Revolución #157, 22 de febrero de 2009
Declaración de la Organización de Mujeres 8 de Marzo (Irán-Afganistán):
Para un 8 de marzo internacionalista — Día Internacional de la Mujer
Mujeres revolucionarias claman: La revolución es la salida para la humanidad
Revolución recibió esta declaración de la Organización de Mujeres 8 de Marzo (Irán-Afganistán):
Tomen un momento para preguntarse: ¿Qué clase de sociedad tenemos (en el mundo) si la subordinación de una mitad de la humanidad a la otra mitad es una de sus piedras angulares y cánones morales? ¿En qué clase de mundo vivimos si de un continente a otro la opresión de la mujer y la ignorancia religiosa organizadas (con la aprobación del estado) se utilizan para mantener la “cohesión social”? Los asesinatos de honor, las muertes a pedradas y el matrimonio obligatorio son prácticas endémicas en lugares como Afganistán, Irán, Pakistán, Kurdistán e India, mientras la oculta violencia conyugal mata en silencio a las mujeres en el Occidente “civilizado”, pero dicen que todo eso es resultado del “debilitamiento de los valores familiares”, el aborto y el “debilitamiento de los valores religiosos”. Todos son rasgos demasiado omnipresentes de nuestro mundo.
La República Islámica de Irán es el estado reaccionario más opresivo bajo el cual la mujer iraní ha vivido. Pero las clases dominantes imperialistas de Estados Unidos, que preparan una nueva serie de agresiones y guerras en el Medio Oriente, no son nada mejor, y dan asco sus intentos de justificar sus crímenes en la región con palabras hipócritas sobre la liberación de la mujer. Tanto el uno como el otro se beneficia de la opresión de la mujer en Estados Unidos y por todo el mundo. De hecho, esa opresión es un elemento fundamental del sistema capitalista mundial.
Se acepta el comercio de mujeres, viendo en el cuerpo femenino una legítima mercancía más de compraventa capitalista. Marx dijo que el capitalismo hace que la prostitución se generalice. Y en verdad, eso lo estamos viendo. En Irán y Afganistán, bajo repúblicas islámicas, matan a pedradas a las mujeres por acostarse con el hombre indebido, pero la prostitución es cada vez más uno de los trabajos más accesibles para ellas.
La situación general de la mujer en sociedades por todo el mundo puede definirse solamente como una esclavitud moderna. Es así, no en contradicción a la forma en que se organiza la sociedad humana en general por todo el mundo, sino debido a ella. No es un daño “colateral” del sistema: la opresión de la mujer está grabada en cada célula de nuestros sistemas sociales actuales.
Tomen un momento para preguntarse: ¿Por qué la opresión de la mujer se agrava con cada vuelta de la rueda del sistema capitalista, el lanzamiento de guerras imperialistas de agresión? ¿Por qué, ante el alza y baja de las bolsas de valores, hemos visto un aumento de la opresión de la mujer y el auge del clericalismo en el mundo? Vivimos en un mundo en que los padres venden a sus hijas, pues son “dueños” de ellas. El capitalismo ha transformado a esas niñas en mercancías y se han revivido principios religiosos milenarios para darle a eso una legitimidad y una cara “moral”.
La opresión de la mujer se interrelaciona integralmente con los sistemas anticuados y opresivos en los frentes político, económico, social y de creencias que dominan nuestros países y el mundo. El imperialismo estadounidense invadió a Irak y Afganistán en nombre de una “guerra contra el terror” y la “liberación de la mujer”. Acabó soltando terror sobre el pueblo de Afganistán e Irak y reforzando a todas las autoridades patriarcales, tribales y religiosas. Antes de la ocupación estadounidense, las mujeres iraquíes gozaban de una condición jurídica y social de más igualdad. Podían desplazarse libremente por las ciudades sin ponerse el hejab islámico. Ahora tienen que soportar la máxima humillación de esconder con vergüenza su cuerpo y cabello de la vista de hombres que no sean su dueño. En la mayoría de los países del Golfo Pérsico, dominados por el imperialismo estadounidense (y los jeques islámicos), se le prohíbe a la mujer hasta manejar un carro. En la publicidad de la CNN sobre las islas de fantasía de Dubai, no dicen que una parte esencial de ese gran mercado de bienes raíces y casino de talla mundial es el comercio de niñas de Irán, Irak, Filipinas, Afganistán y otros países como prostitutas. La invasión y ocupación de Irak han alimentado ese comercio de esclavos a lo largo del Medio Oriente.
Todo eso es un indicio profundo de que el sistema dominante en el mundo está podrido y apesta, y clama para que lo derroquemos. Tomen un momento para preguntarse: ¿Qué clase de sistema está manejando nuestra sociedad humana? ¿Por qué hay que tolerarlo? ¿Por qué ser cómplices de este monstruo, actuando como si no pasara nada?
Se aproxima el 8 de marzo, un día de lucha contra la opresión de la mujer, y a todos nos hace recordar que nuestro movimiento de arrancar de raíz la opresión de la mujer tiene una voz en cuanto a todo tipo de opresión que el sistema impone sobre diferentes sectores de la humanidad.
Obama ha prometido que será diferente al régimen de Bush; dice que solo lanzará guerras “buenas”. Nos pide respetar el holocausto que comete Israel al pueblo palestino. ¿Será que se trata de un holocausto “bueno”, y no “malo”, simplemente porque lo realizan unos hijos de las víctimas del holocausto fascista nazi?
