Revolución #155, 8 de febrero de 2009
Revelaciones de más horrores de la masacre israelí/yanqui de Gaza
El 17 de enero, se detuvieron las ráfagas de bombas, misiles, morteros de tanques y balas yanqui-israelíes que asolaban a Gaza y la población 22 días y al menos por el momento, Israel ha retirado sus fuerzas. En estrecha coordinación con Estados Unidos, Israel declaró un cese al fuego de la guerra. (El 18 de enero, Hamas, que controla Gaza, declaró un cese al fuego de una semana y la apertura de los cruces fronterizos de Gaza y la suspensión del sitio a Israel.)
El alcance global y el carácter criminal deliberado de la masacre yanqui-israelí siguen saliendo a la luz junto con nuevas maniobras yanqui-israelíes para aplastar a los palestinos. La matanza es pasmosa. Según el Ministerio de Salud palestino (19 de enero), resultaron muertos 1.314 palestinos, incluidos 416 niños y 106 mujeres; 5.320 lesionados, incluidos 1.855 niños y 795 mujeres. Mientras tanto, resultaron muertos 13 israelíes, de ellos nueve son soldados, y tres por fuego amigo, y 84 lesionados. Sin duda aumentarán las bajas palestinas con el desentierro de más cuerpos en los extensos escombros.
La lista de blancos de los israelíes alcanzó toda esfera de la sociedad: barrios residenciales, edificios de apartamentos, una sede de la ONU con un centro de formación vocacional, bodega de alimentos y depósito de combustible; escuelas, universidades, cambistas, puertos, cultivos, mercados y muchos más.
El Registro Central de Estadísticas Vitales de Palestina calcula que 4.100 residencias fueron destruidas y 17 mil dañadas, junto con “20 mezquitas, 25 instituciones educativas y centros médicos, 31 oficinas de seguridad, 16 edificios del gobierno y 1.500 fábricas y tiendas. La Oficina del Coordinador Humanitario de la ONU señaló que 16 centros de servicios médicos e igual número de ambulancias fueron destruidos o dañados durante el conflicto de 22 días” (Thalif Deen, Inter Press, 21 enero 2009).
Una guerra contra el pueblo palestino
Estas cifras cuentan solamente una parte de lo que pasa. El asesinato a sangre fría de civiles no armados por Israel ilustra un embate deliberado contra la población palestina.
El 14 de enero, soldados israelíes sacaron a rastras de su casa y ejecutaron ante sus hijos a algunos integrantes de la familia Samouni de la aldea de Zeitoun en las afueras de la Ciudad de Gaza. Abdulla Samouni, 9, observaba mientras mataron a su padre quien trataba de rendirse a los soldados israelíes: “Con los brazos arriba, dijo: ‘Así se rendía. Salió mi padre y ellos lo balearon luego luego’” (Telegraph, Inglaterra, 21 de enero de 2009).
Khaled Abed Rabbo y su familia viven en Jabalya en el norte de Gaza. El 7 de enero un tanque se paró frente a su casa y ordenó que salieran. Obedecieron. Luego, como relata Rabbo: “Dos soldados estaban sentado sobre el tanque comiendo papitas, luego salió un hombre del tanque con un rifle y empezó a tirotear a los niños”. Cayeron dos de sus hijas: Amal de dos años y Suad de siete años. Otra hija, Samer de cuatro años, resultó lesionada gravemente de la columna. Su mamá de 60 años también resultó lesionada, aunque agitaba un pañuelo blanco. Su casa quedó reducida a escombros. (The Independent, Inglaterra, 21 de enero).
Por doce horas, tanques y buldózeres atacaron a los palestinos de la aldea de Khuza en el sur y dejaron 14 muertos. Dijo un sobreviviente: “A las 6 de la mañana, los tanques y buldózeres habían llegado a nuestra casa. Nos subimos a la azotea y tratábamos de indicar que éramos civiles agitando banderas blancas. Todos nosotros llevábamos bandera blanca. Les dijimos que éramos civiles, que no teníamos armas. Los soldados empezaron a destruir la casa aunque había gente adentro”. Israel tiroteó a los que agitaban banderas blancas en señal de rendición, y también a las ambulancias que trataban de rescatar a los lesionados e incluso dispararon fósforo blanco contra un área densamente poblada” (Guardian, Inglaterra, 18 de enero).
Según Kostas Konstantinidis, un médico griego que trabaja en Gaza: “La fuerza aérea israelí hasta bombardea la ayuda humanitaria. Destruye las bodegas donde se guardan los contenedores de suministros médicos y farmacéuticos. Bombardearon hasta esas cosas, a hospitales, a todo” (Democracy Now!, 20 de enero).
Human Rights Watch (16 de enero) condenó a Israel por usar artillería pesada, “que causa daños de explosión y fragmentación a 300 m de distancia incluso”, en barrios residenciales de la Ciudad de Gaza: “Disparar proyectiles de 155 mm hacia el centro de la Ciudad de Gaza, al blanco que sea, probablemente causará horrendas bajas civiles”.
Fósforo blanco: un arma de terror
Israel usa una de las armas más viles de la guerra, el fósforo blanco, en zonas densamente pobladas de Gaza. Según el New York Times, al estallar en el aire los proyectiles de fósforo blanco “riegan pedacitos de fieltro empapados de fósforo”. El fósforo es sumamente inflamable: “Puede prender fuego a edificios, pegarse a la piel y quemar el tejido hasta los huesos y matar. Si se inhala, puede causar la muerte”, dijo un vocero de Human Rights Watch. Un protocolo del Convenio de 1980 sobre Ciertas Armas Convencionales prohíbe que se use contra civiles y estipula que usarlo es un crimen de lesa humanidad.
