Revolución #154, 1º de febrero de 2009
Prepárense para el Día de Darwin 2009
El 12 del febrero es el Día de Darwin, una celebración internacional anual del cumpleaños de Charles Darwin, quien por primera vez desarrolló la teoría científica de la evolución de la vida en la tierra. Este año el Día de Darwin es especial: se cumplen 200 años desde el nacimiento de Darwin. Y el 24 de noviembre de 2009 será el aniversario 150 de la publicación de la obra pionera de Darwin El origen de las especies mediante la selección natural que por primera vez planteó su teoría.
No es una exageración decir que Charles Darwin abrió la puerta a una revolución en el pensamiento humano: cómo abordamos y conocemos el mundo en que vivimos y cómo nos vemos a nosotros mismos. Por gran parte de la historia humana, la gente ni siquiera sabía que la vida había evolucionado. No tenía manera de saber que las salamandras, los robles, los colibríes, las gacelas, el musgo, los tiburones y toda la vasta y maravillosa diversidad de los seres vivos, entre ellos los seres humanos, comparten una serie de antepasados comunes, remontándose en última instancia a las criaturas de una célula parecidas a las bacterias que aparecieron en la tierra hace 3.5 mil millones de años por medio de procesos completamente naturales.
La ciencia de la evolución ha permitido que la gente entienda y que investigue más qué es real en contraposición a la creencia religiosa que dice que la vida fue creada por algún dios y no ha cambiado desde entonces.
La sociedad sería muy diferente, en una dirección negativa, sin el conocimiento de la evolución. Mira los serios problemas de salud pública que la humanidad enfrenta hoy: por ejemplo, el virus del SIDA, “el mal de las vacas locas” que destruye el cerebro y las bacterias que resisten los antibióticos, para mencionar solo unos pocos. No se puede solucionar de manera correcta ninguno de estos problemas a menos que se entienda y se tome en consideración la evolución pasada y actual de los agentes que causen las enfermedades. La evolución es un concepto tan crucial y central para conocer todas las cosas vivas que un genetista famoso dijo que “nada en la biología tiene sentido, excepto a la luz de la evolución”. La obra de Darwin fortaleció mucho el método científico y su papel en la sociedad, y en el mundo de hoy no se podría imaginar la ciencia sin la teoría de la evolución.
Lejos de privarle a la gente de la sensación del asombro y admiración, la verdad del descubrimiento de Darwin nos permite apreciar toda la complejidad y toda la belleza asombrosas de la vida. Como el mismo Darwin lo dijo de manera tan poética en El origen de las especies: “Es interesante contemplar un enmarañado declive cubierto por muchas plantas de varias clases, con aves que cantan en los matorrales, con diferentes insectos que revolotean y con gusanos que se arrastran entre la tierra húmeda, y reflexionar que estas formas, primorosamente construidas, tan diferentes entre sí, y que dependen mutuamente de modos tan complejos, han sido producidas por leyes que obran a nuestro alrededor…. Hay grandeza en esta concepción de la vida....”
La evidencia de que la evolución es cierta se encuentra a nuestro alrededor: los fósiles de los animales y las plantas de hace millones y miles de millones de años; los genes de las células vivas que revelan, por ejemplo, cuándo las líneas evolutivas llevaron a que los chimpancés y los seres humanos se separaran de un antepasado común; los rasgos de los embriones en formación que revelan la interpenetración mutua entre los animales que parecen muy distintos cuando crecen; las transformaciones evolutivas que se pueden ver hoy, como los cambios rápidos de los virus de influenza que hacen necesarias nuevas vacunas cada año. En el siglo y medio desde la publicación de El origen de las especies, nadie ha encontrado pruebas científicas, ni siquiera una, que refutara los hechos básicos de la evolución.
Pero hoy hay un poderoso movimiento anti-racional en Estados Unidos que está intentando suprimir la teoría de la evolución y el método científico en general. Aunque ya no es presidente George W. Bush, quien tiene una triste fama por haber dicho que “el jurado aún no se ha decidido acerca de la evolución”, Rick Warren, el jefe de la mega-iglesia Saddleback quien promueve como la verdad textual el cuento bíblico de la creación, recibió mucha atención mediática cuando dio la invocación de la toma de posesión de Obama. Y en Texas, el jefe de la Junta de Educación del Estado y otros derechistas están intentando introducir falsedades anti-científicas en contra de la evolución en las materias de las escuelas.
Todo esto hace urgente la celebración este año del Día de Darwin y la amplia propagación de la verdad de la evolución. Una batalla arde en la sociedad sobre la epistemología, es decir, sobre el carácter de la verdad y cómo la gente llega a conocer la verdad. ¿Es que la gente busca la verdad aplicando el método científico y buscar las verdaderas causas materiales de las cosas en el mundo real? ¿O encadenará a la gente la creencia en cosas sobrenaturales que ni siquiera existen?
Cómo se contestan estas preguntas tiene mucho que ver con la posibilidad de forjar un movimiento revolucionario auténtico. Para hacer la revolución, haría falta millones de personas, no solo los intelectuales sino también y especialmente los oprimidos y los explotados, que luchen para conocer el mundo y que actúen en consecuencia, con el objetivo de cambiarlo en pro de los intereses de toda la humanidad.
Desde esa perspectiva, alentamos a todos los lectores a participar en la celebración internacional del gran avance pionero del pensamiento humano de Darwin y a trabajar con otros para que el Día de Darwin tenga impacto en toda la sociedad.
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