Revolución #154, 1º de febrero de 2009
Los rebeldes de la secundaria Oakland High
Carta de lector y miembro del Club Revolución de la Área de la Bahía
Lueguito de las rebeliones justas contra el asesinato policial de Oscar Grant, un grupo de alumnos de la secundaria Oakland High celebraron una reunión para denunciar la brutalidad policial y la masacre de los palestinos en Gaza con aval estadounidense, y marcharon para protestarlas.
El día anterior, miembros del Club Revolución de la Área de la Bahía salonearon sobre la situación en Gaza, la policía asesina y de que estos dos ultrajes surgen del mismo sistema brutal. Muy pocos estudiantes conocían lo que estaba pasando en Gaza, así que usamos mapas y fotos de Palestina del fotoensayo de las páginas centrales en Revolución para demostrarles la manera en que habían sacado sistemáticamente a los palestinos de sus tierras y para enseñarles las escenas de terror de la semana pasada. Muchos estudiantes sabían de Oscar Grant y de la rebelión que estalló en la ciudad en respuesta a su asesinato a manos de la policía. Hablamos de la manera en que el sistema protegió al policía al no arrestarlo y de la manera en que Estados Unidos protege a Israel porque este le cumple el trabajo de reprimir al pueblo y atacar al que le oponga resistencia. Hablamos de la necesidad de oponer una resistencia mayor y más amplia, planteándoselo a los estudiantes: ¿Qué quieren hacer ustedes?
Algunos de los estudiantes yemenitas y palestinos estaban listos y dispuestos para actuar. Decidieron organizar una reunión de denuncia durante la hora de comida al día siguiente. Llevaron paquetes de ejemplares del número de Revolución “Parar la masacre israelí en Gaza” y volantes que pedían justicia para Oscar Grant; los distribuyeron a maestros, familiares, tienditas en el barrio y estudiantes. Invitaron a todas las personas que conocían a asistir, hicieron playeras y carteles que pedían un fin a los ataques en Gaza y los ataques al pueblo de Oakland.
La reunión de denuncia estuvo chingona. La gente estaba prendida, denunciaba a la policía por el descarado asesinato de Oscar y el hostigamiento que sufre a diario. Una joven dijo: “Día a día me estoy encabronando. La gente se muere a balazos y la policía la está matando, y simplemente quieren quitar a la gente negra de la calle y para mí que está muy mal y la guerra en Irak, bueno, que vaya al carajo Bush”. En el principio, algunos de los estudiantes negros y latinos no entendían la onda de los estudiantes árabes. Muchos alumnos querían marchar, pero otros lo pensaban dos veces porque aún había clases. Una alumna agarró el megáfono y retó a los demás: “Ustedes dicen que están en contra de todo eso, pero no hacen nada. Tienen que hacer algo”.
Unos 50 estudiantes decidieron marchar al centro hasta el juzgado donde esa misma tarde las autoridades procesaban a muchas de las más de cien personas arrestadas durante la rebelión del miércoles. Nos tomamos la calle y los estudiantes mesoorientales dirigían coros como “Liberar, liberar a Palestina”, “Al carajo la chota”, “Dejen de matar a niños” y “Todo el maldito sistema es culpable”. Al principio los estudiantes no árabes no quisieron corear la lema “Liberar a Palestina”, pero en el curso de la marcha, los miembros del Club Revolución íbamos haciendo agitación sobre lo que nuestro gobierno está haciendo en Gaza y por qué no podemos caer en la trampa cuando nos dicen que la vida de los estadounidenses y israelíes vale más que la vida de los palestinos. Además, los estudiantes árabes continuaron dirigiendo coros que unían políticamente las dos cuestiones. La dinámica cambió dramáticamente. Al final todos estaban coreadno a todo pulmón: “¡Liberar, liberar a Palestina!”.
