialistas del futuro harán aún más e irán más allá de estos grandes avances. Estas sociedades partirán de estos grandes logros y darán una expresión más plana al método y al enfoque comunista, según la síntesis desarrollada por Bob Avakian. He aquí el quid del asunto: una sociedad mucho mejor es posible. Piensen en lo que significa el capitalismo para la gente. Siempre será un horror, no solo en Estados Unidos sino de una manera cualitativamente peor en todo el mundo dominado por el imperialismo. Las crisis como la que vivimos hoy solo hacen resaltar eso más agudamente.
Pero los tiempos como estos también hacen resaltar la gran irracionalidad innecesaria y efectivamente la locura de este sistema. Pueden crear una posibilidad para explicar a la gente que sí existe una verdadera salida de la locura: una sociedad mucho mejor, con una visión mucho más plena y más radical de la libertad y el florecimiento humano.
¿No vale la pena hacer todo lo posible para dar origen a esa forma mucha mejor de la sociedad?
1. Bob Avakian, en “Hacer la revolución y emancipar a la humanidad, parte 1”, en Revolución y comunismo: Fundamento y orientación estratégicos, define la nueva síntesis así:
“Esta nueva síntesis abarca reconfigurar y recombinar los aspectos positivos de la experiencia hasta la fecha del movimiento comunista y la sociedad socialista, mientras se aprende de los aspectos negativos de esa experiencia, en las dimensiones filosóficas e ideológicas tanto como las políticas, y así tener una orientación, método y enfoque científicos con raíces más profundas y firmes, no solo en cuanto a hacer la revolución y conquistar el poder, sino también, sí, en cuanto a satisfacer los requisitos materiales de la sociedad y las necesidades de las masas populares, con una base cada vez mayor, en la sociedad socialista —para superar las profundas cicatrices del pasado y continuar la transformación revolucionaria de la sociedad, mientras al mismo tiempo apoyar activamente la lucha revolucionaria mundial y actuar conforme con el reconocimiento de que la arena y la lucha mundiales son las más fundamentales e importantes, en un sentido global— junto con abrir cualitativamente más espacio para dar expresión a las necesidades intelectuales y culturales del pueblo, entendidas en el sentido amplio, y posibilitar un proceso más diverso y rico de exploración y experimentación en los campos científicos, artísticos y culturales, y en la vida intelectual en general, con mayor campo para la competencia de diferentes ideas y escuelas de pensamiento, y para la iniciativa y creatividad individuales y la protección de los derechos individuales, con espacio para que los individuos interactúen en la “sociedad civil” independientes del estado—todo en un marco general cooperativo y colectivo y al mismo tiempo a la medida que el poder estatal se mantiene y se sigue desarrollando como un poder estatal revolucionario al servicio de los intereses de la revolución proletaria, en el país en particular y por todo el mundo, donde este estado es el elemento dirigente y central de la economía y la dirección general de la sociedad, mientras el estado en sí se transforma continuamente en algo radicalmente diferente de todos los estados previos, como una parte crucial del avance hacia la abolición posterior del estado al llegar al comunismo a nivel mundial”.
2. Por “sociedad comunista” queremos decir una en que las clases y las diferencias de clase, como aquellas entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, finalmente han sido eliminadas; donde la riqueza de la sociedad ya no está producida y intercambiada de ninguna manera a través de las relaciones de mercancías sino es creada y intercambiada para el uso social directo en un mundo donde hay una abundancia común; donde las instituciones y las ideas opresivas que surgen de la explotación y la refuerzan (por ejemplo, la opresión de la mujer o la opresión de diferentes nacionalidades) han sido arrancadas de raíz; y donde la necesidad de algún tipo de estado ha sido transcendida.
Más lecturas
“Tres alternativas para el mundo” de Bob Avakian, en Dictadura y democracia, y la transición socialista al comunismo (Chicago: RCP Publications, 2005), pp. 50-52; en línea en www.revcom.us/a/071/ba-threeworlds-es.html
“Puntos sobre el socialismo y el comunismo: Una clase de estado radicalmente nuevo, una visión radicalmente diferente y mucho más amplia de libertad”, de Bob Avakian, en línea en revcom.us/a/037/avakian-puntos-sobre-socialismo-comunismo-s.htm
“La base, las metas y los métodos de la revolución comunista”, de Bob Avakian, en línea en revcom.us/a/046/base_metas_metodos.html
“Hacer la revolución y emancipar la humanidad” de Bob Avakian, en el folleto Revolución y comunismo: Fundamento y orientación estratégicos (Chicago: RCP Publications, 2008); en línea en revcom.us.
Maoist Economics and the Revolutionary Road to Communism: The Shanghai Textbook [Economía maoísta y el camino revolucionario hacia el comunismo: El manual de economía política de Shanghai] (Banner Press, 1994), que incluye el ensayo “The Theory and Practice of Maoist Planning: In Defense of a Viable and Visionary Socialism” [La teoría y la práctica de la planificación maoísta: En defensa de un socialismo viable y visionario], de Raymond Lotta.
No necesitamos “rescatar” este sistema capitalista —
Necesitamos DESHACERNOS DE ESTE SISTEMA… Necesitamos REVOLUCIÓN.
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