Revolución #153, 18 de enero de 2009
Entrevista sobre
recaudar fondos entre profesores:
Dar la bienvenida
a las preguntas peliagudas
Los siguientes son pasajes de una entrevista con alguien que ha hablado con profesores sobre contribuir dinero y dar cuotas económicas a Libros Revolución y al periódico Revolución.
Al dirigirnos a profesores para recaudar fondos para Libros Revolución y el periódico Revolución, nuestro enfoque era desde el punto de vista del Manifiesto del Partido Comunista Revolucionario: hablar de qué es la revolución comunista y según este contexto, para qué sirven esta librería y este periódico. Dijimos directamente al principio que necesitamos una librería y un periódico como estos si vamos a hacer la revolución, y que ahora mismo necesitamos $60.000 para empezar y desde el marzo también necesitaremos $6.500 al mes a largo plazo.
Conocí a una profesora que ha estado leyendo Revolución desde hace siete años. Hablamos por solo diez minutos, y me di cuenta que se puede cumplir mucho en 10 minutos. En primer lugar, le expliqué que Revolución está mudando el centro de su trabajo a Nueva York. Y decidí tratar inmediatamente una de las grandes preguntas que ella tiene. Ella cree que, en cuanto a la criminalización de una generación, la mayoría de esta gente debe quedarse en prisión. Le dije directamente que es incorrecto culparle a la juventud y no al sistema. Ella se opone a la guerra y ve que detrás de la guerra están los imperialistas. A ella no le gustan los fascistas cristianos ni la dirección en que Bush ha llevado el país. Apoyó a Obama y ahora le están entrando dudas debido a los que Obama ha escogido para su gabinete. Pero en cuanto a la violencia entre la juventud, lo que las masas les hacen las unas a las otras, ella no entiende que es el sistema que tiene la culpa.
Le leí una carta de un prisionero quien dice que ha estado leyendo Revolución por cinco años y cuán importante es para él, y esto tuvo un gran impacto en ella. Dijo: “¿Puedes prometerme que cuando los oprimidos se levanten (aunque no creo que eso vaya a pasar, al menos no en mi vida) que no vendrán por mí?” Le contesté que la revolución de que hablamos no se basa en la venganza, en que “los primeros serán los últimos, y los últimos serán primeros”. Hablamos de qué pasó en China y de qué clase de revolución necesitamos. Al final de esta discusión me dijo que daría un cheque de $500.
Un punto clave aquí fue que hablamos de las necesidades específicas del periódico. Y también le dije a ella que la estamos pidiendo su apoyo y participación para esta campaña y usted tiene que ser parte de este movimiento revolucionario. Y si quiere tener un efecto sustancial, no una diferencia simbólica, tiene que ser parte de esto, tiene que difundirlo a otros y tiene que contribuir la cantidad de dinero acorde con las necesidades. Y lo hizo.
También fuimos a otro profesor que viaja mucho y trabaja con varias fundaciones. En el pasado ha donado dinero, 100 o 200 dólares de vez en cuando. Al principio pensaba pedirle $500. Luego decidí que eso fue incorrecto, que deberíamos pedirle $2.000 y que diera una cuota mensual de $500 porque aunque tuviera varios desacuerdos con nosotros y dudas sobre lo que estamos haciendo, a él le gusta muchísimo el futuro por lo que estamos luchando: quiere ver un mundo sin desigualdad, sin explotación y sin opresión. Ha viajado a varios países del tercer mundo y ha visto lo que este sistema ha hecho a la gente a través del mundo y quiere mejorar las cosas. Lee el periódico de vez en cuando pero ha leído el Borrador del Programa del partido, lo atrae nuestra visión totalmente revolucionaria de un nuevo mundo y tiene algún conocimiento de esto… de las obras de Bob Avakian, de lo que ha leído en el periódico y de conversaciones. Cuando se lo planteamos así, dijo: “No puedo darles $2.000 pero voy a dar $1.000 a la librería”. Y ahora está considerando dar una cuota mensual de entre $200 y $400.