Durante toda la marcha, la policía los seguía, pero los estudiantes estaban muy desafiantes. Cuando la chota daba alguna orden, los estudiantes se volvían en sus narices y coreaban con más fuerza: “¡Al carajo la policía! ¡AL CARAJO la policía!”. Los transeúntes estaban saliendo de la banqueta para unirse a la marcha. Cuando llegamos a los tribunales, los estudiantes fueron directamente a las puertas y empezaron a golpearlas; había chotas al otro lado, pero estos estudiantes no tenían miedo, pues los acontecimientos de la semana anterior les habían soltado el ánimo. Gente de la comunidad, activistas y un conocido abogado pro derechos civiles hablaron sobre Gaza y la epidemia de asesinatos policiales. Un joven palestino dijo: “Venimos aquí para decir que no queremos la muerte de otros niños más ni de otras personas. Necesitamos darle fuerza a la gente. Queremos que todos seamos como hermanos y hermanas... Hace unos días bombardearon a una escuela; había 400 personas adentro y la bombardearon. Necesitamos que pare todo eso”.
Muchos estudiantes tenían mucho más ganas de luchar, así que marcharon hacia la Broadway, la principal calle del centro, y ocuparon el cruce por un rato hasta que unos 20 policías los hicieron retroceder a la banqueta. La policía amenazó con arrestarlos, pero los jóvenes y otros que se habían unido a la refriega le hicieron frente, coreándole directamente en las narices: “¡Váyanse perros!”. Los polis hicieron una “retirada estratégica”. Los estudiantes se pusieron a marchar por las cuatro esquinas y en lugar de evadir la esquina donde estaban los policías, ¡se dirigieron justamente en medio de ellos! Muchos estudiantes y otros se pusieron en contacto con Revolución, se llevaron periódicos y volantes que demandaban justicia para Oscar Grant y prometieron ir a la gran protesta sobre Gaza.
Más tarde, unos estudiantes árabes dijeron que habían ansiado que la protesta fuera sobre Gaza, pero en vez de eso, todos hablaban sobre Oscar Grant. Discutimos que si se quiere poner fin a la matanza sistemática de gente inocente, se necesita una revolución. Hablamos sobre el número 144 del periódico, “La opresión del pueblo negro, los crímenes de este sistema y la revolución que necesitamos”, de lo central que es la opresión de los negros al funcionamiento del imperio estadounidense y lo central que es captar eso profundamente para crear un movimiento revolucionario.
La resistencia está extendiéndose. En muchas otras secundarias de la zona de la Bahía de San Francisco, los estudiantes se han salido de las clases en protesta por la ejecución de Oscar Grant, por ejemplo las secundarias Oasis y Oakland para las Artes, y la escuela intermedia Willard.
El 16 de enero, el Club Revolución convocó a un paro. Hubo una fuerte represión en las escuelas. En la secundaria Oakland, el director habló por el interfono para amenazar a los estudiantes, y la policía se apostó en las entradas para sacar fotos de cualquier estudiante que saliera. A pesar de la represión, unos 50 estudiantes de al menos seis secundarias y una escuela intermedia se unieron en un mitin frente a los tribunales del condado de Alameda y marcharon por las calles del centro y a las escuelas exhortando a que más estudiantes se les unieran. Una estudiante nos dijo que estaba yendo a muchas de las protestas porque teme que ahora la policía mate a su hermano o a sus amigos. Dijo que lo hacía a pesar de los ataques de la policía porque “tengo más coraje que miedo”. Al final de la marcha, la policía agarró de repente a cuatro estudiantes, se ensañó con ellos y los arrestó; había demostrado una fuerte presencia durante todo el día, siguiéndolos a los estudiantes por las calles. Fue un vil ataque, pues ¡brutalizaron a jóvenes que estaban protestando contra la brutalidad policial!
El Club Revolución de la zona de la Bahía exhorta a la gente de conciencia a alzar la demanda de “¡Se justifica el coraje del pueblo! ¡Anulen las acusaciones contra todos los manifestantes!”
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