¿En qué clase de mundo es posible que los belicistas se hagan pasar por “pacíficos” y las guerras de agresión por “auto-defensa”? Este es el mismo sistema enfermo que hace respetar la opresión de la mujer en nombre de respetar la “vida” y los “valores familiares” patriarcales que están al centro de su moral. Este es el mismo sistema enfermo que hace respetar el oscurantismo religioso como una “espiritualidad humana” eterna.
Este sistema nos destruye de varias formas. Y una vez que nos rebelamos, sus verdugos nos reprimen y luego nos señalan la urna mágica que supuestamente contiene la llave que abrirá la puerta de nuestra emancipación. Nos dicen que debemos poner las esperanzas en su democracia y que debemos ayudar a levantar sus mercados capitalistas porque supuestamente son la cúspide de los logros humanos. Nos roban nuestra humanidad y en su lugar nos presentan un presidente que tiene un aspecto distinto y llaman eso una “revolución”. Pero este sistema avaro y sediento de guerra requiere y solo puede producir un líder sangriento y despiadado, y Obama demostrará que no es la excepción.
Piensen por un momento: ¿Cómo es posible que un afroamericano (o una mujer, si quieren), que está en la cúspide de un sistema de explotación y opresión, quiera o pueda cambiar nuestra situación de opresión y explotación? Solo puede sosegarnos un rato. Ese mismo juego hipócrita se juega en Irán. Los líderes de la República Islámica de Irán, queriendo neutralizar el ánimo rebelde de las masas contra su podrido estado clerical, usan juegos electorales también. A veces postulan a un “mullah moderado” y a veces un líder “amante de la justicia”. Pero no son más que diferentes marcas de veneno que se ofrecen a las masas.
Tanto los fundamentalistas islámicos como los imperialistas son fuerzas reaccionarias. No hay “opresor bueno” o “opresor malo”. Esa es una lección profunda que la gente del mundo debe sacar de la experiencia sangrienta de las mujeres de Irán y Afganistán.
Estamos frente a un sistema. Este sistema produce continuamente la misoginia y la esclavitud femenil, la pobreza, la homofobia, el apartheid racial y de género, el trabajo de niños, la mentalidad del esclavo a la religión, las guerras, los holocaustos y los genocidios.
El capitalismo, en medio de entrelazar y unificar al mundo entero bajo su dominio, ha llegado al ápice de su existencia podrida. No ofrece ninguna manera de reformar ni moderar en lo más mínimo su horrible forma de vivir. Pero este sistema no desaparecerá por sí solo. La gente consciente tiene que extinguirlo. Declaramos que si este sistema vive más, nos apretará la soga a nuestro cuello y la vida de la mayoría de la humanidad se tornará aún más horrible y, como siempre, la mujer recibirá la mayor parte del castigo.
En nuestros países de Irán y Afganistán, y en el Medio Oriente en general, las fuerzas fundamentalistas islámicas afirman que son una alternativa al sistema capitalista imperialista mundial. Pero los fundamentalistas islámicos del Medio Oriente, al igual que los fundamentalistas cristianos de Estados Unidos que están anidados en la clase dominante estadounidense, comparten los principios básicos del sistema capitalista imperialista, entre ellos las leyes sagradas de la propiedad privada y la opresión de la mujer, y también el uso de la ignorancia organizada para mantener a la población inconsciente y confundida. La sociedad ideal de los fundamentalistas islámicos se basa en la subordinación absoluta de la mujer al hombre en cada nivel de la sociedad. La moral de su sociedad ideal depende absolutamente de que las mujeres sepan que su papel asignado es ser objeto sexual fiel al hombre que es su dueño y producirle mucha descendencia, en particular a niños varones.
Ya son más de cien años que nosotras las mujeres hemos estado luchando contra la posición inferior y subordinada que se nos ha impuesto. En los altibajos de esa batalla hemos captado mejor la naturaleza de los sistemas de clase que perpetúan esa opresión. Hemos llegado a saber que tenemos que luchar de una manera organizada. Hemos llegado a captar mejor que es vital tener una perspectiva clarísima y consecuente de nuestra batalla, porque de otra manera nuestra energía para luchar se desviaría por rumbos falsos, como una simple reestructuración de la opresión de la mujer y dejar intacto al sistema. No podemos dejarnos embaucar por promesas falsas ni caminos falsos. La revolución es nuestra única salida. Las mujeres somos las que beneficiaremos más de una revolución. La opresión en común hace de las mujeres del mundo un enorme ejército poderoso de las parias de la tierra, que no tienen nada que perder y un mundo que ganar. La opresión de la mujer es internacional y la lucha para arrancarla de raíz puede y debe tener un carácter internacionalista.
El camino al sistema capitalista imperialista mundial se ha pavimentado con la esclavitud de la mujer. El camino a su ruina depende profundamente de la rebelión consciente de las mujeres del mundo.
Por eso, celebremos el Día Internacional de la Mujer 2009 con esa convicción en Estados Unidos y todo el mundo. Unámonos y decidamos a asumir el reto: que seamos el toque de clarín de la revolución en esta época de abundancia alucinante y crueldad desbocada, discriminación, injusticia y destrucción. Atrevámonos a romper las cadenas y ser emancipadores de la humanidad.
Organización de Mujeres 8 de Marzo (Irán-Afganistán)
marzo de 2009
Para leer esta y otra literatura en inglés, haga un clic en la sección de “Other Languages” en el portal www.8mars.com.
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