Hemos conocido a algunas de estas personas por muchos años, a otras acabábamos de conocer. Pero creo que hay una razón por la que acordaban reunirse con nosotros para hablar de la campaña de recaudar fondos. Toman en serio lo que les estamos planteando. Les estamos pidiendo que, junto con nosotros, tomen la responsabilidad del futuro de la humanidad. Les explicamos que nuestro punto de partida es la necesidad de la revolución socialista y un mundo comunista, que esta es la esperanza de la humanidad y que tenemos un plan para alcanzarla. Y es importante que estas personas vean que, con todas sus dudas y desacuerdos, pueden contar con que escucharemos y discutiremos estas dudas y desacuerdos con ellas. Algunas ya ven concretamente la necesidad de apoyar iniciativas particulares, por ejemplo la librería y el periódico. Y ven que este movimiento revolucionario tiene buenos objetivos y realmente importa lo que hace. Tengo que decir que he aprendido mucho de esta experiencia. Antes no entendía lo que significa forjar estas clases de relaciones con las personas, y ahora lo entiendo mejor. Se trata de recaudar fondos, y fundamentalmente recaudar fondos se trata de incorporar a la gente a trabajo revolucionario serio. Estos profesores ya tienen una relación con el periódico, la librería y el movimiento revolucionario.
Un profesor dijo que cree que la humanidad no está lista para nuestro mensaje, de la revolución y el comunismo. Dijo: “Comparto su visión de una comunidad mundial que respete las diferencias de todo el mundo y satisfaga las necesidades materiales de la gente así como sus necesidades intelectuales. Por eso doy clases. Soy un kantiano. Intento vivir según su imperativo moral. Enseñar este principio es mi manera de ayudar que eso pase”. Además, dijo: “He estado observándolos a ustedes por mucho tiempo y finalmente ustedes han aprendido a escuchar. Están planteando un mensaje de la revolución, y si bien no estoy de acuerdo, no les digo que anden mal. Es obvio que ustedes quieren que otros que no están de acuerdo participen. No siempre fue así”. Al hablar de dos de sus colegas, dijo: “El hecho de que estos dos tipos les escuchan —el uno que le entra a Freud y el otro a Rawls— me dice que están ensanchando su alcance. No están hablando solamente a sus seguidores”. Dio una contribución de $100 y está dando una cuota mensual a la librería de $100.
Ahora algunos de estos profesores también están tomando la responsabilidad de desarrollar el trabajo de la librería y el periódico de varias maneras. Algunos quieren escribir correspondencia al periódico y otros están armando estrategias con la librería para llegar a otros profesores, por ejemplo ganándoles a encargar los libros de sus clases por medio de Libros Revolución. Y unos seis profesores se han incorporado para ayudar a escoger libros para los estantes de la librería sobre varios temas en que son expertos.
A muchos profesores les importa mucho la nueva generación. Por esta razón importante, entre otras, se dedican a la enseñanza. Hemos hecho presentaciones en algunas de sus clases. Algunos de ellos han llevado estudiantes a la librería y algunos les dieron la tarea de asistir al programa del 26 de octubre sobre Hacer la revolución en Estados Unidos (o dieron créditos adicionales a cambio de asistir al evento). Hablamos a los estudiantes de 17 clases sobre hacer la revolución comunista en Estados Unidos y los profesores estuvieron muy entusiasmados por la reacción positiva de los estudiantes.
Antes, algunos de los profesores no hablaban con nosotros. Nos consideraban simplemente vendedores representantes de la librería: que tráiganme los libros y que se vayan. Fui a hablar con un profesor, entré en su oficina y cerré la puerta, y le dije que quiero hablarle acerca de este periódico y esta librería, déme un minuto. Y me dijo, ¿por qué me interesaría esto? Y le dije porque usted quiere cambiar el mundo y nosotros queremos lo mismo. Y terminamos hablando 45 minutos y tratamos sus dudas sobre varias cosas. Ahora él es uno de los que van a ayudar a mejorar la sección de libros en español de la librería. Tenemos que rechazar esta manera estereotípica de pensar acerca de las personas. Tenemos que ir y hablar con ellas, escucharles y luchar sobre varias cosas. Así lo expliqué a un profesor: A usted le importa la humanidad, y a esta librería y a este periódico les importa la humanidad, y tenemos que hablar y trabajar juntos para dar por terminado este sistema horrible.
En cuanto a pedir apoyo económico, cuando uno mencione dinero al principio, como yo hago, saldrán pronto los desacuerdos y las preguntas. ¿Y eso qué? ¿Qué piensa de esto? Y ¿qué hacer? ¿Cambia de tema cuando haya preguntas difíciles, o las trata en serio? Uno tiene que confrontar las preguntas peliagudas. Es posible y es necesario que unirse sobre varias cosas. Pero si uno evita las preguntas, por ejemplo acerca de reformar el sistema, la democracia jeffersoniana o la experiencia del socialismo… bien sabemos que estas preguntas existen y tenemos que darles la bienvenida. Tenemos que hablar con quienquiera quiera debatir porque así se va a hacer que la gente trate las cuestiones de la revolución, así vamos a aprender de la gente, así vamos a unirnos con la gente y integrarla al movimiento revolucionario.
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