La Sra. Abu Halima le contó al New York Times (22 de enero) cómo estuvo cuando cayó el fósforo blanco sobre la granja de su familia en Beit Lahiya en el norte de Gaza: provocó una tormenta incendiaria en que murieron su esposo y cuatro de sus nueve hijos. “Las llamas salían de los cuerpos de mi esposo e hijos. Estos gritaban: ‘¡Fuego, fuego!’ y había humo por doquier y un hedor horrible, asfixiante. Mi hijo de 14 años lloraba: ‘Voy a morir, quiero rezar’. Miré mientras mi nuera desaparecía derretida”.
Cinco integrantes de la familia Halima murieron y cinco más resultaron gravemente lesionados a causa de un ataque con fósforo blanco contra su hogar en el pueblo de Atatra el 3 de enero. El Dr. Nafiz Abu Shahbah dijo: “Estaba seguro de que lo había causado el fósforo blanco… al principio parecían lesiones superficiales, ‘pero se come el tejido, penetra profundamente y llega hasta los huesos… Todo el cuerpo se vuelve tóxico’” (Times of London, 21 de enero).
“Mandará a Gaza décadas hacia el pasado”
El primer día del ataque israelí contra Gaza, Yoav Galant, el oficial a mando del sur de Israel, dijo que el embate “mandará a Gaza décadas hacia el pasado”. Otros generales israelíes hablaban abiertamente de usar la “fuerza desproporcionada” y de causar “grandes daños y destrucción” dirigidos principalmente contra la población, aldeas o zonas donde se da la resistencia contra Israel” (Jonathan Cook, “Israel’s Doctrine of Destruction”, The National, www.thenational.ae, Abu Dhabi, 20 de enero).
Tales declaraciones, junto con las acciones y toda la historia de Israel dejan en claro que la sanguinaria matanza de palestinos fue deliberada y consciente, y constituye el núcleo de una estrategia para aplastar la voluntad de los palestinos y aplastar la sociedad palestina.
El cotidiano londinense The Guardian dijo: “Un claro beneficio para Israel de pulverizar ‘la infraestructura palestina civil’ es que ‘es más fácil someter a una población que no cuenta con instituciones colectivas y que está reducida a pelearse entre sí por subsistir’” (“Israel Wanted a Humanitarian Crisis”, 20 de enero).
Gaza, sigue estrangulada
No ha terminado la estrangulación de Gaza; tras la matanza Israel con el aval de los EE.UU. y Egipto siguen tratando de controlar estrictamente todo lo que entra y sale de Gaza a fin de castigar y controlar más a los palestinos. En la actualidad, las autoridades israelíes solo permiten que entren 120 camiones de ayuda al día a Gaza, para una población de 1.5 millones de personas; un acuerdo de cese al fuego entre Israel y Hamas de junio de 2008 estipula que entren 750 camiones al día. Israel exige un control total de la ayuda que entra a Gaza y advierte que podría reanudar los bombardeos si los gazanos lograran contrabandear víveres por los túneles desde Egipto.
Dos grupos de derechos humanos solicitaron ante la Suprema Corte israelí que se permitiera la evacuación de los gazanos lesionados y el suministro de luz a Gaza, cuyos sistemas de salud, agua y alcantarilla están al borde del colapso debido al sitio y embate israelí. “La Corte rechazó las demandas sin siquiera esperar a ver los argumentos en su contra de parte del gobierno israelí” (Democracy Now!, 22 de enero).
La administración de Obama: discurso de doble faz, mismo apoyo a Israel
Barack Obama no dijo ni pío durante la matanza israelí de 22 días contra los palestinos. Según él, no dijo nada porque Estados Unidos solo tiene un presidente a la vez. Bueno, ahora que es presidente, ¿qué dice sobre la masacre israelí?
“Que quede claro: Estados Unidos está comprometido con la seguridad de Israel. Siempre apoyaremos el derecho de Israel a la defensa propia contra amenazas legítimas”, dijo Obama. “Ninguna democracia puede tolerar tal peligro a su población, ni tampoco deberían hacerlo la comunidad internacional ni el pueblo palestino mismo” (Jesusalem Post, 22 de enero).
Así que Obama, al igual de Bush y todos los representantes del sistema, parte de las necesidades del imperio imperialista y eso quiere decir apoyar firmemente a Israel: este estado colono de guarnición en el Medio Oriente.
Únicamente después de dejar en claro ESE punto de partida, expresó Obama una simpatía hipócrita y hueca a las víctimas: “Nos da mucha lástima la situación de los civiles palestinos a quienes hace tanta falta alimentos, agua potable y servicios médicos básicos”. Dijo eso después de negarse a decir ni pío ni hacer nada en absoluto para impedir que Israel masacrara a palestinos y les negara alimentos, agua y medicinas.
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Los habitantes de Gaza aún sufren de formas horribles, infrahumanas y muy intolerables. Continúa la embestida para aplastarlos, los combates podría reanudarse en cualquier momento. Es muy urgente emprende una resistencia popular contra estos crímenes así como amplias actividades de concientización para revelar ante la gente la verdadera naturaleza de lo que pasa en Gaza. Busque en revcom.us y worldcantwait.org noticias de protestas, talleres y otras formas de oposición a los crímenes yanqui-israelíes contra Palestina.
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